martes, 8 de julio de 2014

Cosas que saltan a la vista



Fruto del autoengaño en el que vive España desde hace ya demasiados años, es este espejismo de desarrollo fundamentado en la privatización de los monopolios estatales básicos: telecomunicaciones, energía, aguas... ahora sanidad, educación, transportes, incluso AENA. Unas privatizaciones "para los amigos y conocidos" que sólo han llevado a un empeoramiento de los servicios y de las condiciones laborales de los trabajadores, y que sólo benefican a unos grupúsculos de interés económico. Es lo que algunos han llamado tan acertadamente, la versión españolísima del capitalismo: el "capitalismo de amiguetes".


La pregunta lógica es a qué viene tomar decisiones tan espantosas para hacer ricos a cuatro amiguetes. Qué miseria moral se puede tener para ejercer, encima con corpus teórico y convencimiento, contra toda la evidencia científica -hay decenas de estudios que afirman lo ya sabido: privatizar servicios públicos los empeoran, nada más que discutir al respecto-, pero lo sorprendente es que toda una generación -en realidad varias- de economistas se han formado en una especie de secta religiosa con ese mantra innegable, que parece que les rompe el alma si se desafía: lo privado es bueno, lo público es malo. Hay que privatizar, hay que reducir el Estado a la práctica inexistencia. No lo necesitamos.

Esta gente, que de verdad parecen salidos de una escuela de los Testigos de Jehová o de la Cienciología pero en versión económica, sigue las premisas de escuelas como la de Chicago, responsables últimas -sin quidar demérito a generaciones de gobernantes incompetentes- del desastre actual que domina el mundo, y de la preponderancia de la economía especulativa frente a la productiva.

Gracias a estas escuelas de fanáticos que impregnan los think tanks mundiales, diez corporaciones dominan el mercado mundial de los alimentos, deciden sobre vidas y haciendas de millones de campesinos desplazados y causan a distancia, sí, indirectamente, sí, no nos manchemos las manos, auténticas hambrunas. Ellos mismos son los responsables de que las grandes empresas textiles recurran a mano de obra esclava en países en desarrollo, o que se devasten selvas vírgenes para comerciar con madera. Diamantes, Coltan, Uranio... Es una ideología temible, autodestructiva, que acaba quemándose a sí misma, hasta no dejar nada. El equivalente intelectual a un cáncer, que acaba devorándose a sí mismo y matando a su huésped. El problema es que la legión de defensores fanatizados que tiene esa ideología, que no es otra cosa, no permiten salida alguna, y los medios, los opinadores, los blogs especializados, parecen bailarles el agua tan felices. Porque la máquina es casi perfecta: el dinero en ella lo mueve todo, y con él se compran almas, opiniones, estadísticas, conferencias, portadas, editoriales, memes, y finalmente formas de pensar de poblaciones enteras.

Hace unos días pasé junto al Edificio de Consultas Externas del Hospital Ramon y Cajal, en Madrid; el popular “Piramidón”. Edificios en los que un grupo de médicos luchan por salvar vidas de enfermos en condicones heroicas, sin dinero, boicoteados por unos gobernantes que han vendido a terceros servicios básicos sin que les dé vergüenza alguna, dentro de construcciones eregidas en los años setenta, obsoletas, saturadas, que nadie se ha molestado en ampliar o mejorar. Al lado, obscenos, los cuatro falos de las Torres de Castellana, construidas en honor y loa del capitalismo más salvaje, agujeros de dinero enormes, rutilantes y enhiestas, gritando su poder. Estos no hacen nada por la sociedad. Aquellos médicos en cambio salvan vidas. Unos están regados de dinero. Los otros apenas pueden aguantar, ahogados por intereses bastartos.

Esa es la tragedia de la España actual, a un golpe de vista. La pornografía de la erección de monumentos carísimos al capitalismo más embrutecido y descarnado, y el abandono de quienes luchan a diario por los demás.

Y eso no hay civilización que lo aguante.

Porque eso no es civilización.


La foto está en Wikimedia Commons, bajo licencia Creative Commons Attribution-Share Alike 3.0 Unported. Fue realizada por Håkan Svenson y editada por Escarlati.

lunes, 30 de junio de 2014

¿Qué hago?


Soy ciclista urbano en varias ciudades que frecuento. Entre ellas, una particularmente hostil: Madrid.

Ahora mismo no sé qué hacer cuando voy por la calzada en Madrid. Según la ordenanza municipal, en vigor desde hace varios años, las bicis deben de ir por el centro del carril situado más a la derecha de la calzada. Según la publicidad que en estos días difunde la nueva ley de tráfico nacional -sobre todo cuñas de radio-, las bicis han de ir por la derecha del carril situado más a la derecha.

Está probado en países más avanzados que nosotros en la convicencia entre bici y coche en el asfalto que cuando la bici va por el centro del carril hay menos accidentes, y se va más seguro, pues el vehículo que nos sigue, si nos quiere adelantar, ha de entrar completamente en el carril de la izquierda, como si fuéramos un vehículo más. Ir por la derecha de nuestro carril favorece que nos adelanten dentro del mismo, sin respetar la distancia de seguridad de 1,5 metros, pudiendo ocurrir un accidente. Y encima están las puertas que se abren de los coches aparcados, otra razón para no ir a la derecha del carril, ya que estamos forzados a ir por el carril de la derecha.

¿Qué hago? ¿Cómo circulo? ¿De la forma que me dice la DGT, insegura y peligrosa, o de la que me insta Madrid, la más racional?

