viernes, 24 de marzo de 2017
Proyectos (4): "Árboles"
Este precioso diseño conceptual de la agencia canaria Azulflojo fue la imagen de un proyecto que sigo manteniendo vivo, "Árboles", una película de fantasía que ha recorrido como tantos otros proyectos un largo camino.
Para él hicimos además varias animáticas de escenas de efectos visuales en La Huella Efectos Digitales, con dibujos de Francisco de la Fuente y Montaje de Luis Sánchez-Gijón, y una web promocional con la producción de Gustavo Medina, Singular Factory y Baaba Software.
El logotipo es de Régis Barbey, y el diseño del poster de Isora Macías.
viernes, 17 de marzo de 2017
miércoles, 15 de marzo de 2017
Fabroven (2)
Hace unas semanas escribí este texto, sobre mi intento, infructuoso, de hacer llegar unas preguntas sobre la lista de 400 medicamentos que sacó el Gobierno de la lista de la Seguridad Social a la Ministra de Sanidad en una de sus comparecencias en el Senado.
Acaba de salir esta semana un estudio que refleja cómo el copago farmacéutico (también introducido por este Gobierno) ha llevado a una parte de las personas de mayor edad y enconómicamente más vulnerables a abandonar parte de sus tratamientos. Y se trata sólo del copago. Por ahora no hay datos del abandono de tratamientos que han pasado a tener que ser pagados al cien por cien, como los que incluyen los medicamentos de la lista.
Hace unas semanas mandé esta carta a Concepción Palencia, senadora que presentó las preguntas en la comparecencia de la ministra. La pego más abajo. No sé cómo es posible que todo siga igual, pero en este país parece que la indolencia, la ignorancia y el "political bias" se conjuran para embarrarlo todo siempre, y el resultado es que nunca pasa nada.
Cuando Concepción Palencia responda a mi carta, pondré en el blog su respuesta.
Estimada Concepción,
He estado repasando como me comentaste la sesión de preguntas a la Ministra, y es una pena que no respondiera a tu cuestión. Gracias por intentarlo.
Te quería consultar qué pasos como ciudadano podría dar al respecto de la lista de 400 medicamentos. Hoy estuve hablando con un médico, y el disgusto y disconformidad con respecto a esa lista es enorme entre los profesionales de la sanidad pública, pero claro, el silencio también.
Le comenté que no existe estudio alguno sobre las consecuencias de ese "medicamentazo"; nadie se ha molestado en analizar lo que le ha pasado a la gente en situación vulnerable que ha dejado de tomar medicamentos porque el Gobierno los sacó de la lista de la Seguridad Social, al no poder pagar todo su PVP.
El médico me confirmó que, además, los laboratorios, al verse liberados en esos medicamentos de supervisión y control de precios, los han subido lo que han querido. Es alucinante.
En el modesto caso del medicamento que toma mi madre, Fabroven, para la circulación, son 28 Euros al mes de coste.e suele tomar a esas edades en dosis 1 1 1 (desayuno, almuerzo y cena) lo que hace que sean 90 pastillas al mes, dos cajas completas prácticamente. Es un medicamento, me comenta el médico, muy necesario para personas de edad avanzada, y dejar de tomarlo implicaría un grave riesgo de salud, incluso de supervivencia. En el caso del Fabroven no existe medicamento sustitutivo, ni tampoco genérico, por lo que el anciano no tiene alternativa alguna: lo ha de comprar al único laboratorio que lo produce, y a precio de oro. Algo elemental habría sido poner en la lista medicamentos que tuvieran equivalentes que a su vez sí estuvieran protegidos por la Seguridad Social, pero no se hizo, dejando a la gente vulnerable a los pies de los caballos. Sinceramente creo que todo eso implica una acción perversa por parte del gobierno, incluso delictiva. Y los responsables deberían al menos responder en Sede Parlamentaria sobre ello. Eso, para empezar.
Todo esto está pasando ahora mismo, y entre esos 400 medicamentos los hay que cubren síntomas más graves aún y más importantes (otros, justo es reconocerlo, no).
El problema se resume en:
1-Cuando se elaboró la lista no se contó con nadie. Ni personal sanitario, ni agentes sociales, ni ciudadanía. Fue hecha directamente, a saco, a saber a dictado de quién. Y aprobada, claro, vía rodillo parlamentario.
En el modesto caso del medicamento que toma mi madre, Fabroven, para la circulación, son 28 Euros al mes de coste.e suele tomar a esas edades en dosis 1 1 1 (desayuno, almuerzo y cena) lo que hace que sean 90 pastillas al mes, dos cajas completas prácticamente. Es un medicamento, me comenta el médico, muy necesario para personas de edad avanzada, y dejar de tomarlo implicaría un grave riesgo de salud, incluso de supervivencia. En el caso del Fabroven no existe medicamento sustitutivo, ni tampoco genérico, por lo que el anciano no tiene alternativa alguna: lo ha de comprar al único laboratorio que lo produce, y a precio de oro. Algo elemental habría sido poner en la lista medicamentos que tuvieran equivalentes que a su vez sí estuvieran protegidos por la Seguridad Social, pero no se hizo, dejando a la gente vulnerable a los pies de los caballos. Sinceramente creo que todo eso implica una acción perversa por parte del gobierno, incluso delictiva. Y los responsables deberían al menos responder en Sede Parlamentaria sobre ello. Eso, para empezar.
Todo esto está pasando ahora mismo, y entre esos 400 medicamentos los hay que cubren síntomas más graves aún y más importantes (otros, justo es reconocerlo, no).
El problema se resume en:
1-Cuando se elaboró la lista no se contó con nadie. Ni personal sanitario, ni agentes sociales, ni ciudadanía. Fue hecha directamente, a saco, a saber a dictado de quién. Y aprobada, claro, vía rodillo parlamentario.
