sábado, 26 de noviembre de 2016

Singularidades


Me he pasado varios meses leyendo, entre libros, y entre Metros, un interesante ensayo del Premio Nobel Christian de Duve, “Singularities” (“Singularidades”). A modo de resumen para nosotros, lectores no inbuidos en las publicaciones científicas y los papers, de Duve nos ofrece una guía del “estado del arte” en los conocimientos sobre el origen de la vida (al menos hasta la fecha de la edición de Cambridge University Press, que es la que tengo, y que se publicó en 2005), y los condicionantes que la han guiado en su historia evolutiva.

Llevando al lector a través de los “mecanismos de la singularidad”, que así nos define de Duve el proceso que ha llevado mediante cambios bioquímicos a la vida desde su nacimiento y a lo largo de los eones hasta la actualidad, desde los ladrillos fundamentales de las estructuras vivientes a las complejidades que forman, por ejemplo, nuestros cuerpos, el autor, uno de los más autorizados en el campo de las ciencias de la vida, gira alrededor de la necesidad y la posibilidad como factores que moldean los “cuellos de botella” que llevan adelante la evolución biológica y la moldean, como las manos de un alfarero crean piezas de barro partiendo de una masa sin forma.

Estructura los capítulos por temas: la quilaridad (el misterioso hecho de que las moléculas con estructura tridimensional que nos forman sean “zurdas”), el metabolismo (cómo y por qué nuestros cuerpos y nuestras células tienen un determinado manejo de la energía y de los procesos que las mantienen con vida), las membranas (la base de la estructura de una célula, lo que la separa y protege del mundo exterior, y probablemente lo primero que se formó en el origen de la vida), los eucariotas (las células con núcleo), el oxígeno (un elemento químico que es tóxico y muy agresivo en sus reacciones, pero que necesitamos para sobrevivir), el mítico y misterioso LUCA (el antecesor común que las investigaciones genéticas han demostrado que todos los seres vivientes sobre la Tierra tenemos, perdido en la oscuridad del pasado más remoto), y otros asuntos más técnicos, como el metabolismo del ATP (una de las sustancias más importantes para la vida), las proteínas (que forman la estructura de las células), el RNA, el DNA (los mensajeros genéticos), los misteriosos (y asombrosos) motores de transferencia de fuerza “protonmotiva” (no sé si lo traduzco bien) que dotan a nuestras células de impresionantes medios de conversión energética e incluso de capacidad de movimiento, a modo de pequeñas nanomáquinas cuya forma de actuar da que pensar. 

Finalmente, comparte de Duve con nosotros una conclusión a la que su carrera de décadas en las fronteras de la ciencia biológica le ha llevado: la vida es posible porque es posible. Suena tautológico, a una obviedad, pero encierra una verdad ontológica básica del Universo en el que vivimos. La vida, y más aún, nuestra vida inteligente, son fruto de un azaroso proceso de improbable repetición, dominado por el azar, pero sobre todo guiado por unas leyes físicas que permiten entre otra infinidad de estados posibles, esta: la existencia de seres vivos autoconscientes. Somos porque nuestro Universo, dentro de su “juego de reglas”, en su “caja de herramientas”, permite que existamos. Porque somos posibles dentro de este conjunto de normas que llamamos Cosmos. El Cosmos es nuestro alfarero al final. Somos porque este universo en el que estamos se rige por unas reglas que lo permiten.

En su obra, a propósito del debate entre azar y necesidad como camino hacia la vida, cita de Duve a uno de mis escritores de cabecera durante años, y uno de los miembros de mi personal panteón de “santos laicos”, junto a Carl Sagan. Es Stephen Jay Gould, un maravilloso divulgador que me hizo fascinarme por los misteriosos sucesos de las pasadas eras geológicas y evolutivas (como la mágica “explosión cámbrica”), así como por las atroces extinciones que, en número tremenda e inquietantemente alto, ha sufrido este planeta en su biosfera a lo largo de la misteriosa historia de la vida. Una de ellas fue tan brutal que ha sido bautizada como "La gran muerte" (el tránsito entre los períodos Pérmico y Triásico). Fue hace 252 millones de años, y en un momento "algo" mató al 96% de las especies que vivían sobre la Tierra, para que os hagáis una idea.

