NOTA: Concluyo aquí la historia de DUE que inicié hace unos posts.
Por puro divertimento los miembros de DUE inventaron una banda punk bastante "destroyer" llamada LA MATANSA DEL SERDO, que editó una cassette, casi un EP con 7 temas de una extraordinaria frescura y violencia entre el punk y el heavy más radical de formaciones trash de aquellos años como STORMTROOPERS OF DOOM y similares.
A medida que DUE iba siendo conocido tuvimos que desarrollar un medio para vender nuestros trabajos, naciendo EL CONSUMIDOR DE CULTURA, un catálogo en fotocopia que se distribuía nacional e internacionalmente, a través del que vendíamos nuestras cintas. El llegar a otros países hizo que nacieran propuestas singulares de trabajo, con cooperaciones internacionales con otras bandas, de las que surgieron trabajos como NOSTALGIE ETERNELLE, con la banda belga del mismo nombre, en la que realizamos desde un Aria para sampler y orquesta hasta un himno apócrifo para los juegos olímpicos de Barcelona. Una obra minimal para piano, L'ETÉ, compuesta por Elio y Migue, resultó un éxito en la escena alternativa, siendo versioneada y utilizada en performances en algunos países, como Alemania y Bélgica. En Canarias, Elio había creado con música de DUE la videocreación MOVIMIENTO NAZIONAL, que obtuvo el Premio al Mejor Vídeo Canario en el III Festival de Vídeo de Gran Canaria. El Centro Insular de Cultura dedicó en aquellos años una retrospectiva a la obra de videocreación de Elio, que giraba siempre alrededor de las atmósferas musicales de DUE, con obras visuales rodadas en Super-8 y postproducidas en el Taller de Video del mismo centro.
Hicimos también nuestros pinitos en el electropop, y con dos canciones de este estilo musical, ganamos el concurso de Rock de la Dirección General de Juventud del Gobierno de Canarias de 1991, publicando los dos temas en un LP colectivo, con las bandas III República y Diplomáticos. El trabajo de grabación fue muy duro, al vernos en un estudio de grabación convencional y analógico con sintetizadores y samplers digitales con salidas de señal digital disparadas por MIDI. Lo que nos era muy útil en un entorno de grabaciones caseras en mesas multipistas, en un estudio de grabación "profesional" era un engorro.
Realizamos una actuación en vivo con tres temas electropop en Tenerife, para lo cual contratamos a una cantante, Cristina López Gevers (siendo Justos, Cristina había aparecido un poco antes, era amiga de Miguel del Colegio Alemán, y grabó con nosotros los temas del disco), y Antonio Miranda nos asistió en la mesa de sonido. El público no sabía lo que hacer. Eramos un grupo de "extraterrestres" tocando electropop disco con aires experimentales en mitad de una plaza a medio llenar. Al final aplaudieron, no sé si por cortesía o porque estaban deseando que nos largáramos del escenario. Un tipo se nos acercó y nos dijo que quería representarnos y que nos iba a conseguir actuaciones. No volvimos a saber de él.
A partir de ahí, era el año 1992, los caminos de la gente de DUE se separaron, Ángel Sánchez pasó a trabajar en el Rectorado de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Miguel Hernández a dar clases de informática de Formación Profesional y Elio Quiroga inició una carrera como director de cine y guionista, que tardaría varios años en ir despegando. Miguel intentó en solitario realizar algunos trabajos en una línea electrodisco, pero no tuvieron repercusión, tanto a causa de nuestra dolorosa condición ultraperiférica, como de la ausencia de interés por parte de editoras profesionales de música.
Todos los miembros de DUE guardamos un grato recuerdo de aquellos tiempos, en los que desde programar un secuenciador para que siguiera a un Casiotone subvoltado, a grabar una performance a base de distorsiones, pasando por regrabar cintas de cassette jugando con los cabezales o hacer una hora y media de ruido, etiquetarlo y venderlo, todo era posible, y en los que una escena alternativa a la de la música de consumo florecía en España y Europa. Yo de vez en cuando uso algún tema de DUE en las películas que dirijo, dando un guiño a la nostalgia del que sólo unos pocos iniciados son conscientes (y a lo mejor sólo yo). Es mi pequeña firma.