Hace
unas semanas publiqué este artículo en el blog, que incluía una
pregunta parlamentaria sobre la lista de 400 medicamentos excluidos
de la Seguridad Social desde hace 5 años. Os cuento lo que ha pasado
después, que es muy interesante y significativo.
Remití
inicialmente la pregunta a los siguientes miembros de la Comisión de
Sanidad y Servicios Sociales del Congreso de los Diputados: Patxi
López, Carmen Hernández Bento, Marta Sorli, Ángela Rodríguez,
Marta Sibina, Joan Oloriz, Rita Bosaho, Amparo Botejara, Ana Terrón,
Íñigo Allí, Susana Sumelzo, Margarita Pérez, Joseba Argirretxea y
Guadalupe Martín. Son miembros de todo tipo de
partidos, cubriendo el espectro ideológico completamente.
Obtuve dos respuestas.
La
primera en llegar fue de Guadalupe Martí, del Grupo Socialista. Dice
así:
Muchas
gracias por sus aportaciones.
Son
muchas las propuestas que hemos hecho el grupo parlamentario
socialista para la eliminación de los copagos y sobre la eiminación
de algunos medicamentos de la lista de principios financiados.
Seguiremos haciéndolo, ya que se producen muchas situaciones
injustas.
Le
agradezco nuevamente su aportación y que se haya dirigido a
nosotros.
Un
saludo.
Guadalupe
Martín.
La
segunda fue de Jesús María Fernández Díaz, a quien no había
incluido en mi envío. También del Grupo Socialista:
Estimado
Sr. Quiroga:
Le
agradezco su mensaje. Sin duda el tema de la desfinanciación de
medicamentos nos preocupa y por ello mismo hemos tomado ya
iniciativas parlamentarias pidiendo una revisión de los medicamentos
desfinanciados. Lo debatimos y aprobamos en la anterior Legislatura,
en la primavera del año 2016. Pero dado que hemos abierto una nueva
Legislatura sin duda tendremos que volver a traer este debate a la
Comisión de Sanidad. Y también cómo no sobre el copago
farmacéutico a la población jubilada y crónicos sobre lo que en
los próximos días el Grupo Socialista tomará una iniciativa para
requerir la eliminación de estos copagos.
Reciba
un cordial saludo.
En
los dos casos, la respuesta es alentadora; parece que se proponen tomar medidas sobre la lista de medicamentos excluidos, pero no comentan nada de hacer llegar mis preguntas a la Ministra. Es de agradecer al
menos un acuse de recibo, y la voluntad expresa de luchar por lo que se reivindica.
Descontando
a Jesús María Fernández Díaz, a quien no escribí directamente,
sólo recibí una respuesta directa a mi mail, de un total de 14 envíos. El
resto ni se dignaron a contestar con un mísero acuse de recibo.
No
obstante, la senadora María Concepción Palencia, de Podemos, en contacto
directo a través de María Alemán, se interesó por el asunto y se
comprometió a pasar mis preguntas a la Ministra, que comparecía en
el Senado justamente el jueves siguiente.
Este
fue su mensaje:
Buenas
tardes,
Lo
primero agradecer su interés por los temas sociales y sanitarios. En
nuestro grupo es muy bienvenida la participación y colaboración
ciudadana.
Efectivamente,
la Ministra comparecerá el jueves en el Senado, así que
incorporaremos su sugerencia.
Estaremos
encantados de recibir todas aquellas inquietudes o sugerencias en las
que podamos ser útiles a la sociedad.
Reciba
un afectuoso saludo
M
Concepción Palencia García
Portavoz
de Sanidad y Servicios Sociales
Así
que esperé noticas sobre la comparecencia de aquel jueves, día 19 de enero. Pasados
los días y al no recibir novedad alguna, escribí de nuevo a la
senadora para pedirle si podría contarme algo de cómo había ido la
cosa. No obtuve respuesta, así que he buscado yo mismo en el diario de sesiones de aquel día, que se puede encontrar en la web del Senado.
Esto fue lo que ocurrió el jueves. Según la normativa, la ministra, Dolors
Monserrat, hace un discurso inicial, luego los grupos parlamentarios
tienen un turno en el que hacen sus preguntas, uno tras otro, luego
la ministra responde a todas las preguntas, y hay un turno final de
los miembros de los grupos, luego se despiden y eso es más o menos todo. Ello hace que el asunto de
las preguntas se vuelva farragoso y complicado, pues la respuesta ministerial a una pregunta concreta se
ve condicionada a la buena memoria -y voluntad- de la interpelada, que
ha de responder a todas las cuestiones en un único turno.
