Barajas, T2 (una máquina del tiempo)

Recupero este artículo de 2015, con una postdata de 2017, que dormía entre los borradores del blog y que nunca había publicado. Muchas de las cosas que cuenta ya no son de actualidad (gobernaba entonces el PP y había arrasado con TVE por ejemplo), pero no deja de ser interesante. Es una pequeña mirada a cinco años atrás (y tres en la revisión).

Ahí va:

El otro día tuve que esperar por mi vuelo. Me di un paseo por la T2 e hice este modesto reportaje. Me crucé dos veces con guardias civiles de dos metros con metralletas. A esos no les fotografié, claro. He borrado las caras de algunas de las personas que salen en las fotos para respetar su intimidad.

En las cajas de las tiendas y cafeterías están poniendo máquinas que te cobran. La señora que lleva la caja fue encantadora, y estuvimos charlando un rato. Le dije que aquella nueva máquina significaba un puesto de trabajo menos, el suyo. Me comentó que no le preocupaba: se jubila en un mes. Así que así están ahorrando las empresas concesionarias de esa terminal aeroportuaria, en uno de los momentos de mayor paro en España. Una ventaja sí tienen: los empleados no tienen que estar manejando dinero constantemente, que, en serio, es una de las cosas más sucias e infecciosas que hay. Un par de gripes que se ahorrarán.

 Televisores de publicidad de una marca, emitían a coro la que hubiera sido una de las mejores televisiones públicas de Europa, y que ahora desafortunadamente por culpa de sus informativos y de la miopía de una generación política entera, es la televisión de un régimen político.

Esta marca de tiendas está por todas partes, y vende lo mismo siempre, y las mismas ofertas, claro, se repiten una y otra vez. Los precios, brutales; faltaría más.

 

Aquí hubo un pasillo en tiempos..

... Ahora hay otra concesión.

Aquí hubo otro pasillo, con rampas automáticas. Ahora se ha preferido que haya una hamburguesería. "Se ha preferido", en nombre de nosotros, por parte de la empresa semipública AENA. Nosotros, los pasajeros, nos adocenamos en el pasillo estrecho de la izquierda. Pero eso a AENA le da igual.

Aquí hubo unas escaleras en tiempos, pero se ha elegido taponarlas "a la española" para ampliar los controles de pasajeros. Naturalmente, nadie se ha ocupado de mejorar ese espacio, que ahora está vacío.

En una de estas concesiones hosteleras de la Terminal venden estas botellitas de agua azucarada con grumos a un pecio demencial; unas botellitas que anuncian salud sin decirlo, pues saben, como tú y yo, que no queda ni una vitamina en esos botes -las destruye la luz en cuestión de minutos-.

Como he comentado en otras entradas, siempre pulso la cara enfadada de este "aparato opinador" tras pasar por el control de pasajeros. Es mi modesta manera de protestar por los inútiles controles que nos vejan a diario. Ahora han puesto a un chico a preguntar a la gente por qué pulsa tal o cual botón. El chico, amable y cortés, hace lo que puede. Le deseé suerte.

El sistema es completamente idiota, sí.  

Actualización: esto lo escribí hace ya 12 meses. El sistema de botoncitos con caritas sonrientes ha desaparecido sin dejar rastro. Será que no les gustaban las respuestas a los señores directivos de AENA.

En una de las tiendas concesionarias, unos bocadillos que en un bar de Madrid te cuestan un euro, valen casi 6, casi mil pesetas. El agua está igual de cara. ¿No es inmoral cobrar bestialidades así por objetos e primera necesidad que la gente secuestrada en un aeropuerto no puede comprar en otro lado? A AENA y a sus concecionarias parece importarles un carajo. Curiosamente, el precio es el mismo en todas las tiendas, aunque sean de distintas cadenas. Eso es claramente un microcartel con acuerdo de precios, salta a la vista. ¿Algún juez en la sala? Vale, déjenlo.

Vuelvo a esta franquicia, que está por todas partes, como digo, con un par de marcas que no engañan a nadie. Hace meses presenté una Pregunta Parlamentaria cuestionando los exorbitantes precios que cobran y su situación en diversos aeropuertos nacionales. La presentó Gaspar Llamazares. La respuesta fue de risa, demostrando lo que a esta empresa y a AENA les importa el valor de un Parlamento democrático y lo que representa.

Tomad nota. AENA y estas empresas las dirigen personas. Las decisiones que toma AENA las toman personas. No lo olvidéis. Estamos haciendo poco a poco un mundo más feo, inhumano y triste, porque hay personas que quieren hacerlo, y eso a los demás, a la mayoría, no nos gusta. Pero no tenemos voz, ni apenas posibiliad de queja. Mirad lo que ha pasado con mi Pregunta Parlamentaria, y esto es apenas una gota en un mar.

O cambiamos este país, o luchamos por mejorar todo esto, o no quedará mundo que mejorar.

Tomé las fotos el 15 de septiembre de 2015, a eso de las 10 de la mañana. La revisión que sigue después fue en febrero de 2017.