Apenas se ha visto publicado en ningún
medio. Lo descubrí gracias al ímprobo trabajo de recopilación de
noticias que hacen en Nofumadores.org. El panorama de aplicación de
las leyes sobre el consumo de tabaco en Europa
no es nada bueno. La
cantidad de fumadores en España es indigna de un país desarrollado
¿Qué está pasando? Tápense los oídos que a lo mejor digo cosas
desagradables, pero estas cosas me encienden.
Tenemos una excelente legislación
sobre el consumo de tabaco que favorece a las grandes víctimas
inocentes del consumo de esa mierda, los fumadores pasivos, pero el
otro lado del ataque a ese asesino legal, la concienciación de sus
peligros, y la ayuda a los adictos, sencillamente no existe. Urgen
campañas informativas y de concienciación agresivas que ayuden al
fumador a enfrentarse a su problema y hacerlo un problema de todos,
ayudando también a que los tratamientos de deshabituación estén
integrados en el Sistema de Salud. Hablamos de un tóxico que causa
unas lesiones letales en las personas que afectará a un 50% de sus
consumidores, pero a la vez de un principio activo, la nicotina, que
tiene un poder adictivo similar al de los opiáceos.
55.000 muertos al año a causa del
tabaco, equivalen a que cada día se estrellara un Airbus 320 repleto
de pasajeros en Barajas sin supervivientes. Algo tan espantoso
causaría un escándalo mundial. Pero con el tabaco hemos topado, ese objeto de
codicia de empresas transnacionales que esclaviza a sus consumidores
haciéndoles creer que son libres.
El fumador es una víctima, un esclavo
que trabaja para unas empresas desalmadas, las tabacaleras, que
representan lo peor y más repugnante del capitalismo descarnado. Les
da igual lo que te pase, sólo quieren tu dinero. Tú eres un adicto
y sólo quieres saciar tu necesidad de la sustancia adictiva, y ellos
juegan contigo, manipulándote, vendiéndote una falsa sensación de
libertad, atiborrando su producto, ya de por sí letal en su versión
natural, con mil y un aditivos que lo hacen más adictivo y peligroso
aún. La industria del tabaco es vil, ha engañado durante décadas a
los ciudadanos sobre los efectos en su salud del producto que venden,
y compra voluntades entre los legisladores.
Actualmente, en la Unión Europea,
donde se debate una directiva sobre el tabaco que legislará
conceptos como el etiquetado del producto y su venta pública, el
lobby tabaquero ejerce implacablemente su presión en todas las
esferas. Su poder es tal
que varias
autonomías (entre ellas, para mi vergüenza, la canaria)
se han lanzado a atacar una directiva diseñada para proteger la
salud, aduciendo, claramente manipuladas (o eso o son unos
malnacidos), si no sobornadas por los traficantes legales de tabaco,
los problemas que para el residual sector de la recolección y
cultivo del tabaco español, ocasionarían unas normas que sencillamente no existen en la Directiva. Han deglutido como tragasables una serie de mentiras tal que demuestra que ni siquiera se han leído el proyecto. Todo falacias, todo
mentiras que se
desmoronan incluso en
documentos oficiales, que en
Europa ya se conocen el percal. En Estados Unidos han vivido intensamente en el pasado la capacidad de
mentir sin la menor vergüenza de esos señores de la industria tabaquera.
Pero es inútil. El tabaco y los
malnacidos que lo producen y venden parecen protegidos en España por
un repugnante pacto de silencio que permite que no se diseñen campañas
que recuerden al fumador el daño que se hace y que hace a sus
semejantes, y que puede dejarlo, no sea que se ofendan los sensibles
tabaqueros. No sé para qué sirve en este caso la Ministra de
Sanidad, me reservo mi opinión sobre ella, no quiero ser maleducado
por el peso institucional que su persona representa. Pero, en el caso
del tabaco, el que siquiera permita que los sátrapas que gobiernan
la Comunidad de Madrid consideren la posibilidad de que se fume en
Eurovegas, demuestra una alarmante ausencia de juicio y de decisión
moral. Y encima que ahora el mismísimo Presidente del Gobierno permita siquiera considerar el asunto me deja perplejo, aunque las versiones que ofrece la prensa al respecto son contradictorias.
Hacerse rico a costa de la salud de tus
semejantes vendiéndoles un producto mortal y venenoso es de mala
gente, de la peor ralea. Cualquier directivo o persona relacionada con esa industria
repugnante, desde el agricultor (dedíquese a otra cosa, caballero)
al propietario de un kiosko o tabaquería (venda otra cosa,
señor) deberían pararse a pensar en el daño que hacen a su
prójimo. Respecto a los directivos de esas grandes empresas que
ahora enfocan hacia los niños del tercer mundo para convertirlos en
adictos, les deseo lo peor, y que los fantasmas de tantos muertos
(800 millones en todo el mundo en los próximos 20 años) les
persigan. Son auténtica gentuza con MBA, asesinos con trajes a medida. Respecto
a los fumadores, es hora de que se revelen contra los señores
feudales que les han convertido en esclavos y a los que pagan por ser
ejecutados lentamente.
Valga este post para celebrar, en unas horas aciagas (por
Eurovegas y otros asuntos
sonrojantes) el
Día Mundial sin Tabaco. Ojalá algún día la Humanidad se libre de esta plaga.
La imagen la localicé en Wikipedia Commons. "The Smokers or The Peasants of Moerdijk", por Adriaen Browuwer. 1627-30. Colección privada. Está en dominio público.