El problema es que ahora dos normas contradictorias conviven, algo por otro lado bastante normal en este país en el que se legisla de manera desastrosa.

Nunca me explicaré cómo se hacen las cosas tan mal, con lo sencillo que es hacerlas, simplemente, bien.

Y prefiero no hablar de Bicimad, un proyecto mal dimensionado y peor ejecutado, que sencillamente no funciona y que una vez más demuestra la total incompetencia de todo el equipo municipal al mando; ejemplo más del estado paupérrimo de un país que eleva sistemáticamente a puestos de responsabilidad a completos incapaces sólo por sus lazos familiares y amistosos, dejando a los competentes tirados en el arcén. Mientras no acabemos con eso, no saldremos del hoyo en el que estamos.

La imagen es de Wikimedia Commons y está en dominio público. Se trata de un anuncio de una fábrica de bicicletas francesa del año 1894.

jueves, 26 de junio de 2014

De estupideces y maldades



Al parecer, de los sesenta funcionarios que forman la sección de Informática del Tribunal de Cuentas, sólo cinco son informáticos. El resto han llegado allí por “antigüedad” y algunos tienen la EGB y nada más. No voy a negar aquí la posibilidad de que los autodidactas tengan una formación adecuada, pero casi un cien por cien de autodidactas, es un poco raro ¿No? Ser informático de sistemas lleva años de trabajo riguroso, e implica una formación multidisciplinar: física, cálculo, electrónica, ergonomía, programación... La informática es una joven ciencia y necesita de profesionales que tengan una formación extensa. Sólo lo comento por si alguien no lo sabe en el Tribunal de Cuentas.

Con estas revelaciones voy comprendiendo esto y esto o esto. Con incapaces en los puestos desde donde se pueden cambiar las cosas, nada cambia, lo que realimenta el ecosistema de los incapaces, que requiere que nada pase para que todo siga igual.

Pero estamos en mitad de una lenta implosión que al menos permite que estas cosas, estos secretos antes guardados celosamente salgan a la luz a pesar de que eso no interese demasiado a sus protagonistas (“¡en informática del Tribunal de Cuentas los cretinos y los sinvergüenzas somos mayoría, mejor que nadie se entere, a pesar de que siendo funcionarios tenemos el culo soldado a la silla, pase lo que pase y de que ello implique que cada vez que surjan problemas el Tribunal tenga que recurrir a servicios de terceros tirando el dinero de los ciudadanos, es más, nosotros mismos somos agujeros de dinero público por incompetentes, pero, ah, estamos tan orgullosos...!”). España cada día revienta un poco más en causas de corrupción que afectan a ministros y exministros, presidentes y expresidentes de gobierno, reyes actuales y cesantes, príncipes presentes y por venir, jueces, sindicalistas, consejeros, concejales, alcaldes, empresarios, notarios, abogados, arquirtectos, periodistas o curas, mostrando cómo la transversalidad de la podredumbre surca como el arador de la sarna todo el tejido social, mientras la gente es robada por empresas impunes cada día, desde eléctricas a bancos, pasando por telefónicas o empresas de suministro de agua, casi todas ellas privatizadas por pura ideología para la ruina posterior del país. Y por supuesto, hacienda sube impuestos “diciendo que los baja”, mientras su Ministro tiene un plan de pensiones europeo en una SICAV... ¡y sigue de ministro! Todo vale, están todos nadando en heces, y parecen encantados con tragar mierda. Será que es su propia mierda, y esa siempre sabe mejor. Y los ciudadanos decentes no dan crédito a que su país haya sido malvendido y emporcado por cientos, miles, decenas de miles de hijos de puta impunes que siguen en sus puestos y poltronas, descojonados, riéndose de la Ley y de sus semejantes, como lo que son: puros y simples psicópatas. Asesinos en serie de ciudadanos, traidores a su patria que encima son tontos del culo. La maldad no es inteligente, a pesar de que los villanos de la ficción nos lo hagan parecer así. La maldad es profundamente estúpida. No han nada más tonto que un virus que mata a su huésped condenando a su progenie a perecer.

Ahora somos los esclavos de la banca. En Telde me comenta otro amigo que hay colas de varias manzanas de largo al final de mes para cobrar las pensiones y los míseros sueldos... en los cajeros automáticos. Los bancos, tan listos ellos, adelantan el cobro a los domiciliados al final del mes anterior si cobran por el cajero, ahorrando personal, y originando colas monstruosas en las calles de la ciudad, que no se veían desde hace setenta años, cuando las cartillas de racionamiento. O que sólo se ven en Cuba o Venezuela hoy en día. El capitalismo desalmado, desatado, deshumanizado, cruel y perverso, sin controles, vive obscenamente orgulloso y genera nuevos e insospechados grados de sufrimiento humano... impune. Y los ciudadanos, mansos y en el fondo buenos y decentes, callan en su cola, esperando la limosna del dios cajero del dios banco del dios Estado, ese dios cabrón que les niega un tratamiento cuando se ponen malos de verdad a pesar de que han pagado religiosamente durante todas sus vidas su puta seguridad social y sus putos impuestos.

Hace unas semanas un amigo viajó a Suiza, y comprobó cómo los sueldos allá son altísimos vistos por un español, y los precios, empero, también. Los súbditos de los PIIGS, con sueldos tercermundistas, no podrían sobrevivir en Suiza ni un par de días. Los españoles no pueden viajar ya al extranjero. Hace treinta años eramos los “Gimme two” cuando viajábamos a Londres.