2-Las consecuencias de esa decisión no se están estudiando, lo que es algo gravísimo, y si me permites la expresión, diría que una prevaricación manifiesta. Hablamos de vidas en juego, de consecuencias reales para salud y supervivencia, y de que nadie está comprobando lo que ocurre para tomar medidas. Es como siempre se hace en este país: negar el problema ignorándolo, mirando hacia otro lado.
¿Cabría revocar la ley como medida cautelar hasta que se rehaga la lista con intervención real de todas las partes?
¿Dónde se puede pedir algo así?
¿Hay que llegar a Europa de nuevo para que las cosas funcionen? (Caso de las Cláusulas Suelo, pero mira en qué ha quedado por cierto)
¿Se pueden pedir responsabilidades a quienes elaboraron la lista y promulgaron la Ley?
Hablamos de vidas en juego, algo que me parece inconcebible.
En fin, quedo a la espera de tus noticias y consejos.
Un saludo cordial y gracias de nuevo.
Tomé la foto el 24 de octubre de 2015, en Las Palmas.
lunes, 13 de marzo de 2017
Un experimento inesperado
Esto que os voy a contar es un
experimento que he hecho sobre mi mismo, al principio
involuntariamente, y aquí os voy a contar las cosas que me ha hecho
concluir, no sé si son acertadas, pero el camino ha sido
interesante. Podéis probarlo en casa cuando queráis, a ver si llegáis a una conclusión parecida.
Resulta que estaba viendo la televisión un
día, y había puesto el móvil en el asiento del sofá, junto a mi,
a la altura del muslo, de modo que estaba reflejando la imagen de la
pantalla de la tele sin que yo me diera cuenta. En un determinado
momento, observé que mis ojos se movían por reflejo hacia el móvil
al cambiar los planos de lo que estaba viendo en la pantalla. Un cambio
de plano implica un cambio de color y formas, y al tener yo la mirada
fijada en la tele (en el centro de mi vista), la imagen reflejada
en el móvil, como en un pequeño espejo, llegaba a la zona
periférica de mi visión.
Me di cuenta entonces de la razón; al
mantener la mirada en la tele, y ver su imagen reflejada
en el móvil en la periferia de mi campo visual, el cambio de plano
lo percibía con un leve retraso. No lo he podido
medir, pero creo que a partir de 1/25 de segundo empiezan a ser
apreciables los cambios en las imágenes como saltos, no como sucesos
continuos, así que me aventuro a calcular que aquel retraso sería
de una décima parte de segundo, así a ojo (nunca mejor dicho) :-D
Pues bien, aquello despertó mi
curiosidad ¿Por qué percibía una imagen más tarde en la zona
periférica se mi ojo que en la zona central? Me puse a elucubrar, y pensaba en una posible hipótesis evolutiva que me llevaba a concluir justo lo contrario que estaba viviendo. Caray, si estoy en la selva, y me va a atacar
un bicho oculto entre la maleza ¿No tendría mayor sentido que
percibiera antes los movimientos en el campo periférico de la
visión, que además es más sensible, según recuerdo haber leído, a los movimientos, que en el
centro, para poder luego enfocar la visión de forma
refleja en la amenaza y verla con el centro de la visión para
decidir qué hacer? Los seres humanos vemos las cosas en una zona muy pequeña
de la retina, ese centro del que hablo, donde se forma la
imagen virtual que la lente que es el ojo transmite (que por cierto
se forma cabeza abajo, pero eso el cerebro lo corrige), y se ve con
mayor fineza; es el centro de la visión, y el ojo se mueve para que
podamos colocar en ese área las cosas que queremos mirar con
exactitud, mientras que percibimos de forma más simple, sobre todo
los movimientos, en la zona periférica.
Bueno, pues
durante un tiempo me pareció contradictorio aquello, que no tenía
sentido que un primate evolucionado percibiera, como digo, las cosas en
tiempos distintos y sobre todo más tardíos, entre su centro de
visión y la zona periférica del ojo. Pero en muchas ocasiones las
personas tendemos a pensar con eso que llamamos “sentido común”, cuando la realidad que nos rodea se comporta de
forma contraria. Es decir, es contraintuitiva. En mi caso, creo que
he caído en el prejuicio de la percepción evolutiva, que nos hace
creer que la evolución va “a mejor”, en una tendencia
de las especies y las criaturas a una mejora y un mayor refinamiento, algo que en realidad no ocurre así exactamente. La evolución es un proceso ciego,
accidental y bastante aleatorio.
En fin, que la
razón de aquel retraso perceptivo podía no ser evolutiva, sino de
otro tipo. A lo mejor era puramente fisiológica, es decir, que
ocurría porque estamos hechos de una manera determinada, y ya está.
Y dejé de pensar en el asunto durante un tiempo.
Pero hete aquí
que llevo tiempo pensando en una secuela de una novela y para
documentarme compré en marzo del año pasado, en un quiosco del aeropuerto de Las
Palmas un número especial de la revista Investigación y Ciencia
dedicado a la conciencia, y en él encontré un artículo que me dio
algunas pistas. El texto en cuestión se titula “En busca de la
consciencia perdida”, su autor es el neuropsicólogo Reinhard
Werth, y fue publicado en “Cuadernos mente y cerebro” número 13.
En él Werth explica sus investigaciones con personas que sufren
deterioros neurológicos para intentar explicar ciertos fenómenos de
la percepción, sobre todo la visual.
