martes, 17 de marzo de 2015
El experimento de la Prisión de Stanford y la militarización de la sociedad
Sigo en mis trece sobre el gobierno de los menos preparados. Es una plaga, en mi opinión, que se extiende por el mundo. Y sólo se arregla con voluntad política. Aquí tenemos un caso de pura vergüenza que causó hace meses una decena de muertes por ahogamiento entre inmigrantes subsaharianos y el mayor responsable, un "intocable" del sistema que bien a las claras hace años que sobrepasó su umbral de incompetencia, sigue en su puesto.
Me pasa con los sucesos de Ferguson, en los que, leo a través del estupendo blog de Íñigo Sáenz de Ugarte, una policía progresivamente militarizada ha castigado con implacable dureza las manifestaciones que se producen en sus calles, causadas precisamente por esa misma violencia policial. Es algo que estamos viendo últimamente en España, por cierto. Cuando veo a esos agentes de la Ley que han sido adiestrados en técnicas militares empiezo a preguntarme en qué momento los Estados que se ocultan detrás de esas "fuerzas" empezaron a perder el norte y a considerar las manifestaciones como altercados que deben de ser controlados y reprimidos manu militari. O los desahucios, o las protestas de preferentistas.
Veo a los efectivos policiales descargando gases lacrimógenos y balas de goma para, atención, "mantener el orden público", o a la misma armada defendiendo los intereses de una empresa privada y agrediendo salvajemente a los voluntarios de Greenpeace, y recuerdo el experimento de la Prisión de Stanford, que tan oscuras conclusiones trajo sobre la condición humana y la fragilidad de la psique ante las órdenes llegadas de escalafones superiores, o el descargo de culpa cuando otro asume por nosotros la "responsabilidad" de nuestras acciones.
Si algo aprendió nuestra especie de aquel experimento y otros similares fue lo débil que es la capacidad humana para mantenerse en un "camino justo" y lo sencillo que resulta para personas absolutamente normales el tener comportamientos aberrantes y violentos para con los demás, si las circunstancias son propicias. Algunos países llegaron a crear leyes que descargaban de responsabilidad a los culpables de unos hechos punibles realizados por obediencia.
Naturalmente, ningún mando intermedio policial ni sus superiores tiene la más remota idea de lo que fue el experimento de Stanford, ni de su importancia, ni del camino que van a recorrer de seguir así, un camino que hemos visto tantas veces en oscuros momentos de la historia humana.
USA tiene sus propios problemas, desde un gobierno controlado por intereses mercantiles desde hace décadas, a un estado semipolicial, como estamos viendo, que castiga a los que no tienen modo de defenderse y premia a los fuertes. Nosotros estamos emprendiendo un camino análogo en esta Europa de la austeridad suicida. Pero al menos al otro lado del Atlántico tienen mecanismos legales que les permiten ver los errores que se están cometiendo, y enmendarlos. Aquí, falta la inteligencia elemental para comprender siquiera el problema y su magnitud.
Cuidado. Sólo eso. Tengamos cuidado. No repitamos los viejos errores, ya está bien.
La imagen está en Wikimedia Commons. "SHUT UP! NAME, RANK, SERIAL NO. ONLY!" Office for Emergency Management. Office of War Information. Domestic Operations Branch. Bureau of Special Services. (03/09/1943 - 09/15/1945). Se reproduce mediante derecho de cita.
viernes, 13 de marzo de 2015
VIEJOS ARTÍCULOS (2 de 2) - Frank Miller: La perversión del sueño americano.
Este
es el segundo de los artículos que he rescatado de viejas carpetas y
que me publicaron, a saber por qué, en la prensa Canaria allá por
1992. Este es sobre Frank Miller, lo escribí con motivo de la
edición en España de la novela gráfica Elektra Lives Again,
y lo reproduzco sin apenas correcciones. Quién me iba a decir que un
buen día de 2010 iba a conocer personalmente a Miller en las
oficinas de la productora Odd Lot, donde trabajaba en su adaptación del Spirit
de Will Eisner. Lo único que alcancé a decirle fue que era un
gran fan de su trabajo. Cuando se hacen realidad las cosas que
sueñas no sueles estar a la altura... Eso sí, fue tan gentil que nos cedió su taxi, algo que en Los Angeles es un acto de generosidad sorprendente. Nobody walks in LA.
Frank
Miller: La perversión del sueño americano.
24
de abril de 1992.
Diario
Canarias 7. Las Palmas de Gran Canaria. Suplemento cultural
Es
muy dificil hoy en dia encontrar auténticos creadores en el cómic
americano, una floreciente industria plagada de escritores mediocres
y peores dibujantes. Frank Miller es una de esas raras avis, con
el añadido de que además de ser dibujante, es un excelente
guionista.
Actualmente
se le conoce sobre todo por ser el renovador de Batman, el
guionista de films como Robocop-2 y Robocop-3 (film
este último en el que su trabajo, considerado demasiado duro por los
productores, ha sido suavizado por otros guionistas) y el más
importante autor que ha pasado por la serie Daredevil.
Daredevil,
conocido en nuestro país como Dan Defensor en los años
70, es un comic-book protagonizado por un superhéroe ciego
que se vale del resto de sus sentidos superagudizados para desfacer
entuertos en Hell's Kitchen,
uno de los peores barrios de Nueva
York. Esta serie fue creada en 1964 por Stan Lee y por ella han
pasado dibujantes de la talla de Wally Wood o Gene Colan y guionistas
como el propio Lee o Denny O'Neil.
MilIer
empezó a dibujar Daredevil en 1979 (nº158, mes de mayo) y
pronto pudo escribirse sus propios guiones. Era uno de sus primeros
trabajos (su experiencia previa se limitaba al Comic-Book Twilight
Zone y a varios fanzines de aficionados) y contaba apenas 20
años. A pesar de esta bisoñez, Miller convirtió en poco tiempo a
Daredevil en uno de los Comic-Books más interesantes
de su época. Permaneció en la serie hasta 1983 y es durante estos
años cuando el personaje de Matt Murdock, abogado ciego y alter-ego
de Daredevil, cobra importancia. Murdock es una persona
atormentada por su doble personalidad de abogado/justiciero
enmascarado y con profundas raíces católicas. También durante este
tiempo Miller crea, desarrolla y destruye al personaje secundario más
emblemático de la serie, que luego ha perseguido al propio Miller en
sucesivas resurrecciones exigidas por el mercado editorial: su nombre
es Elektra.
Elektra
fue el gran amor de Matt Murdock y por ende de Daredevil. De
tímida estudiante en la Facultad de Derecho de Brooklyn, Elektra
pasó a convertirse en una sangrienta guerrera Ninja y por último
a morir por amor a Murdock.
Miller,
tras casi cuatro años de escribir y dibujar Daredevil abandonó
la serie para dedicarse a un proyecto propio: Ronin; un
comic-book inspirado en la obra del japonés Goseki Kojima,
conocido por su serie Kozure Okami.
Ronin
no obtuvo el éxito esperado y Miller regresó en 1986 a
Daredevil. Esta vez sólo escribiría los guiones, que serían
ilustrados por David Mazzuchelli. La colaboración entre guionista y
dibujante resultó muy fructífera y de ella nacíó la saga Born
Again, que abarca siete números de la serie. En Born Again
las características católicas del personaje de Matt Murdock son
plenamente explotadas en una historia con reminiscencias evangélicas,
narrada visualmcnte de modo ejemplar mediante curiosos juegos de
composición.
Tras
esta etapa, Miller deja nuevamente Marvel Comics, editorial de
Daredevil, para pasarse a DC Comics. Allí realizará
una corta pero interesantísima renovación del personaje Batman.
