Estimado Javier,
No nos conocemos, pero yo sé de usted
por la columna "La zona fantasma" que publica en el suplemento semanal de un conocido
periódico de tirada nacional. Me gusta como piensa usted, suelo
estar de acuerdo con sus ideas, y cuando no lo estoy, me agrada
disentir con alguien tan civilizado.
Quisiera hacerle un par de comentarios
respecto a su artículo titulado “Lo mejor es no haber nacido” publicado el 16 de junio de 2013. En él nos habla de las
incertidumbres de los números y las probabilidades, centrándose en
un par de casos, el de la doble mastectomía preventiva de la actriz norteamericana Angelina
Jolie ante la posibilidad de contraer un cáncer de mama por causa
genética, y el de la extrema longevidad de Santiago Carrillo, a
pesar de ser fumador, expresando al respecto sendas opiniones que me
temo no son ciertas.
En el primer caso, es frecuente esta visión de un
porcentaje estadístico como una "medida de la incertidumbre" o una "constatación de la impotencia" de asegurar con seguridad que un suceso ocurrirá, pero ello no es así. Por razones de simplicidad se eligió que
los valores de una probabilidad estuvieran entre 0 y 1 (o en
porcentajes entre 0 y 100 por ciento), correspondiendo el valor 0 a un
suceso imposible y el valor 1 (ó 100) a un suceso seguro.
Cuando a una
persona se le diagnostica por análisis genético (se trata de
detectar en el ADN la presencia de unos genes que propician la aparición de
ciertos tumores) sus posibilidades de contraer un cáncer propiciado
por esa vía se le da un porcentaje que resume la situación. Un 87%
de posibilidades de desarrollar un cáncer a lo largo de la vida (que fue el caso de la actriz) apunta a un suceso casi seguro, contra un 13% de
posibilidades de no padecerlo. El valor es tan alto que el consejo
que daría un oncólogo ante la visión de esas cifras sería
extirpar los tejidos potencialmente peligrosos (en este caso las
mamas), puesto que el riesgo que se corre es avasalladoramente alto. Un porcentaje de un 87% no admite discusión.
La estadística no es, como aparenta, una materia escurridiza llena de imprecisiones, sino
que es un descriptor de la naturaleza. Vivimos en un universo regido
por reglas estadísticas y en muchas ocasiones el estadístico es el
único método de aproximación útil para el estudio fenoménico (siempre,
por ejemplo que se manejen grandes poblaciones o muchos experimentos). Sin embargo,
entender el difuso mensaje de una probabilidad no es tan fácil. Se
ignora por qué, pero el pensamiento humano no gusta de la
“uncertainty”, a falta de vocablo español mejor, y se aferra a
la certeza y a la seguridad. Y eso lleva a lecturas erróneas de cosas como las probabilidades de que un suceso ocurra.
Hay un segundo asunto en su artículo
que refleja también este rasgo tan humano. El caso de Santiago Carrillo que
usted comenta, como un ejemplo de supervivencia extrema a pesar de ser fumador. Nuestra forma de pensar (insisto: se trata de una característica del pensar humano, y se barajan teorías sobre su posible origen evolutivo) nos lleva a fijarnos con más
intensidad en los casos excepcionales y hacerlos reglas, lo que puede
llevar a tremendos errores, como en este caso, ya que desechamos la información realmente útil, ensimismados en la excepción.
El observador,
prejuiciado por su contemplación de lo excepcional y único, no puede ver lo que tiene ante sus narices: que
por un Santiago Carrillo en vida, la casi totalidad de sus coetáneos que
además fumaban estaban muertos y enterrados, siendo él, eso: una
excepción, y por tanto un caso raro.
El conflicto entre el llamado
“sentido común”, que en ocasiones es todo un dictadorzuelo, y la
realidad, puede causar en este caso una distorsión completa de nuestra
visión del mundo, y justamente llevarnos a un razonamiento contrario a la evidencia. De su
artículo se colige que:
Santiago Carrillo vivió largos años
siendo fumador, ergo fumar no es tan malo.
Si bien la realidad es otra, y se
podría formular así.
El de Santiago Carrillo fue un caso
excepcional de extrema supervivencia, cuando la práctica totalidad de los sujetos de
su edad que fumaban estaban muertos a edades mucho más jóvenes.
Si, por ejemplo, este error de
pensamiento lo sufriera un legislador, tendríamos un grave problema. Imagine esta circunstancia:
Mi vecino agricultor usó DDT toda su vida y ha vivido largos años, librando sus cultivos de plagas. No perdamos el tiempo regulando su uso.
Ese pensamiento errado llevaría a que el DDT todavía fuera de uso común, cuando la evidencia científica dice:
El DDT es un peligroso veneno para las personas, por lo que su uso como insecticida no compensa los riesgos que supone para la gente. Regular su utilización es urgente y prioritario.
La primera frase sólo mira al caso excepcional. La segunda recoge la evidencia científica sobre un gran volumen de datos (la estadística se encarga de dar forma a eso) obviando las excepciones.
Mire usted la importancia de elegir el pensamiento correcto cuando se trata,
justamente, de probabilidades, y de no dejarnos llevar por el prejuicio. El hecho es que el tabaco mata a casi 55.000 españoles al año, genera una cantidad de sufrimiento y dolor
inconcebibles, y es todo un problema para nuestra sociedad, pues está
controlado por unos lobbies de gran poder que prefieren ignorar y
ocultar a la población esas consecuencias letales. Aquellas cifras de muertes equivalen a que cada mañana del año, días festivos inclusive, se
estrellara en el Aeropuerto de Barajas un avión Airbus 320 repleto de pasajeros sin
supervivientes. ¿Toleraríamos esto?
Entonces ¿Por qué somos tan
tolerantes y consentidores con el tabaco, obviando las muertes que causa?
Es una pregunta que tal vez sólo pueda
responderme usted. Es usted fumador, me consta (yo también lo fui). El pensamiento “no me pasará a mi, mira a
Santiago” que usted usa, aferrándose como ejemplo conductual a un
caso excepcional y único (por ende irrepetible) se llama “pensamiento mágico” y es una conocida
forma de autoengaño. A usted, como a todo mortal, el tabaco le causa
unos daños devastadores. Ser consciente de ello le hará, créame,
más libre.
La foto de Javier Marías la encontré en Wikimedia Commons. Javier Marías en la Feria del Libro de Madrid, 31 de mayo de 2008. Autor: Mr. Tickle. Está bajo Licencia Creative Commons Attribution-Share Alike 3.0 Unported.