sábado, 30 de noviembre de 2013

Los viejos doblajes



TCM está emitiendo en su canal español “Sucedió una noche” (“It happened one night”, Frank Capra, 1934). Esto no es noticia; TCM repite en su parrilla a lo largo del año y en horario de Prime Time una serie de películas “que todos los espectadores conocen” (un mínimo común divisor) según, supongo, sus estudios demográficos y de audiencias, así que este título aparece periódicamente en ese horario.

El caso es que TCM emite una copia doblada con varias lagunas de sonido en las que nadie se ha molestado en añadir un doblaje nuevo ya que, o bien el que se usa en la emisión estaba deteriorado en esas escenas, o no existía (por motivos de censura en la época en que se hizo el doblaje, o de ausencia de nuevos montajes disponibles). Es más barato hacer eso (o sea, nada; ni siquiera subtitular esas escenas que están sin doblar, en las que las voces saltan abruptamente al inglés original y regresan igual de abruptamente al castellano doblado) que organizar un nuevo doblaje para títulos que están, es un suponer, amortizados, y de los que se espera poco más que unos pequeños ingresos cada año.

Los canales que emiten películas (o las empresas que editan DVDs) resuelven estos problemas mediante ciertas estrategias. Si ciertas partes del doblaje que se utiliza para las emisiones o ediciones, generalmente realizado hace unos 30 a 40 años, están deterioradas por viejas, hay que sustituirlas por otras realizadas en el momento presente, es decir, se parchea sólo lo necesario con un par de takes (grabaciones) nuevas de las frases problemáticas, y listo. Para ello y para minimizar costes, se han de buscar actores con voces de doblaje parecidas a la de los actores del viejo doblaje (lo que implica esa extraña sensación de oír por unos instantes una voz diferente durante el metraje), o a los mismos actores en caso de que sigan vivos. Esto, en el caso de la emisión de "Sucedió una noche" ni siquiera se lo han planteado en TCM. A veces me pregunto si alguien hace un control de calidad de esas emisiones de cine.

Un problema de esta política es el doblaje que se adquiere con el título a emitir. Creo que en muchos casos son doblajes realizados entre los últimos 60 y los primeros 80 para Televisión Española, con un conjunto de voces bien reconocibles. El caso es que las copias que se doblaron entonces no tenían banda internacional, es decir, la música y los diálogos están en la misma banda, sin separar, al recibir la película en el estudio de doblaje. Eso obligaba a los estudios de sonido a crear un nuevo canal internacional, diseñando los efectos sala que aparecen en las escenas con diálogos... y también, en ocasiones, las músicas.

Lo de que se realizaron para TVE es una conjetura. Parto de que recuerdo haberlas visto así a principios de los 80 y que en aquellos años, inmediatamente previos o iniciales al advenimiento del vídeo doméstico en España, no había editoras de video capaces de pagar doblajes ni de adquirir aquellos viejos títulos; sólo TVE podía permitírselo.


Por tanto, en esos doblajes, y en cuanto había un diálogo con música, el ingeniero de sonido de doblaje debía sustituir la música de fondo por alguna “parecida” de biblioteca, o bien hacer un “frankenstein” musical obtenido de otras partes de la película en las que no había diálogos (Hay otra opción, y es mezclar el sonido de las voces españolas sobre el sonido original, lo que hace que las voces originales sean inevitablemente audibles. Eso también pasa en otros títulos sin banda internacional). Así, estos doblajes cometen (para el purista) un doble sacrilegio; al que ya de por sí representa el doblar una película, se añade que la música que acompaña a los diálogos doblados no es la de la película; proviene de una librería musical que el ingeniero de doblaje tenía a mano y que juzgó “parecida” o "conveniente" hace unos 30 años. En películas como "Alma en suplicio" (“Mildred Pierce”, Michael Curtiz, 1945), el origen “pop” eléctrico de la música de fondo que aparece en las escenas dobladas resulta chocante y anacrónico para una película producida en las postrimerías de la II Guerra Mundial; uno se pregunta en qué coño estaba pensando el tipo que hizo las mezclas de aquel doblaje.