Tras ello, el fantasma de Elektra volverá para
atormentarle desde el Limbo de los cómics en forma de sugerencia de
Marvel para editar una serie limitada sobre dicho personaje en
la linea adulta Epic Comics.
De
esta manera nació Elektra Assassin, una de esas obras
inclasificables que aparecen de cuando en cuando en el llamado Noveno
Arte. Dibujada por el extraño Bill Sienkiewicz, esta
miniserie de seis números transgrede todas las convenciones del
género, sobre todo por el brillante tratamiento gráfico dado por el
dibujante (usando técnicas mixtas como collage, copy-art, aguada y
pluma, tratando cada página del cómic como una obra pictórica).
A
Elektra Assassin siguieron dos obras extrañas en la carrera
de Miller, La primera fue Give me Liberty dibujada por
el limitado Dave Gibbons; historia triste y tétrica sobre el futuro
de una América racista, tecnócrata e intervencionista, y Hard
Boiled, tal vez uno de los cómics más brutales y oscuros de los
últimos años, dibujado con una meticulosidad casi manierista por
Geof Darrow. Hard Boiled sigue una línea paralela a Give
me Liberty, mostrándonos una América futura de pesadilla,
hipertecnificada y amoral, invadida por un nihilismo vital
escalofriante. Hard Boiled es un tebeo terrible, difícil de
leer, y no por exceso de textos, sino por la tremenda crudeza del
dibujo, su violencia casi aborrecible y su tremendo detallismo. Con
todo, es una de las obras más interesantes nacidas en los últimos
tiempos.
Nuevamente
llamado por Marvel, Miller recibió la sugerencia de hacer una
novela gráfica sobre Elektra. Dibujada por él mismo y
coloreada magistralmente por Lynn Varley, Elektra Lives Again es
la segunda resurrección de este personaje nacido y muerto a manos de
Miller. Elektra vuelve a morir entre los brazos de un Matt
Murdock transfigurado por el terrible dolor de volver a vivir la
pérdida de su único amor, en una obra de gran impacto visual,
planificada con gran belleza, que hace un uso fascinante de viñetas
mudas de gran formato. Volvemos a encontrar en Elektra Lives Again
(que algún crítico norteamericano ha retitulado sarcásticamente
Elektra Dies Again) todas las obsesiones de la obra
milleriana: el amor imposible, el sacrificio expiatorio de la mujer,
la Fe católica y la muerte.
Actualmente
Miller termina Man without Fear, una nueva novela gráfica de
Daredevil, su personaje fetiche, ilustrada a lápiz por el
excelente John Romita Jr. y pasada a tinta por Al Williamson,
probablemente uno de los mejores entintadores de todos los tiempos.
En 1992 Miller cumple 33 años. Resulta al menos curioso que uno de
los pocos guionistas/ dibujantes norteamericanos que ha desnudado sus
obsesiones morales y religiosas entre viñetas tenga ahora la edad
con la que Jesucristo subió al Gólgota.
Bibliografía
de Frank Miller en España:
• The
Elektra Saga, Born Again, Elektra Assassin, Elektra Lives Again
(Marvel Comics); Cómics Fórum.
• Batman:
The Dark Knight Return, Ronin (DC Comics); Ediciones Zinco.
• Give
me Liberty, Hard Boiled (Dark Horse Comics); Norma
Editorial.
miércoles, 11 de marzo de 2015
¡Estrenamos serie en Filmin!
Te presentamos "Science Gossip". Ya puedes verla en esta dirección de Filmin en estreno nacional.
¿Que de qué va?
"Science Gossip" cuenta detalles poco conocidos de las biografías de los grandes científicos. Porque la ciencia puede ser divertida y fascinante, y porque conocer mejor a las personas que han hecho posibles los grandes descubrimientos e invenciones de la humanidad es el primer paso para valorar sus logros, muchos de ellos realizados con todo en contra y en unas circunstancias realmente adversas. Porque todos somos humanos, porque todos nos equivocamos, humanizar a los grandes investigadores nos acerca más a ellos.
¿Sabías que Newton era un cascarrabias intratable?
¿O que Darwin tuvo terribles crisis con su mujer precisamente por su teoría de la Selección Natural?
¿O que Thomas Alva Edison electrocutó a un elefante durante su "guerra de las corrientes" contra Nikola Tesla, que por cierto acabó perdiendo Edison?
Esta serie te permite averiguar detalles jugosos, desconocidos y divertidos de las personalidades de los grandes científicos, a la vez que conoces sus más importantes descubrimientos e invenciones.
La primera temporada dedica episodios a personalidades como Einstein, Newton, Curie, Darwin, Tesla, Galileo, Volta, Franklin o Euclides, entre otros, cubriendo un espectro que va desde la Grecia Clásica hasta el Siglo XXI. Al mismo tiempo su visionado nos permite ir comprendiendo cómo los descubrimientos de la ciencia se basan en descubrimientos previos de generaciones anteriores, y cómo cada nueva invención se debe a las personas que estuvieron antes, y que dieron los pasos previos para llegar a ella. En palabras de Isaac Newton: "Cabalgamos a hombros de gigantes".
Pues bien, aquellos "gigantes" también fueron personas.
La serie la hemos escrito al alimón Luis Sánchez-Gijón y yo. Luis la ha realizado y creado las animaciones y motion graphics, al frente de un equipo multidisciplinar y varios estudios colaboradores, y ha sido producida por Zanzíbar. Se ha producido en Motion, Final Cut, Cinema 4D y DaVinci, con postproducción de La Huella FX y coproducción de The Playroom. Toda la serie está realizada mediante técnicas de animación digital.
"Science Gossip" se ha podido producir gracias a la financiación de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), sin cuyo apoyo hubiera sido materialmente imposible llevar este barco a buen puerto.
Poco a poco la serie se está haciendo un hueco en el mercado internacional. Por de pronto ya se ha vendido a China, Suiza, Estados Unidos o Argentina. El de abajo es el DVD chino.
Proyección de “The Mystery of the King of Kinema” en el Festival de Las Palmas
Si estáis por Las Palmas de Gran
Canaria el próximo jueves 19 de marzo, a las 21:00 podréis ver en
la Sección Oficial LPAFILM CANARIAS 2015 “The Mystery of the King
of Kinema” en el precioso Teatro Guiniguada, el antiguo Cine
Avellaneda de nuestra infancia. Espero que os guste.
La película está interesando a varias
televisiones, y esperamos pronto tener noticias sobre su
distribución. Hasta entonces, lo dicho: si paráis por Las Palmas y
os apetece, podéis echar un vistazo a la vida de Max Linder, la primera gran estrella de cine, en
brillante proyección digital, y en una sala de cine irrepetible. Un
buen plan.
Esta es la sinopsis por si quieres hacerte una idea:
Maud Linder es hija de la primera estrella de cine de todos los tiempos, Max Linder. Su padre fue conocido en todo el mundo durante la primera década del siglo pasado, fue maestro de Charles Chaplin y un auténtico pionero del arte cinematográfico que permanece injustamente olvidado. Maud lleva 70 años luchando por recuperar el legado de su padre... y por perdonarle.
Esta es la sinopsis por si quieres hacerte una idea:
Maud Linder es hija de la primera estrella de cine de todos los tiempos, Max Linder. Su padre fue conocido en todo el mundo durante la primera década del siglo pasado, fue maestro de Charles Chaplin y un auténtico pionero del arte cinematográfico que permanece injustamente olvidado. Maud lleva 70 años luchando por recuperar el legado de su padre... y por perdonarle.
viernes, 6 de marzo de 2015
Seleccionados en el Festival de Las Palmas
Os informaré de las fechas de las proyecciones por si queréis pasar por el cine y ver la película. Si queréis saber algo más sobre ella, ahí va el link a imdb. También podéis ver cómo fue el rodaje en el blog en inglés, aquí, aquí, aquí, aquí y aquí.
