viernes, 8 de mayo de 2015

Denunciando a TVE (1)

 
Les voy a dejar en este artículo y en el siguiente el texto de la denuncia que remití a la CNMC y que fue finalmente archivada. Hablo sobre el asunto en este artículo y otros anteriores.

Esta fue la Exposición de Motivos:

TVE (Televisión Española) emite en sus diversos canales películas, series de televisión, o documentales de producción propia y ajena. Estas emisiones, en las televisiones públicas de otros países están presididas por un concepto fundamental para un servicio público: el respeto integral a la obra emitida, y no son interrumpidas ni desfiguradas. En cambio, TVE, desgraciadamente, sí lo hace.

Considerando a una película o documental como una obra artística y cultural, modificarla con intereses espúreos es todo un atentado hacia ella, de la misma forma que lo sería pintar encima de una obra expuesta en el Museo del Prado, o añadir publicidad de lavadoras a un concierto de Mozart o Schubert. Hay cosas que, todos estamos de acuerdo, no ayudan a extender el respeto por la obra cultural y artística entre las gentes. Y creo que precisamente extender el respeto hacia las obras de arte y la cultura es una tarea básica de una televisión pública.

Esto, que no se exige -ni cabría hacerlo- a las televisiones privadas, es algo fundamental en ese concepto de televisión pública que se maneja en Europa y América, que es una televisión que además de cumplir aquel trío de “formar, informar y entretener” prolonga su misión integral hacia la formación de los espectadores.

Hoy en día, ni que decir tiene, el cine y otras manifestaciones audiovisuales son ya parte de nuestra cultura, y la formación de un espectador maduro, con capacidad decisoria, y que viva el respeto a la obra que disfruta, creo que es parte del deber de una televisión pública para la ciudadanía.

Y en ese aspecto creo que TVE incumple gravemente con su deber. Si bien su programación en cine y series, aunque mejorable, sigue siendo rigurosa, es el tratamiento de esas obras donde ese deber falla. En dos puntos:

1- TVE interrumpe la exhibición de las películas, series de TV y documentales que emite mediante autopromocionales insertados digitalmente sobre la propia imagen de las obras, desvirtuándolas. En ocasiones -en los documentales- estas inserciones aparecen justo sobre los textos o subtítulos de las obras emitidas, impidiendo su lectura.

2- TVE corta los títulos de crédito de todas las películas, documentales y series de TV que emite.
Estas dos actitudes son comunes, insisto, en las televisiones privadas1. En ese caso, de nuevo, nada que objetar, están en otro “escenario” de competencia comercial2. Sin embargo creo que una televisión pública debería, por definición y respeto elemental a la obra emitida, hacerlo en su integridad -sin cortar créditos- y manteniendo la obra íntegra, sin desfigurarla insertando mensajes ajenos a ella.

Creo que estas dos actitudes de TVE con los programas que emite reflejan un escaso respeto por ellos. Y eso se extiende, claro, a los espectadores. ¿Cómo esperamos formar espectadores si se desprecia a las obras emitidas de esta manera? Ese tratamiento curiosamente no lo sufren las obras “de la casa” (cuyos títulos de crédito de salida nunca son cortados, y que no son interrumpidos con autopromos -caso de series propias como “Isabel” o “Águila Roja”, esto es, las “novedades”-) ni otros productos emitidos, tales como las retransmisiones deportivas o los informativos, lo que implica un desprecio añadido a la obra audiovisual cinematográfica o documental que creo es indigno de la labor de un medio público.

¿Se emite “La Diligencia”? Se pueden cortar sus créditos y mutilarla con autopromos. ¿Una película de Fellini o Dreyer? En una de sus escenas se nos anunciará con una animación que “mañana hay nuevo episodio de 'Isabel'” o que “Esta semana, hay un gran partido de Nadal en La 2” ¿En un partido del Barça o del Madrid pasa lo mismo? No, no se interrumpen con autopromos. Creo que es intolerable este burdo desprecio a la cultura y a la integridad de la obra emitida. Salta a la vista lo dañino de estas actitudes, indignas de un medio pagado con los impuestos de los ciudadanos.

Cuando me he puesto en contacto con la Defensora del espectador de TVE he obtenido respuestas vagas y francamente indocumentadas. En el primer caso, en el año 2011, se me dijo que los créditos de salida de las películas son “tiempo muerto”. Sorprendente respuesta, pero es que el director de programación de entonces, al que se trasladó la pregunta, venía de la televisión privada, y tal vez no entendiera términos como “integridad de la obra artística” o “formación de los espectadores”.

En aquel año todavía no se había empezado a meter texto digital sobre películas, series y documentales anunciando algo especialmente destacado de la programación futura. Este año (2014) he reiterado la consulta añadiendo el problema de los autopromos insertos sobre imagen y se me ha respondido con lo mismo más o menos, añadiendo que los autopromos con imagen se han añadido, simplemente “porque otras televisiones lo hacen” y porque “la ley audiovisual no les obliga a no hacerlo” (¡!).

Habiendo denunciado a Defensor del Pueblo esta situación ante la ausencia de respuesta satisfactoria por parte del Defensor del Espectador de TVE, adjunto la respuesta de la Institución citada, tendente a la inhibición, en la que se me recomienda que proceda, de creerlo conveniente, a la denuncia, cosa que hago por vía de este documento.

En la Ley 7/2010, de 31 de marzo, General de la Comunicación Audiovisual, se puede leer lo siguiente:

Artículo 14. El derecho a emitir mensajes publicitarios.
4. Los mensajes publicitarios en televisión deben respetar la integridad del programa en el que se inserta y de las unidades que lo conforman.
La transmisión de películas para la televisión (con exclusión de las series, los seriales y los documentales), largometrajes y programas informativos televisivos podrá ser interrumpida una vez por cada periodo previsto de treinta minutos. En el caso de los programas infantiles, la interrupción es posible una vez por cada periodo ininterrumpido previsto de treinta minutos, si el programa dura más de treinta minutos.
En función de este artículo, TVE estaría traicionando fundamentalmente la citada Ley, pues estaría insertando mensajes publicitarios -de eso se trata en el caso de las inserciones autopromocionales, no es información, sino un modo de mantener al espectador en el canal, y es por tanto un mensaje publicitario; de lo contrario las noticias de última hora, por ejemplo, se emitirían también de esa misma manera, cosa que se entiende lesiva, así que sólo se hace con los autopromocionales, que no son nada más que ganchos para que el espectador siga la oferta de TVE; el mismo término “autopromoción” o “autopromo” encierra en sí mismo el concepto publicitario básico que la define como publicidad- en el punto 1 que comento anteriormente, impidiendo la experiencia de visionado de la obra artística de los espectadores, que pagan esa emisión, en las mejores condiciones posibles, lo recuerdo, con sus impuestos.