En otros casos, como el de “Sucedió una noche”, te preguntas si la música que ilustra algunas escenas (como aquella en la que Clark Gable y Claudette Colbert tienen una bronca que termina en apasionada declaración de amor de ella en una cabaña de un hotel de carretera) realmente está sustituyendo a alguna o es que el ingenioso ingeniero de sonido decidió que “había que meter música” en aquella escena para que "quedara mejor”. En 1934, si bien las mezclas de sonido ya existían, las películas en algunos casos eran bastante parcas en términos de ilustración musical, especialmente si la música podía interferir con los diálogos. Pensemos que el cine sonoro tenía apenas 7 años de edad en aquellos tiempos y que hacía unos 5 años como mucho que se trabajaba con varias pistas separadas (previamente, en los primeros años del sonoro, todo el sonido de una película debía de interpretarse en directo en el momento del rodaje; eran los años en que para hacer una versión en español de una película, Hollywood contrataba a actores españoles para que rodaran en los mismos escenarios, y en horario nocturno, las películas que producían de día -con ejemplos señeros como el "Drácula" español que rodó  George Melford simultáneamente al de Tod Browning con un lustroso y acharolado Carlos Villarías en el papel de Bela Lugosi-).

Volviendo a estos doblajes nuestros, en los casos en que el ingeniero era lo suficientemente manitas o estaba inspirado, se reproducían, como comentaba antes, para las escenas dobladas, momentos musicales de otro instante de la película que estaban libres de diálogos para que sirvieran de fondo a aquellas. A veces esos fragmentos son tan cortos que el mezclador debe de crear un ciclo o loop de sonido que los alargue (recordémoslo: son doblajes de hace 30 años, lo que implica bobinas de audio abiertas y loops realizados con ciclos de cinta analógica pegados con cinta adhesiva, pues en aquellos años el Pro Tools era un sueño de ciencia-ficción. Fermín Alejandro, montador de uno de los cortos que hice para el programa “Cine Canario” en los 80, hizo un par de ellos ante mi, poniendo la cinta a caminar en un gran ciclo que él mismo montaba a través del escritorio de su mesa de trabajo, y usando lápices para que la cinta pasara por ellos antes de volver al cabezal en un ciclo sin fin; cuanto más largo el ciclo, más larga y alambicada era la trayectoria que la cinta magnética debía de recorrer).

En la versión doblada de “Satanás” (“The Black Cat”, Edgar G. Ulmer, 1934), para cuyo doblaje se usó esta técnica, los ciclos musicales llegan a crear una suerte de nueva partitura casi abstracta llena de motivos que se repiten una y otra vez (y que no lo hacen en la versión original, naturalmente) haciéndola parecer una obra diferente, casi de metraje encontrado (o de sonido encontrado más bien), que reinterpreta el original con loops de la partitura de Heinz Roemheld para la película (amén de varias composiciones de Lizst, Schumann, Beethoven, Bach, Schubert y Thaikovsky que también se usaron originalmente).

El caso de “Satanás” es curioso, pues es una película con un score bastante largo; la partitura musical de la obra es extensa y cubre gran parte del metraje, toda una novedad en 1934. Eso daba al montador de sonido del doblaje de TVE espacio del que extraer músicas para recolocarlas en las partes dobladas, pero parecía tener el hombre querencia por un determinado fragmento que aparece una y otra vez en los fragmentos doblados.

