lunes, 4 de febrero de 2013

Experimentos imaginarios



La Paradoja de los Gemelos, el Gato de Schrödinger, o el Demonio de Maxwell son ejemplos de experimentos imaginarios, realizados en las mentes de los científicos que los diseñaron y que luego pueden -o no- ser confirmados por la experimentación.

Se ha hablado recientemente de una hipótesis muy interesante, aparecida como “paper” en 2003, (Are You Living In a Computer Simulation? Nick Bostrom. Philosophical Quarterly, 2003, Vol. 53, No. 211, pp. 243-255) sobre la realidad, y nosotros mismos, como parte de una gigantesca simulación informática en manos de una raza superhumana -indistinguible en cierta medida del Dios al que estamos acostumbrados a adorar en nuestras diversas culturas-. Este concepto ha vuelto a ponerse de moda entre la prensa al aparecer una propuesta por parte de Silas R. Beane, Zohreh Davoudi, y Martin J. Savage  (Constraintson the Universe as a Numerical Simulation) de una prueba que podría llevarnos a confirmar parcialmente esa hipótesis, o al menos una de sus condiciones. El experimento plantea la existencia de una “unidad atómica” de la simulación, un equivalente a lo que sería un “píxel” en una imagen digitalizada; una unidad mínima irreducible, que marcaría el comportamiento de ciertas radiaciones como los rayos cósmicos de alta energía. De confirmarse el experimento no se confirmaría la hipótesis, pero sí que sería coherente con ella. El punto de duda es si siendo objetos simulados, tendríamos la capacidad de realizar experimentos que lo demostraran.

Planteo aquí un experimento mental ya existente, basado en extrapolar una demostración informal creada hace unos 70 años por Alan Turing y Alonzo Church. Se trata de la Hipótesis que lleva sus nombres.

En 1936, Alonzo Church y Alan Turing enunciaron la “hipótesis de Turing-Church” que dice así:

“La noción intuitiva e informal de un procedimiento efectivo1 sobre secuencias de símbolos es idéntica a nuestro concepto de lo que puede ser efectuado por una máquina de Turing”

esto es, siempre que tengamos un procedimiento que podamos describir como un algoritmo2, habrá una máquina de Turing3 que lo pueda realizar. Esta es una afirmación formalmente indemostrable pero que se ha aceptado universalmente.

Existe una interesante demostración basada en funciones recursivas, conjuntos recursivos y funciones recursivamente numerables que nos lleva de forma entre intuitiva y formal a demostrar la hipótesis de Turing y Church de que efectivamente existe una máquina de Turing para cualquier procedimiento efectivo. Dando un paso más allá, existe una demostración que nos permite también afirmar que existe una llamada “máquina universal de Turing” que puede realizar el cómputo de cualquier máquina de Turing.

Podemos entonces aventurar la hipótesis de que existe una máquina de Turing capaz de realizar los trabajos que se realizan en una célula, o en un ser humano, o en la Tierra o en todo el Universo, desde la escala subatómica hasta la macroscópica.

La “Hipótesis de Turing-Church” nos lleva como “experimento mental” a lo que podríamos llamar el “Universo de Turing”, por el cual existe una máquina de Turing para el procedimiento efectivo de todo lo existente, partiendo de una única hipótesis: que todo lo existente sea un procedimiento efectivo, algo que no es tampoco demostrable. En algún ensayo personal he conjeturado la existencia de una infinidad de máquinas de Turing anidadas en estructuras multinivel que realizaran esas tareas, pero este concepto, de metamáquina de Turing no deja de ser otra máquina de Turing. En realidad todo esto se trata de una extensión matemática del monismo de Leibniz o de la “esencia” platónica. Nada nuevo bajo el sol.

Así, el experimento mental nos llevaría a aceptar la hipótesis de la simulación. El experimento que realizarán algún día Silas R. Beane, Zohreh Davoudi, y Martin J. Savage nos traerá una interesante respuesta a esta posibilidad, y en cualquier caso, de no encontrarse ese “píxel” o unidad mínima de la simulación en que podríamos vivir, ello no negaría que pudiera existir, en un grado más profundo y a una escala aún menor.

Todo esto está llevando a una rama de la cosmología, la “Digital Physics”, que lleva consigo interesantes controversias, como la existencia de los números reales en nuestro universo (si bien la estructura límite que busca el equipo de Beane es espacial, una especie de “alambre básico” y podría caber en ese Universo simulado la existencia de números reales infinitos), o si en realidad es la realidad un objeto computable, y a interesantes conjeturas como las de la “Digital Philosophy”, que parte de concebir el Universo como una vasta máquina de Turing, y a partir de ahí empieza a elucubrar. Se encienden entonces las luces de la imaginación ¿Somos una simulación de nuestros descendientes? ¿Da esto sentido a la llamada “hipótesis antrópica”? ¿Y responde a los valores exactos de las constantes universales? O ¿Cabe hacerse todas estas preguntas?

1 Procedimiento efectivo: para ciertos cálculos realizables mediante reglas mecánicas o algorítmicas existe un procedimiento efectivo, mecanizable, predecible y finito que permite realizarlos.

2En informática se entiende por “algoritmo” a una secuencia de instrucciones que permiten resolver un problema determinado. La programación de software para ordenadores se basa en la creación de algoritmos y en su traducción a un lenguaje de programación orientado a problemas.

3Una “máquina de Turing” es un objeto matemático, definido algebraicamente, que modela una máquina abstracta que puede realizar cualquier tarea que pueda ser calculada, esto es, cualquier procedimiento efectivo.

A peculiar galaxy near M104

Publicado en Revista Mexicana de Astronomía y Astrofísica, Vol. 59, número 2. P.327. Este es el link.