¿Se imaginan lo mismo sobre un concierto de una orquesta sinfónica? Pues es básicamente lo mismo. Se trata de interrupciones en toda regla que impiden la lectura correcta de la obra artística, y por tanto vulneran este punto 4 del Artículo 14.

Abundando en ello, respecto al punto 2, la interrupción de créditos de películas y series causa el mismo problema, pues se elimina una parte significativa de la obra artística, que otros canales respetan sin más problema, de nuevo vulnderando el Artículo 14 citado.

El corte de créditos obedece a un criterio puramente mercantilista de la emisión televisiva que desde luego no casa, añado, con el servico que debería de ostentar una televisión pública.

Por lo que en función del Artículo 9 de la Ley 7/2010, de 31 de marzo, General de la Comunicación Audiovisual, que reza:

Artículo 9. El derecho a la participación en el control de los contenidos audiovisuales.
  1. Cualquier persona física o jurídica puede solicitar a la autoridad audiovisual competente el control de la adecuación de los contenidos audiovisuales con el ordenamiento vigente o los códigos de autorregulación.
Tras todo esto esta era mi solicitud:

a) Que se inste a TVE a cesar inmediatamente de interrumpir la emisión de películas, series, documentales, etc. con autopromocionales.

b) Que se inste a TVE a no cortar los créditos de salida de películas y series de TV, al menos durante un tiempo razonable de 2 a 3 minutos, por determinar.

c) Que se proceda, de considerarse necesario, a sancionar a TVE por unas actividades que vulneran la legalidad vigente.

d) Que se asegure legalmente que estas medidas sean definitivas y pasen a ser parte de las obligaciones de TVE, independientemente de cambios directivos o de orientación comercial, al ser base de su obligación como Servicio Público, en cualquiera de sus canales.


1En el caso de los autopromos integrados sobre películas o series, ocurren en las televisiones privadas mayoritarias. En cambio, Canales como Discovery Max, Canal de Historia, Calle13, Sci-Fi, TCM, Hollywood, MGM, National Geographic, MTV, Divinity, AXN, Boing, Disney Channel, y un largo etcétera de canales de TDT, en abierto y de cable comerciales españoles emiten sus programas respetando los créditos y sin insertar autopromos en el metraje.
2Esto, no obstante, sería discutible porque, en cualquier caso, esas televisiones comerciales están utilizando en régimen de concesión un bien público, como es una frecuencia radioeléctrica, y ello debería de impicar una serie de obligaciones, peso sería otro asunto que se escapa a este escrito de denuncia.

El logo de la 1 de TVE lo he encontrado en Wikimedia Commons.

jueves, 30 de abril de 2015

"No-Do" en el programa de las Fuerzas Aéreas



Hace un par de años que "No-Do" se estrenó en USA, a través de Fangoria, y fue bastante bien. Tanto, que llevamos un año diseñando un remake norteamericano que a lo mejor se hace, a lo mejor no, como todas estas cosas, pero que está quedando bastante molón, al menos en guión.

Estrenada con el título de "The Haunting", la película obtuvo la necesaria clasificación MPAA, y ha seguido su circuito comercial, estando disponible en varias plataformas, como Netflix o Apple Store. Cual no ha sido nuestra sorpresa al ver que está en el programa de entretenimiento de la U.S. Air Force, así que los Top Gun, antes de hacer sus maniobras, se pueden ver "No-Do" tan ricamente.

martes, 28 de abril de 2015

Niños malcriados



Veo perplejo cómo se desenvuelven los acontecimientos en esta Europa que parece haberse vuelto loca, donde mandan los bancos sobre los gobiernos y las deudas sobre las personas, donde los Estados renuncian a sus obligaciones, sin consulta ni información a sus pueblos soberanos, donde los Gobiernos legislan a mansalva a orden de algún Gran Hermano oculto en la Troika a base de Reales Decretos para que no se note demasiado, arrasando con derechos humanos básicos, viendo cómo Israel masacra palestinos inocentes que a su vez fusilan a los suyos sin juicio, mientras guerrillas financiadas por la inteligencia norteamericana decapitan y fusilan o crucifican al otro que no piensa como ellos, mientras miles de políticos sin mérito alguno han llegado a dirigir empresas públicas a nuestro alrededor, o alcaldías, o consejerías, o ministerios, y ante la menor sospecha de que han delinquido se agarran como si estuvieran soldados a sus asientos, pienso en dos cosas:

1- La inmensa mayoría de los grandes Estados, vistos en su globalidad, en la escena mundial, actúan como críos. Rabiosos, inconscientes, pensando en el corto plazo, ajenos a las consecuencias de sus actos, básicamente como niños estúpidos. Ya lo comenté en este artículo hace unos días.

2- Casi todas las personas que llegan a puestos de responsabilidad a través de los aparatos políticos, cuando acceden a su meta, hace tiempo que han atravesado su umbral de capacidad y se comportan como incompetentes. Incluyo a la corrupción como la forma más primaria de incompetencia en estos días en los que el Partido que gobierna el país se hunde en un lago fecal sin comprender la magnitud del desastre que han de afrontar, y sin haberse preparado para ello ni haber diseñado planes de contingencia, todo ello epítome de una incompetencia absoluta y sin remisión. El corrupto, lo vemos a diario con gente como Rato que no se creen "que esto les pase a ellos y no a los Pujol" es, o se vuelve, tan estúpido, supongo que de puro narcisismo (propio de los oligarcas por cierto), que es capaz de robar a sus electores, a los ciudadanos, a quien sea, para... para... para algo que ni él mismo sabrá responder ¿Para qué carajo robas, tío? También actúan como niños. Como hombres-niño. Incapaces de dar razones de sus acciones, incapaces de analizar las consecuencias de sus actos.

Pero al menos con los niños tienes la esperanza de que aprenderán a pensar cuando crezcan. Ni los Estados ni los hombres-niño son capaces de eso.

Así que veo que la gran verdad del inicio del Siglo XXI es que los Estados funcionan como niños malcriados y que los políticos funcionan como estúpidos incompetentes. Niños y tontos. Entre ambos, la Historia se escribe. Eso sí que son renglones torcidos.

La solución no es el diálogo ni las buenas intenciones. Es mano dura. Dura lex sed lex. Sanciones. Embargos. Boicots. Cárcel para los corruptos, sin excepciones. La casta, que vuelva a su cortijo. Se les acabó el recreo. El asunto de la niñería internacional ya lo comenté en el otro post.

Los niños aún están aprendiendo a pensar. Los tontos ya no saben hacerlo mejor. Unos y otros necesitan ser guiados, o retirados a un lugar en el que no puedan hacer ni hacerse daño ¿Y quiénes son los responsables de establecer esas guías? Pues en última instancia, nosotros. Los ciudadanos. Los que se supone colocamos en puestos de responsabilidad política a gente que nos haga la vida mejor, no peor.