Por cierto “Satanás” no adaptaba, a pesar de su título original, una obra de Poe, sino que se usó aquel título como elemento promocional. La historia no tiene mucho que ver con Poe, aunque algo de él hay, tal vez de su cuento “Berenice”. Fue la película más taquillera de Universal en 1934. Consultando la hemeroteca de El Periódico, aparece emitida en un corto ciclo de terror de TVE el 7 de junio de 1984. También se emitieron en aquel ciclo “La Torre de Londres”, “La novia de Frankenstein”, ambas con con Karloff y “El lobo humano”, con Henry Hull. Recuerdo haber visto por aquellas fechas “El Cuervo”, también con Karloff y Lugosi, así que aquellos doblajes encargados por TVE de películas sin banda internacional parecen concentrarse en los primeros años 80.

Todo este demente reciclaje del audio de decenas y decenas de películas en su doblaje al español ocurría por dos razones. Primera, que si se habían estrenado en España, eran títulos previos a los tiempos de la Guerra Civil que no habían sido doblados antes de aquel primer doblaje de los años 70 (el doblaje fue un invento de la dictadura; no existía en tiempos de la República, o al menos no en grandes cantidades), o bien el doblaje antiguo se había perdido o estaba demasiado deteriorado, por lo que había que doblarlas sí o sí y en poco tiempo y segunda, que el presupuesto de un doblaje para TVE en los años 70 estaba limitado, por lo que no había demasiado para detenerse en florituras.

Pero creo que aquello también pudo afectar a algunos títulos posteriores. Creo recordar que en “Los Caballeros del Rey Arturo” (“Knights of the Round Table”, Richard Thorpe, 1953) el épico y precioso leit-motiv de la banda sonora de Miklós Rózsa se repetía demasiado en la emisión de TVE de los años 80. Y cuando compré el disco descubrí que, efectivamente, no se oía tanto en el disco como en la película; hablo de memoria, así que en este caso podría equivocarme. No en los casos anteriores, pues he revisionado recientemente, vía TCM también, “Alma en suplicio” y otras películas con doblaje de aquellos años con resultados sorprendentes (el baile de esta película con música de boite setentera de fondo que ya he comentado es especialmente sonrojante).

Otro caso radical de esta “escuela” de usar siempre que se pueda el material sonoro de la obra original es el de “Atrapados” (“Caught”, Max Ophüls, 1949), un clásico noir injustamente menospreciado, en el que la versión doblada elimina directamente los efectos de sonido en un par de escenas (no habría dinero para grabar efectos sala propios), en este caso la máquina del millón con la que juega Robert Ryan en la película y que tiene importancia dramática. En otra escena, esta dentro de una ambulancia, el empalme del “ciclo” realizado por el ingeniero de sonido es bien notorio. En otra se percibe claramente que la banda de sonido original sigue en el fondo del audio, escuchándose las voces originales bajo las dobladas. Este doblaje fue realizado en 1973 para ser emitida por TVE en el programa Cine Club el 9 de diciembre del mismo año por Parlo Films en Barcelona; James Mason fue doblado en esta ocasión por Rogelio Hernández, que fue durante la mayor parte de su carrera la voz española de Paul Newman. Se trata del segundo doblaje de un total de tres que se han realizado para esta cinta. El primero debió de ser hecho para el estreno, luego se hizo este, y otro en 1986 (realizado en Tecnison, Madrid, y con la voz de Carlos Revilla, el primer doblador español de Homer Simpson) que creo se utilizó para un pase de TVE el 23 de febrero de 1990 (datos en todos los casos de Eldoblaje.com). Sólo conozco el segundo doblaje, que es el que comento en este párrafo. Lo lamentable de todo esto es que el trabajo de tantos dobladores españoles queda condenado al olvido, pues muchos de estos trabajos acaban perdiéndose para los futuros espectadores. Probablemente el de 1990 tuviera ya separación entre efectos sala y músicas, pero no lo sé. Puede que no, si -y es lo más probable- los masters utilizados fueron los mismos.

El resultado de aquellos doblajes con músicas "reconstruidas" es un puñado de películas clásicas con sus diseños originales de sonido masacrados, en las que el ángel del sonido original ha sido mutilado, diríamos que deconstruido y vuelto a contruir con materiales de baratillo y ocultado hasta lo indecible.