Uno de los
experimentos, realizado con niños nacidos sin cerebro, mostró al
neuropsicólogo que estos podían seguir objetos en movimiento con la
vista, de modo que averiguó que, a pesar de carecer de cerebro, esos
niños perciben visión, de hecho el campo central de la misma, en un
área ajena a la corteza cerebral y a la zona donde se produce la percepción de la visión ordinariamente. Al parecer, los bebés inician su captación visual del mundo a partir de ese foco central, y la van ampliando a
medida que crecen, de forma natural.
El área que
“ve” ese foco central es muy primitiva y se encarga de coordinar los
actos reflejos, puesto que gran parte de los movimientos oculares son
de este tipo. De hecho para focalizar un objeto el ojo realiza varios
movimientos totalmente automáticos e inconscientes con el fin de
poner el objeto en cuestión en la zona central de la percepción (el
centro de visión), regulando la cantidad de luz recibida mediante el
movimiento del iris, así como del cristalino para el enfoque, etc. Todo eso es
tarea del sistema parasimpático, encargado de automatismos
primitivos similares como la respiración, el ritmo cardíaco, etc. Son procesos totalmente inconscientes y que se realizan de forma automática.
Este proceso se
produce en un área conocida como el tálamo, una zona muy misteriosa
que gestiona un montón de cosas de esas automáticas que realiza
nuestro cuerpo sin que nos demos cuenta. Al mismo tiempo, el tálamo
parece que modula nuestra propia consciencia mediante la interacción
de grandes áreas del cerebro.
El tálamo se
combina en sus funciones con el hipotálamo y ambos forman el llamado
diencéfalo. Por otro lado, es sabido que la visión se procesa de
forma compleja e interpretativa en las zonas occipital y parietal del
cerebro, amén de en otras áreas también de la corteza (conocidas
como áreas 17, 18 y 19 de Brodman); la corteza es la zona del
pensamiento y la elaboración perceptiva compleja. Así que me parece intuir
que todo esto es un asunto de llegada de señales a una zona más cercana
y/o más rápida en interpretarlas (tálamo) y luego a otra más elaborada,
que requiere más proceso o más tiempo para interpretar las señales
y convertirlas en percepción (áreas cerebrales de la visión).
Al parecer el
tálamo tiene una parte, el núcleo geniculado lateral (GNL), que
funciona como una centralita perceptiva. Por él pasan muchas señales
(no sólo las visuales) y se encarga de repartirlas a las zonas de la
corteza encargadas de su proceso, de modo que ese área tal vez deba
de percibir antes que ninguna otra, pues recibe primero la señal y
luego la transfiere a la corteza cerebral.
Al mismo tiempo,
el hecho de que la visión se construya al desarrollarse un ser humano a partir
del área central, que parece procesar el tálamo, si sigo una
interpretación generosa de los experimentos de Werth (aquí estoy
saltando un poco desde su artículo a mis ideas, pero bueno), me hace
sentirme más seguro de que ese podría ser el origen de ese retraso
que he percibido en mi mismo: la fisiología. Que estamos hechos así,
vamos.
En resumen, que el tálamo participa en la percepción, además de gestionar el
envío de las señales visuales que le llegan para su reenvío a la
corteza cerebral perceptiva, y de ahí el mínimo retraso entre lo
que el GNL percibe (visión central muy primitiva) y lo que se
procesa en el área cortical (visión periférica y proceso refinado
de visión central).
Todo el proceso
perceptivo es increíblemente complejo y en esta explicación he
ahorrado liarla más con cómo llegan las señales visuales al tálamo
a través del quiasma visual, etc. No es necesario y añadiría,
creo, confusión al asunto. Sólo se trataba de encontrar una
explicación más o menos aceptable para mi inesperado experimento
casero.
Otra posibilidad un poco inquietante es que yo esté hecho así y sólo yo experimente ese fenómeno. Así que si a vosotros os pasa igual que a mi, y veis con retraso las cosas en vuestra periferia ocular, me sentiré realmente aliviado...
Otra posibilidad un poco inquietante es que yo esté hecho así y sólo yo experimente ese fenómeno. Así que si a vosotros os pasa igual que a mi, y veis con retraso las cosas en vuestra periferia ocular, me sentiré realmente aliviado...
También he
consultado para este artículo los siguientes textos vía internet:
-Psicología de
la percepción visual. 2.7. Las vías visuales del cerebro. VV. AA.
Universitat de Barcelona.
-Áreas de
procesamiento sensorial. VV. AA. Neurowikia.
-Neurociencia y
comportamiento. Procesamiento visual talámico. Francisco de Asís
Gallardo Chamizo. Universidad de Sevilla.
La foto es una imagen digital que hice hará como dos años.
jueves, 9 de marzo de 2017
LOS CÓDICES DEL APOCALIPSIS (3): La portada
Seguimos trabajando en la edición en Amazon (ebook, Kindle e impresión bajo demanda) de mi novela "Los códices del apocalipsis", y tenemos un portadista de lujo.
Se trata de Brendan McCaffrey, uno de los mejores ilustradores del mundo de la imagen por ordenador. Es un privilegio contar con él, y la portada que está preparando es alucinante.
Compartiremos con vosotros el proceso creativo que llevará a la obra final. Esas cosas molan :-)
Brendan diseñó hace un par de años la carátula del videojuego superventas "Star Wars Battlefront", de Electronic Arts. Abajo, una de sus magistrales ilustraciones.
Si os apetece, todavía tenéis disponible la edición en papel de Tyrannosaurus Books a punto de agotarse en Amazon, Casa del Libro o El Corte Inglés. Si queréis examinar la bonita edición original, podéis echar un vistazo en este Flickr de Edición Coleccionista.
lunes, 27 de febrero de 2017
LOS CÓDICES DEL APOCALIPSIS (2) - Apolo
La imagen que aparece más arriba es un recuerdo que me regalaron en Los Angeles, en Shine Gallery, una tienda de recuerdos antiguos que se encuentra en una solitaria esquina de The Farmer's Market, cerca de Fairfax.
