domingo, 21 de diciembre de 2014

Desobedece



(Empecé a escribir esto pensando en la llamada Ley Mordaza. Pero tiene que ver con muchas cosas más. Ahí va.)

Desobedece. Diles que no. Es tu deber. El mio. El de todos. Las leyes creadas en tu contra, en contra de tus derechos, que han costado tanta sangre, son injustas, ilegales y no deben ser obedecidas. Ya basta.

Desobedece. Están convirtiendo mi país, el tuyo, el nuestro, en un agujero dominado por un grupo de incompetentes que ni se dan cuenta del desastre que están organizando.

Desobedece. Para ellos la realidad no existe. Se creen que se cambia desde el BOE. Tú y yo sabemos que la realidad somos nosotros. Y estamos hartos. 

Hartos de incompetencia, de latrocinio y robo. De miles de semejantes que podemos ser tú y yo echados de sus casas, sin poder pagarse su educación, sus medicamentos, su agua, su electricidad, con sus cuentas embargadas por un sistema podrido, viejo y agonizante. Y lo que es peor, muriendo porque nadie les da la medicación que necesitan, o las ayudas a las que tienen derecho. Porque esto está costando vidas. 

Desobedece. Que vean quién eres. Que escuchen tu voz.

Desobedece. Esta mañana sal a la calle y plántales cara. Ese es el principio del cambio, empieza en mi, en ti, en todos nosotros.

Hay instrumentos para ello. Úsalos. Exige, ponte firme. Pide que te respeten. Tus derechos son inalienables. Eres dueño de tu nación, y ellos trabajan para ti, no al revés. Te han engañado para mantenerse en el poder durante demasiado tiempo. 

Usa la Ley, los juzgados, el Parlamento, Internet, tu voz, tu grito, los graffitis, las hojas de reclamaciones, tu voto, tu charla de bar, tus amigos, Twitter, Facebook, Whattsapp, Telegram, una redacción de clase, una carta a un periódico, un comentario en un foro, lo que sea. Úsalos en plena conciencia de que tenemos que acabar con esto.

Que no te pisen. Que no te avasallen. Que no te hurten lo que tan caro te ha costado ganar: tu libertad, tu educación, tu futuro, tu sanidad, tu casa, el dinero de tu cuenta, tu vida.

No lo permitas.

Desobedece. Métete en líos. Complícate la vida. Estamos para eso. Se lo debemos a los que estuvieron antes y a los que vendrán después. Para eso estamos vivos.

Ahora es nuestro tiempo, nuestro momento.

Levanta la cabeza.

Y desobedece.

Los hombres más sabios del mundo están contigo. Sus sombras, su legado, sus voces, están en nosotros. Dentro de nuestras almas. Somos sus herederos ahora. Esto es lo que hace grande a nuestra especie: supervivientes que han pasado por seis mil generaciones, desde un puñado de cazadores recolectores a conquistar el átomo y el universo. Hemos sobrevivido a hambrunas, epidemias, terremotos, volcanes, glaciaciones y catástrofes sin número. Y si hemos llegado hasta aquí, esto apenas es un pequeño obstáculo.

Así que toma las riendas, y derriba el castillo de naipes que han montado sobre el lodo.

Desobedece.

Y empieza a cambiar esto, y a cambiar tú mismo.

"Cuando una ley es injusta, lo correcto es desobedecer". — Mahatma Gandhi.


La icónica imagen que uso para ilustrar este artículo está en Wikimedia Commons bajo Dominio Público. Aquí hay algo de historia sobre este logotipo.

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