jueves, 26 de diciembre de 2013

Legisladores fanáticos



No me canso de repetir que legislar desde el sesgo ideológico es peligrosísimo. La mejor muestra reciente es la Ley del Aborto que está en trámites de modificación por el Ministro de Justicia. Este, de rancia raigambre católica (y como ocurre en la clase que manda en este país, de sangre azul política), ha decidido, saltándose todos los controles elementales (ni siquiera los miembros de su propio partido habían tenido acceso al borrador de la Ley que está preparando), que su forma personal de ver el problema del aborto es la que han de respetar todos los ciudadanos españoles. Y ha iniciado el trámite legislativo, ante el escándalo internacional y nacional.

Leo en un artículo de ElPlural que Gallardón en el Senado ha reconocido en una interpelación que esto es un asunto personal. La cita principal es esta:

“la batalla (por la modificación de la ley del aborto) justifica plena y absolutamente mi vida política”.
No he encontrado la cita exacta de esa intervención en el Senado, pero supongo que será fácil de localizar, y la tomo textualmente del artículo citado.
Lo que encierra esta frase es una terrible verdad, que llevaría en otro país a la fulminante destitución -que no dimisión- del Ministro: esto es una obsesión personal, un asunto de fe, en el que él considera que lleva la verdad y la razón. Es más, te hace pensar si este pobre hombre no debería ser examinado cuanto antes por un psiquiatra.
El terrible peligro del fanático es que es adicto a una ideología. Se sabe en posesión de la verdad. Su ley es incontrovertible, y nada ni nadie le hará cambiar de opinión. No duda. La realidad no le interesa, la verdad, tampoco. Sólo su verdad. El fanático ha dejado de hacerse preguntas, es un caso patológico. Es un peligro letal poner a gente así a gestionar legislaciones, políticas públicas y normas sociales.
La religión católica, en la que fui educado como todo ciudadano español (lo quiera o no), impregna todo el país. Vivimos sumergidos en reliquias, tradiciones, rituales y costumbres católicas, aunque muchos seamos laicos o agnósticos. La sociedad española según los datos demoscópicos se aparta masivamente del catolicismo y otras religiones, y en cambio llegan al gobierno personas pertenecientes a grupos extremistas de esa iglesia. En el gobierno actual hay miembros de sectas (sí, sectas) católicas minoritarias y ultraconservadores: El Opus Dei, los Legionarios de Cristo, El Camino Neocatecumenal (los "kikos") o El Yunque (posiblemente). Y esos señores llegan arrastrando sus prejuicios, sus ideas fanáticas y sus verdades incontrovertibles, y las aplican a la legislación de un país, un país en el que son una minoría ridículamente pequeña, pero con gran poder por su infiltración en la clase política y el poder económico, algo que llevan practicando esas sectas desde hace décadas con enorme paciencia y discreción. Lo sé de primera mano, porque en mi familia hay un par de miembros del Opus.
La consecuencia más llamativa es que legislan desde el sesgo ideológico. Aquí está el monstruo. Delante de nosotros. A una persona que podría ser calificada de fanática en cualquier estado democrático, se le asigna uno de los mayores honores y responsabilidiades que un ciudadano pueda tener, y hace esto. Legislar sin considerar la realidad (los instrumentos para interpretarla: la estadística, los datos reales de abortos, la experiencia de otros países del entorno, las curvas de nacimientos, los seguimientos de pacientes, la incidencia de enfermedades genéticas, etc., etc.). La realidad al fanático le molesta. No es cosa suya. Su reino no es de este mundo.
Peligroso, demencial, que en pleno Siglo XXI pasen estas cosas y al responsable no le ocurra nada. Debería ser fulminantemente expulsado del puesto de responsabilidad que le han dado los españoles. Por indigno, por fanático, por demente.
Recuerdo su cara de estupor cuando unas chicas de Femen gritaban en el Congreso “¡Aborto es sagrado!”. El pobre tipo repetía la frase como si acabara de salir de un monasterio tras 50 años de aislamiento y voto de silencio. Su estupor hablaba por sí solo. Su incredulidad ante lo que estaba oyendo le otorgaba la condición de auténtico extraterrestre que, sin embargo, es vecino de Madrid. ¡Señor, el mundo real no piensa, ni actúa, ni vive como usted! ¡Bienvenido a la realidad!
Los fanáticos, por favor, lejos, lejos de nosotros, lejos de la legislación, de la civilización y de la sociedad. Que se pudran en sus cuevas. Que nos dejen a los demás en paz.
La ilustración es un cuadro de Delacroix, "Los fanáticos de Tánger" (1837-1838). Lo he encontrado donde siempre, en Wikimedia Commons, y está en dominio público.

