martes, 30 de septiembre de 2014

Bunkerización

Estas dos tapas de registro tienen los dos últimos logotipos de Telefónica antes de que fuera privatizada, es decir, antes de que pasara de ser de todos a ser de una élite de amigos del gobierno, en el mejor ejemplo que ha dado el país de eso que llamamos "capitalismo de amiguetes".
Curiosamente, son objetos públicos, puesto que Telefónica gestiona la red pública de datos de España. Una más de las paradojas inexplicables de este país.




Hace unas décadas, repito, esta empresa era española, pública; pertenecía a todos los ciudadanos de este país. Sus servicios eran nuestros. Sus beneficios, también.


Hace unos años un presidente del Gobierno decidió venderla al mejor postor. Lo que habían creado varias generaciones de españoles pasaba de la noche a la mañana a manos privadas.


Ahora está dirigida por una persona que ha sido indultada por otro gobierno, una de esas personas "intocables" que desgraciadamente tanto abundan en España, al que los jueces ni se atreven a resoplarle. Un prócer de la economía nacional. Telefónica, rebautizada hace poco como "Movistar", practica mala praxis empesarial a diario y sistemáticamente con sus clientes, dándoles de alta en servicios que no han solicitado, falsificando sus contratos, recurriendo a métodos torticeros de venta, cobrando por servicios no prestados, es una de las empresas más caras de europa, practica además la cartelización de precios gracias a un oligopolio sistemático con un par de grandes empresas más, y encima gestiona las redes de cable, fibra óptica, RDSI, red telefónica conmutada, todos ellos públicos, con un confuso sistema "privado-pero-público-pero-privado" de dudosa legalidad, y encima apenas tributa en España por sus beneficios. Ah, y ha sido casi vaciada, despidiendo a trabajadores eficientes y veteranos con carísimos EREs que ha pagado el Estado, y recurriendo luego a subcontratas a precios leoninos, que a su vez explotan y subemplean a sus trabajadores, para hacer el mismo servicio. Persigue ese sueño imposible y reducido al absurdo de estas grandes corporaciones hijas del capitalismo despiadado e imbécil de suma cero: cero empleados e infinitos clientes, infinitos beneficios. Y están en ello. El proceso de implosión sigue adelante.


Es "la mayor multinacional española". Y también es de las empresas que más quejas genera entre sus clientes, según las asociaciones de consumidores. Pero no pasa nada. Porque si se demuestra la lesión al cliente, la multa a pagar siempre será convenientemente baja. Y eso hace que la empresa cometa mayores dislates aún y se envalentone aún más, en una carrera de locos. Y aquí no pasa nada. Y todo sigue igual.


Ahora es imposible comunicarte con esa empresa que fue de todos. Sólo puedes hacerlo a través de un callcenter subcontratado en el que personas mal pagadas y peor tratadas, en condiciones de semiesclavitud, te recitan lo que les indica un manual automatizado diseñado para frustar a los reclamantes.


Ese es el estado de cosas en Telefónica. Imaginad lo que sería si todavía fuera nuestra. De todos, como un día fue. Pues bien, va siendo hora de que los ciudadanos recuperen lo que en día la falta de visión (por ser suave) de algunos les quitó.



Estas imágenes las he tomado en Madrid (las tapas de registro) y en una de sus centrales en Las Palmas de Gran Canaria. Antes, hace décadas, la puerta que se ve en las imágenes estaba abierta para el que quisiera entrar. Ahora está cerrada a cal y canto y blindada; si quieres hablar con Movistar (Ex Telefónica, ex Telefónica de España), tendrás que llamar al 004, o pasar por una de esas tiendas en las que venden móviles, que es otra subcontrata que en realidad no tiene "nada que ver" con Movistar, según te dicen sus empleados. Nunca te atenderá nadie en Movistar, sólo personal que cuelga de una empresa satélite. Porque Movistar es un espejismo.

En centrales como esta, varias cámaras velan por que los visitantes sean convenientemente grabados, día y noche (observad en la foto de arriba que la cámara tiene un foco LED de infrarrojos sobre ella por si se te ocurre acercarte de noche, a ver, qué te has creído). Al otro lado del portal hay, como se puede ver en las imágenes, una cámara de gran angular para ver bien la calle. En el interior se adivina un aparato de esos de Rayos X para pasar por él lo que traigas contigo si tienes los permisos necesarios, claro, y un guardia jurado, no visible en las fotos, dormita, velando porque nadie entre en la sagrada propiedad privada de lo que los españoles pagamos una vez con nuestros impuestos. Hacer negocio con el sudor de un pueblo me parece de las cosas más viles que pueda hacer un ser humano.

El sistema se bunqueriza. Síntoma de que tiene mala conciencia. Al final saben que están actuando mal. Lo sorprendente para mi, lo que nunca entenderé, es que puedan dormir tranquilos.

Ahora, la pregunta retórica ¿Este es el país que quieres, el servicio que quieres, la forma de hacer las cosas que quieres?

Pd.: Telefónica en ciertos aspectos lo ha hecho bien. Su construcción como empresa en los últimos años y su modelo de internacionalización han sido inteligentes. Pero esto no obvia sus orígenes, que no me parecen los más adecuados.

A peculiar galaxy near M104

Publicado en Revista Mexicana de Astronomía y Astrofísica, Vol. 59, número 2. P.327. Este es el link.