A continuación iré posteando varias cartas que he ido remitiendo recientemente a las Comisiones del Congreso de los Diputados, así como a otras instituciones.
He intentado hacer llegar a algunos responsables públicos mis impresiones e ideas sobre ciertos asuntos que creo pueden ser de interés.
Esta primera la remití a varios Ministerios, a la Dirección General del ICAA, etc.
--oOo--
Saludos,
Mi nombre es Elio
Quiroga-Rodríguez. Soy director y productor de cine afincado en las
islas Canariaa. He estado en la Junta Directiva de FAPAE, soy miembro
de EGEDA y ACEPA, donde hemos desarrollado para Canarias documentos
que considero claves, como el Libro Blanco del Audiovisual Canario o
las Conclusiones de las Cumbres Audiovisuales de Canarias. Asimismo
he producido dos largometrajes hasta ahora, diversos cortometrajes,
así como otros productos audiovisuales (series, videojuegos,
software de entretenimiento).
Como productor
independiente al frente de una pyme -ultrapyme realmente- he pasado
por la experiencia del negocio del cine en todos sus aspectos, que
pasan por las ayudas al Cine en España, trabajando directamente con
el ICAA, desde el inicio de los proyectos hasta la entrega final de
las copias. Asimismo tengo experiencia en venta a televisiones,
créditos ICO, etc. en esas mismas películas. Al ser un productor
muy pequeño en muchas ocasiones me he visto siendo la única persona
que lo hace casi todo en la producción a efectos de trámites, desde
llevar la primera copia a Cabina a solicitar los cartones de
calificación o preparar el producto para su venta internacional.
A lo largo de estos años
hemos generado a partir de unos 700.000 Euros que han obtenido en
ayudas públicas del ICAA unos beneficios al estado de
aproximadamente 2.500.000 Euros, tirando por lo bajo. Las
producciones que he realizado se han vendido además muy bien en el
extranjero, 40 territorios en el caso del largometraje de terror
“No-Do”, y 35 territorios en el caso del largometraje de
ciencia-ficción “La Hora Fría”. Gran parte de nuestros ingresos
han venido de esta vía por lo que nos hemos convertido en
exportadores netos.
El haber bregado con la
legislación española en todos los aspectos y haber tenido que
hacerlo sin intermediarios me ha dado una cierta visión del estado
de cosas del cine en España, del que las ayudas son parte
importante, si no vital. Muchos arriesgamos nuestros patrimonios en
esas producciones, por lo que estamos siempre a punto de sufrir una
catástrofe financiera, algo por otro lado bastante normal en las
empresas pequeñas, con igualmente pequeño margen para el error.
Y precisamente por ese
contacto directo, y por haber asistido tantas veces a reuniones de
FAPAE y ACEPA en las que he podido escuchar los problemas que sufren
otros empresarios como yo, creo haber encontrado una modesta
propuesta que quisiera hacer extensiva a ustedes.
En
ocasiones, cabe aplicar ese viejo adagio, creo que acuñado por Bert
Lance, que dice lo de “si funciona, no lo arregles” (“If
it ain't broke, don't fix it”). En el caso de la
legislación de cine en España, gracias a ella nos hemos puesto en
el mapa del cinema internacional, nuestras películas y creadores
tienen merecida fama mundial, exportamos cine y, desde el punto de
vista económico, cada Euro que el Estado invierte en cine lo
recupera multiplicado por tres. No creo que sea la mejor legislación
posible -todos los países más desarrollados de nuestro entorno
europeo tienen legislaciones más favorables al negocio del cine-,
pero en cambio la experiencia de su aplicación durante varias
décadas lo ha convertido en una herramienta que funciona.
Todo esto me hace
plantearme que la norma existente, con sus problemas ciertos e
indudables, mejorable, sí, imperfecta, también, es en estos
momentos lo mejor que podemos tener. Sustituirla por una futura ley
de mecenazgo puede ser un gran problema sobre todo porque esos pasos
radicales en lo legislado requieren desde un cambio en la mentalidad
de los inversores y posibles mecenas (esto es, de toda la sociedad),
hasta un cambio completo en la legislación que gira alrededor del
asunto. Todo eso, llevado a cabo sin procesos de transición o
interfiriendo con una legislación funcional, puede causar una
catástrofe.