La Troika ha conseguido que estemos convirtiendo a Europa en una maqueta de la globalización, un mini mundo horrible dentro de este mundo horrible que entre todos hemos creado: países sureños arrasados y agónicos con ciudadanos semiesclavizados que malviven merced a sueldos de miseria, y que producen bienes baratos para los países ricos del norte. Ciudadanos que sólo piensan en fútbol y en fiesta. Total, que son dos días. Al carajo.

Si esta es la Europa que nos iban a dar, me bajo. Me largo. No necesito el puto Euro ni su puta madre. Para que el Bundesbank y los acreedores de la “deuda soberana” conviertan mi vida en un infierno y mi país en el orgullo del tercer mundo, con gente muriéndose en urgencias y niños comiendo en comedores sociales, podéis meteros queridos políticos toda esa Europa bien dentro de vuestro repugnante colon prolápsico.

Ahora a ver si alguien tiene cojones de dar un golpe en la mesa. O eso o nos arrasan. Aquí, siendo “aquí” Europa, se han olvidado de todo lo humano y manda la pasta. No me gusta esta Europa, no. Nada. No la quiero ni para mi, ni para mis hijos, ni para mis nietos, que cuando vean este desastre no van a dar crédito.

Mientras un rey es desaforadamente aforado y un fiscal es capaz de decir cosas increíbles con tal de cumplir la sagrada -y probablemente bien pagada- tarea que se le ha asignado de defender a toda costa a alguien de sangre azul, convirtiendo de paso el poder judicial en una porquería hedionda, decenas de familias son expulsadas de sus casas por la inacción de un gobierno que creó una ley totalmente inútil a sabiendas y se cruza de brazos luego diciendo “hemos hecho lo que hemos podido”, mientras guiña un ojo a los bancos que le tienen cogido por los huevos a causa de las gigantescas deudas de su partido. Y en el ínterin, un juez ha ordenado el desahucio de una familia de su propio hogar en favor de un prestamisa que quita las casas a la gente de forma sistemática en lo que parecen contratos de préstamo. Este país parece una pesadilla de Charles Dickens en pleno Siglo XXI. Lo dicho, reinan la imbecilidad y la maldad, que siempre van de la mano.

Pues va siendo hora de que en España empecemos a dar muestras de inteligencia ¿No?


En la foto mi amigo Juanlo Prada durante la localización que estamos haciendo para un cortometraje. El agujero abierto y obsceno de una alcantarilla, eso me sugiere mi país ahora mismo.

viernes, 20 de junio de 2014

¿Es esto lo normal?



Viendo el vídeo de la detención de Jorge Vestrynge en la jornada de la proclamación de Felipe VI, observo a un ciudadano maltratado, trasladado sin contemplaciones por cinco gorilas a un furgón policial, cómo se le esposa brutalmente con unas bridas y se le arrastra al interior del vehículo como si fuera ganado.

¿Es lo normal este maltrato y violencia sistemáticas hacia un ciudadano? ¿Cómo formamos a estos energúmenos y les autorizamos a vejar a los ciudadanos y les llamamos policías? Bien es verdad que se asume que ese grupo de funcionarios asume la violencia para el Estado, pero ¿Y esas formas? ¿Y esa brutalidad? ¿Usted aceptaría ese maltrato sistemático y esa violencia simplemente por ser detenido?

¿Y a santo de qué, en un país en el que los actos violentos en manifestaciones son excepciones residuales, a pesar de que los medios más rancios se empeñen en decir lo contrario?

¿En qué momento empezamos a permitir esto? ¿No se supone que los policías han de tratar con dignidad a los ciudadanos que detienen? ¿Qué pasa que no se denuncia esta violencia cotidiana, encima documentada visualmente por los medios? ¿Qué está pasando? ¿En serio esos señores de azul oscuro pasan pruebas psicológicas para acceder al cuerpo?

También ví cómo otro grupo de policías prohibía a una joven que caminara por una calle "sensible" en aquel momento llevando... ¡una chapita republicana! La chica no daba crédito, pero o se la quitaba o no pasaba por aquella calle... o si se ponía chulita, pues ya saben, esposas y al cuartelillo por "resistencia a la autoridad".

Yo tampoco doy crédito ¿Quién consiente que se suspendan derechos constitucionales fundamentales porque sí? ¿Quién lo justifica? ¿Y quién justifica estos manuales de comportamiento, reales y de uso actual, que parecen generados en mitad de una novela distópica?

¿Alguien va a hacer algo, pedir responsabilidades, castigar a los policías que se extreman en sus atribuciones, a lo que se ve, de forma cotidiana, y se convierten en idiotas brutos al servicio de unos intereses inconfesables? ¿O a los mandos que les instan a comportarse así? ¿De verdad vamos a consentir todo esto? ¿No nos damos cuenta de que esto puede ser sólo el principio? ¿Tomaremos medidas cuando sea demasiado tarde? ¿Seguimos delegando en incapaces cuando somos los ciudadanos los que debemos empezar a decidir por nosotros mismos?

Si yo fuera el director general de la policía abriría expediente a todos esos agentes, aunque me jugara el puesto, y realizaría una investigación transparente, pero claro, el director general que tenemos actualmente es un miembro del PP que se limita a hacer lo que le piden desde arriba ¡Si hasta le enmienda la plana la Delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, que es del mismo partido!

Con estos tipos al mando lo asombroso es que no haya pasado nada peor de lo ocurrido hasta ahora.

He de insistir: estas formas no caben en una democracia parlamentaria occidental. ¿Se me entiende bien clarito?

Cuando los gobiernos se acobardan, sus policías se envalentonan.

Cuidado. Esto puede ser el principio de algo muy feo.


