Arriba, la terminal nueva, totalmente desierta en la zona Norte
Y a 180º, la terminal de toda la vida,
repleta de colas de embarque y cientos de pasajeros
El aeropuerto de
Gando, en Gran Canaria, sufrió hace como un año una enorme remodelación,
que se llevó por delante la vieja y preciosa terminal de pasajeros.
Ya lo comenté aquí.
Ahora quisiera
hablar de cómo está ahora. La enorme y carísima terminal ha
ampliado su acceso a los pasajeros en un inacabable hall de 200
metros, en un finger nuevo en la zona sur, y en dos hacia la zona norte. Y en esta, el estado de ocupación normal (mirad las fotos), es de total vacío. No hay ni un alma. El
aeropuerto, saturado de forma constante ya, a causa del brutal aumento
del turismo (que, por cierto, no ha mejorado la situación laboral de
los miles de canarios que viven de la hostelería ni el enorme paro
en la isla; alguien se lo está llevando crudo), está repleto de
gente en las horas punta en la zona más añeja de la terminal. Las
áreas nuevas están desiertas.
No sé si es un
problema de falta de permisos, de inhabilitación arquitectónica, no
tengo ni idea, pero como predicador en el desierto que últimamente
soy, planteo a quien corresponda estas preguntas:
-¿Para qué se
arrasó con la vieja terminal para construir una nueva y carísima
que está a todas luces infrautilizada? ¿Era esto lo que se pretendía?
-¿Por qué no
se reparten los aviones en los fingers nuevos para bajar la
saturación del edificio terminal?
-¿Por qué se
siguen manteniendo los espacios de tiendas, y lo que es peor, se abren más aún,
cuando a todas luces el área de tránsito para los viajeros es
insuficiente?
Me gustaría que
algún responsable de AENA tuviera la amabilidad de aclararme estas
dudas. De antemano, gracias.
Las fotos con las que ilustro este artículo las tomé el día 25 de marzo de 2015 a la misma hora (14:30), están separadas por apenas 40 metros y un giro de 180º.