En el último número (Primavera 2013)
de DGA Quarterly publican una interesante, tal vez demasiado corta,
entrevista con Robert Zemeckis. Contemporáneo de su amigo y
ocasional socio Steven Spielberg, Zemeckis ha dirigido algunos de los
mayores éxitos del cine norteamericano (desde “Tras el Corazón
Verde” a la trilogía de “Regreso al Futuro” pasando por
“Forrest Gump”) y ha pasado una década haciendo cine animado de
“motion capture”, volviendo recientemente a la imagen real, ya en
filmación digital, con “Flight”.
Su entrevista revela detalles
interesantes sobre su método de trabajo, cómo prefiere ensayar a
hacer blockings previamente para diseñar una planificación fresca con
los actores, o las inteligentes y curiosas soluciones a que ha
recurrido en muchas ocasiones para poder cumplir con el plan de
trabajo que tiene asignado y no salirse de fechas.
Su trabajo con la técnica de "motion control" es pionero, ya que en las tres películas que ha realizado mediante estas técnicas, “Polar Express”, “Beowulf” y “Un Cuento de Navidad”, ha utilizado la tecnología puntera de la que se ha dispuesto en cada momento para hacer los rodajes mucho más eficientes y rápidos, obtener lo mejor de sus actores, y a la vez liberarse de lo más complicado y duro de un rodaje tradicional: colocar las máquinas, la cámara, e iluminar, en cada emplazamiento de cámara.
Su trabajo con la técnica de "motion control" es pionero, ya que en las tres películas que ha realizado mediante estas técnicas, “Polar Express”, “Beowulf” y “Un Cuento de Navidad”, ha utilizado la tecnología puntera de la que se ha dispuesto en cada momento para hacer los rodajes mucho más eficientes y rápidos, obtener lo mejor de sus actores, y a la vez liberarse de lo más complicado y duro de un rodaje tradicional: colocar las máquinas, la cámara, e iluminar, en cada emplazamiento de cámara.
Habla Zemeckis (que por cierto afirma
que nunca se ha considerado sido un narrador de planos demasiado enfáticos, a pesar
de algunas excepciones, como el travelling de potencias de 10 de
“Contact” y unos cuantos más) de su alergia a los primeros
planos sin escorzo de los actores (le gusta ver interacción personal
en sus encuadres), o de cómo siempre intenta estar presente o
controlar de alguna manera el trabajo de segundas o terceras
unidades, cuando es posible (en “Náufrago” arrancaban a trabajar
en planos de segunda unidad que él mismo dirigía con el alba y un
equipo reducido mientras la primera unidad se iba preparando; tras
ello se iniciaba el rodaje de primera unidad, y al final de la
jornada y hasta el anochecer Zemeckis volvía a su pequeña segunda
unidad personal).
Sin las segundas y terceras unidades,
el cine sería una tarea hercúlea, eterna y financieramente
inviable, y nunca se debe de estar suficientemente agradecido a su
duro trabajo. Sus ayudantes y asistentes de dirección le han
acompañado durante décadas como una gran familia y de una película
a otra, un trabajo de máxima importancia y complicidad con el
director, que no suele ser conocido. Cuando la DGA premió a Zemeckis
por “Forrest Gump”, allí llegó él, acompañado de todos sus
ayudantes, asistentes y auxiliares. Formar equipos es como formar
familias; eso lo leí en algún lado, y es verdad.
También cuenta cosas curiosas, o poco conocidas, como
que en realidad la primera película de “Regreso al Futuro”
apenas tiene efectos visuales, mientras que otra que no tiene fama de
ello, “Náufrago”, está repleta de ellos; casi cada plano de
esta obra tiene un efecto digital de algún tipo (en su día American Cinematographer y CineFex publicaron sendos artículos centrándose en ello). Zemeckis no es
amigo de las planificaciones abigarradas y sus películas suelen ser
bastante funcionales. En cambio, se mueve muy bien en el campo de la
aplicación de la tecnología al cine, y sabe que toda tecnología no
es más que una nueva herramienta, que debes de utilizar para mejorar
tu rendimiento en el set, y sobre todo en hacer más eficiente tu
trabajo con las personas que hacen la película contigo: los actores
y los técnicos, con el objetivo final de contar la historia que quieres contar. Si la herramienta te puede, entonces no estás
haciendo tu trabajo.