La ilustración es una pintura de Jean-Baptiste Greuze de 1785. "The Spoiled Child". Está en Wikimedia Commons y en dominio público. Se puede ver en el Museo del Hermitage.

lunes, 20 de abril de 2015

A los hijos de puta

Han muerto 700 (puede que más de 900, hay todavía versiones contradictorias) inmigrantes camino de Italia en un espantoso naufragio. Hemos descubierto por este suceso que el gobierno italiano había disminuido el presupuesto anual para rescatar a la gente desesperada que acude a ese país cruzando el Mediterráneo de 9 millones a sólo 2. Justo cuando había un pico de llegadas. La versión oficial es ridícula y repugnante: "para disminuir el efecto llamada".

Hay que ser hijos de puta.

Así que voy a hablar de eso, de hijos de puta.



Había sido un buen día. La empresa estaba dando beneficios, y en el Consejo de por la mañana te habían felicitado. Lo que más te llenó de orgullo fue que el Presidente se acordara de tu nombre y te dijera aquello de

"ya eres de los nuestros"

Sí, estabas contento, porque, además, la posibilidad de un ascenso estaba flotando en el aire, y con ello seguramente unas primas que triplicarían tu sueldo. Tu brillante idea había sido aguar un pelín la leche, o cobrar un 1% a cada cuenta bancaria por una comisión nueva, o comprar un medicamento de la competencia para que no saliera a la calle. Tu brillante idea ocurre a diario en todo el mundo, hace daño a millones, y ricos a unos pocos. Tu brillante idea. Esa que te tiene tan orgulloso.

Por eso no entendiste el castellano claro y prístino de tu hija de 8 años, cuando, en la cena, entre las buenas noticias que contabas a tu mujer, te espetó:

"Papá, en el colegio los niños dicen que eres un hijo de puta"

Esto va para vosotros, hijos de puta. Sabéis bien quiénes sois; los hijos de puta se reconocen  a sí mismos perfectamente, porque de noche,  al ir a dormir, al yacer con vuestras esposas tras arropar a vuestros hijos, una vocecita interior os llama así.

Lo sabéis mejor que nadie, así que no es necesario que os señale ni os nombre.

Para vosotros, hijos de puta, que denegáis las indemnizaciones  a las víctimas del vuelo JK5022, o que decidís que la atención al cliente de vuestra megaempresa se convierta en un muro, o que cobráis fortunas por medicamentos que salvan vidas pero resultan demasiado caros, o que ordenáis masivas ventas de viviendas protegidas a fondos buitre, o que trabajáis en esos fondos buitre, o que elegisteis que lo que importa es ganar por encima de todo, o que ordenáis desahucios para que vuestros bancos puedan vender casas vacías invendibles, o que cortáis la luz a gentes que podrían ser vuestros padres pero que están atravesando una mala racha, o que convertís la información en propaganda, y la política en una porquería, o que cobráis a precio de oro productos cuyo coste de fabricación es ridículo, o que dirigís empresas de apuestas que están arrastrando a miles de inocentes a la ludopatía, o que prestáis vuestra imagen y prestigio si se os paga lo suficiente, o que traficáis con personas, con drogas, con almas, con vidas, con ideas, o que contamináis acuíferos, o que condenáis  a vuestros empleados a ser semiesclavos, o que llenáis el aire de gases de efecto invernadero o  los estómagos de millones de personas de pesticidas tóxicos, o que prestáis dinero con usura, o que robáis  el dinero público, o que prevaricáis, o que patentáis semillas, o que especuláis con los alimentos, o que compráis y vendéis diamantes de sangre o coltan, o que vendéis remedios milagro, o que exportáis armas a dictaduras, o  o que fabricáis armas químicas, o que creáis leyes injustas porque os han prometido un puesto bueno si lo hacéis, o que pedís "vuestro porcentaje" de un contrato público, o que iniciáis una inspección a un ciudadano incómodo, o que incitáis al odio, o que falsificáis encuestas, o que hacéis televisión basura, o que, para resumirlo todo en una línea, hacéis daño a la gente porque así os lo mandan vuestros superiores, sean estos CEOs, políticos, policías o brokers, a los Ratos, a los Rejoys que eluden las preguntas más elementales de los periodistas, a los periodistas que no repreguntan, a los que contribuyen cada día con su granito de arena de mierda a hacer este mundo más feo, más infeliz, más áspero y más insolidario... A vosotros, que representáis lo peor de la humanidad, pero que al mismo tiempo nos mostráis lo que no debemos ser si no queremos extinguirnos. A vosotros os digo:

El problema de ser un hijo  de puta es que vosotros y todos los que sois así hacéis daño a muchas personas que ni veis ni conocéis, por eso me gustaría que algún día, como en esos cuentos dickensianos de esperanza vana que sirven para que nos sintamos mejor, esos cuentos que limpian el alma, probarais  en vuestras propias carnes el daño que hacéis a diario. 

Sé que no será así. Así que sólo me queda la esperanza de que cambiéis. Y de que el cambio salga de vosotros, de que una mañana os miréis al espejo y decidáis parar. Eso se me antoja aún más difícil, pero no pierdo la esperanza.

Dejar de ser un hijo de puta es muy fácil. Sólo hay que olvidar el miedo, y decirte:

"a partir de mañana no volveré a ser un hijo de puta". 

Verás qué sencillo es. Y cómo cambia todo a partir de ahí.

Hay que crear "Hijos de puta anónimos", y convocar reuniones en todos los barrios, en todas las esquinas. Y cada compareciente iniciará su inculpación con el mismo soliloquio:

"Hola, me llamo fulanito y soy un hijo de puta".

Ánimo. Todo se puede en esta vida, hijos de puta.

La imagen es el poster de SOB (Sons Of a Bitch, traducido literalmente, Hijos de Puta), una amarguísima comedia sobre Hollywood dirigida por Blake Edwards en 1981, cuyo sonrojante título español fue: SOB (Sois hOnrados Bandidos). La uso acogiéndome al derecho de cita.

jueves, 16 de abril de 2015

De naciones y personas



Asistiendo a diario a esa Historia General de la Infamia que es la información internacional, llego a esta tesis: veo que los Estados, los países, sus servicios diplomáticos, y sus relaciones mutuas parecen grupos de críos peleados y furiosos. En esa "guerra de baja intensidad" que son las relaciones entre naciones en tiempos de paz (y que podemos ver convertida en caricatura en el estado de eterno golpe-contragolpe perpetuo entre Israel y Palestina, este último un Estado despojado y abandonado por el Orden Internacional, en lo que no es sino una guerra de guerrillas nunca declarada del todo, o en las informaciones interesadas generadas desde la Troika sobre el gobierno griego), se condensa lo peor de nuestra especie. Las relaciones colectivas son atroces, vergonzantes, violentas, feas, arteras, tramposas, brutales, básicamente animales.

En cambio, las gentes casi siempre son gentiles entre ellas. Los vecinos se ayudan, a pesar de estar en bandos enfrentados. 