VIEJOS ARTÍCULOS (1 de 2) - Épica de Supermarket. A propósito de la edición española de 'Marshal Law'
Rescato aquí un primer artículo que pude publicar en la prensa de Las Palmas de Gran Canaria, siendo un mocoso, en el año 1992. La adaptación al cine de 'Watchmen' era entonces un imposible en el futuro más remoto, pero se rumoreaba que le interesaba a Terry Gilliam, y Forum y Zinco editaban cómics de superhéroes en España. Eran los tiempos de las 'Ediciones Prestige', y la transición desde el quiosco de barrio a la librería especializada (en mi opinión, un desastre) todavía estaba dando sus primeros pasos. Aquellos tebeos eran aún tebeos y no franquicias gigantescas que generan películas hipertrofiadas al coste del Producto Interior Bruto de una Comunidad Autónoma española, ni series de comicbooks que repiten una y otra vez las mismas historias ya contadas, pero con colores de Photoshop, texturas fotorrealistas y lens flares a tutiplén. Alan Moore en aquellos años seguramente no se imaginaba que casi toda su obra reciente se iba a adaptar al cine con resultados casi siempre infelices. A lo largo de los años le he enviado copias de mis películas a medida que las estrenaba. Su hija Leah (que por cierto también es escritora y hace cómics) siempre ha sido tan amable de confirmarme la recepción de los materiales, pero nunca sabré si su padre los ha visto o no. Bueno, no importa demasiado. Los héroes de cuando uno era un crío son eso: héroes, y así deben de seguir, rodeados de misterio. En este artículo me ocupaba de "Watchmen" y "Marshal Law". Ahí os lo dejo.
Épica
de Supermarket. A propósito de la edición española de 'Marshal
Law'
16
de enero de 1992
Diario
La Provincia. Suplemento cultural.
En
una tierra donde el libro más vendido durante un año es 'Buscando a
Wally', donde 'Scarlett' ocupa el cuarto puesto de ventas, donde una
cosa titulada 'Cómo ganar amigos' es comprada por casi cien mil
personas, puede resultar un chiste hablar de cómics (léase
'tebeos'). También puede causar rubor el decir que el cómic es un
medio de comunicación en el que sus creadores plasman sus pasiones e
ideología.
Si
el cómic es un medio generalmente despreciado e ignorado (que lo
es), el subgénero de la 'historia de superhéroes' es algo asi como
el hermano tonto del género. No hace mucho tuve una conversación
con una quiosquera de esta capital que me reprochó que ya estaba
(yo) bastante mayorcito para leer "esas cosas" , a lo que
respondí jocosamente "bueno, señora, al menos no compro
pornografia". Cuál no fue mi sorpresa al escuchar a la buena
mujer, que decía algo así como “Si
usted comprase revistas de esas cochinas me parecería mejor, la
verdad, porque creo que los hombres tienen unas necesidades que deben
desahogar, pero estos tebeos para niños, no es sano" (¡sic!).
Y
así permanecen los 'tebeos de superhéroes', apilados en quioscos y
supermarkets de gasolineras, o en manos de algún niño sobornado por
sus padres para que les conceda unos minutos de paz. No sé si huelga
que toda esa basura protagonizada por tipos y tipas
musculosos/as embutidos/as en mallas ajustadas posee una mística y
una épica. Una épica 'de gasolinera y de quiosco' sí, pero una
épica a fin de cuentas.
El
comic-book (nombre sajón dado a las revistas de comics) de
superhéroes es una institución en Estados Unidos, su lugar de
nacimiento. Editados en papel de baja calidad, llenos de publicidad,
los comic-books han acompañado (y adornado) los sueños de millones
de ciudadanos americanos compradores de sueños a dólar y medio
desde los años 30.
Y,
señoras y señores, el mundo multicolor, cósmico y épico de los
superhéroes en mallas ajustadas está cambiando. Este cambio ha sido
causado en cierta medida por varias series de comic-books de titulos
sonoros: 'Watchmen' y 'Marshal Law', entre otras muchas.
Naturalmente, las razones del cambio no obedecen unívocamente a
estas series, sino a un contexto sociocultural muy concreto, pero
ambas son botones de muestra más que significativos. Para intentar
entender algo de todo esto hemos de hacer un poco de historia.
'Watchmen'
fue publicada por la editorial norteamericana 'DC Comics',
responsable entre otros, de los personajes 'Supermán' y 'Batman'.
'Watchmen' es obra de un guionista británico, Alan Moore -una
especie de lacónico gurú de luenga barba que en los últimos años
se ha convertido en uno de los grandes popes del comic
mundial, gracias en parte a esta serie y a su otra Opus Magna:
'Miracleman', editada por la independiente 'Eclipse Comics'- y del
dibujante Dave Gibbons.
'Watchmen'
se publicó en forma de serie limitada de doce números. ¿Por qué
es 'Watchmen' un punto de inflexión? Sin lugar a dudas por ser obra
de Moore, gran creador de cielos e infiernos, que ya habia llevado en
su serie 'Miracleman' el concepto de superhéroe a sus últimas
consecuencias (y más allá). Alan Moore tomó a un puñado de
hombres en pijama y los convirtió en divinidades con pies de barro.
A uno de ellos lo mató, a otro lo transformó en un asesino
psicopático y a otro lo hizo un dios. Un dios de piel azul que
camina por las calles de Nueva York completamente desnudo, sabiéndose
capaz de arrasar todo rastro de vida sobre la tierra con sólo un
gesto y por eso deseoso de acabar consigo mismo.
'Watchmen',
más allá de la narrativa gráfica de Gibbons, casi minimalista, más
allá de la atormentada trama de Moore –a veces demasiado
retorcida, en otros momentos excesivamente simplista- es una de esas
obras que trascienden a sus creadores para elevarse a un olimpo de
obras magistrales. El concepto de 'Superhéroe-con-superproblemas'
creado por Stan Lee y Jack Kirby en los años 60, se convierte (o más
bien 'subvierte') en manos de Moore en otro que podríamos llamar
'Hombrecillos-rotos-por-ser-dioses'. Sin duda, el comic-book tiene un
Año Cero en la publicación de 'Watchmen'.
'Marshal
Law' nació en la 'competencia'; en Marvel Comics. Marvel en 1980
habia pasado a depender de la multinacional Cadence Industrial, Inc.,
lo que llevó a un total replanteamiento de su política editorial.
Bajo la dirección de Jim Shooter (entonces editor en jefe) se creó
una nueva línea de publicaciones en colaboración con otros autores
y editores (Jim Starlin, Archie Goodwin, entre otros) que se llamaría
Epic Comics. Se pretendia asi crear un nueva línea de comic-books
dirigidos a un público más adulto, con mayor calidad de impresión,
sin insertos publicitarios y lo más importante: dando todo el
control creativo, así como la propiedad de los personajes a los
autores (cosa que no ocurre en la línea 'normal' de Marvel) y
eliminar la injerencia del 'Comics Code Authority'; una especie de
censura previa existente en el comic norteamericano. Dentro de esta
linea editorial se publicaron otras obras de indudable interés como
'Dreadstar' de Jim Starlin (1982) o 'Elektra Assassin' de Frank
Miller y BiII Sienkiewickz (1986) y la que nos ocupa: 'Marshal Law',
escrita por Pat Milis y dibujada por Kevin O'Neil. Casi contemporánea
de 'Watchmen', 'Marshal Law' es indudablemente tributaria en la parte
gráfica y pseudoparódica de la anterior.