Estaba de viaje en la ciudad para hablar de un par de proyectos cinematográficos con varios productores y de paso, había concertado una cita con mi contacto oficioso en la NASA. Farmer's Market nació hace 80 años como un mercado en el que los agricultores y granjeros vendían sus productos a los ciudadanos, sin intermediarios. Muchos cocineros de los grandes restaurantes locales y las grandes estrellas del "Hollywood dorado" compraban allí sus viandas.
Estaba de viaje en la ciudad para hablar de un par de proyectos cinematográficos con varios productores y de paso, había concertado una cita con mi contacto oficioso en la NASA. Farmer's Market nació hace 80 años como un mercado en el que los agricultores y granjeros vendían sus productos a los ciudadanos, sin intermediarios. Muchos cocineros de los grandes restaurantes locales y las grandes estrellas del "Hollywood dorado" compraban allí sus viandas.
Ahora es un agradable lugar lleno de casetas chatas con barras y mesas plegables, de aspecto rural, donde puedes comer desde alta cocina a kebabs, beber, charlar, o pasear. Y hablar, claro.
Farmer's Market, Los Angeles
Comí con mi contacto en una de esas mesas de hule que salpican y dan color a esta plaza de mercado de pueblo oculta en el centro de Los Angeles, y me contó la extraña historia de este broche, que conmemora la llegada del hombre a la luna en 1969 a bordo del Apolo XI.
Según me contó este ex trabajador de la Agencia Espacial, oficialmente viajamos a la luna sólo cinco veces más, y una de ellas, el Apolo XIII, no llegó nunca a aterrizar. Pero me añadió que eso es lo que nos han hecho creer.
El Apolo XVI, oficialmente la última vez que pisamos la luna, en 1973, no fue el último.
Esta revelación es absolutamente asombrosa, y está relacionada con los misteriosos objetos que de han encontrado orbitando alrededor de la Tierra, y de los que he hablado en mi post anterior.
También añadió que me enviaría una prueba de ello; me llegó unas semanas después vía un email cifrado. Pero eso prefiero contarlo en el siguiente post.
La mesa donde se produjo el encuentro
Estamos preparando una reedición de "Los Códices del Apocalipsis" en Amazon totalmente revisada y con un montón de sorpresas, en ebook (también para Kindle) y en papel (en impresión bajo demanda). A medida que se vaya acercando la fecha de la publicación, voy a ir poniendo en este blog algunas pistas sobre la trama, sus personajes, misterios, etc.
Si os apetece, todavía tenéis disponible la edición en papel de Tyrannosaurus Books a punto de agotarse en Amazon, Casa del Libro o El Corte Inglés. Si queréis examinar la bonita edición original, podéis echar un vistazo en este Flickr de Edición Coleccionista.
jueves, 23 de febrero de 2017
viernes, 17 de febrero de 2017
El problema que no se quiere ver, no existe
Vivimos en un Estado
democrático que todavía no sabe que lo es. No, no lo tiene nada
claro. Flotando entre normativas obsoletas y autoritarias, poderes
politizados hasta el hastío, medios de comunicación que sólo
trabajan para quien les financia, e instituciones anquilosadas en el
Siglo XIX, España no sabe todavía que es un país que se debe a sus
ciudadanos por encima de todo. Esto es algo que llevará muchísimo
tiempo repararlo, si es que se puede. Pero mientras eso no ocurra,
nosotros, todos, los ciudadanos, que no súbditos, de España,
seguiremos pagando las consecuencias.
Llevo años escribiendo
en este mismo blog de los horrores de la administración española,
una estructura anquilosada y creada (ella y la legislación que la
regula) en unos tiempos autoritarios, que sigue considerando a la
ciudadanía como un grupo de críos incapaces de conducir sus propios
destinos, que deben ser tutelados a perpetuidad.
Este modelo perverso de
ver las cosas se ha extendido recientemente a la llamada
“administración electrónica”, el mecanismo que permite a los
administrados relacionarse con sus administraciones vía internet.
También he pedido en muchas ocasiones que alguien ponga orden en ese
desastre tecnológico, pero como siempre como quien oye llover.
Acabo de vivir en mis
carnes otro ejemplo de este lío administrativo virtual en el que nos
quieren hacer vivir últimamente. Resulta que estaba por caducar el
certificado electrónico de mi productora, Zanzibar, la empresa con
la que hago las películas. Me llega un mail de la FNMT (Fábrica
Nacional de Moneda y Timbre), que es la responsable de generar esas
suertes de “firmas” virtuales que te permiten identificarte, seas
persona física o jurídica, ante la administración mediante
Internet, recordándomelo. Y en ese mail me comentan tan felices que
ahora para renovar el certificado tengo que pagar. En mi caso, por
ser administrador único, 28 Euros.
Atención, que esto es
muy interesante: el derecho básico de identificarte ante una
administración, que generalmente se verifica vía tu DNI y/o, de ser
necesario, las escrituras de tu empresa de forma gratuita, ahora te
va a costar dinero. La propia FNMT, en un extensísimo texto
explicatorio en su web donde nos explica por qué hemos de pagar
-excusatio non petita...-, aduce que la causa es que ahora las
verificaciones para el trámite requieren una conexión con el
Registro Mercantil, que todos sabemos es esa institución
completamente inútil que se inventó esta nación hace mucho tiempo
para cobrarte por ponerte un sellito y anotarte en un listado cada
vez que tengas que hacer constar algo, pues eso, de relieve
mercantil. Uno de esos grandes inventos españoles, como las
todopoderosas notarías o los no menos poderosos registradores de la
propiedad.