La imagen es un poster de la película "Police", de Charles Chaplin, producida por Essanay en 1916. Está en dominio público, proviene de Internet Archive y la encontré en Wikimedia Commons.

domingo, 15 de junio de 2014

Case Studies

El infierno está en los pequeños detalles. He aquí dos ejemplos fotográficos, dos "casos de estudio", en las dos ciudades que más frecuento últimamente, Madrid y Las Palmas de Gran Canaria.

El misterio de los sopladores

El polvo levantado por un sólo soplador de hojas
se eleva 10 metros en una calle de Madrid
¿Eso para qué sirve, aparte de para llenar de alergenos la vida de la gente?
(Y para enriquecer a FCC, claro)

Ya me he referido a este asunto en otras ocasiones. Como toda gran ciudad, Madrid es un monstruo repleto de problemas logísticos, y desde hace unos seis años el Ayuntamiento ha decidido que el sucísimo método de las máquinas sopladoras de hojas es el más eficiente para limpiar las calles. Nadie se ha parado a pensar en que en un mundo en el que los alérgicos se multiplican, además, gracias a la contaminación atmosférica -y Madrid tiene records en ese aspecto- los alergenos, generalmente pesados, acaban en el suelo de la ciudad. Levantarlos en enormes nubes no parece la mejor idea del mundo. Pero al parecer lo que interesa en Madrid no es hacer un estudio de los problemas de salud que generan los sopladores de hojas -diseñados para eso, para soplar hojas en jardines-, sino que al parecer lo que importa es que la subcontrata, en este caso FCC, ese monstruo que igual levanta puentes que limpia ciudades, haga su trabajo de una forma supuestamente eficiente.

Usar sistemas creados para otro menester -soplar hojas en este caso- para el que no han sido diseñados, causa, creo, un grave problema para la salud colectiva, no parece demasiado eficiente -el sistema consiste en "mover" lo que hay en el suelo usando los aparatos sopladores para que luego un camión "recoja" esos materiales con sus escobas móviles, lo que a lo mejor podría funcionar para objetos grandes, pero desde luego no sirve para nada con el polvo-, ni sustituye al viejo sistema madrileño de regar la urbe más el paso de los tradicionales trabajadores de recogida de basuras manual. Pero claro, todo eso es caro -seguramente se cubrirá una menor superficie por cuadrilla-, y sobre todo es caro para que FCC obtenga beneficios de una subcontrata ganada a la baja.

Toda la ineficiencia, estupidez e inutilidad de la privatización en una sola imagen.

El problema es que nadie parece haberse dado cuenta del problema, al menos nadie en el Ayuntamiento de Madrid.


Premio al Planificafor Urbano del Año


Diseñando ciudades eficientemente

La foto la tomé en Las Palmas de Gran Canaria, en el carril bici de la Avenida Marítima. ¿Quién fue el lumbreras que decidió poner los aparatos de la hora al borde justo del carril bici y orientados hacia el interior? Así, de forma sistemática, el carril es invadido por peatones. Es imposible evitarlo. Y no me sirve que la maquinita de marras estuviera allí antes del carril. Se añade al proyecto un giro de 180º de los aparatos y listo. No es tan difícil.

Lo dicho, premio para el caballero.

Y así todo.

Parece que pensar se hace cuesta arriba cuando se llega a ciertos puestos de altura municipal. El problema es que cuando pides responsabilidades, nadie sabe nada, y nadie es responsable de nada. Una de las miles de cosas que hay que arreglar en esta España atontada que hemos creado entre todos. Unos por acción, otros por inacción. Una España en la que los que tienen que trabajar para nosotros, trabajan para otros.

sábado, 14 de junio de 2014

Los Diez Mandamientos


Sin entrar en los temas, que cada uno de ellos supondrían meses de ideas y debates para plantearlos, aquí introduzco Diez Cosas que Necesita España Urgentemente, cada una de ellas redactada como si sólo se pudiera publicar en Twitter :-)

1- Una nueva constitución que regule lo que los españoles quieren para su futuro.

2- Un nuevo código penal, y un cuerpo judicial libre de presiones y sospechas.

3- Un nuevo corpus legislativo que diferencie claramente entre los tres poderes y regule su interacción.

4- Un nuevo sistema de gobernanza que regule las autonomías, sea como federación, agregación de Estados, o como sea, respetando el derecho de cada pueblo a decidir.

5- Un nuevo sistema de recaudación de impuestos, en el que se respete la tutela judicial de los ciudadanos.

6- Un nuevo sistema de pensiones, sujeto a los Presupuestos Generales del Estado y no a la recaudación de la Seguridad Social. Se añadirá una paga mínima a todo ciudadano que le permita vivir dignamente.

7- Un nuevo baremo de cálculo de los votos, que salte las circunscripciones de uso en estos momentos y los ajustes originados en el sistema actual de conteo y permita listas abiertas.

8- Un sistema transparente que permita a la ciudadanía interactuar de forma directa y simple con el Gobierno, sus Instituciones y sus departamentos, de forma ergonómica, simple y coherente, y que además haga uso del plebiscito como sistema de consulta cotidiano a la ciudadania.

9- Un sistema que recupere la educación, sanidad, vivienda y servicios públicos básicos que han sido privatizados, en aras de la racionalidad económica y la protección de los derechos ciudadanos, como el Derecho a la Vivienda.

10- Un sistema que elimine las viejas prebendas de ciertos gremios y brazos gubernamentales generadas en otros tiempos: grupos religiosos, milicia, notarías, registradores, bancos, hacienda, Seguridad Social, etc. Y que sólo sirven para dificultar la vida de los ciudadanos para beneficio de unos pocos.