Volviendo al asunto, Gould (junto a otros, como Monod o Jacob) había abogado por un modelo del proceso evolutivo por el cual, si “hiciéramos retroceder” la cinta de la evolución y le diéramos de nuevo a “play”, obtendríamos resultados diferentes. De Duve, en mi opinión acertadamente, contradice este argumento de Gould, ya que este parece confundir improbabilidad con azar, de modo que ambos conceptos se funden en uno solo. La realidad es que el azar está moldeado por esos “cuellos de botella” de reglas universales y normas que constituyen la materia, que rigen nuestro universo, y que generan (con otros condicionantes, como el entorno) una serie de “factores limitadores” que harían que al volver a poner la cinta a funcionar, las cosas fueran muy parecidas; esto es, no enteramente diferentes.

De esta manera, si viajáramos a otro mundo distante en el que hubiera evolucionado la vida de forma totalmente independiente a la de la Tierra sabríamos que ciertas reglas se cumplirían también allí: podríamos predecir la existencia de cordados (criaturas con espina dorsal central), y por tanto la simetría axial (pues es un diseño eficiente estructuralmente), o la forma de huso para los seres marinos (al ser por su parte la más eficiente para desplazarse por un fluido), los huesos huecos para las aves si las hubiera también habrían surgido... tendríamos, en fin, ciertas razones para suponer que la naturaleza de ese otro planeta remoto habría llegado a soluciones similares a las encontradas por la evolución en el nuestro, precisamente porque las reglas que dirigen los procesos evolutivos (físicas, químicas, ambientales, estructurales) son las mismas. Aquí lo llamamos "evolución convergente".

Así que al razonamiento de los seguidores de Gould, de que probablemente si otro espermatozoide distinto hubiera fecundado el óvulo de la madre de Mozart, no habría habido otro Mozart, no es tan indiscutible. En un espacio probabilístico tan enorme como el de las mutaciones genéticas de trillones de células en billones de cuerpos durante eones, los escenarios posibles, guiados por las limitaciones creadas por las propias estructuras y sus necesidades, se pueden recorrer en árboles evolutivos de forma asombrosamente eficiente, más aún porque seguramente existirán mecanismos de necesidad y de retroalimentación que aún desconocemos y que contribuirán más aún a acotar los posibles resultados. 

En resumen, la vida crea su propia variabilidad, pero también genera los límites a los que esa variabilidad debe de limitarse. Lo que podría parecer un inabarcable “campo de mutabilidad” (y desde la teoría numérica lo es), se ve guiado, constreñido, domado, dirigido, por fuerzas invisibles, que nacen en el lecho de las reglas de nuestro universo y de los condicionantes ambientales.

Así, finalmente, de Duve otorga al entorno un poderoso valor de limitación y de “flecha deteminística” hacia ciertos cambios genéticos. Por ejemplo, de no existir los antibióticos, no habrían nacido cepas de bacterias resistentes, o de no verse obligados a vivir en el perpetuo blanco nevado, los osos polares no habrían desarrollado un tono de pelaje que les permitiera ocultarse en el hielo.