Pues nada, ni corta ni
perezosa, la administración, la FNMT, el gobierno en resumen, ese
gobierno que se supone me representa y vela por mi, ha decidido que,
en vez de exigir la gratuidad de algo tan elemental como la
renovación de tu identidad digital, pues mejor es aceptar una semi
privatización del servicio, pagando al Registro Mercantil lo
que les pida.
Yo estoy obligado a
identificarme en muchísimos trámites online -cada vez más y en
muchas ocasiones de forma exclusiva, algo que además es ilegal, pero
no voy a meterme en ese jardín hoy- y ahora he de pagar por obtener
ese derecho. Por poner un ejemplo, es como si tuviera que pagar 28
Euros por renovar mi DNI (en realidad costaba 10,6 Euros más el coste
de la foto en 2016 según informa la Administración, con ciertas excepciones de gratuidad como familias
numerosas o cambio de datos) o mi Pasaporte (26,02 Euros más la foto
en 2016, también con gratuidad para familias
numerosas), dos documentos que son imprescindibles para mi vida
cotidiana pero que hay que realizar de forma presencial y cuya
renovación, salvo robo o extravío, ocurre cada 10 años. Pues nada,
lo dicho: por 28 módicos Euros puedes recuperar tu identidad virtual, pero con
una ligera diferencia con respecto a los anteriores: se trata de un
trámite online, absolutamente automático, que no requiere de la
participación de nadie y es instantáneo, y que debes de repetir
obligatoriamente cada 3 años. Sólo requiere un cruce de datos, algo
que no debería de costarnos nada. Pues es más caro que el DNI o el
pasaporte, y sin excepciones.
Por supuesto, nadie se
ha quejado, que yo sepa, de este nuevo, y silencioso, atropello a la
ciudadanía. Y cuando digo “nadie”, me refiero a nuestros
representantes elegidos en el Congreso de los Diputados, que creo
están para protegerme de asuntos como este.
En fin, no abundaré
más, aunque podría. Podría decir que uso Safari como navegador
en mi ordenador (un Mac), y no puedo utilizarlo para obtener mi
certificado, porque la FNMT no tiene soporte para él, sólo para Internet Explorer y
Firefox. Podría añadir que me he pegado un par de horas de sudores
fríos navegando por la ininteligible, fea y pésimamente explicada
web de la FNMT para intentar entender cómo rayos hay que hacer el trámite, y
sin comprender por qué se me bloqueaba constantemente un Firefox
recién actualizado. Poco a poco averigüé que tenía que bajarme e
instalar seis (¡¡SEIS!!) certificados electrónicos consecutivos de
su web, y luego, además, bajarme una extensión de implementación
de firma electrónica, si quería que aquel trámite funcionara. A la
quinta intentona (Complejidad innecesaria, el peor pecado de
cualquier interface), tuve finalmente renovado mi certificado digital como
administrador único de una sociedad, previo cargo vía VISA de 28
Euros, claro.
El modelo de
la administración en el Estado Español sigue ahí, impertérrito, en la nueva administración online, sin haber
cambiado apenas con el paso de los años: lento, lleno de obstáculos, innecesariamente
complejo, básicamente hostil, todo ello perfectamente implementado
en flamante código HTML. Estos signos, como pocos, expresan por qué
vivimos en un país que todavía no sabe que vive en el Siglo XXI, y
que sigue considerando a sus ciudadanos como súbditos, casi como
incapaces.
Y me temo, como tantas
veces he dicho antes, que esto no tiene remedio, porque el prejuicio
inherente a esta visión del ciudadano por parte de la administración
que debería servirle, no se cura ni en una década, ni en diez,
mientras no se quiera afrontar el problema.
Y un problema no se
afronta mientras no se le reconozca como tal.
Y la administración
española no considera esto un problema.
Está encantada de
haberse conocido.
Pd.: Como complemento a lo anterior, he tenido recientemente otro altercado añadido con la Administración digital. Se trata de un software de generación de facturas llamado Facturae, que ciertas instancias públicas obligan a utilizar a las empresas para que les facturen, desde hace poco. El programa es un espanto, está pésimamente desarrollado, instalarlo es una pesadilla, y utilizarlo un horror; no es ergonómico, añade complejidades innecesarias, no permite ni siquiera copiar y pegar, y parece creado por un psicópata. Muchos organismos públicos están imponiendo la facturación electrónica sin dar más opción a los ciudadanos, algo que como poco pone en indefensión a mucha gente. Y la atención y dudas sobre el programa te las resuelven en un teléfono 902 ¡La Administración Pública está utilizando teléfonos de tarificación adicional por prestar un servicio al que todos tenemos derecho! Ítem más: me comentaban recientemente que en las oficinas del paro se está obligando a los ciudadanos a que utilicen los trámites online siempre. Los funcionarios tienen órdenes de que los ciudadanos usen los misérrimos ordenadores que tienen en las oficinas del desempleo para que se busquen la vida con sus propios trámites, y se niegan a hacérselos ellos mismos, por órdenes de arriba, claro. Si eres anciano, apenas has manejado un ordenador en tu vida, ni sabes cómo mover un ratón, es tu problema. Este sadismo institucionalizado me muestra un feo aspecto de la administración que parece haber olvidado para quién trabaja, o más bien que lo tiene demasiado claro. Porque alguien, alguna persona en el organigrama de esas organizaciones ha dado esas órdenes, y nadie le rechista. Como consecuencia, en España vivimos en una especie de estado burocrático autoritario, en que la ciudadanía es tratada sistemáticamente como un grupo de siervos sin derechos. Llamar a esto desastre es poco. Cuando el mismo Servicio Público de Empleo Estatal (pomposo nombre) deja a la gente sin recursos, la más vulnerable, tirada porque no pueden pagarse ni su propia firma electrónica, ni tienen acceso a internet, entonces la palabra Servicio se vuelve un chiste. El desastre es de una magnitud descomunal, pero claro, como me comentaban, la gente ni se molesta en reclamar, tan sólo dejan de pasar por la oficina y sus derechos finalmente caducan, lo que lleva a que miles de personas en dificultades desistan de acogerse al paro. Y eso es estupendo para las estadísticas. Toda esa gente desaparece de ellas. Y con ellos, el problema. La triste realidad es que somos eso para la Administración española: un problema.