Necesitamos un Estado para el Pueblo que le elige, que no actúe de espaldas a él y que no esté sometido al poder de los lobbies más poderosos, las alianzas de multinacionales y el neoesclavismo del Siglo XXI. De lo contrario, España en menos de diez años será un estado fallido. De facto ya es una democracia autoritaria sin mecanismos de respuesta a las necesidades sociales, y permanece gobernada por sonámbulos que son movidos por intereses bastardos. Este país actual, sin soberanía, desnortado y sin rumbo, necesita un cambio radical en todo su corpus legislativo, si no quiere desaparecer arrastrado por las mareas de la historia.

El póster para la edición en DVD de la película "Los Diez Mandamientos" ("The Ten Commandments", Cecil B. DeMille, 1956), es copyright de sus propietarios y se añade haciendo uso del derecho de cita bajo supuesto de fair use. Está en Wikimedia Commons, y fue subida por Wetman.

viernes, 6 de junio de 2014

Miedo


Me, te, os, nos tienen miedo. Están cada vez más enrocados en sus guaridas; todo lo que se salga de la versión oficial se prohibe, se censura o se bloquea. La unanimidad de la prensa da escalofríos. El sistema entero se viene abajo, y sus responsables toman la peor de las decisiones posibles: huir.

¿Cómo huyen? obedeciendo órdenes de otros que han empezado a correr antes que ellos.

A este sistema le queda mucho menos de lo que creéis. Está agonizando.

Sólo de nosotros, los ciudadanos, depende que corrijamos el rumbo del barco antes de que vaya a pique. Los viejos que lo llevaban no son capaces de hacerlo. Es más, si les dejamos, lo hundirán sin duda.

Con todo mi cariño a Albert Monteys, con quien tuve un proyecto de comedia titulado "¿Qué hice anoche?" que era mejor y más brillante que "Resacón en las Vegas", y que ningún productor supo ver hace 12 años, a Manel Fontdevilla, que es para mi uno de los mejores, más estilosos dibujantes políticos de este país, y para sus compañeros, Vergara, Alcázar, Bartual, Guillermo, Mel.

Al final estáis demostrando más coherencia y valentía que la mayoría de los profesionales de la prensa en este país. Ánimo y gracias.

Y sí, nos tienen miedo. A mi, a ti, a nosotros, a vosotros. Al pueblo.

El problema

 

El problema es que no vamos a resolver los problemas, o mejor dicho "ellos no van" a resolverlos. El problema es que nadie quiere arreglar este desastre y que "ellos" tienen otros problemas de los que ocuparse ahora mismo. Se crean leyes inútiles para tranquilizar a la opinión pública, como la que "regula" los desahucios, que no sirven para nada, son inaplicables, pero llenan titulares. Se sueltan discursos vacíos llenos de falacias ("recuperación", "salida del túnel") para que la prensa, al unísono, los repita copiando y pegando. Se miente directamente sin consecuencias políticas ni penales (caso Bárcenas, negación de que haya hambre en los colegios madrileños... todo es parte de la misma desesperación de la clase política), se delinque pero no pasa nada con la connivencia de todo el sistema puesto en pie de guerra (Rafael Blasco, un delincuente repugnante, se salva de la cárcel gracias a que alguien le ha regalado una fianza irrisoria), o se juega al burdo "y tú más" entre los dos partidos en el poder, creyendo que así, aturdiendo, se llega a algo. Y todo sigue igual, porque el problema, causado por los que están organizando el país, y no son sólo este gobierno incapaz, sino aquellos a los que sirve, no deben de ser tocados a pesar de que su sistema, su casta, se derrumban.

Un anuncio televisivo me ha llamado la atención estos días. Un chico, supuesto experto informático dice a la cámara que por mucho que sabe (de informática, supuesto ejemplo de "tecnología difícil"), es incapaz de entender su propia declaración de la renta. Eso sirve para que las Asesorías, felizmente colegiadas, se publiciten. El sistema parasitario que se come un cuerpo podrido.


Las declaraciones de hacienda son ininteligibles porque el sistema quiere que así sea, pero eso nadie lo discute. Porque ese estado de cosas ayuda a sus gremios, y a los parásitos que cuelgan de ellos. La solución es resolver el problema cortando la raíz: desarrollar declaraciones de hacienda comprensibles, llenas de ayudas a la cumplimentación y con un lenguaje claro. Pero no, eso no se contempla. Porque el problema no es la declaración ininteligible; es un sistema que se sustenta en que lo sea.

Y el anuncio muestra, descarnado, el estado de las cosas: una "Colegiada" nos informa de que ellos sí entienden el lenguaje gremial de Hacienda, y, por un precio módico, te rellenarán la declaración.

Estos oportunistas están por todos lados cuando el sistema se derrumba, y pelean por sus privilegios, pues están entre los beneficiarios de que, por ejemplo, una persona normal y medianamente inteligente no sea capaz de entender un impreso de su declaración de hacienda. Y suma y sigue: notarios, registradores de la propiedad, administradores concursales... Es como la primera oleada de escarabajos que da cuenta de un cadáver fresco.


Y seguiremos igual, con esta legión de gobernantes dedicando todo su tiempo a apuntalar la estructura que se les viene encima hasta que se caiga de puro podrida. El cuerpo ya está muerto, y ellos serán los últimos en darse cuenta.

Y eso no evitará que quede todo el trabajo por hacer, porque nadie se enfrenta aún al problema: el reset de este Estado fallido que es España.

