Ahora con la Eurocopa
los anuncios televisivos de casas de apuestas online se han
disparado. Los emiten a toda hora, y antes de los
partidos de importancia compiten entre ellos vendiendo ese mundo falso en el que todos ganan y nadie sufre, ni enferma de ludopatía, ni arruina a sus padres vaciando sus VISAS, como está pasando de hecho desde que esas empresas aparecieron a ofrecer sus servicios a sólo un click de distancia.
Me parece un acto de vileza emitir en
televisión, un medio que usa un recurso público (la frecuencia de
emisión), anuncios de algo tan peligroso y que hace daño a tanta
gente. De hecho, algunas asociaciones de atención a la ludopatía
se están llevando las manos a la cabeza ante la escandalosa
desregulación de ese sector y su poderosa capacidad de lobby. Por supuesto, predican en el desierto.
Es que estamos en uno de los escasos países de nuestro entorno en el
que, pongo otro ejemplo, se pueden anunciar bebidas alcohólicas en
televisión en horario de protección infantil. Las escasas sanciones que se han producido son de risa.
Los países gobernados por los
intereses de los lobbies tienen estas contradicciones, estas
desvergüenas, estas miserias. La ley es bien clara: “está prohibida la comunicación comercial que fomente comportamientos nocivos para la salud”. El juego online fomenta esos comportamientos, de eso no cabe duda.
Cuando les pides que se corten un poco lo llaman “censura”, y se ponen a hablar de libertad individual, o libre albedrío, o libertad de decisión. Es la neolengua neoliberal, a la que encanta usar la palabra libertad en cualquier cosa. Todo lo que sea interferir en la sagrada venta de mis productos, es comunismo, es extremismo, es ETA.
Y reivindican su derecho a anunciarse
añadiendo a sus anuncios textos legales en letra diminuta como “bebe
con moderación” o “juega con responsabilidad”.
Con eso se lavan las manos, esa es su responsabilidad social.
Y así vamos, claro.
Uso la imagen, que he encontrado en Google, acogiéndome al derecho de cita.