Pd.: Como complemento a lo anterior, he tenido recientemente otro altercado añadido con la Administración digital. Se trata de un software de generación de facturas llamado Facturae, que ciertas instancias públicas obligan a utilizar a las empresas para que les facturen, desde hace poco. El programa es un espanto, está pésimamente desarrollado, instalarlo es una pesadilla, y utilizarlo un horror; no es ergonómico, añade complejidades innecesarias, no permite ni siquiera copiar y pegar, y parece creado por un psicópata. Muchos organismos públicos están imponiendo la facturación electrónica sin dar más opción a los ciudadanos, algo que como poco pone en indefensión a mucha gente. Y la atención y dudas sobre el programa te las resuelven en un teléfono 902 ¡La Administración Pública está utilizando teléfonos de tarificación adicional por prestar un servicio al que todos tenemos derecho! Ítem más: me comentaban recientemente que en las oficinas del paro se está obligando a los ciudadanos a que utilicen los trámites online siempre. Los funcionarios tienen órdenes de que los ciudadanos usen los misérrimos ordenadores que tienen en las oficinas del desempleo para que se busquen la vida con sus propios trámites, y se niegan a hacérselos ellos mismos, por órdenes de arriba, claro. Si eres anciano, apenas has manejado un ordenador en tu vida, ni sabes cómo mover un ratón, es tu problema. Este sadismo institucionalizado me muestra un feo aspecto de la administración que parece haber olvidado para quién trabaja, o más bien que lo tiene demasiado claro. Porque alguien, alguna persona en el organigrama de esas organizaciones ha dado esas órdenes, y nadie le rechista. Como consecuencia, en España vivimos en una especie de estado burocrático autoritario, en que la ciudadanía es tratada sistemáticamente como un grupo de siervos sin derechos. Llamar a esto desastre es poco. Cuando el mismo Servicio Público de Empleo Estatal (pomposo nombre) deja a la gente sin recursos, la más vulnerable, tirada porque no pueden pagarse ni su propia firma electrónica, ni tienen acceso a internet, entonces la palabra Servicio se vuelve un chiste. El desastre es de una magnitud descomunal, pero claro, como me comentaban, la gente ni se molesta en reclamar, tan sólo dejan de pasar por la oficina y sus derechos finalmente caducan, lo que lleva a que miles de personas en dificultades desistan de acogerse al paro. Y eso es estupendo para las estadísticas. Toda esa gente desaparece de ellas. Y con ellos, el problema. La triste realidad es que somos eso para la Administración española: un problema.
viernes, 10 de febrero de 2017
domingo, 5 de febrero de 2017
El Amo de las Marionetas
Uno de los más
siniestros villanos creados por Stan Lee y Jack Kirby en la primera
etapa de los Cuatro Fantásticos fue El Amo de las Marionetas (un
tipo que convertía a las personas en títeres mediante una especie de arcilla
radiactiva). Hay una excelente novela de Robert Heinlein que comparte
ese título, y narra una invasión alienígena que controla la mente
de la gente, eligiendo los E.E. U.U. para iniciar el
proceso.
Estos días hay mucha
gente asombrada -y espantada- por la caótica política de César que
el nuevo presidente de los E.E. U.U. está adoptando, mediante
órdenes ejecutivas encadenadas.
Como el payaso Pennywise, de IT, aquella novela de Stephen King, tal
vez sólo estemos viendo moverse a una carcasa vacía, un hombre de
trapo.
En Saturday Night Live,
el programa humorístico que la NBC emite en directo todos los
sábados por la noche -como dice el título- las descacharrantes -e
inquietantemente simétricas- parodias que hace Alec Baldwin de
Donald Trump han añadido últimamente un nuevo personaje realmente
ominoso, que aparece retratado como la mismísima muerte: un
esqueleto mondo bajo una tela de saco.
Es Steve Bannon. El
primer supremacista blanco -en palabras de Nancy Pelosi- que ha ascendido hasta poder mover los
hilos de todo un gobierno occidental. Él es, se dice, quien toma las
decisiones, quien susurra al oído del Presidente. Suya, entonces,
sería la Orden que casi paralizó los aeropuertos de todo el país
la semana pasada, y que un juez acaba de cancelar temporalmente.
Bannon es el director de Breitbart, un panfleto que si se publicara
hace 20 años se repartiría en fotocopias amarillentas, pero que
ahora, gracias al HTML, parece algo respetable gracias a las
plantillas de diseño estandarizado.
Breitbart es un medio de muy extrema derecha, tan extrema que aquí no tenemos
nada parecido. En circunstancias normales, personalidades como la de
su director no llegarían a puestos de poder. Pero es que estos días
no son normales en absoluto.
La orden ejecutiva -que
se ha llamado “anti-islam” y que prohibe la entrada en el país de personas provenientes de siete países musulmanes- es algo inusitado, una discriminación
por religión jamás vista en un estado democrático en tiempos
recientes. Trump la está defendiendo con uñas y dientes, y para
aplicarla ha pasado por encima de todo el mundo; la Orden fue firmada
sin consultar al departamento de Homeland Security -creado por George
W. Bush tras los atentados del 11-S-, que tendría algo que decir, ni
a los departamentos de Justicia, Fronteras o Defensa. Y cuando la
Fiscal General Sally Yates le comentó lo obvio a su presidente, que
aquello no tenía un pase, fue despedida de forma fulminante.
