He remitido esta carta a la Comisión de Sanidad del Congreso, con respecto al asunto de la supuesta suavización de la Ley del Tabaco en el complejo de Eurovegas.
--oOo--
Señoría,
Quisiera hacerle partícipe, si lo
tiene a bien, de mis ideas y opiniones, que son las de un ciudadano
de a pie, con respecto a la polémica que se está iniciando con
respecto a la posible suavización de la Ley del Tabaco en las
instalaciones del recinto recreativo y de juego en proyecto en
Madrid, conocido por ahora popularmente como “Eurovegas”.
Como usted bien sabe, el tabaco es
actualmente la causa de muerte evitable número uno en occidente. En
el caso de España, el número de fallecidos al año por causa
directa del tabaco asciende a unos 50.000, según cifras oficiales.
Le ofreceré esta cifra de otro modo, que a veces los grandes números
nos pueden desorientar. Si dividimos esa cantidad (insisto, oficial
de la mano de las autoridades médicas), por los 365 días del año,
nos da tantos muertos al día como si cada día de ese año en el
Aeropuerto de Barajas se estrellara un Airbus 320 con todos sus
pasajeros, y sin supervivientes.
Vista así, la cifra es mucho más
escalofriante. ¿Toleraría nuestra sociedad ese número de muertos
en el transporte aéreo sin un escándalo global? Seguramente al
tercer accidente se cerraría el espacio aéreo español hasta que se
averiguara qué es lo que pasa. Pues el tabaco mata a toda esa gente.
El tabaco él solo mata más que todos
los accidentes de tráfico, drogas, violencia callejera y doméstica,
delincuencia, accidentes domésticos, incendios, enfermedades
infecciosas y contaminación atmosférica por tráfico JUNTAS. Si no
se fumara, el cáncer de pulmón no existiría -el 95% de los
cánceres de pulmón lo causa el tabaco, el 4% restante el amianto y
un 1% de otras causas, como la contaminación atmosférica-, pero es
que el tabaco causa él solo más cánceres que todas las demás
causas exógenas: boca, lengua, esófago, estómago, vejiga, pulmón,
colon, intestino y a eso se suman las enfermedades que causa
directamente, como la espantosa EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva
Crónica), el enfisema, enfermedades cardíacas, vasculares,
cerebrales, retraso intelectivo, depresión... Entonces cabe
preguntarse qué tiene el tabaco de especial para que lo toleremos.
Hasta los años 50 del siglo pasado los
médicos no empezaron a investigar el daño que el tabaco causaba a
la gente, pues se le consideraba antes como inofensivo, casi
medicinal. Fue cuando los veteranos de la II Guerra Mundial, todos
ellos grandes fumadores (se le obsequiaba a cada soldado con su
ración periódica con una chocolatina y... un paquete de tabaco),
constituyeron la primera masa poblacional observable que empezaron a
morir inexplicablemente por cáncer de pulmón, y otras patologías
relacionadas (diversos cánceres de boca, esófago y estómago, EPOC,
enfisema, accidentes cardíacos y cerebrales, etc.) en aquella
población, la primera en la historia que permitía un estudio
objetivo entre fumadores y no fumadores, estallaron todas las
alarmas: el tabaco era un veneno letal. Desde entonces, como detalle
curioso, la nicotina, el elemento adictivo del tabaco, y en sí
también un veneno, se usa como eficiente insecticida.
En los años 60 el Surgeon General
norteamericano (el equivalente a nuestro Ministro de Sanidad) lanzó
la primera alarma basada en estudios objetivos, que se vieron
corroborados en todas partes que se repitieron, y unos quince años
después, en Japón, un grupo de médicos descubrió que el tabaco
mataba igual a los que los fumaban que a los que no fumaban pero eran
expuestos al humo de los cigarrillos que otros fumaban (el conocido
como “fumador pasivo”, o “tabaco de segunda mano”),
observando a las esposas no fumadoras de japoneses fumadores que
consumían su tabaco en casa, y que morían por ser “fumadoras
pasivas”. Recientemente se ha descubierto que peligrosas sustancias
altamente cancerígenas contenidas en el tabaco impregnan las
paredes, mobiliario, alfombras, sábanas, cortinas, etc. de las casas
de los fumadores, añadiendo otro riesgo a la salud aunque no se fume
ya en un lugar; esto se ha denominado “tabaco de tercera mano”.
Desde los 50 los descubrimientos han sido desoladores (el tabaco
causa miles de enfermedades, sufrimiento y daños evitables, y mata a
700.000 Europeos cada año). Una famosa causa judicial en Estados
Unidos llevó a las tabaqueras a tener que pagar unas indemnizaciones
gigantescas por negar los efectos letales del tabaco. Desde entonces,
las tabaqueras han declarado una guerra silenciosa a los médicos, a
los gobernantes, y a los legisladores.