Los soldados hacen treguas a pesar de las órdenes de sus mandos. Las personas acogen a extraños en sus casas.

Vemos ejemplos de esa amabilidad entre los hombres en cada esquina de nuestras ciudades, en cada rincón del mundo.

Esas micro relaciones nos salvan. Nos revelan la mejor cara de nuestra especie de homínidos (cuando nos encontramos desnudos, solos y necesitados, ante nuestros semejantes), y entonces vemos que dejamos abandonado lo bueno de nosotros, lo que nos hace especiales, cuando nos agrupamos en naciones. Cuando la ideología se adueña de nuestras conductas.

La diplomacia internacional debería de atender al micro management, a las lecciones que los ciudadanos dan cada día.

Estados comportándose como niños rabiosos e irresponsables, frente a personas demostrando que las cosas se pueden hacer bien de otra manera, si se quiere.

Veremos qué modelo gana. El primero, el de los Estados, llevamos padeciéndolo desde que tenemos memoria. Va siendo hora de probar el otro. El de las personas, el de los ciudadanos. El de los vecinos.

La foto está en Wikimedia Commnons bajo licencia de uso Creative Commons Share-Alike 3.0 Unported. El autor es el Dr. Murali Mohan Gurram. Fue tomada el 28 de septiembre de 2013 en el Museo del Ejército de Bruselas.

martes, 14 de abril de 2015

Crítica de "La Hora Fría"

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, os dejo aquí la crítica firmada por Gerard Quinto que La Vanguardia publica hoy de "La Hora Fría" por su pase televisivo en La 2.


domingo, 12 de abril de 2015

"La Hora Fría" en La 2


Si no tenéis nada que hacer a las 00:10 de este miércoles 15 de abril, podéis ver en La 2 de TVE mi segunda película, "La Hora Fría", protagonizada por Silke, Julio Perillán, Nadia de Santiago, Omar Muñoz, Jorge Casalduero o Pepo Oliva.

Los efectos visuales, de los que podéis ver aquí un pequeño making of (ojo, que contiene spoilers) fueron realizados por La Huella. Aquí otro making of (con algunos spoilers también).

Arriba podéis ver el póster alemán.

Sinopsis: Ocho personas viven aisladas en unas instalaciones ruinosas. No pueden abandonar el complejo que habitan y viven en un continuo estado de alerta. La comida y las medicinas escasean, pero para conseguirlas deben abandonar el área segura. Lo que se oculta en el exterior del área habitada es algo tan terrible que ni siquiera se atreven a hablar de ello.

Si queréis saber algo más de ella, ahí van el minisite de imdb y la ficha de Filmaffinity.

viernes, 10 de abril de 2015

Otra carta a la espera de (alguna) respuesta


  "España es una dictadura legislativa atenuada por la inobservancia"
(Antonio Cánovas del Castillo)

Este es un ejemplo muy interesante de esta cita que publiqué hace poco en este mismo blog. La inobservancia; el perfecto instrumento de las oligarquías para hacer "como que" se atienen a la Ley, pero pasándosela por el forro de sus caprichos. España vive en este lodazal desde hace siglos. Bueno, este es el asunto...

Sigo tocando un poco las narices siempre que tengo un ratito libre :-)

Hace unos días envié esta carta a la Comisión Parlamentaria de Sanidad del Congreso de los Diputados. 

La leéis y nos vemos después ¿Vale?


Señorías,

Como sabrán, desde 2010 está en vigencia una de las leyes más importantes en la reciente historia sanitaria de España. Me refiero a la Ley 42/2010, de 30 de diciembre, por la que se modifica la Ley 28/2005, de 26 de diciembre, de medidas sanitarias frente al tabaquismo y reguladora de la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los productos del tabaco, que, entre otras cosas, prohibe fumar en espacios públicos. Esa ley está salvando vidas entre los fumadores pasivos, parte de los cuales son los trabajadores de la hostelería.

Sin embargo, la Ley no se está cumpliendo en algunos casos. Es vox populi que en lugares como Madrid, en los que hay un no declarado boicot a la citada Ley, se hace lo posible por neutralizar las inspecciones, que actualmente están reducidas al mínimo. De esta manera, cientos de locales incumplen la ley, especialmente en horarios nocturnos.

Quisiera llamar la atención a sus señorías sobre el aspecto de las terrazas cubiertas de las que la capital se ha llenado. La Ley es taxativa al respecto, y la cito a continuación:

2. A efectos de esta Ley, en el ámbito de la hostelería, se entiende por espacio al aire libre todo espacio no cubierto o todo espacio que estando cubierto esté rodeado lateralmente por un máximo de dos paredes, muros o paramentos.

Si cualquiera de esas terrazas cubiertas tiene tres paramentos, muros o paredes, se considera espacio cerrado y por tanto no se puede fumar en ella. Un simple paseo por Madrid les mostrará que sistemáticamente todas las terrazas cubiertas incumplen la ley, pues están cerradas, y en ellas se fuma. Eso hace que centenares de bares, restaurantes y cafeterías con terraza cubierta estén vulnerando la ley de forma totalmente impune. Cada acto aislado de fumar en esas terrazas es una Falta Grave con multa de 601 a 10.000 Euros, y se producen de forma escandalosa y sistemática en número de miles diariamente en Madrid ante la total indiferencia de la Autoridad Sanitaria competente

Según reza la Ley 28/2005, de 26 de diciembre modificada por la ulterior de 2010,

3. Se considerarán infracciones graves:
a) Habilitar zonas para fumar en establecimientos y lugares donde no esté permitida su habilitación.
b) Permitir fumar en los lugares en los que existe prohibición de hacerlo.

Al final esos espacios, las terrazas cubiertas en que se consume tabaco ilegalmente, quedan vedados al no fumador, so pena de volver a los tiempos pre-ley, y convertirse en fumador pasivo. Y como siempre los trabajadores de esos locales han de soportar esa gravísima lesión sobre sus derechos sanitarios y laborales sin poder rechistar, dados los tiempos que corren. Esto está ocurriendo en Madrid en 2015, señorías, y me consta que también en otras muchas ciudades y pueblos del país.

Esta situación vergonzosa, escandalosa, impropia de un país desarrollado y occidental, así como absolutamente intolerable, tiene que acabar. La Ley está para cumplirla, independientemente de ideologías, posiciones personales u opiniones, y la Ley del Tabaco fue la que contó con más apoyo parlamentario y además ha resultado ser una de las más beneficiosas para la población. La leyes se pueden, desgraciadamente, boicotear por inacción, como es el caso de Madrid, lo que crea unas lesiones intolerables en el Imperio de la Ley y vulnera gravemente los Derechos de Ciudadanos y Trabajadores.

Por la presente, ante esta situacion escandalosa, quisiera consultarles los siguientes puntos:

1-¿Tienen ustedes información sobre cómo se está cumpliendo la Ley en las diferentes CCAA?