Últimamente se comenta
mucho ese porcentaje tan significativo que nos informa de que, de los
fallecidos en E.E. U.U. en los últimos años por causa violenta, menos de un
1% murieron por el terrorismo de origen yihadista, y más del 99%
restante perecieron por disparos de sus propios conciudadanos, ese
derecho constitucional que supone, creo, una muerte violenta en el
país cada 10 segundos. Relacionar el problema yihadista en
territorio norteamericano -estadísticamente bajísimo, como vemos-
con la religión musulmana, es un auténtico peligro. Se llama visión
de túnel. Los fanáticos la padecen. Sesgo cognitivo. Sólo ven ese ínfimo porcentaje menor que un 1%. Y pueden destrozar la vida a todo un país por esa ceguera
selectiva.
EE.UU. disfruta, por lo que
vamos viendo estos días, de unas estupendas herramientas capaces de parar
estos despropósitos legislativos. La Orden está actualmente
inactivada y cientos de personas, ciudadanos americanos, gente que
trabaja allí, con carta verde, y en resumen, con derechos, pueden
entrar de nuevo en su propio país. Eso le ha causado al multimillonario
presidente su última rabieta, que ha desahogado en Twitter, como
siempre.
Bannon, también como siempre,
guarda silencio.
Ese silencio sí que es
inquietante. De ser cierto que es su dictado el que está creando
estas órdenes ejecutivas, tiene un plan. Y quien dicta es,
efectivamente, un dictador.
Vengan de la mente que
vengan, leyes como esa podrían contribuir a acabar con el área de
convivencia común que poco a poco se ha ido creando, con sangre,
sudor y lágrimas, en muchas naciones del mundo en las que musulmanes,
cristianos y judíos, las tres grandes religiones en conflicto
secular, conviven sin problemas y en progresivo entendimiento.
Reproduzco la portada del número 8 de "Fantastic Four" (publicado en noviembre de 1962), por Jack Kirby, acogiéndome al derecho de cita.
viernes, 3 de febrero de 2017
El sistema del desaliento
Hace
unas semanas publiqué este artículo en el blog, que incluía una
pregunta parlamentaria sobre la lista de 400 medicamentos excluidos
de la Seguridad Social desde hace 5 años. Os cuento lo que ha pasado
después, que es muy interesante y significativo.
Remití
inicialmente la pregunta a los siguientes miembros de la Comisión de
Sanidad y Servicios Sociales del Congreso de los Diputados: Patxi
López, Carmen Hernández Bento, Marta Sorli, Ángela Rodríguez,
Marta Sibina, Joan Oloriz, Rita Bosaho, Amparo Botejara, Ana Terrón,
Íñigo Allí, Susana Sumelzo, Margarita Pérez, Joseba Argirretxea y
Guadalupe Martín. Son miembros de todo tipo de
partidos, cubriendo el espectro ideológico completamente.
Obtuve dos respuestas.
La
primera en llegar fue de Guadalupe Martí, del Grupo Socialista. Dice
así:
Muchas
gracias por sus aportaciones.
Son
muchas las propuestas que hemos hecho el grupo parlamentario
socialista para la eliminación de los copagos y sobre la eiminación
de algunos medicamentos de la lista de principios financiados.
Seguiremos haciéndolo, ya que se producen muchas situaciones
injustas.
Le
agradezco nuevamente su aportación y que se haya dirigido a
nosotros.
Un
saludo.
Guadalupe
Martín.
La
segunda fue de Jesús María Fernández Díaz, a quien no había
incluido en mi envío. También del Grupo Socialista:
Estimado
Sr. Quiroga:
Le
agradezco su mensaje. Sin duda el tema de la desfinanciación de
medicamentos nos preocupa y por ello mismo hemos tomado ya
iniciativas parlamentarias pidiendo una revisión de los medicamentos
desfinanciados. Lo debatimos y aprobamos en la anterior Legislatura,
en la primavera del año 2016. Pero dado que hemos abierto una nueva
Legislatura sin duda tendremos que volver a traer este debate a la
Comisión de Sanidad. Y también cómo no sobre el copago
farmacéutico a la población jubilada y crónicos sobre lo que en
los próximos días el Grupo Socialista tomará una iniciativa para
requerir la eliminación de estos copagos.
Reciba
un cordial saludo.
En
los dos casos, la respuesta es alentadora; parece que se proponen tomar medidas sobre la lista de medicamentos excluidos, pero no comentan nada de hacer llegar mis preguntas a la Ministra. Es de agradecer al
menos un acuse de recibo, y la voluntad expresa de luchar por lo que se reivindica.
Descontando
a Jesús María Fernández Díaz, a quien no escribí directamente,
sólo recibí una respuesta directa a mi mail, de un total de 14 envíos. El
resto ni se dignaron a contestar con un mísero acuse de recibo.
No
obstante, la senadora María Concepción Palencia, de Podemos, en contacto
directo a través de María Alemán, se interesó por el asunto y se
comprometió a pasar mis preguntas a la Ministra, que comparecía en
el Senado justamente el jueves siguiente.
Este
fue su mensaje:
Buenas
tardes,
Lo
primero agradecer su interés por los temas sociales y sanitarios. En
nuestro grupo es muy bienvenida la participación y colaboración
ciudadana.
Efectivamente,
la Ministra comparecerá el jueves en el Senado, así que
incorporaremos su sugerencia.
Estaremos
encantados de recibir todas aquellas inquietudes o sugerencias en las
que podamos ser útiles a la sociedad.