Las imágenes que he usado para ilustrar este artículo son capturas de pantalla del anuncio al que aludo. Las reproduzco acogiéndome al derecho de cita bajo supuesto de fair use.

sábado, 24 de mayo de 2014

Cómo componer música para el cine de animación




Cómo componer música para el cine de animación
Alfons Conde – Film Composer

Comparto aquí este artículo que escribió hace unos años Alfons Conde para un artítulo sobre "Home Delivery" (Alfons suele ser el compositor de las películas que dirijo), respecto al trabajo del músico en el cine de animación. Creo que es interesante.

Elaborar la música de un cortometraje no es fácil. La dificultad es la misma que para el guionista y el director: contar una historia en pocos minutos. En este caso se trata de un cuento escrito originalmente en formato corto por Stephen King, por lo que la historia no tiene que resumirse ni comprimirse en su versión cinematográfica. Sin embargo, la conceptualización musical no varía: hay una trama, unas subtramas, unos personajes –con su caracterización– , un tema principal, un subtexto, una estructura... y todo ello con el “agravante” de que se trata de cine de animación que, como todo género cinematográfico, posee un conjunto de convenciones o códigos preestablecidos que la audiencia espera encontrar, especialmente en el terreno musical.

Para empezar consulté con Elio Quiroga, el director, para obtener su definición de algunos aspectos necesarios para conceptualizar la música, sobretodo en cuanto al tema,  la idea o propuesta de reflexión que se supone que el autor quiere poner de manifiesto en el relato. Siempre la hay, y creo que es imprescindible partir de esa premisa para empezar a pensar musicalmente. En este caso se trata de la alienación y la incapacidad de decisión sobre la propia vida y el propio destino, personificadas en Maddie, la protagonista y a la vez relatora de la historia. Ella es quien experimenta el viaje personal. Así pues asigné un primer y principal tema musical a Maddie y su conflicto, tanto interno (su incapacidad para ejercer la propia libertad) como externo (la asfixiante relación con su marido Jack).

A Jack, personaje principal, le asigné un segundo tema, muy simple, que revela su temperamento, carácter y características superficiales:

Y por último idee otro tema para Star Wormwood, el asteroide maligno que protagoniza la trama principal de la historia –el apocalipsis del mundo a manos de la plaga alienígena.

Estos temas se mezclan, se concatenan y se contrastan a lo largo del film, en función del desarrollo de la historia, y de cómo trama y subtrama se integran. Originariamente, Elio había propuesto una estética musical oscura y apocalíptica, pero eso solo me servía para la trama principal del relato, lo relacionado con el mundo de los zombies. El subtexto, lo que la historia nos cuenta realmente, revelado en este caso en la subtrama de relación Maddie-Jack, exigía un tratamiento más íntimo y lírico, tanto en lo melódico como en la instrumentación.

Afortunadamente pudimos contar con una orquesta de 82 músicos, la Bratislava Symphony Orchestra, y eso facilitó la diversidad de matices, timbres y texturas. Hay que tener en cuenta además que, tratándose de animación más o menos tradicional, la música no sólo ha de contar la historia, sino que a menudo debe subrayar –como explicaré más adelante– elementos físicos: movimientos de los personajes, espacios, movimientos de cámara... y todo ello prácticamente “wall to wall”, de principio a fin.

Había también que poner especial cuidado en mantener la concordancia musical con la estructura narrativa, para no construir curvas falsas –la música debe dosificarse, no debe crear ningún clímax independiente de la línea argumental, y es fácil caer en ello en una historia donde lo apocalíptico es omnipresente en la imagen– , y por ende trabajar con especial sutileza, dada la limitación de metraje, el arco de transformación que los personajes (principalmente Maddie –Jack es prácticamente plano) experimentan a lo largo del cuento. Además era muy importante, y en este caso muy delicado, puesto que la música es casi constante, que la voz en off, que va desgranando la narración, no se viera eclipsada por la orquesta. Eso no es tarea del ingeniero de sonido, sino responsabilidad del compositor, cuya partitura debe gestionar los matices de la música sin la intervención de un potenciómetro.

Tras las semanas de trabajo composicional y la elaboración de las partituras me trasladé a Bratislava junto con el ingeniero de grabación Juanan Ros. Grabamos material suficiente para poder escoger las mejores tomas, tarea minuciosa que realicé de vuelta a Barcelona. Una vez resuelto ese editaje viajé a Vitoria, donde mezclamos y masterizamos, después de grabar algún instrumento adicional. La mezcla final se efectuó en Madrid.

La música de cine cumple tres funciones básicas: interna  refleja cualidades y elementos narrativos no presentes en la imagen (lo que llamamos subtexto suprarrealidad), externa –subraya cualidades y elementos narrativos ya presentes en pantalla o sugeridos por la imagen (como establecimiento del contexto histórico o geográfico de la película, por ejemplo o, en su forma más prosaica, actúa como señalización o acentuación de la acción física en una escena), y técnica –ayuda a la percepción estructural de la película, la secuencia o la escena de que se trate (en elipsis, en transiciones espacio-temporales entre planos, en desplazamientos, etc.) Aunque necesarios, imprescindibles incluso en ciertos géneros cinematográficos, los efectos de sonido solo cumplen una de esas tres funciones: la función externa. Sin embargo, una puerta que se cierra de golpe sin emitir sonido, o un mar embravecido silencioso son ciertamente cosas difíciles de digerir para una audiencia habituada al DTS, al SDDS, al THX y a otros ingenios acústicos que llevan años elevando los disparos de revólver a la categoría de explosión nuclear. En realidad, todo es cuestión de niveles. Y eso sí se resuelve en la mezcla final. En “Home Delivery”, como en cualquier otro proyecto, hubo que obtener compromisos entre los efectos de sonido elaborados por Nacho Royo, un profesional experimentado, y la banda sonora musical.