2-¿Han pensado sus Señorías en habilitar algún sistema para evitar que algunas CCAA incumplan la legalidad vigente, como es el caso?

3-¿Se prevé algún cambio legislativo para que esta lamentable ilegalidad sea erradicada, pues la Ley se convierte en papel mojado de facto?

4-¿Son conscientes sus Señorías de las más recientes investigaciones, que revelan que el tabaco de primera, segunda y tercera mano son aún más peligrosos y letales de lo que se sabía hasta ahora? (http://www.elmundo.es/salud/2015/02/12/54dbad30ca474132028b456e.html)

5-¿Van a consentir sus señorías que se sigan poniendo en peligro vidas humanas, especialmente las de los trabajadores de la hostelería madrileña, que siguen indefensos, expuestos al tabaquismo pasivo ante la total pasividad de una administración que debería de velar por sus derechos y no lo hace?

Gracias, reciban un saludo cordial.


Bueno, aquí estoy de nuevo. La carta me salió de pura rabia, de ver cómo en Madrid los trabajadores de la hostelería, explotados por una caterva de “empresarios” de la peor especie siguen sufriendo el tabaquismo pasivo sin poder hacer nada, al exponerse a ser despedidos a la primera de cambio si se quejan o dan el menor problema. Esa situación, ilegal, dictatorial, lamentable, creo que merece la pena ser denunciada en voz alta, y así he procurado hacerlo, ante la Comisión que se supone debe de conocer estos asuntos. El problema es que como sabéis las competencias sanitarias están transferidas, y, a la chita callando, la ideología neoliberal imperante permite que estas cosas pasen con un gesto bien simple: mirar hacia otro lado.

La conclusión que he sacado tras recibir dos respuestas, una del Grupo Parlamentario Socialista y otra de la Izquierda Plural, es la que ya sospechaba de experiencias anteriores (algunas ya comentadas en este mismo blog). El Grupo Socialista se toma las cosas con mucha calma, y parece más pendiente de la danza y el cortejo parlamentarios, respondiéndome con un “lo pensaremos, lo vamos a ver, y a ver qué hacemos”; o sea, nada de nada, y la más directa Izquiera Plural me responde con una transcripción casi literal de mi carta ya convertida en pregunta parlamentaria y presentada por Registro, firmada por Gaspar Llamazares, uno de los Diputados más activos y combativos de la Cámara, y, además, médico.

Informo de ello para que os vayáis haciendo una composición de lugar, que pronto llega mayo, y noviembre está casi, casi, a la vuelta de la esquina.

La ilustración está en Wikimedia Commons en Dominio Público. Congressmen before and after election (Los Congresistas antes y después de las elecciones). Dibujada por by Archibald Chapin (1875-1962), ilustraba el Editorial de la edición del 14 de octubre de 1922 de la publicación norteamericana Country Gentleman. En la primera viñeta, vemos a un político descamisado dando una arenga en un mitin: "Yo soy un hombre sencillo, un amigo del pueblo".  La segunda viñeta muestra al mismo político una vez elegido, con un traje caro y actitud soberbia, diciendo: "No me puedo distraer con cosas sin importancia. Estoy ocupado atendiendo asuntos de Estado".



domingo, 5 de abril de 2015

Redes y periodismo. El elefante en la habitación.



Hace unos días La 2 de TVE emitió (tardísimo por cierto; el programa empieza de madrugada) en la tertulia Millennium, que dirige Ramón Colom, una interesante discusión sobre las redes sociales, especialmente Twitter, y el periodismo.

Me sorprendió el enfoque. Los contertulios trabajaban sobre la base de que Twitter y otras redes sociales "estaban ahí", como si fueran parte de la base de la comunicación interpersonal, algo inevitable, algo público (de manera parecida a los tendidos eléctricos, las tuberías del agua o de alcantarillado; cosas que damos por garantizadas), y afirmaban que estaban acabando con el periodismo, o cuando menos con el modelo actual de contar noticias. Más me sorprendió que nadie se preocupara por un detalle que es, en mi opinión, vital en todo ese debate y debería de centrarlo todo: Twitter es una empresa privada. Facebook, también. 

Cuando hablamos de Redes Sociales no nos referimos a un bien público que se extienda hacia toda la gente, como el agua de abasto o el espectro radioeléctrico (un bien de los ciudadanos a través de cuyo reparto regulado vemos la tele u oímos la radio, del que sabemos bien poco, y al que volveré a más tarde), sino que son redes privadas con reglas propias que además usan una red semi privatizada (internet), cuya cualidad de bien social y público todabía no se ha logrado ni extendido, y que no es accesible a todos en igualdad de condiciones (para llegar a internet hay que pagar a una telefónica, hay que tener además unos conocimientos que cierran a mucha gente ese acceso, y un hardware adecuado). No, internet todavía no es exactamente un bien público, por mucho que se encarguen de pregonarlo políticos poco informados.

Vuelvo al hecho de que Twitter y Facebook sean empresas privadas, y son norteamericanas, no universales. Ambas hacen firmar unos contratos dementes y leoninos a sus usuarios, contratos que nadie se lee, pero que implican, por ejemplo, que todo lo que allí subas puede desaparecer un buen día sin que ellos tengan la menor responsabilidad, ya sea por negligencia o por cualquier otra causa.

Esas dos empresas, además, son vergonzosamente colaborativas con las cloacas más siniestras de la inteligencia USA, y tanto la NSA como otras agencias, espían cotidianamente todo lo que en ellas se publica, con la feliz aquiescencia de ambas. Google, por cierto, hace lo mismo; se trata de otra empresa privada que tiene un papel dominante en internet.

Sí, todo lo que posteas en Face, lo que tuiteas o escribes en tu cuenta de Gmail está rigurosamente vigilado, y aceptas que así sea al firmar (sin mirarlo, como todos hacemos) el contrato que has de aceptar necesariamente para acceder al servicio, un contrato que, por cierto, está en perpetuo estado de modificación, y te añade cláusulas sin que te enteres y sin informate, algunas de ellas secretas, porque al firmarlo, admitiste, además, ese detalle. ¿Te imaginas eso en la vida real? Seguramente si alguien que firma contigo un contrato en papel y te cambiara cláusulas sin aviso y sin tu consentimiento se ganaría una buena denuncia. Pues bien, eso lo aceptamos todos al firmar el contrato de entrada en las redes sociales que solemos usar cada día.

Twitter une a su cualidad privada el detalle de que sigue en pérdidas económicas tras ocho años de existencia, por lo que muchos accionistas pueden un día de estos replantearse su inversión y abandonarla a su suerte. Por eso no es descabellado plantear un escenario en el que Twitter podría desaparecer, y con ella esa supuesta plataforma de periodismo libre que se cantaba en el coloquio de Millennium. Porque es una empresa privada, porque nadie vela por que se conserve la información que almacena en sus servidores como bien público. En el caso de Facebook podría parecer más remota una catástrofe, pero quién sabe. Cosas más raras se han visto.