Supone
'Marshal Law' otra 'vuelta de tuerca' en los superheroico. Publicada
como serie limitada de seis comic-books, presenta un argumento de
culebrón, pleno de alusiones y mala leche, tributario de la estética
sadomaso y el cyberpunk a partes iguales, lleno de graffitis,
tacos, sangre y bilis. En 'Marshal Law' el superhéroe se torna
supercerdo y el mundo futuro que nos ofrece agoniza en una suerte de
Apocalipsis demente donde que todo cristo tiene superpoderes y salir
a la calle equivale a que el vecino de al lado, encapuchado, gordo,
sucio, sudado, vestido de superchico y armado con una lata de 'Bud'
te arranque la cabeza con un poderoso rayo nacido de sus ojos
mutantes. 'Marshal Law' es la némesis 'Hellzapoppin' de 'Watchmen',
sucia y desquiciada. Sacerdotes impartiendo la palabra divina a
centenares de supehéroes mugrientos desde púlpitos ambulantes
acorazados y forrados de pintadas obscenas, supermanes violadores y
asesinos, o androides con armas insertadas en la entrepierna,
conforman la feria de horrores que es 'Marshal Law'.
Si
entre los 'Watchmen' existían principios éticos y de conducta, en
'Marshal Law' estos son ignorados olímpicamente en una menacteria de
caos, vísceras y aniquilamiento post-mortern.
Indudablemente
tributarios de todo un corpus narrativo previo, es imposible
entender el comic 'de superhéroes' y por ende al cormic
norteamericano 'in extenso', hoy por hoy, sin la lectura previa de
obras como 'Watchmen' o 'Marshal Law'. Dos hitos de un género
despreciado pero que ha tenido la suficiente madurez de mirar hacia
sí mismo y hacerse preguntas, sin importar lo terribles que fueran
las respuestas.
'Watchmen'
fue publicada en España en su día por Ediciones Zinco y aún es
localizable en alguna librería especializada.
'Marshal
Law' está actualmente en período de publicación por Cómics Fórum
y lo puedes encontrar en alguna pila de 'tebeos' en quioscos o
gasolineras.
domingo, 1 de marzo de 2015
TOR y los totalitarismos
Repasando un número
atrasado de Bloomberg Businessweek, he encontrado dos artículos muy
interesantes. Uno (The Inside Story of Tor, the Best Internet Anonymity Tool the Government Ever Built, por Dune Lawrence) versa sobre la expansión del uso de TOR, un
sistema de navegación anónima por Internet, concebido inicialmente
por la defensa norteamericana y que actualmente es de uso común en
ciertas áreas de internet. Por cierto, la prensa se ocupaba hace unos meses de un posible ataque en esa red.
Si bien existe la sospecha de que
es vulnerable, lo más probable es que TOR sea muy difícil de
hackear para las agencias de espionaje, y justamente por ese motivo lo utilizan
aquellos que quieren mantener sus comunicaciones libres de miradas indiscretas, que casi siempre provienen de los mismos
lugares: las inteligencias de los Estados. TOR por ahora es un amigo circunstancial de mucha gente,
unos que defienden la democracia en países autoritarios, y otros que
hacen actividades poco o nada confesables en Internet.
Lo que me ha parecido más curioso es cómo el enemigo de los Estados a menudo es creado por ellos mismos. De la misma manera que ahora todos se llevan las manos a la cabeza en Occidente ante el surgimiento del Estado Islámico que ellos mismos han contribuido a financiar, TOR es un proyecto inicialmente de origen federal (norteamericano, vamos), que hubo de salir al mundo exterior (internet) para poder nacer como herramienta de trabajo de la inteligencia, pero que la sociedad civil adoptó instantáneamente. Así, los hijos bastardos de los Estados Sombríos, de los que en la oscuridad parecen llevar las riendas del mundo, demuestran tener vida propia, y se pueden convertir en los peores enemigos de quienes los han creado.
Lo que me ha parecido más curioso es cómo el enemigo de los Estados a menudo es creado por ellos mismos. De la misma manera que ahora todos se llevan las manos a la cabeza en Occidente ante el surgimiento del Estado Islámico que ellos mismos han contribuido a financiar, TOR es un proyecto inicialmente de origen federal (norteamericano, vamos), que hubo de salir al mundo exterior (internet) para poder nacer como herramienta de trabajo de la inteligencia, pero que la sociedad civil adoptó instantáneamente. Así, los hijos bastardos de los Estados Sombríos, de los que en la oscuridad parecen llevar las riendas del mundo, demuestran tener vida propia, y se pueden convertir en los peores enemigos de quienes los han creado.
Luego leí un artículo
en la misma revista (lamento no haber encontrado el link directo) sobre el ascenso de los gobiernos totalitarios
aparentemente surgidos de las urnas en diversos países, como Egipto,
Rusia o Tailandia, que se suman a Estados totalitarios per se, como
China -un caso realmente peculiar que parece mantener un exitoso (para algunos al menos) sistema
dictatorial ablandado por una economía capitalista de gran
agresividad-. Hay quienes consideran todo eso una especie de nueva tendencia
del mundo actual, que parece llevarnos hacia una oficialización del abuso de autoridad de gobiernos que
se aprovechan de las mayorías concedidas por los votantes para tomar
el poder en sus países y destruir las escasas herramientas de control ciudadano que aún sobreviven. Pensemos en el giro radical de Egipto, por ejemplo, actualmente una dictadura militar tras pasar por una esperanzadora "primavera árabe".
Esto es preocupante, más aún porque cuanto más leía el artículo más me
convencía de que España está pasando por un proceso similar y tan
oscuro como el de esas otras “democracias en proceso de fallo” a
las que se refiere el articulista. Los casos son siempre análogos: gobiernos de tinte conservador (es decir, apoyados por las élites
tradicionales) llegan al poder con mayorías parlamentarias,
generalmente a causa del voto rural y el miedo, ganado a base de un populismo
ridículamente basto pero, a lo que se ve, efectivo, y deciden
aprovechar esas mayorías que probablemente nunca más recuperen para
emprender un “ahora o nunca” de cambios radicales de todo tipo en
sus países, modificando decenas de leyes, desintegrando las
herramientas de control popular, colocando a "los suyos" en áreas fundamentales del Estado, y en resumen, asegurando a “quienes les
pagan los sueldos” (que, amigos, despertad, no somos nosotros) la
herencia de un país fácilmente controlable y manso.
Los ejemplos que cita
el artículo son de países con amplios sectores rurales y una escasa
penetración de la alfabetización, pero en España podríamos crear
un símil. No conozco las cifras exactas de tendencias de voto en
diversas regiones del país, sobre todo las que relacionen voto
urbano con rural o de pequeñas provincias, pero es un hecho que
existen feudos para la derecha, como Levante, Centro y algo del
Cantábrico, mientras que en en otras regiones ese apoyo está más
equilibrado, como Catalunya (si bien CiU no es más que derecha,
pintada con el tinte nacionalista, pero conservadurismo en ocasiones
tan o más rancio que el “oficial” español y, a los hechos me remito, igual de corrupto), Canarias (ídem que Catalunya) o
Extremadura. En otra CA, al menos en las elecciones de 2011, se mantuvo
un elevado voto hacia la izquierda; se trata de Andalucía. Son
razones históricas y coyunturales las que provocan estos
movimientos, pero no estaría de mas examinar hacia dónde se
encamina el voto rural y hacia dónde el urbano en esas regiones.
Probablemente nos llevaríamos sorpresas.
En España, por otro lado,
el campo se ha ido abandonando sin pausa desde mediados del siglo
pasado, lo que ha llevado a que una parte de lo que fue una floreciente sociedad
agraria sea ahora un secarral abandonado punteado por pueblos en
agonía. Así, la gente del campo se trasladó a las ciudades, y se
debió de contagiar en cierta medida de la forma de pensar que
imperara en ellas. Pero no es lo mismo la tendencia urbana política
en Valladolid que en Córdoba, por poner dos ejemplos, o en sociedades asfixiadas por su tamaño, como la Gomera o El Hierro, y mega urbes como Barcelona o Madrid.