Es tradicional, de Hollywood a Moscú, y de Londres a Nueva Delhi, que en la sesión de mezclas de un film se generen desavenencias en cuanto a los niveles de volumen de los tres bloques fundamentales de la banda sonora: los efectos de sonido, cuyo diseñador ha invertido horas de minucioso trabajo en ProTools, el diálogo y la voz en off, imprescindibles para la narrativa, en la cumbre lógica de la jerarquía sonora y generalmente defendidos por el director –, y la música, cuyo compositor sabe que debe estar presente si quiere evitar que su delicada tarea (y en este caso la de una gran orquesta sinfónica) se vea relegada a mero fondo musical, enterrada bajo decibelios de viento y hojarasca. En este proyecto traté de mantener audible el discurso narrativo musical, elaborado de forma cronológica y estructural en la forma que he explicado arriba, de la misma forma que se pone especial interés en mantener la continuidad en la imagen. Si en el minuto 4 se produce un corte narrativo visual, en forma de error de etalonaje (en color, en luz), o una incongruencia o pérdida en el diálogo, o incluso si una silla cae sin ruido, la historia y su percepción se resienten. Del mismo modo, el compositor ha de velar por que “la frase musical del minuto 11", que resume el arco transformacional de uno de los personajes de forma quizá subliminal (pero imprescindible para una audiencia que ha experimentado ese desarrollo musical desde el minuto 1), tenga el nivel adecuado en la mezcla total.

jueves, 22 de mayo de 2014

Jamendo


Cuando teníamos nuestro grupo de música experimental apenas vendíamos 50 ejemplares de cada cassette que editábamos, y que laboriosamente grabábamos y enviábamos contra reembolso por correo certificado. Por eso es una auténtica gozada ver cómo le está yendo a DUE y a las otras dos iniciativas experimentales detrás de las que estuve hace ya bastantes años en la web musical Jamendo. Diez mil escuchas, más de tres mil descargas... cuando vienes de una escena ridículamente pequeña como la que vio nacer estos ruidos y músicas, el poder tener esta difusión es algo alucinante. Espero que os gusten.

Aquí van los links a las obras de DUE, Miasma y Quaxar en Jamendo.

domingo, 18 de mayo de 2014

PARAFARMACIA



Hace unas semanas me encontré en la farmacia que suelo frecuentar a una chica administrando, a través de un aparato electrónico, un "test de intolerancia alimentaria". Extrañado por el evento, investigué un poco y di con las pruebas de que se trataba de algo próximo al "producto milagro", por lo que denuncié lo sucedido ante el Colegio de Farmacéuticos, y remití sendas cartas al Ministerio de Sanidad y a la Comisión Parlamentaria de Sanidad.

El texto en todos los casos era similar:

Estimados señores:

Quisiera alertarles sobre el tratamiento "mágico" que he localizado en
la ciudad en la que vivo (Las Palmas de Gran Canaria), en una farmacia
sita en la calle XXXXXXXXX. Se ofrece un "test gratuito de
intolerancias alimentarias" mediante un "aparato" que detecta
"bioresonancias".

El test, el aparato y el asunto de la bioresonancia son pseudociencia,
una estafa y un engañabobos que está extendiendo una empresa llamada
Pronutri.

Aquí pueden ver de qué trata el asunto. Es una estafa, considerada
"pseudociencia" por toda la comunicad científica. Un engaño y un timo:

http://es.wikipedia.org/wiki/Biorresonancia

El problema es que aquí se están dando falsos consejos de alimentación
a gente mal informada que pueden poner en peligro su salud gravemente,
y por personas o ignorantes o malintencionadas, elijan ustedes.

Aquí hay algo de información sobre el asunto:

http://www.elblog.info/2011/02/el-timo-de-la-dieta-nutri10.htm

http://blogs.20minutos.es/el-nutricionista-de-la-general/2012/10/19/test-de-intolerancias-alimentarias-totalmente-intolerable/

http://blogs.20minutos.es/el-nutricionista-de-la-general/2012/11/02/test-de-intolerancias-alimentarias-totalmente-intolerable-2a-parte-la-maquina-y-su-manual/

Verán que el caso es tan demencial que llamaría a la denuncia
inmediata. El problema es que la foto que les mando la hice en el
interior de una FARMACIA. Allí había un señor con la maquinita de
marras, engañando en aquel momento a una señora mayor.

Es algo gravísimo, como poner en la consulta de un médico a un
quiromante para que te lea las líneas de la mano y darle "carta de
ciencia" porque está "en la consulta de un médico".

Alguien tiene que legislar urgentemente lo que ocurre en las farmacias
españolas. Tienen que vender medicamentos. Los potingues para la piel,
las homeopatías y las maquinistas engañabobos no son medicamentos. Son
timos. Y timar a la gente en una farmacia está muy mal.

¿Tienen ustedes algo previsto para acabar con este desastre alguien de
que alguien sufra las consecuencias de toda esta irresponsabilidad?

Gracias, un saludo cordial.


Pasados unos días recibí una respuesta airada de la farmacéutica, que sin duda había sido amonestada por su colegio. Sostuvimos una breve conversación epistolar. Por razones obvias no publico sus respuestas, pero sí las mías.

Tras su primer mail, esta fue mi respuesta:

Saludos, gracias por su extenso mensaje. Puede que errara en los
detalles al no fijarme, pero eso no obvia su, creo, lamentable falta
de celo al permitir que ocurriera eso en su farmacia.