Pd.: Antes de publicar este texto, que tengo guardado en el horno desde hace unos meses, lo he repasado, y me he parado a pensar al final en qué medida nuestra condición nos limita. Observamos los sucesos que han llevado a nosotros "a toro pasado", o como dicen los ingleses "in hindsight", mirando hacia atrás en el tiempo desde un instante determinado, y esa tal vez no sea la mejor visión; no podemos ver el río desde arriba, estamos obligados por la naturaleza a observarlo desde donde estamos; no podemos elevarnos y observar todo el paisaje que nos rodea. Mirar las cosas desde aquí (siendo "aquí" la condición física y humana) implica siempre un espejismo, y un concepto implícito de "estamos aquí por algo" o "esto ha llevado a nosotros" o "este camino es el que se recorrerá, pues ya lo hemos recorrido". Esa forma de pensar no la podemos evitar, pues somos seres arrastrados por el río del tiempo, siendo el tiempo algo que no podemos entender, que nos lleva, que sólo podemos medir. Y por eso probablemente, y necesariamente, tenemos una visión sesgada del asunto. Al final se trata de que somos seres de tres dimensiones en un universo de, al menos, cuatro. Tenemos la mirada condicionada por nuestras limitaciones y las que nos impone la física del universo en el que vivimos. No obstante, las matemáticas nos permiten asomarnos un poco por encima de esas limitaciones, y, aunque no entendamos del todo los resultados y las conclusiones a que nos lleven, han probado sobradamente ser la mejor herramienta que tenemos para intentar comprender todo esto (por ejemplo, el espacio-tiempo que definió Einstein en la Teoría de la Relatividad Especial es la única realidad, algo que no podemos constatar ni intuitiva ni físicamente, pero que nos dicen las matemáticas de forma irrevocable y que ciertas pruebas empíricas han corroborado). Desde las matemáticas podemos por tanto trascender nuestras limitaciones intrínsecas, nuestros prejuicios naturales, y volvernos en cierta medida criaturas más capaces, casi transdimensionales, que pueden saltar con sus mentes el rígido marco mental, temporal y físico en el que hemos de desenvolvernos por imposición natural. Sorprendentemente, la naturaleza, pensando en sí misma, puede elevarse sobre sí y trascenderse.


Uso la portada de Singularities para ilustrar este artículo acogiéndome al derecho de cita.

martes, 22 de noviembre de 2016

Ya es suficiente


Intento visitar una noticia en la web de El Mundo sobre una exposición en El Prado de dibujos de José de Ribera. Abro la página, y la noticia está, sí, pero rodeada por todas partes de banners publicitarios, y el video que la ilustra empieza y termina con un anuncio (que te puedes saltar, vale). En total la página contiene 7 anuncios. Cuatro son de telefonía móvil y uno de coches, más los dos spots del vídeo. Pero la cosa no termina ahí. Abajo, en la sección “recomendados” hay dos enlaces patrocinados (o sea, más publicidad) y más abajo aún otros tres enlaces etiquetados como “ad”: más anuncios. Total: 12 mensajes publicitarios en una sola página.

En serio, clientes publicitarios de El Mundo: ¿Os funciona invadir nuestras vidas con publicidad así de agresiva? ¿Alguien clickea en esos banners, de verdad? ¿Y la pésima imagen, el hastío, que tanta publicidad causan en los visitantes de esa noticia, os compensa un misérrimo banner? ¿De verdad no os están engañando todos los que os dan las cifras de clicks mensuales?

Repaso:

-Cuatro anuncios de telefonía móvil (Simyo, Tuenti y PepePhone).
-Uno de coches (Landrover)
-Tres “ads” de BBVA, Jeep y un negocio muy raro de juego a la lotería.
-Dos “patrocinados” de L'Oreal y Zizer.

Ya es suficiente. Dejad de ahogarnos en publicidad. Os estorbáis unos a otros, y vuestro mensaje no llega. Acabamos hastiados, cabreados y odiando a vuestras marcas.

Sólo se trata de equilibrar un poco las cosas, de no ahogarnos. De verdad, no es tan difícil. Y todos saldremos ganando.



lunes, 21 de noviembre de 2016

El neocine (y 3): Proyectores con rayos láser... y Ang Lee


Desde que la industria norteamericana lanzó el nuevo estándar de cine estereoscópico -que no ha funcionado realmente como esperaban- muchos espectadores en las salas de cine se han quejado de que la proyección les parece oscura. A pesar de los modernos proyectores de cine digitales, estos, y sus lámparas de Xenon, tienen sus limitaciones, y proyectar dos imágenes con el añadido de las gafas que cada espectador debe de portar para poder ver las películas en ese formato, todo ello resta luminosidad al visionado de las películas.