Esa ignorancia de un detalle tan importante a lo mejor obedece a cómo somos y cómo pensamos en España. Por ejemplo, el espectro radioeléctrico, un bien que es de todos nosotros, es cedido a las emisoras televisivas o radiofónicas mediante convenios que implican ciertas obligaciones de servicio público. Antena 3 o Telecinco, por ejemplo, tienen cláusulas a cumplir por esa cesión, y no necesariamente las cumplen, pero nadie les sanciona sus incumplimientos. Por ejemplo: no respetan el horaro infantil en cuando a los contenidos que emiten, y sabemos que Telecinco ha sido suavemente sancionada por ello, pero nadie les ha rechistado de verdad. Les estamos dando un bien de todos los ciudadanos para que emitan Sálvame o Gran Hermano y nadie hace nada.

Otro ejemplo es cómo casi todas las televisiones privadas se saltan a la torera los límites en términos de contraprogramación y de tiempo de publicidad por hora de emisión, sin que pase (casi) nada, o con sanciones irrisorias ¿Es esa la salvaguarda de lo público en manos privadas que hacemos en este país? En otras naciones de nuestro entorno, las sanciones son ejemplares, y precisamente por eso, los motivos de sanción no se suelen repetir; la emisora infractora aprende la lección a la primera. Me temo que en ese aspecto en España tenemos aún mucho camino que recorrer. Pero recuérdalo: el espectro radioeléctrico es nuestro, tuyo y mio, no de las televisiones. Y se les cede vía concesión administrativa, una concesión que podría ser revocada si se incumplieran los compromisos que esas televisiones adquieren al recibirla.

Volviendo a los modelos de Facebook y Twitter, que en la tertulia que comento eran contemplados casi con reverencia, como si estuvieran ahí para siempre, no discutibles, y como si fueran medios neutros (no lo son, sabemos además de la censura cada vez más agresiva en ambas redes sociales, con cancelaciones arbitrarias de cuentas de por medio), se olvidaba en el coloquio además el pernicioso modelo de negocio que esconden: millones de personas trabajan para ellos creando contenidos, y no reciben nada a cambio.

Es algo que comenta Jaron Lanier en su interesante ensayo “Quién controla el Futuro”, que ya he reseñado brevemente aquí, por lo que no volveré sobre el asunto. Pero sí quiero incidir en el modelo de negocio bajo el que nacen esas redes sociales que en esta parte del mundo son reverenciadas. Es el modelo de Silicon Valley, una auténtica isla de capitalismo agresivo medio loco en mitad de la soleada California. Quien conozca más o menos el ambiente allá sabrá el grado de gilipollez que ronda alrededor del mundo de las start-ups de internet.

Baste un ejemplo. En Silicon Valley muchos emprendedores estudian en un lugar llamado La Universidad de la Singularidad (una institución de enseñanza que sólo puede existir en un país como Estados Unidos, donde la Libertad de Cátedra es muy poderosa), situada cerca de San José y Palo Alto, y en la que se postula que en poco tiempo ocurrirá “la singularidad” ¿Qué es eso? Pues que un día de estos Internet cobrará conciencia de sí misma y nos esclavizará, o nos exterminará, o nos convertirá en una especie de dioses fusionados con máquinas. No es coña. Lo dicen totalmente en serio, son reales, y dan clase. Los grandes gurús de internet y los visionarios de su futuro son un puñado de tarados importantes.
 
Pues en ese ambiente como mínimo excéntrico se construyen los Twitter y Facebook del futuro. Sólo en un entorno de capitalismo medio loco cabe la existencia y el enorme beneficio actual de Facebook, una empresa que no produce nada, y que no hace nada: sólo te permite darte de alta y te convierte en su trabajador gratuito. Sólo así cabe que cientos de inversores entraran en aquella start-up tan prometedora hace apenas 11 años, que ahora tiene 1.350 millones de usuarios (cifras de octubre de 2014). Sólo así se explica una locura semejante. 

Las redes sociales son, en mi opinión, parásitos sociales actualmente, que podrían convertirse en una fuente de conocimiento y de beneficios para la sociedad a poco que:

a) compensasen económicamente las aportaciones de sus clientes
b) fueran de utilidad pública y neutras
c) abandonaran toda política abusiva de vigilancia ciudadana

Esas tres cosas no van a suceder en un futuro próximo, así que la próxima vez que subas algo “al Face” o tuitees un chiste, piensa que estás haciendo más ricos a unos chavales norteamericanos que ya son monstruosamente ricos (salvo en el caso de Twitter, que no levanta cabeza, como ya dije), y que no estás viendo nada a cambio de tu trabajo. El trabajo se paga, amigo. Es lo moral y aceptable.

Y ver en Millennium a periodistas hechos y derechos hacer genuflexiones a las Redes Sociales, no sé, me abre las carnes. Olvidar que quien publica en esas redes está al albur de las decisiones corporativas de diversos accionistas, de criterios editoriales totalmente desconocidos, contratos mutantes repletos de cláusulas abusivas y secretas, y diversas formas de censura, amén de un cotidiano espionaje gubernamental, es negar lo más importante, es el elefante en la habitación.


Encontré este brillante grafiti medio oculto en un solar cerca de la Plaza de Lavapiés, en Madrid.

sábado, 4 de abril de 2015

El triunfo de la barbarie


Más de 147 personas masacradas en la Universidad de Garissa, en Kenia. Ha sido al parecer un grupo yihadista llamado Al Shabab. Las fotos que se han publicado son un horror. Cuerpos amontonados y superpuestos en charcos de sangre. Personas a las que otras personas, ataviadas con una superioridad moral o religiosa, deciden arrebatar el único regalo que tenemos, la vida. Caray, qué superior hay que ser, caray, qué perdido hay que estar.

Kenia es uno de los países más hermosos del mundo. En su territorio está el lago Victoria, ahora arrasado y convertido en una auténtica pesadilla (aquí en español, aquí en inglés) Pero también está el Monte Kenia, el Mara, el Rift o las enormes extensiones de sabanas, donde nació nuestra especie, y desde donde se puede ver el legendario Kilimanjaro en la cercana Tanzania. No sólo es Kenia y esa zona de África un monumento natural, sino que debería de ser reverenciado por todos nosotros: pues todos venimos de allí. Nuestra primera madre nos dio el don de la conciencia en aquel lugar o muy cerca (probablemente en Etiopía, donde encontramos a Lucy), y nada es más sagrado que eso, porque a partir de esos lugares emprendimos el largo y tortuoso camino hacia la condición humana.

