sábado, 15 de marzo de 2014

Epistolario (6 de 5)



Ya sé que suena raro lo de "6 de 5", pero mandé esta carta-corolario a la Comisión de Sanidad, que se añade a la que ya he publicado aquí. Las notas al pie están al final.


Señorías,

Quisiera añadir esta carta como Corolario a la que les remití el día 22 de noviembre de 2013 respecto a la legislación española sobre el tabaco y el asunto de su matización legislativa (llamémoslo así) en las futuras (de existir) instalaciones denominadas “Eurovegas”. Por razones de espacio y enfoque del asunto obvié un gravísimo problema que afecta a esta ley y a otras, que creo es de máxima importancia en estos momentos.

Venía a decir el insigne jurista Federico de Castro y Bravo que el defecto de España de legislar sobre todos los asuntos de la vida ciudadana se suavizaba con el sistemático incumplimiento de lo legislado. Es decir, en España tenemos una sobresaturación de Leyes (¡según Hayderecho.com en España hay ni más ni menos que 100.000 leyes y normas en vigor! ¿Hay alguien en el país que las conozca todas? Es sencillamente imposible) y al mismo tiempo una costumbre secular de no aplicarlas debidamente. Todos saben, y más aún en este estado de Autonomías en que vivimos, que las leyes luego han de tener un reglamento de aplicación y en caso de asuntos con competencias transferidas, ese reglamento ha de ser confeccionado en cada autonomía y en ciertos casos luego pasará a los ayuntamientos para su implementación final.

Pues bien, yo resido en Madrid parte del año, la otra en Canarias y fuera del país en ocasiones, de modo que compruebo dolorosamente las formas en que aquí nos movemos. Les puedo asegurar que en Madrid la Ley del Tabaco de la que me ocupé en la primera carta no se cumple tanto como se debiera. No hay nada peor que tratar, señorías, un asunto de índole sanitaria y científica, desde el sesgo ideológico (generalmente un asunto de fe, para el que la realidad y la evidencia científica son meras molestias). Y eso ha pasado en Madrid. La Ley se ha implementado1 con pequeñas trampas en su camino, respondiendo a no sé qué intereses. Primero, al asignar su cumplimiento a los Ayuntamientos, se lleva el asunto en Madrid capital a un oscuro departamento “Antidroga” de la ciudad con una dotación presupuestaria ridícula. Luego, se asignan sólo dos inspectores en una ciudad capitalina de tres millones de habitantes y un millón de transeúntes, en horario sólo de mañana. Así estamos en Madrid, señorías.

Ante estos mimbres, se deja al ciudadano desnudo ante el incumplimiento, que habrá de denunciar él mismo. Así, y de forma sistemática, la Ley se incumple en todos los veladores cerrados en invierno (cuando tienen cerrados tres paraviendos pasan a ser considerados espacios cerrados por la Ley como bien sabrán), y en el interior de infinidad de locales. El otro día fui a la Academia de Cine (sita en la calle Zurbano, 3) y entré en un café que hay justo delante. A fecha de entonces, hace unas semanas, los clientes fumaban a plena luz del día en el interior. Les amonesté, sin éxito alguno. Le pedí al camarero que denunciara, obviamente sin éxito tampoco.

Porque, señorías, los camareros y trabajadores de hostelería sometidos ilegalmente a este tóxico viven en la actualidad en un estado de chantaje diario, pues no pueden denunciar a sus jefes so pena de ser despedidos fulminantemente vía la nueva legislación que regula el despido, cuando están sometidos a un riesgo laboral inadmisible en cualquier país. Les recuerdo que antes de la aplicación de la Ley, morían mil camareros al año por ser fumadores pasivos, es decir, les mataba el humo de los cigarrillos que sus clientes se fumaban dentro de los locales en los que trabajaban. Algo inasumible e intolerable. Pues bien, esos trabajadores han sido abandonados por la Ley que debe de protegerles a causa de la inacción de una Comunidad y un Ayuntamiento que parecen trabajar al servicio de otros intereses, no los públicos precisamente.

Pero el caso más terrible con el que me he enfrentado, que muestra bien a las claras el gran deterioro de la protección legislativa en este país, es el de un conocido e influyente político que fue descubierto fumando en el interior de un conocido bar de Madrid que al parecer frecuentan los parlamentarios. El caso ha sido probado con fotos y con vídeos que fueron emitidos por un canal de alcance nacional2. Es decir, existen además pruebas de que ese local incumple la Ley (es una Falta Grave, sancionada con 10.001 a 600.000 Euros de multa) y ese político ha incluido en una falta leve, sancionada con 30 Euros (que se convierte en grave si se reincide, por cierto). Sin embargo, a pesar de haber pruebas (suministradas en esta misma carta), y de tratarse de sanciones administrativas, nadie ha actuado de oficio contra ese político ni contra ese local. Es una especie de eterno retorno al pasado, a los viejos tiempos en los que, según seas, la Ley se te aplicará o no. Y gran parte del agravio cometido, y ahora, me temo, irresoluble ya, se habría resuelto con un pago público de tan nimia multa y una petición de disculpas, algo que, naturalmente, nunca ha ocurrido.