Dolby, que ha pasado por una crisis de identidad desde la digitalización de las salas, y que ya no ostenta el monopolio del sonido para el público, afortunadamente -antes, en los años del celuloide, si querías estrenar una película tenías que pagar a Dolby un impuesto revolucionario-, tras lanzar su Dolby Atmos y otros nuevos procesos, ha creado un sistema de proyección para salas de cine basado en tecnología láser, llamado Dolby Vision, que promete devolver el brillo a las imágenes estereoscópicas. 

Los primeros equipos de este tipo se están instalando en las salas norteamericanas, lo que significa que en breve estarán por aquí, y algunas películas empiezan a estrenarse en ellas. Tal ha sido el caso de “El libro de la selva”, de la que me ocupé en el primero de estos artículos, o de “Star Wars: El despertar de la fuerza”. Imax también ha lanzado un sistema similar, llamado Imax Laser 3D, y parece que otros fabricantes de proyectores, como Christie -Socios de Dolby en Dolby Vision-, están en ello. Así que tendremos proyecciones más brillantes y naturales en las salas, o al menos eso nos prometen.

Mientras tanto, el monopolio del cine norteamericano se extiende por las salas de proyección, y la combinación de copias digitales con permisos, proyectores con tecnología patentada, etc. con las obligaciones de los saltos tecnológicos que implican todas estas novedades para los cines, no hacen sino empequeñecer el espacio disponible para las cinematografías nacionales, excepto en los países que saben defenderse en estos aspectos, como Francia. 

En España, esta enorme Valladolid al sur de Europa, todavía no hemos aprendido. Y no sólo es un asunto de películas y colonización de salas, aunque ya casi todas están en poder de las multinacionales USA. Es mucho más. Por ejemplo, hoy en día resulta totalmente imposible que una empresa española pueda desarrollar una tecnología para cámaras digitales de cine o proyección cinematográfica como las que he comentado en este artículo y los anteriores. La tecnología puede liberar, sí; o justamente lo contrario, convirtiéndose en un monopolio. Depende de quién la utilice y de quién regule ese uso.



Pd.: Para terminar, Ang Lee acaba de estrenar su último largometraje, un drama bélico titulado “Billy Lynn's Long Halftime Walk”. La película ha sido rodada a 4K, en 3D y a 120 fotogramas por segundo. Muy pocos cines en el mundo pueden proyectar a ese ratio de fotogramas, pero al parecer la experiencia de visionado es chocante, causa mareos y vértigos para una parte de la audiencia, o resulta inolvidable y fascinante para la otra. No sé si esta nueva velocidad de proyección, que ofrece imágenes increíblemente nítidas y promete una inmersión completa en las películas se conservará en el futuro (la actual es de 24 fotogramas por segundo y para poder dar el salto a esa nueva velocidad habría que cambiar miles de proyectores en las salas, como ocurre en el caso de los proyectores láser que he comentado antes, amén de que los DCP -las copias de proyección digitales- tendrían un tamaño gigantesco, de decenas de Terabytes cada uno); Peter Jackson probó utilizando 48 imágenes por segundo en su trilogía de "El Hobbit", y el resultado no gustó demasiado.

Parece, en cualquier caso, otro paso más hacia el neocine, ese nuevo cinematógrafo que nunca termina de llegar y que nadie sabe lo que será. Por de pronto, aparte de los cambios en las técnicas de producción, la experiencia de ver una película sigue siendo idéntica ahora que hace 120 años, cuando se inventaron las películas. Por cierto, que Ang Lee dirigió “La Vida de Pi”, una obra interesante que también quería suponer un salto cuántico en la forma en que se hace cine, pero que finalmente supuso la ruina de uno de los más legendarios estudios de efectos visuales de Estados Unidos: Rhythm & Hues. Hablo de ese asunto, por si os interesa, en “Luz,Cámara... ¡Bits!” :-)

Ppd.: Un último detalle. La idea de rodar a 120 fotogramas por segundo al parecer la tuvo Ang Lee después de ver un cortometaje experimental rodado a esa velocidad por Douglas Trumbull, un viejo conocido de la pequeña historia de los efectos visuales en el cine.