Todo ello es un apretado resumen de
cómo hemos llegado al Siglo XXI, con un objetivo sanitario básico
que une a todo el planeta, puesto que el tabaco mata a millones y su
uso es algo evitable -el problema es que causa adicción, y a un
adicto las razones no le bastan- hay que irlo eliminando de las
sociedades civilizadas, hasta lograr su erradicación (después de
todo, el mundo vivó muy bien sin tabaco hasta que los españoles lo
trajimos de América en el Siglo XVI). No sólo porque causa la
muerte directa de sus consumidores (de cada dos fumadores uno morirá
a causa del tabaco, el porcentaje es brutalmente alto) sino por la
muerte indirecta de los “fumadores pasivos”, que inocentemente,
respiran aire contaminado por el tabaco y pueden seguir el mismo
destino trágico que los fumadores.
Justo para proteger a los fumadores
pasivos, nacen las leyes de prohibición de fumar en lugares
públicos. En España la Ley actual ha sido un éxito tal que he
asistido en varias ocasiones a gente amonestando a fumadores por no
obedecer la ley, algo inédito en este país tan poco caro a las
leyes. Tiene un apoyo altísimo entre la población, que disfruta de
las ventajas y la salud de compartir ahora espacios libres de humo
(el apoyo asciende a un 85% entre la población general según las
encuestas; pocas, poquísimas leyes conciertan tanta unanimidad, y a
un 65% entre los fumadores). No olvidemos que en un país en el que
un 27% de los ciudadanos (en descenso) fuman no se puede exponer a
una dictadura tóxica y contaminante, y letal, a un 73% de la
población. Es algo intolerable que una minoría adicta fuerce a una
mayoría a enfermar.
Se ha calificado entre la profesión
médica a esta Ley como uno de los proyectos de salud pública más
importantes en términos de salvar vidas desde la instalación de
alcantarillado público en las ciudades (S.XVIII). Nuestra Ley se usa
como ejemplo de civilización y conquista social en todo el mundo, y
nos ha colocado en la cabeza entre los países desarrollados en la
protección sanitaria. Es un motivo de orgullo, además de una
estupenda manera de desarrollar la Directiva Europea y el Acuerdo
Marco de la OMS que firmamos (como país) en 2005. Se calcula que,
desde su aplicación en 2010 hasta hoy, ha salvado 15.000 vidas
humanas. ¡Quince mil personas han sobrevivido gracias a algo tan
simple como prohibir fumar en lugares públicos! Han disminuido en un
20% los ingresos hospitalarios por infarto agudo de miocardio -el
tabaco es la principal causa- y en general de todas las enfermedades
relacionadas con el tabaquismo.
Sé de hecho que las tabacaleras,
empresas que, si hoy en día llevaran su producto a un control
sanitario rutinario no podrían comercializarlo -no olvidemos que el
tabaco si se consume según las indicaciones lleva a la muerte al
consumidor-, lo que de hecho no las convierte precisamente en
ejemplos de conducta empresarial, tienen mucho poder y dinero, y su
acción de lobby es poderosa. Estudios realizados en España y Europa
demuestran bien a las claras -esto es público, por cierto, basta
googlear un poco para saberlo- que son las que mantienen asociaciones
gremiales como la de Hostelería o clubes como “Fumadores para la
Tolerancia” que se usan para crear alarma social e influenciar a
los políticos. No es lo más moral del mundo usar a adictos
desesperados para presionar, y eso por ejemplo hace la citada
asociación, que usa la palabra Tolerancia de forma harto libérrima.
A esto se añaden los poderosos lobbies profesionales que suelen
visitar el Congreso de los Diputados.
Uno de los principales aliados de las
tabaqueras y de su juego sucio para adaptar la legislación a su
favor en Estados Unidos, según se ha sabido recientemente, son las
formaciones extremistas norteamericanas que abogan por la libertad
máxima del individuo y la mínima legislación restrictiva, como el
Tea Party y el Partido Republicano. A ambos pertenece Seldon Adelson,
el magnate que está detrás, como sabe, del proyecto de Eurovegas y
uno de los principales financiadores de la campaña de elecciones de
los Republicanos y del Tea Party. Pero ¿Por qué? ¿Qué necesidad
tienen las tabaqueras de que se suavice la ley en unos salones de
juego en Madrid? La explicación es bien sencilla.