En cualquier país de nuestro entorno este comportamiento ignominioso en un servidor público le llevaría al escarnio y la vergüenza pública, y, ni que decir tiene, al cese o dimisión de todos sus cargos de forma inmediata, pues además de demostrar que los trabajadores de hostelería que le sirven, y los otros clientes del local que frecuenta, le dan exactamente igual, añade a ello, ya de por sí gravísimo, la carencia del menor respeto a su obligación de absoluta ejemplaridad, al tratarse de una persona con un cargo público que vive del dinero de nuestros impuestos y que debería de actuar de forma ejemplarizante siempre y en todo momento con respecto al cumplimiento de las Leyes que el Parlamento del que forma parte ha aprobado para todos los Españoles, él incluido. Un político ha de dar buen ejemplo de civismo y bonhomía en todo momento, y en todo instante. O no entiende cual es su función en el engranaje social, y entonces no debería de estar ocupando un puesto de responsabilidad.

La poca importancia que se ha dado al caso, y la completa inacción al respecto, nos demuestran que algo gravísimo, fundamental, básico, está fallando en los mimbres de nuestra sociedad. Si nuestros próceres, a los que se supone una elemental obligación conductual, actúan como hooligans y además no reciben castigo alguno por ello ¿Cómo queremos, con esos ejemplos, que los ciudadanos se sientan arropados y protegidos por las leyes? ¿Cómo se les puede pedir que respeten Ley alguna?

El caso de Madrid se multiplica con las declaraciones del actual Consejero de Sanidad, y a nivel nacional llega a su epítome con las de la Ministra del ramo, cuando ambos han puesto por encima de sus tareas ministeriales (la protección de la salud de los ciudadanos), en el caso Eurovegas, “el crear puestos de trabajo” (algo que obviamente no entra en sus competencias) como vana excusa para la no aplicación de la Ley en aquel recinto. Pues bien, tal y como convertimos nuestra legislación en papel mojado de forma sistemática, este dislate, que de nuevo en cualquier otro país llevaría a ceses inmediatos, se convierte en lo más normal. Con estas formas, vamos por el camino de que esta Ley se convierta en un trasunto de la de 1988, que nadie cumplía en ningún lado, para vergüenza de todos.

Y saben que esto es sólo un ejemplo de muchos. Les puedo poner otros que escapan al alcance de esta carta, como la Ley que pretende limitar a 30 días el pago de las facturas a empresas por parte de las Administraciones Públicas, que se incumple de forma sistemática desde el primer día de su aprobación, y que está llevando a la ruina a miles de empresarios.

Cabe entonces preguntarse ¿Para qué queremos leyes? ¿Para qué tanto esfuerzo si luego no se cumplen? ¿De qué sirve un Estado incapaz de sobreponerse a las presiones de intereses de todo tipo que le impiden proteger legislativamente a sus ciudadanos de forma efectiva?

Señorías, un país no se puede basar en mentiras, en legislaciones que se aplican a gusto del usuario, o en función de los intereses de los grupos de presión. Más aún en el caso del tabaco, en el cual todo el mundo nos mira y, sinceramente, estamos empezando con muy mal pie a dar la imagen de un país desnortado y al albur de los vientos que marquen los grandes intereses, obviando el interés ciudadano, la protección de la salud, y el Imperio de la Ley.

Sin otro particular, aprovecho la ocasión para saludarles cordialmente.
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1A pesar de intentos de cambiarla ciertamente torticeros y puramente ideológicos, que no ignorarán fueron tumbados por el TSJM, en un proceso que costó dinero a los ciudadanos, pues obviamente la Comunidad fue condenada al pago de costas, ante una Ley que sabían no podían modificar a la baja por definición, pero ese es otro asunto.
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2Pueden consultar esas noticias y los vídeos en estas direcciones de Internet:
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Pd.: Tras el envío de esta carta, el diputado Gaspar Llamazares se puso en contacto conmigo vía email para informarme de que la transmitiría a los miembros de la comisión de la Izquierda Plural en el Parlamento madrileño. Llamazares, médico de formación, siempre ha sido uno de los políticos más combativos a favor del respeto a la ley del tabaco y de la salud pública en general. Os mantendré informados de lo que ocurra.


La imagen está en Wikimedia Commons. Es Yoshiko Kuga, actriz, que trabajó con Akira Kurosawa en películas como "El Ángel Ebrio" (1948) o "The Idiot" (1951). La imagen está bajo licencia Creative Commons 2.0 genérico con atribución. Consta como autor en Wikimedia Style Server, una usuaria alemana de Flickr.

A peculiar galaxy near M104

Publicado en Revista Mexicana de Astronomía y Astrofísica, Vol. 59, número 2. P.327. Este es el link.