La imagen que uso para ilustrar este artículo es copyright Dolby Laboratories y la utilizo acogiéndome al derecho de cita.

martes, 15 de noviembre de 2016

Rosa. 1935-2016.


Rosa.

Rosa no tiene apellido. 

Los informativos le han negado el derecho a tenerlo. Suele ocurrir. 

Sólo sabemos su nombre.

Rosa salió ayer en las noticias de todo el país, posiblemente por primera vez en su vida, pero no lo pudo ver.

Porque Rosa está muerta. 

Rosa murió asfixiada y quemada, atrapada en su cama, cuando una vela que usaba para iluminar su casa en Reus se le cayó sobre la colcha y la llama prendió. 

Rosa tenía una enfermedad que le restaba movilidad. No pudo hacer mucho excepto dejarse ir mientras el fuego la devoraba. Al parecer algo intentó según la crónica periodística, y se cayó de la cama, pero ya era tarde.

Rosa usaba velas para iluminarse porque la compañía de la luz le había cortado el suministro. No podía pagarlo.

Rosa será olvidada en unas horas. Nadie dirá mucho más de ella. El Ayuntamiento de Reus la tenía en un plan de ayuda, pues le habían cortado el agua y hacía poco que le habían reintegrado el suministro. Pero al parecer no había pedido asistencia similar para el corte de luz que sufría. A los 81 años a veces esas cosas tienen que decírtelas. Nadie se lo recordó.

A Rosa la ha matado la miseria de este país. No la miseria económica que llamamos ahora "pobreza energética" -como si la pobreza necesitara de adjetivos- sino la de unas empresas que dejan a la gente pobre sin derecho alguno. Y la miseria de unas instituciones que debieron de velar por Rosa y que ahora vienen a enterarse demasiado tarde de su situación.

Rosa, como tantos otros, callaba su vergüenza de no tener luz en casa. 

En esta historia hay muchos culpables. Desde los que se sientan en los consejos de administración de las eléctricas y deciden que a la gente se le corte la luz por impago como si fueran objetos inanimados, hasta los gobiernos que han convertido este país en un reino de taifas para esas empresas intocables. Nadie se ha molestado aún en impedir que las eléctricas corten el suministro a la gente. Porque a las eléctricas (como a la banca, como a las telecos) nadie les rechista.

Y nadie pagará por la muerte de Rosa. Como nadie ha pagado por el accidente del Alvia (excepto el conductor del tren) o el de Spanair. Porque los poderosos en España viven en su propio Olimpo y ni la Ley les preocupa: está escrita a su dictado. Cortada a su medida, como los trajes que les hacen sus sastres a precio de oro.

Rosa tuvo una vida, y en ella hubo sin duda amores, alegrías, acaso hijos, ilusiones y mañanas de sol. Quiso y fue querida. Rió y lloró. Fue una niña de la posguerra, y probablemente pasó hambre y privaciones en su infancia y juventud. Ahora ya no puede tener nada. Sus mañanas de sol se han acabado. Rosa tuvo una historia, pero ahora, ya, nadie puede oírla. Porque alguien decidió quitarle la luz.

Ejecutivos de Endesa, Gas Natural, Iberdrola o Acciona, a vosotros me dirijo, y a los gobiernos que os lo consienten todo: la luz no se le corta a nadie. No sabéis lo que se esconde en cada casa, ni el daño que podéis hacer con medidas como esas que supongo llamaréis "ejemplarizantes" en vuestros consejos de administración. En todos esos hogares que dejáis en la oscuridad, viven muchas Rosas. Todos nuestros actos tienen consecuencias. Siempre. Rosa es la consecuencia de vuestros actos corporativos. Esos actos anónimos que decidís en vuestras sedes acorazadas rodeadas de vigilantes privados. Rosa es el nombre de vuestra vergüenza. En vuestras conciencias queda.

lunes, 14 de noviembre de 2016

Un año después, "Los que sueñan" sigue dando guerra...



