Sé que hay asuntos que son realmente difíciles de asumir y aceptar en la vida de un político. Más aún cuando aparentemente afectan áreas de la economía que son centrales. Pero hay cosas que no deberían de ocurrir. Y que me niego a pagar con mis impuestos.
En Cantabria se han reunido varios presidentes y consejeros de CCAA que son productoras de tabaco y han publicado una Declaración Institucional que a mi al menos me resulta muy frustrante y descorazonadora, sobre todo por el adjetivo de institucional. Todo viene por la Directiva Europea que está a punto de aprobarse y que sobre todo afecta al etiquetado de las labores del tabaco. Las Comunidades que se han reunido tienen muchos empresarios tabaqueros, agricultores mayoritariamente, pero también productores, artesanales e industriales.
El problema viene cuando las conclusiones que publican siguen, punto por punto las -falsas- advertencias apocalípticas del lobby tabaquero, que ya han sido desmentidas una por una por las autoridades médicas, algo que al parecer no ha llegado a los oídos de los políticos firmantes que han rubricado una serie de falsedades, falacias y engaños vergonzosa.
En realidad, la Directiva se ocupa de asuntos como las advertencias de salud en los paquetes, la obligación de informar en el etiquetado del contenido en alquitrán o nicotina, la prohibición de ciertos aditivos (mentolado, etc.) que tapan el sabor del tabaco y en ocasiones aumentan la adicción, y en su totalidad son medidas necesarias y recomendadas por las autoridades científicas y médicas, que en nada afectan a la producción del tabaco o a los puestos de trabajo que genera. Esto es una mentira de las tabacaleras. Según las autoridades europeas, la directiva prevé (copio y pego del link que aparece al principio de este párrafo):
"reducir el número de fumadores de la UE en 2,4 millones, generar 2.234 nuevos puestos de trabajo en total, inyectar a la economía 4.000 millones de euros y recortar en 506 millones de euros el gasto médico anual, además de ahorrar 16,8 millones de años de vida."
Es en fin una Directiva que sólo persigue el bien común, y que por cierto ya ha sido intensamente descafeinada en origen por las brutales presiones del lobby tabaquero, que han llegado en ocasiones a límites realmente preocupantes, con extrañas dimisiones de por medio.
Volviendo a la reunión extremeña, para dejar las cosas bien claras, se produce dentro de las instalaciones de Altadis, una empresa tabaquera multinacional (propiedad de Imperial Tobacco, la cuarta mayor transnacional tabaquera del mundo), algo que las notas de prensa post-declaración se ocupan muy mucho de ocultar.
También se oculta que a la reunión ha acudido ni más ni menos que Dominic Brisby, Presidente de Altadis, un señor que ha demostrado bien a las claras que no se corta a la hora de presionar a gobiernos e instituciones con tal de que su industria triunfe, mentiras e infundios mediante. Pero es que esto no es todo. A la reunión-trampa a la que han acudido como corderitos ni más ni menos que cinco presidentes autonómicos también han asistido (copio y pego de la nota de Europa Press):
"el director general de Tabacalera, Fernando Domínguez; el director general de Tabaco y Conveniencia Iberia de Logista; el presidente de la Comisión para el Mercado de Tabacos, Juan Luis Nieto; el presidente de CETARSA, Javier Gómez Darmendrail; el presidente de la Unión de Asociaciones de Estanqueros de España, Mario Espejo Aguilar; el director general de ADELTA, Juan Páramo; el vicesecretario general de CEOE, José Isaías Rodríguez; el director de OITAB-Organización Interprofesional del Tabaco, Ricardo Miranda, y la directora de Asuntos Corporativos y Legales del Altadis, Rocío Ingelmo Heras."
Por supuesto, como de mentir se trata, aquí solo interviene una parte interesada. Ni una sola autoridad médica ni científica que les saque los colores. ¿Para qué?