Es justo en Europa donde las tabaqueras
quieren y desean torpedear lo antes posible estas legislaciones
restrictivas sobre el consumo del tabaco en lugares públicos, por lo
que consentir un cambio legislativo de este calibre les estaría
haciendo el juego a esos intereses inconfesables. Porque en Europa se
inician siempre las corrientes legislativas que luego el resto del
mundo adapta y asume. Porque en Europa es tradición que se respete a
los trabajadores y la protección de la salud, y que se use como
ejemplo para otros continentes y países. Por eso quieren que en
Europa, especialmente en España, se suavice la Ley. El resto vendrá
en cascada: los casinos pedirán un trato igualitario y que la Ley se
suavice también para ellos. Y con ellos vendrá la hostelería
(todos estos gremios tienen sus asociaciones financiadas por las
tabaqueras, no lo olvide). Finalmente, la Ley volvería a los
supuestos de 2006. El país habría perdido una batalla que ya había
ganado. Piense en las vidas que esta Ley ha salvado, Señoría. Por
favor, no inicie la bola de nieve que lleve de nuevo a la catástrofe
sanitaria.
La pregunta es si como nación queremos
eso, ahora que todo el mundo nos mira precisamente por la posibilidad
de que relajemos la legislación (precisamente por eso somos objetivo
prioritario de las tabaqueras). Por otro lado, esa relajación
difícilmente pasaría el filtro constitucional, pues al ser la
condición de fumador pasivo de los futuros camareros de Eurovegas
una causa de alto riesgo laboral evitable, se tornaría la laxitud
inconstitucional por vulnerar los derechos de los trabajadores.
Al mismo tiempo se trata como sabe de
una Ley Básica, que no puede ser “relajada”, sólo endurecida,
en su aplicación local. Eso ya lo comprobaron las autoridades
autonómicas de Madrid cuando quisieron relajarla y el propio TSJM
rechazó las reformas. Todos los madrileños, en tiempos de crisis,
tuvieron que pagar las costas de un juicio que se habría ahorrado la
Comunidad, sabiendo que los cambios no eran legislativamente
posibles, algo que cualquier Abogado del Estado sabe.
Las apuestas están altas, señoría, y
nunca mejor dicho, en el caso del Juego, pero quiero transmitirle la
visión de que lo que está en juego es mucho más, es un asunto de
soberanía nacional, de protección del más débil ante el más
fuerte, de salud pública y de importancia mundial. Y le diría que
es un asunto de Derechos Humanos. Esta Ley fue aprobada por el
Gobierno Español por unanimidad de todo el arco parlamentario. Antes
de su aplicación, el simple hecho de permitir fumar en los bares
mataba a 1.000 trabajadores de hostelería cada año por ser
fumadores pasivos. Esta Ley cuenta con el apoyo de todas las
sociedades médicas, científicas y de consumidores del país. La
única vía de eliminar muertes es esta, no se puede negociar con los
adictos a una sustancia, ellos creen que son libres y que se “coarta
su libertad” cuando se les pide que no fumen en un lugar
determinado, pero ese es el autoengaño del adicto, no existe el
“derecho del fumador”, pues no existe el “derecho del adicto al
tabaco”, eso es fraseología de las tabaqueras. En cambio, el
derecho a la salud, está en nuestra Constitución.
Esta ley ya ha causado beneficios: El
descenso de muertes por cardiopatías asociadas al tabaco y de
ingresos al respecto es impresionante, como ha pasado en todos los
países de nuestro entorno, ya que la prohibición lleva a mucha
gente a dejar de fumar, que es en muchos casos su única esperanza de
supervivencia.
Es una Ley de hombres buenos que nos
hace mejores.
Los métodos de "separación"
o de "extracción de aire" de los que se habla para la
posible aplicación en Eurovegas son totalmente inútiles, algo que
toda la literatura científica declara unánimemente, como han
demostrado decenas de estudios médicos, ya que no remueven las
partículas más letales del tabaco, las conocidas por 2,5PM. Todo lo
que se hable de "extracción de aire" para eliminar los
peligros del tabaco en locales públicos es invención de los
fabricantes de esos aparatos y de las tabaqueras, y está totalmente
desacreditado por la comunidad médica. Quien le diga lo contrario,
está intentando engañarle. Con una búsqueda en Google podrá
conocer la verdad.
Observe que no he entrado en los
beneficios que aportará Eurovegas al empleo, etc. Usted sabe que
Eurovegas se hará si se financia, y en ello están trabajando sus
responsables. Lo del tabaco es secundario. Es sólo el lobby del
tabaco, las tabaqueras y sus medios de presión las que quieren
ponerlo en la primera página. Esta carta no es contra Eurovegas. Es
contra el cambio de una de las mejores Leyes de nuestra joven
Democracia, que puede generar un efecto dominó internacional de
consecuencias insospechadas.