Ha pasado un año desde la edición en tapa dura, y acaba de ser editado en ebook. Está a punto de salir en tapa blanda, y mientras tanto, en la web de la Casa del Libro sigue presidiendo la sección de Ciencia Ficción, codeándose con Terry Pratchett, Joe Abercombie o Andy Weir. Así que si os interesa, ahí la tenéis ¡No os perdáis "Los que sueñan"!

Por cierto, estas son las recomendaciones para "emparejar" en tu compra "Los que sueñan" en la Casa del Libro. De lo más curiosas: ¡Kim Stanley Robinson, Ted Kosmatka, Neil Gainman, Ernest Cline y... George R. R. Martin!


sábado, 12 de noviembre de 2016

Seleccionados en México... y en Amsterdam... ¡Y en Croacia!


Nos acaban de comunicar que nuestro corto "Sirena Negra" recién premiado en Los Angeles, ha sido seleccionado para Sustefest 2016, Festival de cine de Terror que se celebra en la ciudad de Valle de Santiago, Guanajuato, México ¡Esperamos que les guste la película!

Y justo cuando estaba publicando lo anterior, nos comunican que nos han seleccionado en la versión online del Lift Off Film Festival de Amsterdam. Se trata de una red de festivales realmente potente que da la vuelta al mundo cada año ¡En fin, que felices estamos! ¡Enhorabuena, equipo!  :-D




Pd.: ¡Y justo antes de publicar, también nos anuncian nuestra selección en el veterano Kraf Festival de Croacia, uno de los veteranos, con 47 ediciones a sus espaldas!


jueves, 10 de noviembre de 2016

Hoy, Sin ánimo de incordiar :-)


Esta tarde estaré en directo en el programa "Sin ánimo de incordiar" de Radio Las Palmas, con Adolfo Padrón Berriel y Xavier Aparici Gisbert.

Charlaremos de todo lo habido y por haber, y de paso intentaremos que los oyentes pasen una hora interesante.  Si hacen luego un podcast, lo pondré por aquí. 

Ahí va la nota que han mandado:

SIN ÁNIMO DE INCORDIAR 
Seguimos subiendo el listón. Este jueves, día 10 de noviembre, nos acompañará el internacional cineasta y escritor canario ELIO QUIROGA. Él, sin duda, es de "LOS QUE SUEÑAN".
Ya sabes: en Radio Las Palmas, 97.3 FM.
De 15,00 a 16,00 horas.
www.radiolaspalmas.com
¿Te lo vas a perder?


La ilustración es de Dani Sanz, y se hizo para esta entrevista de 7 Islands Magazine, por si os interesa echarle un vistazo.

Pd.: Aquí tenéis el podcast del programa.




Una respuesta

He encontrado en una web esta pregunta:



Me he dado de alta en el servicio y he respondido esto. 


lunes, 7 de noviembre de 2016

Nueva web de la Galería de Manuel Ojeda


Manuel Ojeda es uno de los mejores galeristas del país, y sin duda de los más experimentados y arriesgados. Hace unos días que ha renovado completamente el diseño de la web de su galería de arte, que os invito a visitar cuando tengáis un rato. 

Es un diseño elegante y agradable de navegar, realizado por Área Comunicación (Javier Moreno) y así conoceréis los detalles de sus exposiciones (actualmente "Luz confinada", obras de Juan E. Correa y Sara Velázquez) y podréis visitar si os apetece la obra de los diferentes artistas que representa y que tiene a la venta. 