Sólo recordarle:

a) Es usted titular de una licenciatura como mínimo en farmacia. Si
usted admite en sus instalaciones procedimientos insuficientemente
probados tal vez debiera plantearse si es bueno o no para sus clientes

b) Naturalmente que el falso método que usted ha ofrecido a sus
clientes es peligroso. Sin diagnóstico alguno una persona no
capacitada -la maquinita en cuestión se aprende a manejar por gente
sin formación en un par de días leyendo el manual- se dedica a dar
consejos de dietética que sólo se aceptarían de un médico experto en
condiciones normales. Imagine una persona que sufre una carencia grave
por un falso diagnóstico de la maquinita de marras ¿a quien reclama?
¿Al ignorante bienintencionado que ha aprendido a manejarla engañado
por la empresa y que ahora se cree un especialista? ¿al tipejo que
dirige una empresa que fabrica máquinas idénticas en su criterio
científico a las aplicadas por la cienciolog ía? ¿A usted que
consiente el engaño pero que dice que es guay porque lo leyó
nosedónde? Alguien con sentido común y una mínima formación me está
diciendo que se puede detectar con dos electrodos la respuesta
COLECTIVA de BILLONES DE CELULAS ESPECIALIZADAS cada una de ellas con
diverso metabolismo en un organismo complejo Señora ¿ES USTED
CONSCIENTE DE LO QUE ESCRIBE?

c) Sus respuestas incluyen varias falacias. Entre ellas la clásica del
hombre de paja: "fíjese usted en todo lo demás y no en esto". Acepte
su responsabilidad, y no recurra a esas respuestas, no son
profesionales. Son idénticas a las del fumador al que se le echa en
cara su mala conducta y responde "pues no te metes con el tráfico que
contamina más". ESE NO ES EL TEMA.

d) Efectivamente, ustedes y sólo ustedes, los farmacéuticos, han
convertido unos lugares en los que se venden medicamentos debidamente
testados en supermercados de potingues de belleza, flores de Bach,
homeopatía y demás engaños o placebos. La culpa es de ustedes y sólo
de ustedes, primero por tragarse cualquier cosa que les venden los
representantes de productos, y después por extender su prestigio a
productos que no curan. Eso, señora, está muy mal. Su gremio ha
convertido a las farmacias en mercadillos de potingues de belleza,
dietas milagro, y muchas otras sustancias que no sirven para nada
(cuanto menos), desde cremas de belleza a geles de baño "con Aloe
Vera". Ustedes no son un supermercado. Ni una boutique. A usted acude
gente que se encuentra mal y en muchos casos ustedes diagnostican y
contribuyen a curar muchas enfermedades pues son la primera línea de
defensa de la sociedad, de una gripe a un resfriado pasando incluso
por pandemias. Ustedes lo hacen a diario y eso genera una confianza
ciega en sus clientes. Si les vende usted sustancias que no están
rigurosamente estudiadas, está usted incurriendo en el mismo delito
personal de lesa confianza que los directores de sucursales que
vendieron Preferentes a sus clientes: traicionar esa confianza. Si
usted le hace el juego a los visitadores e L'Oreal o de Nivea es su
problema, pero sabe tan bien como yo que está jugando a esa confianza
profesional para colocar esos potingues inútiles a sus clientes. Así
que usted verá de qué lado está. Yo al menos sí lo tengo claro. Y no,
no me gusta en lo que las farmacias se han convertido.

e) Acudir a la falacia final de la maldad de las farmacéuticas es un
poco triste. Mire, aquí a la humanidad nos han salvado a millones tres
cosas en los últimos 200 años: el alcantarillado público, las vacunas
y los antibióticos. Las dos últimas se las debemos a la industria
farmacéutica. Tal vez a lo mejor se refiera usted a multinacionales
del engaño como Boiron, fabricante de homeopatía -esto es, pastillas
de azúcar ¿O es que usted olvidó el número de Avogadro al salir de la
Facultad? ¿O es que cree en eso de "la memoria del agua"?-. Boiron
como sabrá es una transnacional francesa que se niega sistemáticamente
a hacer un solo estudio de doble ciego de sus pastillitas. Que como
también sabrá NO CURAN sino por efecto placebo.

Creo que tiene usted un comprensible conflicto moral. Y lo comprendo.
De no tenerlo sería algo preocupante.

Saludos. Y piense que el respeto a sus clientes empieza por venderles
cosas dignas de ser llamadas medicamentos.


Este mensaje fue respondido, pero desistí, pues la farmacéutica insistía en lanzar manchas de tinta para tapar lo que había sido un gravísimo error de celo profesional. Por de pronto, a esta señora su Colegio profesional le ha abierto expediente por este hecho, y para eso no sirven las manchas de tinta.

No me sorprende la escasa capacidad de gente poco acostumbrada a ser corregida a aceptar sus errores personales, sino sobre todo la ligereza con la que los gestores sanitarios, en este caso una farmacéutica, pasan a autoconvencerse de la verdad de auténticas falacias. Son gente a la que se supone capacidad intelectual para ser inmunes a esas fantasmagorías; los profesionales que deberían ser nuestra primera línea de defensa ante la pseudociencia.

Eso dice muy poco de su formación científica, filosófica e intelectual.

Y de la clase política mejor no hablemos.

La foto que ilustra este artículo la tomé con el móvil en la farmacia que denuncié.

A peculiar galaxy near M104

Publicado en Revista Mexicana de Astronomía y Astrofísica, Vol. 59, número 2. P.327. Este es el link.