El asunto podría tener su gracia si no fuera porque ni los programadores de TCM ni nadie parece haberse apercibido de ello (normal; cada vez los programadores y responsables de las cadenas saben menos del material que emiten). No entiendo por qué no se avisa a los espectadores de que van a ver -y oír- una película de la que no se está respetando su partitura original, ni sus efectos sala originales, simplemente por no pagar un doblaje nuevo, y utilizando un viejo doblaje realizado hace 35 años en condiciones casi de subdesarrollo. Antes se advertía convenientemente cuando se emitía una película coloreada ¿Por qué no se hace lo mismo cuando se mutila su sonido?

No quiero hacer leña del árbol caído de aquellos ingenieros de sonido que tenían que hacer lo que podían con el material que se les entregaba y en unas condiciones más bien heroicas, pero es perentorio que los canales de televisión respeten la integridad de las obras que emiten (encima hablamos de canales de pago). Bien es verdad que puedes acceder a la versión original del sonido actualmente en los canales duales, pero eso no basta. Hay que informar al público de que lo que va a ver y oír no coincide con el original. Lo contrario es un puro pecado de desidia e ignorancia del material que te da de comer.

Pd.: Algunos datos.

Fechas de doblajes de las películas citadas en el post. Fuentes: Eldoblaje.com y la base de datos de películas calificadas del ICAA.

-“Alma en suplicio”. Doblaje realizado en 1982 para TVE en Sonoblock (Barcelona). Emisión por TVE el 15 de septiembre de 1982. Consta un doblaje original para su estreno en cines (supongo que perdido o deteriorado) en 1948 en los estudios Acústica (Barcelona). Sería interesante buscar alguna copia del estreno original, si existiera, o algún telecine realizado a partir de ella.

-”El Cuervo”. Doblaje realizado en 1979 para TVE en CineArte (Madrid). No se indica fecha de emisión. Consta un redoblaje en 1989 para TVE también, posiblemente.

-”La torre de Londres”. Doblaje realizado en 1984 para TVE. Emitida el 21 de junio de 1984. Este doblaje sí cuadra en tiempos con el ciclo de terror de TVE que cito en el artículo.

-“Satanás”. Doblaje realizado en 1989 para TVE. No se indica fecha de emisión ni existencia de doblaje previo. La película no aparece en la base de datos del ICAA ni consta como estrenada en España en Imdb, por lo que no parece haberse estrenado en España en el año de su producción; me extrañaría en ese caso que ese doblaje fuera el primero y puede que haya un error en la ficha de Eldoblaje.com, ya que la fecha es demasiado cercana al doblaje que debió de hacerse para el miniciclo de terror de TVE de 1984, que no consta.

-“Sucedió una noche”. Doblaje realizado en 1989 para TVE. Emisión por TVE el 15 de enero de 1989. Aparece un doblaje previo también realizado para TVE en 1968 (supuestamente perdido o dañado) y emitido el 30 de noviembre de 1968. En 1934 se estrenó en España, supongo que doblada, ya que el doblaje se inició en España dos años antes, pero no hay referencia alguna de aquel posible primer doblaje.

No hay información sobre el doblaje de “Los caballeros de la mesa redonda”.


Las imágenes las encontré en Wikimedia Commons. Pertenecen a los trailers de "Sucedió una noche" y "Mildred Pierce". Están en dominio público. 

Curiosamente, la imagen de "Sucedió una noche" ha sido invertida especularmente con respecto a la original que se puede ver en la película; es probable que fuera por razones contractuales, para que apareciera primero y a la izquierda el nombre de Clark Gable.

A peculiar galaxy near M104

Publicado en Revista Mexicana de Astronomía y Astrofísica, Vol. 59, número 2. P.327. Este es el link.