Actualización del 28 de agosto de 2017. Aquí podéis encontrar una espectacular página sobre la obra de Eugène Victor Ferdinand Delacroix en la web de Artsy.

sábado, 21 de diciembre de 2013

Mimi Leder y David Nutter




En el último número de DGA Quarterly publican un par de entrevistas estupendas. Una con Mimi Leder, una de las directoras norteamericanas más conocidas de su generación -junto a Kathryn Bigelow- y que saltó a la fama a partir de su notorio trabajo en la serie "ER" (“Urgencias”), una frenética historia médica que concordaba muy bien con su estilo dinámico de narrar (por cierto, "Urgencias" tiene algunos de los episodios más originales e interesantes realizados para TV en la década pasada, algo que comentaré en otro momento). Leder dirigió el primer largometraje de Dreamworks, un film de acción titulado “The Peacemaker”, con George Clooney y Nicole Kidman.

Sus opiniones son especialmente interesantes, porque Leder, que actualmente trabaja en series de televisión preferentemente, expresa sin tapujos el daño que a su carrera profesional han hecho los fracasos de sus películas (especialmente la, por cierto, muy interesante “Pay it forward”), y que han hecho tambalearse la labor de esta estupenda directora, toda una walkiria del Steadicam que llegó a dirigir otra enorme action movie, como “Big Impact” con una competencia portentosa y una estupenda labor actoral. Recordemos que el cine de acción norteamericano es un terreno vedado para las mujeres. Parece que hay que tener testosterona en las venas para hacer ese cine, al menos según la casta de productores que actualmente manda en Hollywood.

La entrevista a Leder se ve completada con otra, más extensa, realizada a David Nutter, un director que se ha especializado en realizar pilotos de series televisivas, una labor desconocida y de gran importancia, pues el episodio piloto suele establecer el tono, las formas narrativas, visuales y estilísticas, de diseño de sonido, producción, incluso encuadres, movimientos de cámara, etc., que recorrerán toda la futura serie (no en vano los directores de los pilotos suelen ser los propios showrunners de los proyectos, o se convierten, como le ocurre a Nutter, en coproductores).

El índice de éxito de este realizador (medido en el hecho de lograr que el piloto se convierta finalmente en una serie, lo que es una decisión de la cadena que los produce) es el más alto de la industria, lo que le ha convertido en un director muy solicitado para nuevos proyectos (en su haber podemos encontrar pilotos de títulos como “Arrow”, “The Mentalist”, “Smallville”, la futura “Flash” -que acaba de ser aprobada, al parecer-, o “The X-Files”). 

Nutter, además, ha dirigido episodios de series de todo tipo, desde “Entourage” (una comedia realizada con modos ad-lib con mucha cámara en mano y estilo postdoc) hasta “The Sopranos” (de planificación clásica) o “The Pacific” (de elevado coste y abundantes escenas de acción bélica con mucha postproducción), lo que revela sus cualidades de todoterreno. Las series anteriores son producciones de HBO, una relación laboral de Nutter que se ha prolongado hasta alcanzar su máximo al encargársele la difícil tarea de la dirección del famoso episodio “Red Wedding” de la serie “Game of Thrones”, tal vez uno de los más anticipados de la historia de las series televisivas, y el que más comentarios ha generado, especialmente en las redes sociales. En la entrevista, Nutter da un par de detalles muy interesantes de cómo planificó las escenas más importantes de ese episodio, toda una escuela para cualquier director, y que obviaré para no dar demasiados detalles a quien no haya visto aún la serie.