Spielberg, que ha producido parte del
cine de Zemeckis, ha seguido trabajando en formato fotoquímico hasta
ahora, con la excepción de “Tintin” que es un proyecto de "motion
capture", y Zemeckis ha rodado su última película, “Flight”, ya
en puro formato digital. Es un hecho que la mayor manejabilidad de las pequeñas
cámaras digitales ayuda a poder rodar con mayor comodidad y a poder
producir más planos por jornada, algo fundamental, y sobre todo en
los tiempos que corren, en los que una semana más o menos de rodaje
hace un proyecto inviable o factible (¡sobre todo en España!). Así, Zemeckis pudo cubrirse, por ejemplo, rodando una gran cantidad de cobertura de insertos en el set de la cabina de "Flight" sin tener que modificar el decorado, al poder usar cámaras digitales de tamaño muy pequeño.
Junto con Tony Scott, aquel guerrero del
travelling enfático con teleobjetivo, tengo como espectador una relación de
simpatía con Zemeckis y en general con esta generación de cineastas
que han acuñado nuestro imaginario juvenil. Son excelentes
narradores visuales, que han replanteado las reglas de la industria.
Hoy en día películas como “La muerte os sienta tan bien”,
“Contact” (adaptación de la única novela de Carl Sagan) o
“Quién engañó a Roger Rabbit” adquieren un tono de pequeños
clásicos. Zemeckis pertenece a ese grupo de directores que bebió
de la televisión de Rod Serling y Gene Roddenberry, del cine clásico
y del cine europeo, japonés e incluso indio, y que, vía UCLA,
fueron la segunda y tercera ola de los cineastas-autores, una corriente que
desafortunadamente se ha visto relegada al cine independiente
actualmente.
Hace un par de años tuvimos una
reunión en unos Estudios. Cuando entramos en el Edificio del
complejo donde nos esperaban vi en una placa que lo habían bautizado
“Edificio Roddenberry”. Tuve una curiosa sensación de experimentar un círculo
que se cierra. Un hombre que llenó mis tardes de domingo con “Star
Trek” (entonces “La conquista del espacio”, inserta en un
programa que se llamaba “Todo es posible en domingo”) tenía un
edificio a su nombre en la empresa que le permitió crecer como
profesional (y que también se lo impidió en otras ocasiones, por
cierto). Es una preciosa muestra de agradecimiento. En España
deberíamos tomar ejemplo de esos detalles. Echo de menos una sala
Querejeta en un Ayuntamiento, o Camus, o Saura, o Buñuel, en una
institución cualquiera del país. Una calle para Víctor Erice, un
callejón Agustí Villaronga o una plaza de Pedro Almodóvar, Basilio
Martín Patino o Paul Naschy. La gente que nos ha hecho (y nos hace)
universales en el gremio al que pertenezco y a quienes no tenemos,
condenado país este, ni la decencia de agradecer su deferencia, duro
trabajo y honesta generosidad.
Pero, como diría Peter David, estoy divagando.
Pero, como diría Peter David, estoy divagando.
Por cierto, Martín Patino acaba de
hacer un precioso documental sobre el 15-M pagado de su bolsillo. Ese joven de
80 años da una lección a muchos.
Y mira que estaba hablando de Zemeckis...
El poster es de Contact, que dirigió Robert Zemeckis en 1997. Está protegido por copyright. Se hace uso de él en baja resolución para un comentario crítico o informativo, cosa generalmente aceptada bajo fair use de material protegido. Adaptando la única novela que escribió el gran divulgador Carl Sagan, es una pequeña historia racional y plausible sobre como sería el primer contacto entre la humanidad y una raza extraterreste.
El poster es de Contact, que dirigió Robert Zemeckis en 1997. Está protegido por copyright. Se hace uso de él en baja resolución para un comentario crítico o informativo, cosa generalmente aceptada bajo fair use de material protegido. Adaptando la única novela que escribió el gran divulgador Carl Sagan, es una pequeña historia racional y plausible sobre como sería el primer contacto entre la humanidad y una raza extraterreste.