Pero no, todo lo contrario pasa en Kenia y los países que la rodean; los Estados arrasados por el colonialismo europeo, el África que intenta encontrarse a sí misma resurgiendo de las cenizas que han dejado los Estados del norte que la han vaciado y que siguen haciéndolo, no consigue escapar del legado siniestro que les dejamos. Sí, nosotros. Españoles, Franceses, Ingleses, Holandeses... Hemos usado ese continente lleno de belleza hasta que lo hemos esquilmado, les hemos abandonado a su suerte, y luego nos echamos las manos a la cabeza cuando los hijos y nietos de las víctimas coloniales llenan el vientre del Mediterráneo y del Atlántico convirtiéndolos en cementerios porque quieren poder llegar a esta arcadia que les destrozó la vida y es incapaz de arreglar el desastre. Esa arcadia que ven en la televisión por satélite. Esa mentira que es Europa.

Cambiamos fronteras, enfrentamos a etnias, colocamos a sátrapas, permitimos atrocidades sin nombre. Pero parece que no nos basta; la Europa que ha herido a África, se revuelve contra sí misma. Como un organismo metastásico, ahora nuestro continente elige inmolarse, y se consume y se disuelve en sus propios jugos gástricos. Gobernada por MBAs de traje cortado a medida y desde los centros financieros de Londres o Berlín, Europa ahora ha decidido que lo que toca es esquilmar a Europa. Ya sea asesinando a Estados enteros (Grecia, España, Portugal, Irlanda), ya sea condenando a sus propios pueblos a la miseria mediante el invento perverso y suicida de la “deuda soberana”.

Europa se ha convertido en una sombra de lo que fue, en el reverso tenebroso de lo que pudo haber sido. Mirad en España: porque también han muerto más de 147 personas a las que nadie ha devuelto sus ahorros de toda una vida que les robaron cuando les vendieron preferentes, y nadie ha movido un dedo por ellos. Porque también hay más de 147 enfermos de Hepatitis C que se han ido para siempre porque no les dieron el Sovaldi que necesitaban, mientras un gobierno de malnacidos (o estúpidos, me da igual, el resultado es el mismo) se dedicaba a hacer ruedas de prensa. Porque se fueron más de 147 almas (7 más) en el accidente del JK5022 y nadie todavía ha resarcido a sus familiares, en un proceso vergonzoso que expresa el grado de marasmo e iniquidad en el que vivimos. Porque más de 147 inmigrantes sin asistencia médica en nuestro propio país habrán muerto a fecha de hoy, por mucho que ahora el gobierno quiera devolverles parcialmente lo que nunca debió de arrebatarles. Porque más de 147 personas habrán muerto arrojadas de sus casas con apoyo policial cuando la banca todopoderosa decidió que lo más importante era desahuciar a quienes no podían seguir adelante. Porque 147.000 personas han muerto desde que la Ley de Dependencia ha sido olvidada en un acto de crueldad y negación del prójimo. Negar al otro, ignorar las consecuencias de los actos políticos, en muchas ocasiones desastrosas, gobernar como estúpidos, destrozar lo construido. En eso parece que somos maestros los europeos. Ahora lo que pasa es que nos negamos a nosotros mismos. Es la tendencia. Lo que se lleva.

Esos otros muertos no alfombran el suelo en una imagen dantesca, como ha pasado en Kenia. Esos muertos caen poco a poco, como una gota malaya, sobre la conciencia de todos nosotros; son ese karma atroz de la Europa de los derechos sobre el papel, que los ignora sistemáticamente. Esos muertos no salen en la prensa, son silenciados por los mismos desgraciados que les han arrancado su dignidad, su derecho elemental a la vida. ¿La diferencia? Los yihadistas enloquecidos que eligieron asesinar a quien no pensaba como ellos en Kenia son parte del problema. Los yihadistas de la deuda externa y del neoliberalismo paneuropeo son la causa del problema, el último ejemplo de un sistema equivocado. El Siglo XXI estrena su nuevo colonialismo, el interno; el de un continente viejo que se devora a sí mismo, ya que ha esquilmado todo lo que podía comerse a su alrededor.

Europa ha cometido vastos genocidios en África y ha arrasado de tal manera ese continente, que ahora vivimos con espanto el resultado de esos horrores silenciados e ignorados. Ahora Europa, aburrida de sí misma, cegada en una maraña de ideología ultraconservadora y neoliberal, practica el genocidio contra sus propios ciudadanos. Y nadie parece querer verlo. La barbarie ha triunfado.

He soñado con poder dormir bajo las estrellas africanas, en algún lugar de ese vasto continente lleno de creatividad, belleza, riqueza y futuro. Y cada día mi propio continente me recuerda los errores cometidos allí, sobre personas que tienen tanto derecho como tú y yo a una vida digna, pero han tenido la desgracia de nacer en unas tierras devastadas por nuestros antepasados directos.

Los pecados de lesa humanidad que arrastramos sobre nuestra conciencia nos los recuerdan esos 147 muertos que ya esta mañana no eran sino una reseña secundaria perdida en la prensa online y de papel. 147 víctimas de los monstruos que hemos creado. 147 recuerdos espantosos que nos devuelven nuestra imagen en un espejo.

Europa: o cambias, o no hay camino de esperanza posible. Todavía estamos a tiempo. Pero hemos perdido 147 oportunidades más. Y cada día seguimos perdiéndolas, en un reguero de dolor insoportable, intolerable e inconcebible.

La imagen de esta puesta de sol en el Parque Nacional de Amboseli, en Kenia, está en Wikimedia Commons en Dominio público, y su autor es Derlangemarkus.

miércoles, 1 de abril de 2015

Tocando las narices


Paso a paso, a medida que aprendes a vivir en este país, y ves dónde falla, que es en casi todo, y dónde se puede mejorar, que es en todo, vas criando callo. Y al menos yo, he ido creando un sistema de trabajo. Encuentro un problema que me jode o encuentro injusto, y toco las narices.

Pocas cosas irritan más a un sistema mal hecho que cuando le recuerdan sus fallas. Y creo que es nuestro deber ciudadano.

¿Cómo hemos consentido que las cosas hayan acabado así? Es que antes no se notaba tanto, amigos. Pero resulta que las corporaciones han roto todas las presas de vergüenza y respeto por el prójimo. Están desatadas, gracias a una legislación que han ido cambiando a su favor discretamente, con mucha zapa y mucho cabildeo. Y ahora nos ciudadanos no tenemos salida, excepto defendernos.

Una de las últimas que me he encontrado es esa mamarrachada que se inventó este gobierno hace ya dos o tres años, de que los ciudadanos empadronados en las islas tengamos que ir con el Certificado de Residente en la boca si queremos que no nos impidan embarcar en los vuelos a la península.

A partir del 1 de noviembre de 2014 se suponía que eso se acababa, pero no señor, en el país en el que  casi nadie hace su trabajo (al menos entre la clase política), ha resultado que eso era otra mentira más. Así que he mandado el texto que pego a continuación a la Comisión Parlamentaria al cargo de Fomento, de la que dependen esos asuntos.