El hecho es que España
ha tomado, a su manera, esa deriva autoritaria de la mano de un
gobierno conservador que está forzando demasiado la máquina. No sé si existe
conciencia entre las personas que actualmente
lo forman de que sus intentos, que tal vez podrían colar en otras
latitudes, pueden costarles muy caro en el futuro. El hecho es que un
partido vertical como el PP, que no ha conocido la democracia interna, que
vive además inmerso en un contradictorio pensamiento clerical, tardofranquista y antiguo bastante
deprimente, no conoce la realidad que le rodea, y actúa como un
sonámbulo, lo que le convierte en la peor opción racional para gobernar un país como España en estos momentos. Probablemente, esta incapacidad del PP, cada vez más pública y notoria acabará estallando (con el descubrimiento casi diario de más y más casos de corrupción), de modo que los
españoles comprendan el desastre que arrastra el dar mayorías
absolutas a personas que no merecen esa responsabilidad.
Sólo
el tiempo dirá lo que ocurrirá en España, pero dependerá también
de lo que pase en nuestro entorno. El gobierno español actual vive
de espaldas a la realidad, confiando en que si hacen lo que se les
ordena desde la troika todo irá bien. Pero todo lo que emana de ese
objeto que todavía llamamos Europa está aún más ensimismado y
perdido que nuestro gobierno. La combinación es muy peligrosa.
Tiempos
fascinantes estos, en los que lo viejo dará paso a lo nuevo, según
el viejo adagio. Lo que pudo ocurrir en 1975 va a ocurrir (tal vez) en 2015.
Este paréntesis en el que España ha intentado crear una democracia y le ha salido una oligarquía ya vemos lo que ha dado de sí, y llega a su conclusión. Ahora
mismo está empezando a implosionar.
sábado, 28 de febrero de 2015
Addjacent
Hemos desarrollado Addjacent, un juego para Smartphones Android que puedes descargarte desde Google Play en versión free (con publicidad) y full (con niveles ilimitados) esta última al módico precio de 1,20 Euros.
Addjacent está basado en un concepto de Yeray Rodríguez, compañero de aventuras en otros proyectos de videojuegos y tecnología, y estamos empezando a lanzarlo y a darle viralidad. El diseño y las animaciones del interfaz son cosa del gran Santiago Verdugo, de Sopa de Sobre, que también ha trabajado conmigo en varias películas y cortometrajes.
¿Que de qué va? Esta es la descripción del juego que puedes encontrar en Google Play:
Enfréntate a la Inteligencia Artificial de tu dispositivo en un desafío estratégico totalmente nuevo.
En Addjacent cada jugador debe competir para obtener la mayor puntuación, pero sin quedarse atrapado en el tablero ¡No se puede volver a las casillas por las que se haya pasado! Otras casillas tienen efectos particulares que cambian completamente la estrategia a seguir: inversión de posiciones, puntos al azar, promediado de las puntuaciones...
Decenas de niveles llenos de desafíos para poner a prueba tu ingenio.
Así que no te cortes en bajártelo y pasarlo bien con él, que para eso está :-)
Todavía no hay versión para iPhone, pero todo se andará.
sábado, 21 de febrero de 2015
Servidores Sirena
Jaron Lanier ha
publicado recientemente en España (Ed. Debate, 2014) su ensayo
“Quién controla el futuro”. Lo interesante del libro, amén de
sus ideas, es el propio autor y su circunstancia. Lanier es
considerado un “gurú” de la Realidad Virtual (VR con sus siglas
en inglés; por cierto, que él mismo inventó el término), esa
tecnología que permite mostrar a las personas lugares y espacios
generados mediante ordenadores en los que poder sumergirse y
percibirlos como si fueran reales. Lanier inventó el dataglove
o guante de datos, un periférico que permite al usuario de un
sistema de VR el interactuar con él y el tener además sensaciones
táctiles en sus dedos y manos.
Lanier, todo un curtido
habitante de Silicon Valley y de los ambientes universitarios en la
era dorada del nacimiento de la informática, es un poco más joven (nació en 1960) que los Padres Fundadores de la informática personal, Steve Jobs, Bill Gates (ambos nacidos en 1955) o Steve Wozniak (1950), pero es mayor que Mark Zuckerberg (1984),
fundador de Facebook o que Sergey Brin y Larry Page (nacidos en 1973), creadores de
Google. Es decir, está en una posición muy interesante para
contemplar el estado actual de cosas en internet, de dónde venimos y
hacia dónde parecemos dirigirnos.
Vivimos en un mundo en
perpetuo experimento. Ninguno de nosotros tiene la menor idea de lo
que pasará mañana, ni en el siguiente minuto, pero aceptamos esa
incertidumbre constante y procuramos vivir con ella. De esa misma
manera, en esa especie de singladura universal humana por el mar de
la incertidumbre, aparte del azar natural, vivimos entre los cambios
que generamos nosotros mismos. Esos cambios ocurren a nuestro
alrededor continuamente, y nos lanzamos a experimentar con ellos.
Unos resultan exitosos; otros, catastróficos. No hacemos ensayos ni
estudios sobre lo que podrá pasar; simplemente, la humanidad se
arroja en ocasiones en brazos del cambio generado por ella misma, con
la esperanza y el optimismo de que “todo va a ir bien”. Y no
siempre pasa así. Pensad en lo que ocurrió en el mundo cuando Watt
inventó la máquina de vapor (cambió todo, para bien, y para mal),
o cuando Marx recicló en su teoría filosófica la Lucha de Clases (conocida previamente desde Maquiavelo) y un país entero decidió poner en práctica a su manera aquellas
ideas en 1917. O cuando unos chicos en Californa, entre nubes de
marihuana decidían fabricar un ordenador para que la gente lo
tuviera en su casa en unos tiempos en los que aquello parecía un
sueño loco. Esas cosas cambian el mundo. Son acontecimientos de
enorme trascendencia. Ahora la gente vive pegada a sus teléfonos
inteligentes, no podemos estar sin el Whatsapp o el Facebook, que no
existían hace nada, seis o siete años. Esos cambios a los que nos
arrojamos a diario tienen consecuencias. En la gente, en su forma de
comunicarse, en la educación, en la convicencia, en las relaciones,
en miles de pequeños gestos diarios. Son esas decisiones colectivas,
que la Humanidad toma en silencio, dejándose llevar por las modas,
las nuevas ideas, aceptando unas y rechazando otras, o eligiendo
entre alternativas y posibilidades que la vida les, nos, pone
delante, las que nos forman como civilización.
Pues nuestro amigo
Lanier dice que todo lo que está pasando no le gusta demasiado, y
que no parece que vayamos por buen camino con las últimas decisiones
colectivas que hemos tomado. Para él, estamos en la era de lo que él
llama los “servidores sirena”, servicios en una internet ubicua,
que se han vuelto imprescindibles para la gente, pero que son
monopolísticos, intrusivos, espían a las personas, y generan unos
problemas gigantescos. En este momento quienes más sufren los
efectos negativos del “mundo de los servidores sirena” en el que
la raza humana empieza a entrar, son las personas que viven de tareas
de creación de objetos fácilmete copiables por medios digitales. El
cine, la música y la literatura han sido arrasadas por los
“servidores sirena”, que basan gran parte de su éxito en la
copia infinita de archivos digitales, con el precio a pagar de que
ellos, los servidores, reciben un gran beneficio de cada copia de
esos archivos, pero estos resulta que se vuelven “no monetizables”
y pierden su valor objetivo hasta hacerse prácticamente cero.