El arte, en tiempos difíciles como estos, es una de las mejores formas de inversión a medio y largo plazo.

viernes, 4 de noviembre de 2016

"Sirena Negra" en Saskatchewan, Los Angeles, Córdoba y Fuentes del Ebro


"Sirena negra" no para de darnos alegrones. El corto acaba de ser seleccionado en el Festival especializado en expresionismo cinematográfico The Cinema of Dr. Caligari, que se celebra en Regina, capital del Estado de Saskatchewan, en Canadá. También ha sido elegido como Finalista en el Los Angeles CineFest, en el Festival de Cine Fantástico Terror Córdoba (Argentina) y en el Festival de Cine de Fuentes del Ebro. Esperamos que guste a los especadores que lo vean en todos esos certámenes.  :-)


miércoles, 2 de noviembre de 2016

El neocine (2): Cine y realidad virtual.



Hace unos años me enteré de que en la Universidad de la Laguna un grupo de físicos estaba trabajando en una lente llamada plenóptica que podía convertir cualquier cámara convencional en 3D, permitiendo ver imágenes en relieve sin necesidad de gafas, utilizando una técnica inspirada en los ojos compuestos de los insectos. El proyecto, llamado Cafadis, y cuyo destino final desconozco (en su web no actualizan nada desde 2013), estaba entonces empezando y buscaban financiación internacional. Me ofrecí a hacer un cortometraje en aquel nuevo formato. Conocer el proceso de diseño e investigación en que estaban trabajando me pareció apasionante. Parecía un camino a explorar lleno de sorpresas. El corto no pasó de ser una proposición, pero hubiera sido muy interesante rodar con aquel prototipo.

La exploración de la información que la luz contiene es un campo de investigación apasionante. Hace unos meses encontré en internet un video sobre una nueva cámara experimental que aplica una técnica plenóptica idéntica a la de Cafadis, y, aprovechando que he hablado anteriormente en el artículo sobre “El libro de la selva” de las nuevas técnicas de hacer cine que están cambiando el medio hacia algo completamente diferente, incido en ello. La edición de agosto de 2016 de American Cinematographer (Vol.97, No.8) habla sobre este prototipo, llamado Lytro Cinema, basado en la (traduzco) captura de campos de luz, conocida también como (traduzco de nuevo) imaginería informática o (en el inglés original) Light-field capture.

El prototipo de Lytro Cinema (que parte de la tesis doctoral del científico malayo Ren Ng de la Universidad de Stanford, quien obtuvo el Premio ACM a la mejor tesis en informática en 2005, éxito que le llevó a fundar Lytro), usa un juego de microlentes situadas justo antes del CCD digital que captura la luz que entra por la cámara, y es capaz de interpretar la información de múltiples rayos luminosos a la vez, mediante un software (por eso esta técnica también se llama fotografía computacional). De esta manera podríamos enfocar o desenfocar en un entorno “real” la imagen filmada después de capturarla, usando profundidades de campo imposibles en el mundo real, delgadas como el grosor de un cabello, sin perder el foco y sin usar máscaras ni trucos de efectos visuales, sólo mediante la información obtenida de la luz capturada durante el rodaje mediante una miríada de microlentes, e interpretándola con ecuaciones implementadas en un motor gráfico.

Gracias a esta nueva tecnología, cosas como el croma, que tanto sufrimos en los rodajes y que está últimamente en todas partes, dejarán de ser necesarias, porque podremos decidir qué rayos de luz de los que hemos grabado hacemos transparentes y cuáles no, usando la información de profundidad que llega con ellos. En teoría, una imagen única de una habitación grabada con esta tecnología podría contener suficientes datos (miles de pequeñas imágenes ligeramente diferentes unas de otras) como para poner cámaras en cualquier lado de ella, dentro del espacio generado por la grabación, aunque no estemos ya físicamente allí.

De esta manera, los directores y cámaras podrían jugar con nuevas posibilidades de luz y ángulos de imagen. La cámara se convertiría en estos rodajes en una especie de escaneador del mundo, un mundo que luego se puede explorar, revisitar, en postproducción, es decir, una vez ha terminado el rodaje de la película.