Nutter me parece un tipo especialmente lúcido en una industria en la que esa cualidad no siempre es fácil de encontrar. Inteligente, resolutivo y absolutamente entregado a su trabajo; ha tenido, como Mimi Leder, una mala experiencia en el mundo del largometraje (“Disturbing Behavior”) que le ha mantenido, y le mantiene por ahora, alejado del cine para salas. En una de sus respuestas a la entrevista realizada por Brian Lowry, hay unas frases que suscribo plenamente. Dice así: “Dirigir películas actualmente queda en gran medida sujeto al azar, y si estrenas en el mismo fin de semana que 'Save Private Ryan' o algo así, tu película ya no será nunca más una buena película. Y esta forma de juzgar lo que es bueno y lo que no, es algo que no veo que sea lo mejor para mi como ser humano”.

Ciertamente, el Hollywood post-agónico (diríamos que es un zombi) contemporáneo, vive en un estado de histeria continua, acosado por la piratería rampante, las nuevas plataformas, la necesidad (¿necesidad?) de exitazos de primer fin de semana y una crisis de ejecutivos desoladora (no sé si esto ocurría antes, pero la gente que hoy en día lleva los estudios tienen unas carencias educativas básicas asombrosas), produciendo enormes franquicias en las que el director no es más que una pieza del engranaje, y en las que al final te parece que lo que menos importa es contar una buena historia, que, carajo, se supone que es lo que queremos hacer cuando creamos una película. Nutter, sabiamente, prefiere mantenerse en el mundo de la televisión, que le compensa sobradamente sus ambiciones personales, que se resumen en esto: contar bien una historia.

Es aleccionadora la lucidez que demuestra Nutter, viniendo de uno de los directores más cotizados de la escena televisiva norteamericana contemporánea, y a la vez sintomático de lo que pasa al otro lado del Atlántico. Aquí tenemos unos problemas terribles, que no obvian los que sufren el la supuesta “meca” del cine, que sobrevive apuntalada por todos lados y, me temo, en manos de las personas menos capacitadas para unos tiempos tan críticos.

La visión de Nutter de su trabajo y la descripción de cómo se relaciona con los actores, a la que se dedica otra parte de la entrevista, la comparto plenamente, y creo que del respeto al actor en el plató -quien, no lo olvidemos, es quien da la cara en una obra audiovisual- depende en gran medida el éxito de un trabajo dramático, así como del respeto al técnico. El secreto es saber escuchar.

Leder y Nutter, dos personalidades tranquilas, nada fatuas, que no gritan en sus rodajes y prefieren conducirse con modos suaves y educados, con métodos de trabajo diferentes (Leder no ensaya, hace sus blockings casi en tiempo real, Nutter prefiere los intensos ensayos y hacer su blocking a medida que se impregna de la historia) son llamados artesanos hoy en día por la crítica. Se trata del equivalente de los Henry Hathaway o los Raoul Walsh de hace 70 años. A mi me parecen los creadores verdaderos de una industria que ha encontrado, afortunadamente, una nueva vía de expresión en la televisión por cable y en los nuevos canales online (como Netflix), pero que ha perdido el norte en las grandes pantallas (o si no ya me dirán qué cojones hacen Zack Snyder, Olivier Megaton, McG y otros Djs del video assist actuales, meros iluminadores de storyboards dirigiendo proyectos de cientos de millones, y qué caterva de enanos mentales les aplauden mirando sus dailies). 

En realidad, Hollywood lleva perdiendo su norte 40 o 50 años ya, esto no es novedoso, lo que sí lo es, es la increíble incompetencia que los Estudios vienen demostrando en las últimas décadas, precisamente cuando pasaron a ser dirigidos por asesores financieros y fondos de inversión. Caray, curiosamente, lo mismito que está pasando en el resto del mundo y en otras tantas industrias.