Muchas industrias
caerán, según Lanier, a medida que sus productos se puedan obtener
mediante archivos digitales. Imaginad ahora que las impresoras 3D que
poco a poco empiezan a aparecer en todas partes se hacen tan
sofisticadas que puedes imprimirte un coche entero a partir de unos
archivos en PDF. En unas horas podrías tener tu flamante utilitario
aparcado ante tu casa a coste cero. Entonces, la industria del
automóvil sería la siguiente en perecer. Luego, si se pueden copiar
e imprimir comidas, acabaría la de la alimentación, y así
sucesivamente. Los “servidores sirena”, al alojar los archivos
con los “planos” de los objetos a copiar, serían siempre
beneficiados, pero a costa de arrasar industria tras industria, hasta
que no quedara prácticamente nada; sólo aquello que no se pudiera
copiar por medios digitales. Y en esas condiciones, la depauperación
humana y la hambruna a la que asistiríamos no tendría precedentes.
Llegaríamos probablemente a un estado de cosas insostenible, en el
que hasta los propios “servidores sirena” se extinguirían, al no
poder tener clientes que pagaran sus servicios. Todo el mundo parece,
no obstante, embebido en la nueva religión optimista del papanatismo
tecnológico, con mantras como estos: los “servidores sirena” son
buenos, lo que hacen beneficia a la humanidad, son “disruptores”
(palabro que maravilla al nuevo tecnopapanata), pues “rompen con lo
antiguo”, olvidando aquella frase tan famosa que uso mucho
últimamente, la de “¡si funciona, no intentes arreglarlo!”
A todo esto se añade
un espejismo para Lanier, el del “Big Data”. El concepto de moda.
El nombre que se pronuncia en las conferencias top del mundo digital.
El uso de la ingente información que “servidores sirena” como
Google o Facebook obtienen de sus clientes, que por cierto, tendrían
derecho a su parte del pastel, porque sus datos, aportados
voluntariamente -al menos eso pone si te lees el contrato de
aceptación de condiciones de sus servicios- son la savia que
alimenta a los “servidores sirena” -eso sí, como son copiables,
no tienen valor monetario-. Lanier pide que se activen micropagos
para todos los ciudadanos que ceden su información a los “servidores
sirena”. Porque sí. Porque es justo. Porque es la única manera.
Ahora sólo un lado de la ecuación se beneficia -monstruosamente- de
la obtención del “Big Data” de millones de personas. El otro
lado, nosotros, los que somos espiados, no vemos nada de los posibles
beneficios de todo ese tráfico de nuestros datos personales.
Pero el “Big Data”
es para Lanier un espejismo: datos con correlaciones forzadas
probablemente falsos, que pueden usarse para demostrar cualquier
cosa, o para cometer errores garrafales, como basar en ellos
decisiones de máxima gravedad -elegir a quién hacer una póliza por
parte de una empresa de seguros, por ejemplo-. También se fían
demasiadas cosas a la Inteligencia Artificial, un concepto bastante
escurridizo, al que se da un significado que no merece. Por ahora la
IA no existe, es sólo un nombre. Los bots que por ejemplo usa Amazon
para hacer la competencia a otros lugares de venta en internet son
bastante estúpidos, y sus decisiones, causan básicamente la
hipertrofia de Amazon y la destrucción de su competencia, un juego
sucio, suicida, y fundamentalmente errado. El objetivo no es
destruirlo todo y convertirte en un monopolio, o al menos, espero que
esa no sea la idea consciente de los ejecutivos de la famosa tienda
online, pero esos son los resultados de su uso de bots de IA.
El “Big Data” puede
estar basado en mentiras, puede estar atiborrado de errores, pero no
importa, es el maná que hace ricos a Google, a Facebook, a Amazon o
a Twitter; miles de empresas claman por esos datos que les ayudan “a
conocer a sus clientes”. Y se usan para todo, desde para decidir el
destino de un cargamento de azúcar al precio de productos lanzados
por las fábricas de medicamentos. Demasiado peligroso poner
decisiones cada vez más importantes en datos obtenidos de manera
dudosa por los “servidores sirena”, unos datos que no han sido
contrastados de forma científica precisamente, pero que se
convierten en una especie de “biblia atea”.
Google, Apple o
Facebook lo saben casi todo de ti. Conocen a tus amigos. Saben cuales
son tus gustos culinarios, sexuales, de entretenimiento, tu fe
religiosa, tus posibles enfermedades, físicas y psíquicas, y a
diario acumulan más y más datos de todos nosotros. Según cuenta
Julian Assange en su libro Cuando Google encontró a
Wikileaks (Clave Intelectual. 2014),
además, esos “servidores sirena” que están dominando el mundo
no han tenido el menor escrúpulo en ceder esos datos a la
Inteligencia norteamericana siempre que les ha sido solicitado.
Estamos viviendo en un mundo aparentemente apacible e hiperconectado,
pero debajo late un mar orwelliano de progamas espía pendientes de
todos nuestros movimientos.
Lanier propone
soluciones, desde los citados micropagos, a que la sociedad civil
empiece a tener voz y voto ante los “servidores sirena”, que no
son otra cosa que empresas privadas mega poderosas a las que nadie
parece querer rechistar por ahora, y que hacen lo que les da la gana, impunemente.
La humanidad siempre
decide colectiva, inconscientemente, los “acontecimientos
disruptores” que harán que su rumbo histórico cambie. Estamos en
mitad de una encrucijada similar en importancia a la del advenimiento
de la Revolución Industrial o la aparición de los medicamentos.
Está en nuestras manos el poder conducir lo mejor posible el barco
en el que navegamos por el mar de la intertidumbre. Podemos elegir el
éxito o la catástrofe. Los “servidores sirena” de Lanier no son
sino el aviso de lo que vendrá.
La foto de Jaron Lanier está en Wikimedia Commons bajo licencia de Atribución 2.0 Genérica.
jueves, 19 de febrero de 2015
Volando voy...
Hace cinco años, viajar de Madrid a Las Palmas de Gran Canaria (Islas Canarias), ida y vuelta, costaba unos 60 Euros si eras residente. Si no, alrededor de 120. Los residentes canarios tenemos una subvención del 50% de los vuelos entre islas y península, gracias a una reglamentación que conocemos como REF, que, por cierto, algún incompetente del gobierno nacional y/o del autonómico está poniendo en peligro estos días, una más de esas cosas que nadie parece saber.
Pero vuelvo al asunto, como diría Peter David.
Hoy, si eres residente canario, el mismo vuelo te cuesta alrededor de 160 Euros, un 300% más, aproximadamente. Pero si no lo eres, te cuesta unos 320. Eso sí, esa tarifa no te da derecho a nada, sólo a viajar. Ni siquiera podrás cambiar el vuelo si te surge algún problema o reunión. Si quieres poder ejercer (sólo poder ejercer) ese derecho, unos 20 a 40 Euros más no te los quita nadie, más el pago del cambio, que podría añadir otros 100 Euros al total. Y ya si quieres que te reembolsen el vuelo en caso de que te veas obligado a anularlo, entonces te costará 700 Euros como residente, y unos mil y pico si no lo eres. Es lo que llaman eufemísticamente la "Tarifa Turista Completa". Si es que tienen sentido del humor los cabroncetes estos. Adorables.
El petróleo, del que se destila el queroseno que consumen los aviones, eso sí, está por los suelos. Pero eso da igual, porque ese no es el problema.
Y así estamos. Esta es la realidad actual para viajar a Canarias con Iberia. Y con todas las demás líneas aéreas, claro, que los precios se mantienen sospechosamente próximos. ¿Un cartel? No, cómo se os ocurre. La Comisión de Competencia no ha dicho nada al respecto... Bueno, dejo el sarcasmo, y sigo.