Señorías,

Soy ciudadano residente canario. Como sabrán, desde hace unos años el
Gobierno ha obligado a que todos los residentes en las islas (Canarias
y Baleares) y territorios de Ceuta y Melilla deban presentar un
Certificado de Residente oficial, suministrado por el Ayuntamiento de
residencia y con una caducidad de seis meses (lo que obliga a su
renovación periódica), a fin de acogerse al descuento del 50%
aproximadamente para los vuelos con la península y entre islas. Caso
de no presentarlo, el ciudadano, de querer volar, debía de abonar el
billete de nuevo en el aeropuerto, a pesar de haber sido adquirido en
una agencia de viajes con datos de residencia previos. Esto supuso un
importante quebradero de cabeza para los ciudadanos con colas, pago de
timbres, etc. que finalmente se ha convertido en trámite online en
muchos ayuntamientos.

El Gobierno nunca aclaró el motivo de esta exigencia que apareció de
la noche a la mañana. Se habló de un supuesto fraude en esos
certificados sobre el que, de existir, y que yo sepa, no se ha
iniciado investigación alguna, ni judicial ni política. Tampoco se ha
aclarado cómo se accedía a los datos de residencia antes ni en qué
consistía por tanto el fraude. Simplemente los ciudadanos isleños y de
Ceuta y Melilla se han visto obligados a añadir un documento más al ya
de por sí penoso proceso del embarque aéreo, sin explicaciones
satisfactorias de ningún tipo.

A partir del 1 de noviembre de 2014, el Gobierno ha declarado a los
ciudadanos residentes en las islas que ya no tienen que embarcar con
el citado certificado al haberse habilitado un sistema informático,
llamado "Sara", que al parecer permite acceder a esos datos por vía

informática tanto a agencias de viajes como a líneas aéreas.
 
En palabras de la Ministra Ana Pastor:  "afortunadamente, ya nadie


En cambio, al parecer, el sistema tiene fallos y de nuevo los
ciudadanos, informados por el Gobierno de la no necesidad del
certificado, se encuentran ante las puertas de embarque de sus vuelos
sin poder embarcar a no ser que paguen el billete de nuevo. El
Gobierno les dice una cosa, y las líneas aéreas les dicen otra
completamente diferente.

Estando el país como está, en un estado de deterioro general que
parece transversal, sólo cabe pensar mal y que posiblemente alguna
línea aérea no quiera renunciar a la golosa posibilidad de que algunos
viajeros tengan que pagar sus billetes dos veces. Todo esto es un
juicio de valor, una conjetura, pero vuelve a despertar sospechas de
graves fraudes en un asunto que, debo insistir, nunca ha aclarado su
origen ni su por qué.

En virtud de todo ello, quisiera consultarles la posibilidad de
plantear las siguientes preguntas parlamentarias:

1- ¿Por qué se ha obligado a los ciudadanos residentes a la
presentación de los Certificados de Residencia a lo largo de los
últimos años?

2- Si el origen de ello fue un fraude ¿Dónde está la información al
respecto? ¿Y la investigación judicial que lo debe aclarar? ¿Y los
números del supuesto fraude? ¿Y los damnificados? ¿Y las
indemnizaciones? ¿Y los culpables? ¿Y el método empleado para vulnerar
la Ley? ¿Se falsificó el censo? ¿Se falsificaron datos de DNIS? ¿Es
que acaso las agencias de viajes han tenido acceso a bases de datos
falsas?

3- De no responderse satisfactoriamente a la pregunta anterior ¿Por
qué se ha instado a los ciudadanos residentes a presentar los citados
certificados a lo largo de varios años, si no existen pruebas de
fraude alguno? ¿Se legisla en España por rumores? ¿Se perjudica a los
ciudadanos por rumores? ¿Se prevé indemnizar a los residentes
perjudicados, como es de Ley?

4- ¿Se ha calculado el dinero extra que las líneas aéreas han
ingresado durante el tiempo de vigencia de la obligación de
presentación de certificado por parte de ciudadanos que acudieron a
embarcar sin tener el certificado? ¿Cómo es posible que una agencia de
viajes venda un billete con descuento de residente y luego no se
acepte ese descuento ante la puerta de embarque del vuelo?

5- A partir del 1 de noviembre de 2014, el Gobierno ha declarado a los
ciudadanos residentes en las islas que ya no tienen que embarcar con
el citado certificado al haberse habilitado un sistema informático,
llamado "Sara", que al parecer permite acceder a esos datos por vía
informática tanto a agencias de viajes como a líneas aéreas. En
cambio, al parecer, el sistema tiene fallos y de nuevo los ciudadanos,
informados por el Gobierno de la no necesidad del certificado, se
encuentran ante las puertas de embarque de sus vuelos sin poder
embarcar a no ser que paguen el billete de nuevo. ¿Se está auditando
por un observador externo el funcionamiento del citado sistema? Si no
¿Por qué no se está haciendo? Al parecer el doble cobro que se sigue
produciendo actualmente, insta de nuevo a los ciudadanos a tener que
llevar indefinidamente encima sus Certificados ¿No se entiende esto
como inseguridad jurídica? ¿Cómo puede el Gobierno de la Nación avisar
a los ciudadanos de la no exigencia de un documento cuando se está
exigiendo de nuevo sin control alguno? ¿Se prevén de nuevo
indemnizaciones o soluciones para este nuevo inconveniente?

6- Este nuevo problema sólo beneficia a las líneas aéreas ¿Se ha
investigado este nuevo posible fraude que se está generando a partir
del 1 de noviembre de 2014, fecha en la que no existe obligación
oficialmente de presentar el certificado?

7- Finalmente ¿Prevé el Gobierno indemnizar o devolver los pagos a los
ciudadanos que han tenido que pagar un billete dos veces cuando son
residentes, es decir, por un trámite administrativo del que la
Administración es responsable y por la ausencia de diligencia en el
cruce de datos? ¿Se va a investigar el origen de la exigencia inicial
del Certificado de Residencia, que podría tener riesgos de ser un
fraude de Ley al pedir a los ciudadanos unos datos que son públicos y
responsabilizarles de ello por unas causas nunca aclaradas? ¿Se
pretende que la Fiscalía se interese en algo tan grave y silenciado
hasta el momento?

Gaspar Llamazares ha tenido la gentileza de pasar esas preguntas al Gobierno. Las pondré aquí cuando respondan.

Pd.: Actualización. El día 25 de marzo de 2015 volé con Air Europa. Para poder embarcar en el LPA-MAD me pidieron de nuevo el Certificado de Residencia, prueba palmaria de que no está funcionando lo prometido por la Ministra.

La imagen, "Cumulus clouds seen from passenger plane", 2007, por Kevin Doole, está en Wikimedia Commons bajo licencia Creative Commons con atribución.

A peculiar galaxy near M104

Publicado en Revista Mexicana de Astronomía y Astrofísica, Vol. 59, número 2. P.327. Este es el link.