Se ha rodado un cortometraje con el prototipo de Lytro Cinema, titulado “Life”, dirigido por Robert Stromberg y con David Stump (ASC) de operador de cámara. Stump, en su artículo de American Cinematographer, cuenta que la filmación tuvo que recurrir al uso de luces muy intensas, dada la gran velocidad de obturación que requiere el sistema, y lanza un bonito homenaje a su maestro, Phil Lathrop (ASC), director de fotografía de clásicos como “La pantera rosa” o la serie de TV “Peter Gunn” (la de esta cabecera de inolvidable música de Henry Mancini, que por cierto el grupo Emerson, Lake and Palmer usaba como introito a sus conciertos), quien le enseñó precisamente el trabajo en altas luces, toda una ciencia casi olvidada hoy en día. Stump nos presenta cómo el legado pasa de un maestro a su alumno entre generaciones, recordando las lecciones de Lathrop mientras está probando un prototipo tecnológicamente inconcebible en los años de los clásicos que filmara en los años 60.

Lytro Cinema está en una fase muy inicial, pero promete revolucionar, si funciona como herramienta, la manera en la que se hacen las películas, una vez más. Probablemente, en un futuro podremos ver un nuevo “cine” (o como se llame) en el que asistiremos al drama que se nos muestra desde cualquier lado dentro de las escenas, mirando a los actores desde cualquier parte, colocando las cámaras como espectadores, por poner un ejemplo. Aunque eso ya es posible en cierta medida, como sabréis los jugones, en los entornos 3D fotorrealistas generados por los motores gráficos (como Unity, del que hablé en el artículo sobre “El libro de la selva” o Unreal Engine), las obras de machimina o los entornos de Realidad Virtual, va a ser muy interesante verlo aplicado al mundo cinematográfico.

Quisiera añadir que Lytro existe, es una realidad funcional, participa en ferias importanes como el NAB, y atrae a cineastas e inversores gracias al fomento norteamericano a la emprendeduría (recientemente recibieron una inyección de 50 millones de dólares de fondos de capital riesgo). La fotografía computacional es un campo que está atrayendo a desarrolladores conocidos, como Adobe, que quieren explorar ese nuevo territorio. Y nadie sabe de la existencia de Cafadis, un invento idéntico nacido en nuestras islas. Estas cosas me avergüenzan. Tenemos un talento humano desbordante ahogado en mares de burocracia y mediocridad, por políticos que apenas saben escribir su nombre y menos comprender el alcance de sus actos (legislativos o no), o en guerras funcionariales e interdepartamentales que se mantienen a lo largo de lustros. Esto es España, un paisito (en palabras de la productora Marta Esteban) donde quien inventa está condenado al ostracismo por definición. Un día os contaré aquí mi experiencia con Jaleo, otro invento canario del que apenas nadie se acuerda ya, pero que causó una revolución mundial en el campo de la tecnología digital de proceso de imagen. Sus creadores, si vivieran en otros países, tendrían en vida calles a su nombre, títulos honoris causa, o cátedras con sus apellidos.

En otros países, claro. No en este paisito. Aquí esas cosas se las damos a emprendedores como Mario Conde.

En las imágenes de la película “Life” que he usado para ilustrar este artículo vemos la imagen de un grupo familiar filmada con Lytro Cinema en el parking del estudio de rodaje, y que ha sido integrada en postproducción sobre un cielo azul sin usar croma. Se ha utilizado el dato de profundidad de cada píxel obtenido en el proceso de captura (el eje “Z”) para hacer transparente la imagen en esas zonas. De esta manera, sea cual sea el fondo ante el que se ruede una escena, se puede separar a las personas de aquel sólo con un par de cálculos matemáticos. Observad que hasta los cabellos sueltos de la mujer, que en croma son una pesadilla para poder separarlos del fondo, pasan perfectamente al nuevo fondo, sin artefactos ni errores. Las imágenes son copyright Lytro / Virtual Reality Company.

Exposición abierta hasta julio.

Mi exposición fotográfica "El Risco: la montaña habitada" sigue abierta hasta julio en la Sala MAPFRE Ponce de León,  C. Castillo,...