Mientras tanto, Iberia nos está vendiendo publicidad en los Medios y las Redes Sociales para que viajes por todo el mundo por 40 Euros con ellos. Los españoles y nuestros carísimos vuelos locales parece que importamos una mierda, y los que necesitamos volar por trabajo, importamos una mierda doble.
Iberia en su día fue la compañía aérea de bandera española, hasta que fue vendida por un gobierno un tanto, si me permiten, estúpido, a British Airways hace algunos años. Ahora ni siquiera podemos decidir sobre ella. Como siempre (caso AENA, semi privatizada ahora, y sus concesiones a tiendas en aeropuertos), el que paga los gastos de las aventuras privadas de esta gente somos nosotros, en este caso, vía precios. En otros, vía impuestos.
No podemos hacer nada; todo, todito el sistema nos denegará cualquier opción. Nos queda la pataleta, y usar los mermados instrumentos que se supone nos protegen, y que años de cabildeos discretos y eficientes han ido castrando sistemáticamente.
Por culpa de estos incompetentes que ahora se bañan en comisiones, pensiones vitalicias e indemnizaciones blindadas, zotes que no saben hacer la o con un canuto pero que visten trajes a medida, tenemos que pagar las consecuencias de haber nacido isleños.
Esa es la verdadera Marca España que padecemos en este país. Gracias, gobierno. Gracias, codiciosos. Estaréis satisfechos.
La foto la tomé en estos días en un vuelo de Gran Canaria a Madrid... de Iberia, claro.
martes, 10 de febrero de 2015
Por si no lo sabes...
No sé si lo sabes, pero el sonido digital del que gozamos hoy en día es... bueno, no es precisamente la panacea. Lo que se vendió hace 25 años como la maravilla china, en la época en la que los CDs empezaban a ocupar los estantes de las tiendas de discos, cuando los vinilos se iban extinguiendo poco a poco, en los años del inicio del papanatismo de lo digital, que empezaba a estar por todos lados (y sigue, vaya si sigue, con esa pollabobada de los "nativos digitales"), tiene un "algo" de timo.
Ahora pensamos un poquito mejor, y vemos las cosas en perspectiva. La codificación digital, amigos, es pobre, pues está limitada por las restricciones del número de bits disponibles para hacerla y la velocidad a la que se muestrea la señal analógica original.
Un pobre muestreo convertido a un formato con destrucción de datos como el MP3 lleva a una audición muy pobre, análoga al efecto del banding en las imágenes que vemos en las películas que han sido mal codificadas, cuando no hay suficientes bits de"profundidad de color" para captar un degradado sutil de colores.
En esta foto de un anochecer en Marte tomada por la nave Vinking-1 de la NASA, que recuerdo haber mirado de niño con extrañeza ("¿Qué son esas bandas?", me decía) se ve un ejemplo claro de banding, cortesía de la tecnología de imagen digital disponible en 1976. Toda imagen es una interpretación de la realidad mediante medios técnicos. En este caso hay, supón, 8 bits para codificar colores, y la sutileza de los cambios de tono de la puesta de sol no la puedes obtener porque los 8 bits disponibles sólo te permiten "saltar" entre determinados colores próximos, eliminando los que hay en medio. El resultado es este feo efecto similar al posterizado.
Décadas más tarde, el robot teledirigido Spirit, con tecnología de los años noventa y más bits de profundidad de color en el procesador conectado al CCD de sus cámaras, obtuvo la foto de abajo de una puesta de sol en Marte. El banding es mucho menor, casi imperceptible.
Pues bien, en sonido pasa lo mismo: oímos las grabaciones digitales "con banding de sonido" y por eso nos suena a veces un tanto insuficiente la calidad de ciertos MP3. Por ejemplo, las canciones que oyes online en iTunes o en Spotify, tienen un bit rate de 224 a 256 Kbps (lo que llaman "calidad CD"), que es a veces insuficiente para mostrar ciertas sutilezas. Puede que te suene inexplicablemente pobre, que notes que algo falta. Y más aún si usas un bit rate de 128Kbps.
Pero el problema final está en la base de la tecnología, en los bits usados para codificar los archivos de sonido, sean estos Wav, Flac, Aiff, etc. Generalmente son 24. Imaginad un estudio de grabación con 8 pistas, y 24 bits de salida. Al grabar las 8 pistas con, por ejemplo, 8 instrumentos diferentes, tendremos 8 sonidos a 24 bits, pero habrán de convertirse, vía "embudo digital" en 24 bits mezclados, por lo que apenas tendrán 3 bits para cada sonido. No es exactamente así, y luego se usan trucos como la normalización digital (un proceso matemático) para que "todo suene bien", pero el resultado final no es precisamente el que nos quieren vender.
Y además resulta agotador, pues la normalización causa cansancio perceptivo en el oyente, porque se basa en subirlo todo sin que distorsione, a grandes rasgos. Desaparecen las sutilezas, los tonos suaves en la música, las partes quedas. Todo está presente, en primer plano. Y, como resultado, acabas saturado tras oír unas pocas canciones.
Si oyes hoy en día un disco de vinilo en un tocadiscos analógico y con un amplificador analógico, si no pasas por etapa digital alguna, alucinarás, te lo aseguro, con los matices que puedes escuchar, que desaparecen en la codificación digital. El soplo analógico o el ruido del surco se olvidan enseguida; el cerebro sabe eliminarlos. El sonido final es precioso. Y está lleno de colores. No podrás decir por qué, pero tu experiencia será una gozada.
Nos engañaron. Engañaron a millones de personas que tiraron sus colecciones de vinilos para comprar en CD lo que ya tenían. Ahora esas colecciones valen dinerales. Los equipos analógicos de grabación se siguen usando en los estudios, porque son los mejores, y alcanzan precios exorbitantes, lo mismo que los equipos de audición no digitales, que ahora son tan caros que están reservados a una nueva especie de aficionado a la música que se los puede permitir: el "audiófilo".
Y lo peor de todo mucha gente no lo sabe aún, agárrate: las discográficas, cuando pasaron a formato digital todo su archivo, tiraron sus masters analógicos a la basura; las grabaciones originales de los discos, para entendernos ¿Para qué convervarlos? Se iban a ahorrar un dineral en gastos de almacenamiento y conservación ¿Se imaginan en Hollywood a las grandes productoras tirando sus negativos de películas a la basura?
Las cintas multipista analógicas de una pulgada originales de miles de discos ya no existen, salvo excepciones de músicos de gran renombre y poder, o que pudieron controlar sus propios masters. Hablo de gente como Pink Floyd, los Rolling Stones o los Beatles. El resto se ha perdido para siempre en un alto porcentaje.
Hasta la industria del cine, cuando hace sus remasterizados digitales, no olvida contemplar el tiraje de un nuevo negativo de seguridad (sí, en película de celuloide). Pero la discográfica no entendía de esas sutilezas, al parecer. Ahora se arrepienten, claro, cuando es demasido tarde.
Es una barbaridad cultural, una catástrofe que muy poca gente sabe, y desgraciadamente es irreversible. Ya nadie oirá muchos discos como se concibieron originalmente.
Y cuidado con los nuevos vinilos que salen ahora al mercado, que no os engañen. Han sido grabados de masters digitales. Es decir, son versiones analógicas de masters pobres por su origen digital. Un desastre. Así que los únicos vinilos que podrías comprar con garantías con los anteriores al advenimiento de las técnicas digitales.
¿Os acordáis de los CDs que indicaban si eran totalmente digitales o sólo parcialmente, y de cómo la gente miraba aquellos tres caracteres como si la vida les fuera en ello? AAA, AAD, ADD, DDD. Cada sigla se refiere a una etapa del proceso de producción: grabación, mezcla y masterizado. Se indicaba si era Analógica o Digital. Los coleccionistas buscaban como locos los DDD, cuando en realidad el resultado era un truño. Pero nadie parecía darse cuenta de ello.