Reciba
un afectuoso saludo
M
Concepción Palencia García
Portavoz
de Sanidad y Servicios Sociales
Así
que esperé noticas sobre la comparecencia de aquel jueves, día 19 de enero. Pasados
los días y al no recibir novedad alguna, escribí de nuevo a la
senadora para pedirle si podría contarme algo de cómo había ido la
cosa. No obtuve respuesta, así que he buscado yo mismo en el diario de sesiones de aquel día, que se puede encontrar en la web del Senado.
Esto fue lo que ocurrió el jueves. Según la normativa, la ministra, Dolors
Monserrat, hace un discurso inicial, luego los grupos parlamentarios
tienen un turno en el que hacen sus preguntas, uno tras otro, luego
la ministra responde a todas las preguntas, y hay un turno final de
los miembros de los grupos, luego se despiden y eso es más o menos todo. Ello hace que el asunto de
las preguntas se vuelva farragoso y complicado, pues la respuesta ministerial a una pregunta concreta se
ve condicionada a la buena memoria -y voluntad- de la interpelada, que
ha de responder a todas las cuestiones en un único turno.
Finalmente,
María Concepción Palencia pudo enunciar ante la Ministra de Sanidad
un resumen de mis preguntas, que fue este (copio y pego del Diario de
Sesiones):
También
me gustaría saber, como al resto de los grupos parlamentarios que
también lo han preguntado, si han previsto introducir reformas en el
modelo de copago. Asimismo, me gustaría saber si se ha revisado la
lista de medicamentos excluidos después de cinco años de aplicación
de la medida. Si se han realizado estudios sobre sus consecuencias en
la población, sean estas buenas o malas. Nos gustaría conocer si
existen estudios de abandono en la medicación de personas en
situaciones de carencias económicas ante estas medidas de pago
sobrevenidas.
La
pregunta está bien, y resume acertadamente mis consultas. Hasta aquí
todo perfecto.
El
problema estuvo en la respuesta de la ministra: no la hubo.
Tras más de treinta preguntas de todos los grupos, mi
consulta, ya resumida, se diluyó y desapareció en la larga respuesta
múltiple de Dolors Montserrat, que ocupa 6 páginas del diario de sesiones. En su segunda intervención, con apenas dos minutos de tiempo disponible, la senadora no insistió.
La ministra había respondido en una única
intervención a las cuestiones de María Concepción Palencia (que
incluía la mía), y a las de Alarcó Hernández (Grupo Popular),
Sánchez Torregrosa (Grupo Popular), Riolobos Regadera (Grupo
Popular), de Lara Guerrero (Grupo Socialista), Martínez Olmos (Grupo
Socialista), Rivero Segalás (Grupo Mixto), Marcos Arias
(Ciudadanos), Julio Reyes, Ahedo Ceza (Grupo Vasco), Azamar
Capdevilla (Esquerra Republicana) y Bernal Lumbreras (Podemos). No es de extrañar que muchas cuestiones se quedaran en el limbo.
¿El
resultado de toda esa montaña de preguntas? Que la mía quedó sin
respuesta, junto a otras más: Me quedo sin saber, todos nos quedamos sin saber, si se han
hecho estudios del impacto de haber extraído 400 medicamentos de la protección de la Seguridad Social. Algo tan alucinante que cada vez que lo recuerdo me
enciendo. Me temo que esos estudios no existen, y que nadie sabe si la medida ha servido para algo. Se aplica una ley y nadie se preocupa por averiguar la eficiencia de su aplicación. Muy de este país.
Y
aquí nos encontramos de bruces con el sistema funcionando a pleno rendimiento, eso que
llaman “la casta”: una maquinaria protocolaria inflexible de
preguntas agolpadas en inacabables intervenciones, que permite a los
ministros escaquearse entre una montaña de frases que se ahogan las unas
a las otras.
Un protocolo legal que hace imposible repreguntar ni forzar que los ministros se vean obligados a responder a cuestiones incómodas, y en resumen, un camino insidioso que sobre el papel permite que los ciudadanos participemos en la vida parlamentaria, pero que en la realidad lleva a que tu esfuerzo se convierta en nada.
Un protocolo legal que hace imposible repreguntar ni forzar que los ministros se vean obligados a responder a cuestiones incómodas, y en resumen, un camino insidioso que sobre el papel permite que los ciudadanos participemos en la vida parlamentaria, pero que en la realidad lleva a que tu esfuerzo se convierta en nada.
Habría
que cambiar los protocolos de las preguntas parlamentarias, eso para
empezar, pero claramente todo está diseñado para agotarnos. Es, ya
lo digo en el título, y en palabras de Iván Monzón, el sistema del desaliento. Tu participación
como ciudadano en la vida política, al final, se convierte en una
ilusión. Y todo sigue igual.
400 medicamentos siguen fuera de la cobertura de la Seguridad Social. Miles de personas en dificultades económicas habrán renunciado a ellos, condicionando su calidad de vida y en casos extremos su supervivencia.
Y nadie...
... lo repito: NADIE ha hecho estudio alguno sobre el asunto.
En este país los propios legisladores se desentienden de las consecuencias de lo que legislan.
400 medicamentos siguen fuera de la cobertura de la Seguridad Social. Miles de personas en dificultades económicas habrán renunciado a ellos, condicionando su calidad de vida y en casos extremos su supervivencia.
Y nadie...
... lo repito: NADIE ha hecho estudio alguno sobre el asunto.
En este país los propios legisladores se desentienden de las consecuencias de lo que legislan.
Y luego se preguntan, realmente sorprendidos, diríase que escandalizados, por qué la gente se desilusiona con la clase política.
El escudo del Senado de España que uso para ilustrar este texto está en Wikimedia.
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A peculiar galaxy near M104
Publicado en Revista Mexicana de Astronomía y Astrofísica, Vol. 59, número 2. P.327. Este es el link.
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