Finalmente,
María Concepción Palencia pudo enunciar ante la Ministra de Sanidad
un resumen de mis preguntas, que fue este (copio y pego del Diario de
Sesiones):
También
me gustaría saber, como al resto de los grupos parlamentarios que
también lo han preguntado, si han previsto introducir reformas en el
modelo de copago. Asimismo, me gustaría saber si se ha revisado la
lista de medicamentos excluidos después de cinco años de aplicación
de la medida. Si se han realizado estudios sobre sus consecuencias en
la población, sean estas buenas o malas. Nos gustaría conocer si
existen estudios de abandono en la medicación de personas en
situaciones de carencias económicas ante estas medidas de pago
sobrevenidas.
La
pregunta está bien, y resume acertadamente mis consultas. Hasta aquí
todo perfecto.
El
problema estuvo en la respuesta de la ministra: no la hubo.
Tras más de treinta preguntas de todos los grupos, mi
consulta, ya resumida, se diluyó y desapareció en la larga respuesta
múltiple de Dolors Montserrat, que ocupa 6 páginas del diario de sesiones. En su segunda intervención, con apenas dos minutos de tiempo disponible, la senadora no insistió.
La ministra había respondido en una única
intervención a las cuestiones de María Concepción Palencia (que
incluía la mía), y a las de Alarcó Hernández (Grupo Popular),
Sánchez Torregrosa (Grupo Popular), Riolobos Regadera (Grupo
Popular), de Lara Guerrero (Grupo Socialista), Martínez Olmos (Grupo
Socialista), Rivero Segalás (Grupo Mixto), Marcos Arias
(Ciudadanos), Julio Reyes, Ahedo Ceza (Grupo Vasco), Azamar
Capdevilla (Esquerra Republicana) y Bernal Lumbreras (Podemos). No es de extrañar que muchas cuestiones se quedaran en el limbo.
¿El
resultado de toda esa montaña de preguntas? Que la mía quedó sin
respuesta, junto a otras más: Me quedo sin saber, todos nos quedamos sin saber, si se han
hecho estudios del impacto de haber extraído 400 medicamentos de la protección de la Seguridad Social. Algo tan alucinante que cada vez que lo recuerdo me
enciendo. Me temo que esos estudios no existen, y que nadie sabe si la medida ha servido para algo. Se aplica una ley y nadie se preocupa por averiguar la eficiencia de su aplicación. Muy de este país.
Y
aquí nos encontramos de bruces con el sistema funcionando a pleno rendimiento, eso que
llaman “la casta”: una maquinaria protocolaria inflexible de
preguntas agolpadas en inacabables intervenciones, que permite a los
ministros escaquearse entre una montaña de frases que se ahogan las unas
a las otras.
Un protocolo legal que hace imposible repreguntar ni forzar que los ministros se vean obligados a responder a cuestiones incómodas, y en resumen, un camino insidioso que sobre el papel permite que los ciudadanos participemos en la vida parlamentaria, pero que en la realidad lleva a que tu esfuerzo se convierta en nada.
Un protocolo legal que hace imposible repreguntar ni forzar que los ministros se vean obligados a responder a cuestiones incómodas, y en resumen, un camino insidioso que sobre el papel permite que los ciudadanos participemos en la vida parlamentaria, pero que en la realidad lleva a que tu esfuerzo se convierta en nada.
Habría
que cambiar los protocolos de las preguntas parlamentarias, eso para
empezar, pero claramente todo está diseñado para agotarnos. Es, ya
lo digo en el título, y en palabras de Iván Monzón, el sistema del desaliento. Tu participación
como ciudadano en la vida política, al final, se convierte en una
ilusión. Y todo sigue igual.
400 medicamentos siguen fuera de la cobertura de la Seguridad Social. Miles de personas en dificultades económicas habrán renunciado a ellos, condicionando su calidad de vida y en casos extremos su supervivencia.
Y nadie...
... lo repito: NADIE ha hecho estudio alguno sobre el asunto.
En este país los propios legisladores se desentienden de las consecuencias de lo que legislan.
400 medicamentos siguen fuera de la cobertura de la Seguridad Social. Miles de personas en dificultades económicas habrán renunciado a ellos, condicionando su calidad de vida y en casos extremos su supervivencia.
Y nadie...
... lo repito: NADIE ha hecho estudio alguno sobre el asunto.
En este país los propios legisladores se desentienden de las consecuencias de lo que legislan.
Y luego se preguntan, realmente sorprendidos, diríase que escandalizados, por qué la gente se desilusiona con la clase política.
El escudo del Senado de España que uso para ilustrar este texto está en Wikimedia.