Señoría, sólo soy un ciudadano -y
fumé hasta los 34 años, para mi era un placer hasta que me di
cuenta que ser adicto a algo no entraña placer alguno, sino
esclavitud; por cierto aprovecho para felicitar al Presidente por
haber dejado el tabaco hace unas semanas- que cree que se puede
cometer un error que afectará a muchas más personas y causará
muchos más daños de los que parece a primera vista. El mero hecho
de tocar nuestra Ley del Tabaco para Eurovegas es algo que las
multinacionales del tabaco, inisto, no precisamente las empresas más
modélicas del mundo, están esperando como agua de mayo. Somos un
globo sonda para el mundo. Ojalá nos mantengamos firmes, señoría.
Sin otro particular, agradeciendo su
atención, aprovecho la ocasión para saludarle cordialmente y
desearle todo lo mejor en su labor.
Si bien este asunto se "resolvió solo" al irse Adelson a otros territorios con su proyecto -lo que genera no pocas dudas sobre si esto era un señuelo para negociar ante terceros, jugando con la, no buena voluntad, sino servilismo, de la clase política española, algo digno de estudio-, es sorprendente la reacción que obtuve; o la ausencia de ella más bien. La carta fue remitida a 29 miembros de los 75 que integran la Comisión de Sanidad del Parlamento: ¿Cuántos respondieron a la carta de una forma u otra? Nadie. Ninguno. None. Zip. Significativo. Siendo justos diré que uno de ellos, Gaspar Llamazares, ha respondido en otras ocasiones a escritos análogos -tabaco, Eurovegas- que le he remitido directamente a su email del Congreso, e incluso ha convertido varias preguntas mías al respecto en Preguntas Parlamentarias que el Gobierno ha tenido que responder. Por tanto Llamazares ha dado respuesta anteriormente a varias misivas mías, y no tenía que responder a esta, que era redundante para él, pero no para los 28 miembros restantes de la Comisión. Y dos añadidos para los responsables de la web del congreso: 1) por favor estandaricen las direcciones de email. Conviven nombre.apellido@congreso.es con sigla.apellido@congreso.es, apellido.sigla@congreso.es, siglaapellido@congreso.es, apodosigla@congreso.es o cualquiercosa@congreso.es y así desde luego no hay manera ¿Es que nadie les ha enseñado a estandarizar esas cosas? y 2) En las páginas de las Comisiones de la web conviven los miembros actuales y aquellos dados de baja, de modo que resulta harto farragoso diferenciar a unos de otros, y en ocasiones ni se cita que están dados de baja. Por favor, mejoren ese aspecto, sólo es cuestión de separar las listas, y no es tan difícil. Si hasta en estas cosas, que debieran ser elementales estamos así... en fin.
La imagen que ilustra este texto está en Wikimedia Commons. Satirical petition ostensibly written by Elizabeth Cresswell, Damaris Page and other brothel keeps to Lady Castlemaine, the lover of Charles II. March 1668. Está en dominio público.
Si bien este asunto se "resolvió solo" al irse Adelson a otros territorios con su proyecto -lo que genera no pocas dudas sobre si esto era un señuelo para negociar ante terceros, jugando con la, no buena voluntad, sino servilismo, de la clase política española, algo digno de estudio-, es sorprendente la reacción que obtuve; o la ausencia de ella más bien. La carta fue remitida a 29 miembros de los 75 que integran la Comisión de Sanidad del Parlamento: ¿Cuántos respondieron a la carta de una forma u otra? Nadie. Ninguno. None. Zip. Significativo. Siendo justos diré que uno de ellos, Gaspar Llamazares, ha respondido en otras ocasiones a escritos análogos -tabaco, Eurovegas- que le he remitido directamente a su email del Congreso, e incluso ha convertido varias preguntas mías al respecto en Preguntas Parlamentarias que el Gobierno ha tenido que responder. Por tanto Llamazares ha dado respuesta anteriormente a varias misivas mías, y no tenía que responder a esta, que era redundante para él, pero no para los 28 miembros restantes de la Comisión. Y dos añadidos para los responsables de la web del congreso: 1) por favor estandaricen las direcciones de email. Conviven nombre.apellido@congreso.es con sigla.apellido@congreso.es, apellido.sigla@congreso.es, siglaapellido@congreso.es, apodosigla@congreso.es o cualquiercosa@congreso.es y así desde luego no hay manera ¿Es que nadie les ha enseñado a estandarizar esas cosas? y 2) En las páginas de las Comisiones de la web conviven los miembros actuales y aquellos dados de baja, de modo que resulta harto farragoso diferenciar a unos de otros, y en ocasiones ni se cita que están dados de baja. Por favor, mejoren ese aspecto, sólo es cuestión de separar las listas, y no es tan difícil. Si hasta en estas cosas, que debieran ser elementales estamos así... en fin.
La imagen que ilustra este texto está en Wikimedia Commons. Satirical petition ostensibly written by Elizabeth Cresswell, Damaris Page and other brothel keeps to Lady Castlemaine, the lover of Charles II. March 1668. Está en dominio público.