martes, 8 de julio de 2014

Cosas que saltan a la vista



Fruto del autoengaño en el que vive España desde hace ya demasiados años, es este espejismo de desarrollo fundamentado en la privatización de los monopolios estatales básicos: telecomunicaciones, energía, aguas... ahora sanidad, educación, transportes, incluso AENA. Unas privatizaciones "para los amigos y conocidos" que sólo han llevado a un empeoramiento de los servicios y de las condiciones laborales de los trabajadores, y que sólo benefican a unos grupúsculos de interés económico. Es lo que algunos han llamado tan acertadamente, la versión españolísima del capitalismo: el "capitalismo de amiguetes".


La pregunta lógica es a qué viene tomar decisiones tan espantosas para hacer ricos a cuatro amiguetes. Qué miseria moral se puede tener para ejercer, encima con corpus teórico y convencimiento, contra toda la evidencia científica -hay decenas de estudios que afirman lo ya sabido: privatizar servicios públicos los empeoran, nada más que discutir al respecto-, pero lo sorprendente es que toda una generación -en realidad varias- de economistas se han formado en una especie de secta religiosa con ese mantra innegable, que parece que les rompe el alma si se desafía: lo privado es bueno, lo público es malo. Hay que privatizar, hay que reducir el Estado a la práctica inexistencia. No lo necesitamos.

Esta gente, que de verdad parecen salidos de una escuela de los Testigos de Jehová o de la Cienciología pero en versión económica, sigue las premisas de escuelas como la de Chicago, responsables últimas -sin quidar demérito a generaciones de gobernantes incompetentes- del desastre actual que domina el mundo, y de la preponderancia de la economía especulativa frente a la productiva.

Gracias a estas escuelas de fanáticos que impregnan los think tanks mundiales, diez corporaciones dominan el mercado mundial de los alimentos, deciden sobre vidas y haciendas de millones de campesinos desplazados y causan a distancia, sí, indirectamente, sí, no nos manchemos las manos, auténticas hambrunas. Ellos mismos son los responsables de que las grandes empresas textiles recurran a mano de obra esclava en países en desarrollo, o que se devasten selvas vírgenes para comerciar con madera. Diamantes, Coltan, Uranio... Es una ideología temible, autodestructiva, que acaba quemándose a sí misma, hasta no dejar nada. El equivalente intelectual a un cáncer, que acaba devorándose a sí mismo y matando a su huésped. El problema es que la legión de defensores fanatizados que tiene esa ideología, que no es otra cosa, no permiten salida alguna, y los medios, los opinadores, los blogs especializados, parecen bailarles el agua tan felices. Porque la máquina es casi perfecta: el dinero en ella lo mueve todo, y con él se compran almas, opiniones, estadísticas, conferencias, portadas, editoriales, memes, y finalmente formas de pensar de poblaciones enteras.

Hace unos días pasé junto al Edificio de Consultas Externas del Hospital Ramon y Cajal, en Madrid; el popular “Piramidón”. Edificios en los que un grupo de médicos luchan por salvar vidas de enfermos en condicones heroicas, sin dinero, boicoteados por unos gobernantes que han vendido a terceros servicios básicos sin que les dé vergüenza alguna, dentro de construcciones eregidas en los años setenta, obsoletas, saturadas, que nadie se ha molestado en ampliar o mejorar. Al lado, obscenos, los cuatro falos de las Torres de Castellana, construidas en honor y loa del capitalismo más salvaje, agujeros de dinero enormes, rutilantes y enhiestas, gritando su poder. Estos no hacen nada por la sociedad. Aquellos médicos en cambio salvan vidas. Unos están regados de dinero. Los otros apenas pueden aguantar, ahogados por intereses bastartos.

Esa es la tragedia de la España actual, a un golpe de vista. La pornografía de la erección de monumentos carísimos al capitalismo más embrutecido y descarnado, y el abandono de quienes luchan a diario por los demás.

Y eso no hay civilización que lo aguante.

Porque eso no es civilización.


La foto está en Wikimedia Commons, bajo licencia Creative Commons Attribution-Share Alike 3.0 Unported. Fue realizada por Håkan Svenson y editada por Escarlati.

A peculiar galaxy near M104

Publicado en Revista Mexicana de Astronomía y Astrofísica, Vol. 59, número 2. P.327. Este es el link.