De ahí que me haya
permitido escribirles esta carta, en la que les quisiera transmitir
una posible solución de continuidad para el cine español. Mi
propuesta, basada en la cita de Bert Lance, es mantener la
legislación como está, si bien realizando unos mínimos cambios que
la mejoren. Me explico, pues se puede resumir en dos puntos:
1-Sobre las ayudas
sobre proyecto.
Creo que han funcionado
muy bien. Estando restringidas como están a los llamados “nuevos
realizadores” (los que han hecho como máximo 3 películas) y obras
experimentales, sirven para favorecer al nuevo talento, pero cierran
el acceso al cine más industrial, así como a los directores más
veteranos, lo que genera un grave hiato en muchas carreras de grandes
realizadores, e incluso su retirada de la profesión (lo que en
tiempos de crisis se produce cada vez más). Con el fin de que ello
no ocurriera, yo aconsejaría reforzarlas, acabando, eso sí, con el
límite de los nuevos realizadores, de manera que cualquier proyecto
pudiera obtenerlas por concurso de méritos en igualdad de
condiciones. Esto al mismo tiempo ayudaría al cine español en
general, ya que el grave problema de la falta de crédito bancario
actual se vería parcialmente solventado por estas ayudas que se
cobran a priori. Tal vez sugeriría crear una mínima distinción por
género: experimental, documental, animación, ficción, de modo que
hubiera diversas partidas para cada una.
2-Sobre las ayudas a
posteriori.
El reforzar las ayudas a
priori podría ir en detrimento natural, y no traumático, de las “a
posteriori”, que como se sabe constan de dos tipos, las de
taquilla, y las basadas en el coste. Si el reforzamiento de las
ayudas sobre proyecto fuera suficiente, podría permitir eliminar las
basadas en el coste y dejar únicamente las de taquilla, que siendo
automáticas (se paga un 15% de la recaudación) premian el riesgo de
los productores en taquilla, esto es, el cine más industrial, sin
olvidar el mas pequeño e innovador, con un baremo independiente, ese
15% de la recaudación. Al mismo tiempo la eliminación del segundo
tipo coadyuvaría a la desaparición del tristemente famoso “fraude
de taquilla”1
No planteo más cambios;
eso sí, abogo por un reforzamiento de los fondos -comprendiendo los
malos tiempos que atravesamos económicamente, sería algo a
considerar a medio plazo-, o cuanto menos que no disminuyan. De esta
manera, creo que se podría llegar a esa posición en la que “nadie
está contento”, pero “todos están de acuerdo”, que al final
es de lo que puede tratar el ejercicio de la política.
En fin, sólo quería
aportarles mi grano de arena, esperando que sea de utilidad. Sin otro
particular, aprovecho la ocasión para saludarles cordialmente, y
desearles todo lo mejor en su labor.
1No
obstante, el “fraude de taquilla” se puede eliminar totalmente
con un seguimiento inspector remoto de las recaudaciones, que están
afortunadamente informatizadas, con un coste mínimo. Cualquier tipo
de fraude, que siempre está localizado en el proceso de exhibición,
sería cortado de esta manera de raíz.
A la fecha de publicación de esta carta aquí, aparte de una amable respuesta de Susana de la Sierra, Directora General del ICAA, por email, así como de un par de funcionarios y el Jefe de Gabinete del Ministro, nadie con poder decisorio se ha interesado en discutir la propuesta. Esta carta due remitida a: Dirección General del ICAA, Gabinete del Ministro de Cultura y Ministro de Hacienda.
La imagen que ilustra este texto está en Wikimedia Commons. Intimate portrait of a man writing a letter. Año: 1900-1910. Autor desconocido. Está en dominio público.
A la fecha de publicación de esta carta aquí, aparte de una amable respuesta de Susana de la Sierra, Directora General del ICAA, por email, así como de un par de funcionarios y el Jefe de Gabinete del Ministro, nadie con poder decisorio se ha interesado en discutir la propuesta. Esta carta due remitida a: Dirección General del ICAA, Gabinete del Ministro de Cultura y Ministro de Hacienda.
La imagen que ilustra este texto está en Wikimedia Commons. Intimate portrait of a man writing a letter. Año: 1900-1910. Autor desconocido. Está en dominio público.