lunes, 17 de noviembre de 2014
Capra y Sorkin
Vivimos en un mundo feo y despiadado, en el que un puñado de personas poderosas deciden sobre vidas y haciendas, especulando a base de una vileza y una estupidez de tamaño continental.
Este es un lugar, un aquí y ahora, que no me gusta. No me gusta que nuestros hijos se vean arrojados a una sociedad en la que el prójimo es mirado como una fuente de ingresos, o donde grandes empresas estafan a diario con modos mafiosos y de modo impune, pasándose por el forro de sus caprichos las leyes. Y sobre todo que todo este dislate sea visto como normal, inevitable, "signo de los tiempos".
Pero el mundo desregulado que hemos creado, por acción u omisión, es este. Por eso creo que hace falta, más que nunca, recordar que antes hubo un mundo, no sé si mejor que el actual, pero en el que al menos ese puñado de malnacidos no especulaba con el precio del trigo a costa de las vidas de millones, o donde la banca especulativa no devoraba a la tradicional. Porque estaba prohibido.
Fue así, allá por los años 30, cuando tras la Gran Depresión, algunos aprendieron la lección y la banca especulativa se separó de la banca de ahorros. Algo tan simple, que justo es decirlo, nos recuerda que muchos problemas aparentemente irresolubles tienen soluciones soprendentemente sencillas. Durante 40 años todo pareció ir bien, hasta que, vía derogación, aquella separación se esfumó como si nunca hubiera existido, en la era Reagan-Thatcher. Y los adalides del neoliberalismo tomaron el mundo de nuevo por la fuerza.
Los resultados de nuestra mala memoria los vivimos a diario. La crisis del 2008 que para países débiles como España es la crisis de 2008, 2009, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2015... Lo vemos a diario: los responsables del desastre siguen impunes, los bancos rescatados se han comido el Estado Social, y la cosa puede ser aún peor, vía Deuda Soberana y Déficit. Y sigue habiendo gente que defiente la desregulación.
¿A qué todo esto? A que a veces algo tan tonto como una serie de televisión te devuelve la idea de que hay maneras diferentes de pensar y de hacer las cosas. Porque este artículo va de series de televisión... Y de películas en blanco y negro.
The Newsroom, la serie de Aaron Sorkin que produce HBO y emite en España Canal Plus, es uno de esos pequeños milagros. En unos tiempos postdescreidos en los que sólo parece que la ignorancia y la maldad sean valores en alza, sus historias, puramente caprianas en un mundo que juzgó lo capriano como infantil e ingenuo para sumirse en el sarcasmo propio de la crueldad y la desesperanza, nos devuelven un poco de luz sobre este estado de cosas que, o cambiamos, o nos devorará y deglutirá.
¿Sabéis quién era Frank Capra? Los que no, estáis tardando en recuperarle. Empezó escribiendo gags para actores del cine mudo, y se convirtió en un grano en el culo, en un revolucionario, a través de lo que parecían comedias llenas de buenos sentimientos, republicanas e individualistas. Capra era un hombre libre en un país que necesitaba hombres así. ¿Existen personalidades similares hoy en día? Sorkin podría ser un sucesor de Capra, sí.
Os recomiendo The Newsroom, a pesar de sus excesos (los que conozcáis la obra de Sorkin no necesitaréis más pistas). Lo mismo que todo el cine del viejo y bueno y sabio e ingenuo de Capra. Recuperad "Caballero sin Espada", o ved "Amen", el episodio quinto de la primera temporada de The Newsroom. Eso es hacer cine, eso es hacer televisión. Ese es el camino para cambiar las cosas desde el pequeño espacio que permite el arte dramático.
No es un problema de moral, o de buenos deseos, o de mala conciencia. Es un problema de supervivencia.
Pd: Para puristas, el precioso main title de la serie es de Thomas Newman. En la cabecera podemos ver los rostros de legendarios presentadores de noticias televisivas norteamericanos: Walter Kronkite o Edward R. Murrow. En España no tuvimos presentadores así, sobre todo porque en aquellos años las noticias estaban férreamente controladas por Ministros de Información, como Manuel Fraga, al servicio de un dictador. Bueno, al otro lado del Atlántico tenían sus propios problemas (desde la Caza de Brujas a la obsesión de la Guerra Fría), no eran santos, pero los nuestros, vistos con perspectiva, resultan desoladores.
Ppd: The Newsroom es el papel de su vida para Jeff Daniels, como lo fuera 30 Rock para Alec Baldwin. Nunca estarán mejor, ni más brillantes ni más divertidos. Daniels hace de un presentador de noticias republicano que odia al Tea Party y que piensa por sí mismo, lo que le convierte en un peligro para muchos amantes del estado de cosas. Los hombres libres son los que hacen el mundo mejor.
La captura de pantalla de un plano del Episodio Quinto de la Primera Temporada de The Newsroom, titulado Amen, la incluyo en ejercicio del derecho de cita.
A peculiar galaxy near M104
Publicado en Revista Mexicana de Astronomía y Astrofísica, Vol. 59, número 2. P.327. Este es el link.
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