Se habla mucho de los pelotazos en el mundo de Internet estos días. Se ha puesto de moda el asunto por lo de Gowex, una empresa que al parecer vendía servicios de conectividad Wifi al mundo sin tener ni una centésima del volumen de negocio que decía tener, y especulando mientras en bolsa, llevándoselo crudo, vamos. Un chiringuito, sí, pero al menos vendía un servicio.
A algunos todo esto nos ha recordado otro chiringuito, hace quince años ¿Os acordáis? Antes de que Google apareciera en forma de una enigmática web en la que se leía "Goooooooooooooooogle", de la mano de los chavales, Serguéi Brin y Larry Page.
En aquellos tiempos yo usaba dos buscadores para navegar por internet a través de mi modem externo US Robotics de 28,8k: Yahoo y Altavista.
Y a veces usaba también un par buscadores bastante malos, pero que eran de lo poco que servía para buscar páginas en España: Olé y Ozú.
Un buen día desapareció Olé. Y tras unas semanas, el país se llenó de anuncios urbanos con una nueva marca. Un mega buscador que al parecer era la leche, el buscador en español. Aquello no era más que el cutre buscador Olé con un logo nuevo. Nada más que eso.
Se llamaba Terra.
¿Os acordáis ahora?
Terra era la misma mierda que Olé. Al principio eran tan cutres que Olé estaba inserto en una especie de pésimo diseño envolvente de Terra, como véis en la captura que he puesto sobre este texto.
Pero ahora Telefónica había comprado el invento, y pronto Olé desapareció y se quedó Terra, usando Olé, pero Olé ya no se veía. De paso habían hecho rico a su "diseñador", Pep Vallés, que se escapó al Caribe con la pasta en el bolsillo (miles de millones de pesetas) sin creerse su suerte, y no regresó. Bueno, sus razones tendría (y tendrá) para mantenerse lejos de España, pues Olé fue financiado por una fundación catalana (FRC), con fondos públicos, pero Pep, con toda su jeta, lo privatizó y revendió sin que nadie, todavía haya investigado a fondo, de verdad (ya me entienden) la cuestionable legalidad del asunto. Ahora el "asunto" habría prescrito, claro.
Eso sí, el "asunto" en su día se comentó algo en prensa. Lo justito para hacer parecer que se hacía algo sin molestar demasiado. Pero ahora que la Generalitat ve venir la sombra de la judicatura por más de 30 años de corrupción galopante, el asunto Olé podría despertar de nuevo.
No estaría mal.
Para Juan Villalonga, el "amigo de pupitre" de José María Aznar a quien se le regaló Telefónica con un lacito rosa, Terra era "su" buscador de Internet, el "portal" (concepto vacío de contenido que entonces estaba de moda) con el que jugar mientras cobraba millones en stock options, antes de irse, también, a su retiro dorado del Caribe.
Estalló luego la llamada "burbuja de Internet", pero Pep y Juan estaban lejos
Gente muy productiva Pep y Juan. Muy Marcaespaña los dos. Nuestros Serguéi Brin y Larry Page.
Terra fue como Gowex, sí, pero con el añadido de que Terra era puro humo. Al menos Gowex vendía wifi. La triste historia de aquel pelotazo terminó con la compra de otro buscador agónico, Lycos, y ya no son nada más que el rescoldo de un chiringuito. ¿Y qué queda de Terra? Pues una auténtica vergüenza montada con anuncios de Google Ads de lo más cutre mezclados con misérrimas noticias de agencia. Un cadáver que nadie visita ya, ni siquiera por lástima, y que durante años alojó toneladas de material porno para mantener el índice de visitas como fuera. Muchos casos de porno infantil han acabado con imágenes almacenadas en Terra. Así nos va, españoles.
Esto es Terra:
El chiringuito de Pep.
Mucho rasgarse las vestiduras con Gowex, pero en el país que consintió Terra, todo es posible. No sé de qué nos extrañamos.