En una de las reuniones que tengo periódicamente con ejecutivos, un tipo que cobra una pequeña fortuna al mes de una major me pedía largometrajes (los llamaba productos) de 25.000 dólares de presupuesto hechos con “Found footage”. Naturalmente, aquello pasó, eran los tiempos de los “Paranormal Activity” y la moda era aquella, pero el tipo todavía no ha sido despedido. Es una plaga que se extiende por muchas actividades económicas y que parece empaparlo todo de un moho que no se va y que lo cubre todo del mismo tono, como en aquella novela de Stephen King, y luego película de Brian de Palma, “Dreamcatcher”. El moho gris de la mediocridad.


La foto de David Nutter está en Wikimedia Commons, y fue tomada en la Comic-Con de 2012. Está bajo licencia Creative Commons Attribution-Share Alike 3.0 Unported. Su autor es Gage Skidmore.

viernes, 13 de diciembre de 2013

Ya yo lo dije...



En Canarias, o al menos en Las Palmas, se dice mucho de esa forma, y se entiende perfectamente. Ya lo dije, señoras y señores. En mayo de este año. No hace falta ser futurólogo, sólo pensar un poco.


La ilustración "Gato fumando", de Louis Wain, 1879, está en Wikimedia Commons en dominio público.

jueves, 12 de diciembre de 2013

"Los Códices del Apocalipsis" Book Trailer




Este es el Book Trailer de mi nueva novela, "Los Códices del Apocalipsis" un thriller que parte de hechos reales, y que será publicado en 2014 por Tyrannosaurus Books. Os llevará del Vaticano a la superficie de la Luna, y más lejos aún, recorriendo más de 4.000 años de historia. Todo un misterio que muy pocos conocen y que puede cambiar el mundo, a peor. A mucho peor. Iré posteando más detalles del libro a medida que se acerque la fecha de publicación.

sábado, 7 de diciembre de 2013

La Cultura de la Mentira – 11




Esta imagen es una mentira. Esto, que podría parecer el título de un cuadro perdido de Magritte, es la mejor forma de comentar esta foto, que tomé hace unos días en Las Palmas de Gran Canaria. Eso que ven son las fachadas de dos sucursales de Bankia. La Caja de Canarias, que es la marca que exhiben, fue absorbida por aquel banco y ya no existe, desde hace ya más de dos años. Aquella marca que había nacido décadas atrás y en la que confiaban tantos ciudadanos, fue destruida, como otras cajas (la lista es larga), por la acción de un grupo de tipos a los que alguien convenció de que sabían de banca y que fueron colocados a dedo en los Consejos que la dirigían.

Esa gente sigue, por ahora, impune, gozando de los restos de los sueldazos que les pagaban, y/o de las indemnizaciones que arañaron al ser expulsados de los consejos de administración de aquellas instituciones de ahorro que contribuyeron a aniquilar. Como bien saben, los miembros de esa manada pertenecen a sindicatos, partidos políticos, y en fin, a esas castas que han mantenido hasta ahora el desastre institucionalizado y la corruptela como las formas españolas de manejarse en los negocios. No han sido tocados, como prácticamente todas las cosas que realmente fallan en el país, mientras que a los ciudadanos se les ha arrebatado lo poco que habían conquistado con sangre y sudor de generaciones anteriores.


Pues bien, los nuevos dirigentes de Bankia, ese banco zombi que hemos rescatado todos los españoles, siguen manteniendo las viejas formas. Una de ellas es esta mentira: hacer creer a los clientes despistados de estas sucursales -gente mayor casi siempre- que la vieja Caja en la que depositaron su confianza hace lustros todavía existe.

Me parece muy vil, y alguien debería denunciar estos desmanes. ¿Qué puedes esperar de un banco que engaña a sus clientes desde su mismísima fachada y desde la marca que exhibe? ¿Es que hay cosas que sólo pasan en España?

No es sino un ejemplo más del estado de cosas actual.


Las fotos las tomé con mi iPhone el día 18 de octubre de 2013. Son las sucursales de Bankia sitas respectivamente en el Paseo de Tomás Morales, 98 y en la calle Pío XII, 69 de Las Palmas de Gran Canaria. A fecha de publicación de este artículo, sus anuncios y luminosos no han cambiado todavía.

A peculiar galaxy near M104

Publicado en Revista Mexicana de Astronomía y Astrofísica, Vol. 59, número 2. P.327. Este es el link.