No sólo me demuestra esto que nuestros gobernantes son (muy) fácilmente manipulables, sino su cortedad de miras. El Tabaco es un tóxico letal, que ha segado millones de vidas. Un auténtico genocida de millones. Defender su industria, desprestigiada por haber mentido durante años a las autoridades sanitarias y por haber ocultado los desastrosos efectos que el tabaco tiene sobre la salud humana, no es la mejor medida para ganarte a la gente. El producto que defienden matará a muchos millares de ciudadanos y se puede defender de maneras menos ridículas a los artesanos que aún viven de la producción de labores del tabaco.
Cabe interesarse por quienes lo cultivan y lo producen artesanalmente, pero sería buena hora de que se fueran preocupando en reciclarse y se les apoyara para ello, sin declaraciones grandilocuentes que realmente se ocupan de otra cosa. Sabiendo lo que sabemos actualmente, conociendo las arteras maniobras de esa industria que sólo vende muerte, sufrimiento y enfermedad a sus consumidores, y plegarse a sus mentiras, es o bien de gente pésimamente informada y asesorada, o de personas con una escasa conciencia cívica. Y en los dos casos, que personas así ocupen los puestos de la mayor responsabilidad en nuestras Comunidades Autónomas es todo un problema.
Así que, por lo que a mi me toca, señor Presidente de Canarias, así no, y desde luego, no con mis impuestos. Yo no pago por que usted le siga el juego, las mentiras y las corruptelas a la repulsiva industria del tabaco. Y si usted no es capaz de entender que está siendo manipulado perversamente, tal vez sería un buen momento para hacer examen de conciencia y preguntarse si está usted capacitado para ocupar el puesto que ocupa. Y para que vea que no exagero, le pego aquí las medidas que el Convenio Marco para el Control del Tabaco de la Organización Mundial de la Salud pide a los Estados firmantes, España entre ellos, y que usted, rubricando esta declaración institucional, ha incumplido punto por punto:
"limitar las interacciones con la industria tabacalera y dar a conocer todas las reuniones que mantengan con ésta; no aceptar las alianzas y los acuerdos sin fuerza jurídica con la industria; rechazar fondos y otras formas de apoyo de la industria, así como el respaldo y la participación de esta en iniciativas dirigidas a los jóvenes". Además, advierte de que los países "no deben conceder estímulos, privilegios ni beneficios a la industria tabacalera, tales como subvenciones o exenciones de impuestos, y deben erigir muros de contención contra la interferencia de la industria en la salud pública". (fuente aquí, ver aquí y aquí)
Llamaría ridículo a todo esto si no hubiera vidas en juego. Me reservo el adjetivo para no perder las formas.
No quiero pagar con mis impuestos una porquería que mata a mis semejantes.
Para quien esté interesado, los cinco próceres firmantes del Manifiesto son los Presidentes de Canarias, Extremadura, Cantabria, La Rioja y Andalucía.
Pd.: Para terminar, quisiera recomendar la lectura de este artículo.
La foto es de Wikimedia Commons. Winston Churchill en la Conferencia de Postdam. 1945. Autor desconocido. Archivos Federales de Alemania. Bundesarchiv, Bild 183-14059-0005 / CC-BY-SA. Está en Creative Commons Attribution-Share Alike 3.0 Germany. Otros tiempos, otros políticos, muchos de ellos grandes fumadores, pero gente que podía distinguir muy bien entre las presiones de interés de unos pocos y el bien común. En aquellos años no se sabía nada de los daños del tabaco. Un par de médicos heroicos estaban alzando la voz y pocos les escuchaban. El tabaco se regalaba a los soldados en el frente, y era una golosina sexy, elegante y sabrosa. Unos años más tarde el Surgeon General de Estados Unidos lo cambiaría todo, revelando el horror oculto por el tabaco y sus productores. Un horror que en los últimos 50 años no ha hecho más que aumentar, una prueba de vileza sin límite, en el que toda una industria vive de un producto cuyo consumo tiene como consecuencia final la muerte de su consumidor.