Hace décadas, la BBC destruía sistemáticamente gran parte de sus masters televisivos por exigencias sindicales. Actualmente las nuevas generaciones no podrán ver muchos de sus programas a causa de aquella pobre decisión. En España el simple abandono de los archivos de TVE ha hecho que muchísima programación se haya perdido para siempre. Y en todas partes, los masters analógicos de muchas obras maestras musicales acabaron hace años en los vertederos porque la moda digital así lo mandaba.
Parecemos condenados a repetir los mismos errores, despreciar el pasado y vivir estúpidamente en un papanatismo tecnológico perpetuo. Si es que no aprendemos.
Las fotos utilizadas para ilustrar este texto son de la NASA y están en dominio público.
Ahora pensamos un poquito mejor, y vemos las cosas en perspectiva. La codificación digital, amigos, es pobre, pues está limitada por las restricciones del número de bits disponibles para hacerla y la velocidad a la que se muestrea la señal analógica original.
Un pobre muestreo convertido a un formato con destrucción de datos como el MP3 lleva a una audición muy pobre, análoga al efecto del banding en las imágenes que vemos en las películas que han sido mal codificadas, cuando no hay suficientes bits de"profundidad de color" para captar un degradado sutil de colores.
En esta foto de un anochecer en Marte tomada por la nave Vinking-1 de la NASA, que recuerdo haber mirado de niño con extrañeza ("¿Qué son esas bandas?", me decía) se ve un ejemplo claro de banding, cortesía de la tecnología de imagen digital disponible en 1976. Toda imagen es una interpretación de la realidad mediante medios técnicos. En este caso hay, supón, 8 bits para codificar colores, y la sutileza de los cambios de tono de la puesta de sol no la puedes obtener porque los 8 bits disponibles sólo te permiten "saltar" entre determinados colores próximos, eliminando los que hay en medio. El resultado es este feo efecto similar al posterizado.
Décadas más tarde, el robot teledirigido Spirit, con tecnología de los años noventa y más bits de profundidad de color en el procesador conectado al CCD de sus cámaras, obtuvo la foto de abajo de una puesta de sol en Marte. El banding es mucho menor, casi imperceptible.
Pues bien, en sonido pasa lo mismo: oímos las grabaciones digitales "con banding de sonido" y por eso nos suena a veces un tanto insuficiente la calidad de ciertos MP3. Por ejemplo, las canciones que oyes online en iTunes o en Spotify, tienen un bit rate de 224 a 256 Kbps (lo que llaman "calidad CD"), que es a veces insuficiente para mostrar ciertas sutilezas. Puede que te suene inexplicablemente pobre, que notes que algo falta. Y más aún si usas un bit rate de 128Kbps.
Pero el problema final está en la base de la tecnología, en los bits usados para codificar los archivos de sonido, sean estos Wav, Flac, Aiff, etc. Generalmente son 24. Imaginad un estudio de grabación con 8 pistas, y 24 bits de salida. Al grabar las 8 pistas con, por ejemplo, 8 instrumentos diferentes, tendremos 8 sonidos a 24 bits, pero habrán de convertirse, vía "embudo digital" en 24 bits mezclados, por lo que apenas tendrán 3 bits para cada sonido. No es exactamente así, y luego se usan trucos como la normalización digital (un proceso matemático) para que "todo suene bien", pero el resultado final no es precisamente el que nos quieren vender.
Y además resulta agotador, pues la normalización causa cansancio perceptivo en el oyente, porque se basa en subirlo todo sin que distorsione, a grandes rasgos. Desaparecen las sutilezas, los tonos suaves en la música, las partes quedas. Todo está presente, en primer plano. Y, como resultado, acabas saturado tras oír unas pocas canciones.
Si oyes hoy en día un disco de vinilo en un tocadiscos analógico y con un amplificador analógico, si no pasas por etapa digital alguna, alucinarás, te lo aseguro, con los matices que puedes escuchar, que desaparecen en la codificación digital. El soplo analógico o el ruido del surco se olvidan enseguida; el cerebro sabe eliminarlos. El sonido final es precioso. Y está lleno de colores. No podrás decir por qué, pero tu experiencia será una gozada.
Nos engañaron. Engañaron a millones de personas que tiraron sus colecciones de vinilos para comprar en CD lo que ya tenían. Ahora esas colecciones valen dinerales. Los equipos analógicos de grabación se siguen usando en los estudios, porque son los mejores, y alcanzan precios exorbitantes, lo mismo que los equipos de audición no digitales, que ahora son tan caros que están reservados a una nueva especie de aficionado a la música que se los puede permitir: el "audiófilo".
Y lo peor de todo mucha gente no lo sabe aún, agárrate: las discográficas, cuando pasaron a formato digital todo su archivo, tiraron sus masters analógicos a la basura; las grabaciones originales de los discos, para entendernos ¿Para qué convervarlos? Se iban a ahorrar un dineral en gastos de almacenamiento y conservación ¿Se imaginan en Hollywood a las grandes productoras tirando sus negativos de películas a la basura?
Las cintas multipista analógicas de una pulgada originales de miles de discos ya no existen, salvo excepciones de músicos de gran renombre y poder, o que pudieron controlar sus propios masters. Hablo de gente como Pink Floyd, los Rolling Stones o los Beatles. El resto se ha perdido para siempre en un alto porcentaje.
Hasta la industria del cine, cuando hace sus remasterizados digitales, no olvida contemplar el tiraje de un nuevo negativo de seguridad (sí, en película de celuloide). Pero la discográfica no entendía de esas sutilezas, al parecer. Ahora se arrepienten, claro, cuando es demasido tarde.
Es una barbaridad cultural, una catástrofe que muy poca gente sabe, y desgraciadamente es irreversible. Ya nadie oirá muchos discos como se concibieron originalmente.
Y cuidado con los nuevos vinilos que salen ahora al mercado, que no os engañen. Han sido grabados de masters digitales. Es decir, son versiones analógicas de masters pobres por su origen digital. Un desastre. Así que los únicos vinilos que podrías comprar con garantías con los anteriores al advenimiento de las técnicas digitales.
¿Os acordáis de los CDs que indicaban si eran totalmente digitales o sólo parcialmente, y de cómo la gente miraba aquellos tres caracteres como si la vida les fuera en ello? AAA, AAD, ADD, DDD. Cada sigla se refiere a una etapa del proceso de producción: grabación, mezcla y masterizado. Se indicaba si era Analógica o Digital. Los coleccionistas buscaban como locos los DDD, cuando en realidad el resultado era un truño. Pero nadie parecía darse cuenta de ello.
Hace décadas, la BBC destruía sistemáticamente gran parte de sus masters televisivos por exigencias sindicales. Actualmente las nuevas generaciones no podrán ver muchos de sus programas a causa de aquella pobre decisión. En España el simple abandono de los archivos de TVE ha hecho que muchísima programación se haya perdido para siempre. Y en todas partes, los masters analógicos de muchas obras maestras musicales acabaron hace años en los vertederos porque la moda digital así lo mandaba.
Parecemos condenados a repetir los mismos errores, despreciar el pasado y vivir estúpidamente en un papanatismo tecnológico perpetuo. Si es que no aprendemos.
Las fotos utilizadas para ilustrar este texto son de la NASA y están en dominio público.
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A peculiar galaxy near M104
Publicado en Revista Mexicana de Astronomía y Astrofísica, Vol. 59, número 2. P.327. Este es el link.
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Las capturas que muestro en este artículo pertenecen a "Los canallas duemen en paz" (1960) de Akira Kurosaw...
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Desde el 20 de abril hasta el 14 de julio podrán visitar en la Sala de exposiciones Ponce de León de la Fundación MAPFRE Canarias, C/ Castil...