miércoles, 5 de agosto de 2015

Artículo sobre DUE



Estas semanas que Los Ochenta Pasan Factura han publicado la edición conmemorativa de DUE en 4 CDs, han salido varios artículos que informan sobre la historia del grupo.

Aquí os pongo el link al artículo que ha editado La Brújula, una estupenda revista de actualidad cultural.

Podéis adquirir el pack, que se está agotando, en la web de Los Ochenta Pasan Factura.

Gracias a Javier Viera por el enlace.

¿De qué va ILLWORLD?


ILLWORLD es el título de la novela gráfica que he hecho con Francisco de la Fuente y que publica este mes Tyrannosaurus Books, como ya he comentado en el blog. Os pongo aquí el texto de introducción a la obra que aparece en su contraportada.

Imagina Europa dentro de unos años
Un poco más de privatizaciones, algo más de liberalización y un poquito más de crisis y austeridad
Ah, y un par de pequeños detalles más:
-Mil millones de ciudadanos enfermos por las guerras bacteriológicas
-Y una invasión alienigena
-Y una oligarquía corrupta que sólo busca exterminar a la mayoría de la población
En mitad de ese paisaje tan encantador
Un grupo de enfermos será nuestra única esperanza de supervivencia

Su nombre no podía ser otro que: Terminal

Bienvenidos al mundo del futuro
Un mundo enfermo

Bienvenidos a ILLWORLD

Espero que con eso os hagáis una idea.

Lo de arriba es una de las potentísimas páginas que Paco hizo para la serie ROBIN de DC Comics hace un par de años. Paco es uno de nuestros mejores dibujantes, con un dominio del encuadre y la narrativa que se ve muy pocas veces. Vais a flipar con sus splash pages. Bryan Hitch o Alan Davis se pueden poner verdes de envidia. Esperamos que disfrutéis con ILLWORLD, aunque, como siempre, una sana advertencia: no es para todos los lectores.

Pronto pondré aquí algunos bocetos y originales de Paco para ILLWORLD. Merece la pena ver su trabajo a lápiz.

Uso la página de ROBIN acogiéndome al derecho de cita. Es Copyright DC Comics.

jueves, 30 de julio de 2015

Maldad


Manuela Carmena ha conseguido que un montón de familias conserven sus casas de protección oficial que la anterior alcaldesa, Ana Botella, había vendido a un fondo buitre que les iba a desahuciar.

El hecho de vender vivienda pública protegida en el país con menos viviendas de ese tipo de toda Europa (1,1% frente al 32% de Holanda) a una empresa privada, y además con un compromiso expreso de encargarse de expulsar a los inquilinos si es necesario (privándoles de un derecho amparado por la Constitución y por la Declaración Universal de los Derechos Humanos), no me lo explico. No lo entiendo. Tu ayuntamiento va y un buen día se convierte en la mafia, y te echa de tu propia casa, que hasta ahora has pagado religiosamente. Cumples tus compromisos ciudadanos, y como recompensa, se te echa a la calle. 

Es un acto de maldad, simple y llano. 

Maldad. Vileza. Crueldad. Un acto repulsivo.

¿Por qué?

¿Para qué?

El cuadro que incluyo en este artículo, lo pintó Everett Shinn en 1904. Está en Wikimedia Commons bajo Dominio Público. Se titula "Eviction" ("Desahucio").

lunes, 27 de julio de 2015

Miedo


La probabilidad de morir en un atentado terrorista es hoy en día de 1 contra 9,3 millones. 

Es más probable que te toque la primitiva o que se estrelle un asteroide llegado de espacio exterior sobre ti. No es broma.

Hay 8 veces más probabilidades que te mate un policía, ó 1048 veces más probabilidades de que mueras en un accidente de tráfico, ó 6 veces más probabilidades de que te mate el calor veraniego, u 8 que mueras en la cama asfixiado, todas esas cosas son mucho más posibles estadísticamente que el hecho de que puedas perecer en un atentado.

Si fumas, morirás a causa del tabaco con entre un 50% y un 60% de posibilidades (tira una moneda al aire, elige cara o cruz; esa es la probabilidad de que el tabaco acabe contigo: una de cada dos). Sin embargo, la paranoia terrorista, esa infinitesimal probabilidad de 1 contra 9.300.000, nos mantiene en un estado de miedo perpetuo completamente irracional.

Hace unos días fui a la T4 del Aeropuerto de Barajas, y me encontré con varios soldados patrullando con armas automáticas. Y por primera vez en las décadas que llevo volando sistemáticamente, me registraron la mochila. Todo ello obedece a ese estado de miedo que no sé bien a qué obedece (en Madrid no es raro ver a policías armados en las zonas "sensibles"), si a mostrar los dientes ante un (improbable) terrorista suicida, o acaso a asustar un poco más a una población europea que parece que no tiene suficiente con el miedo de la esquizoide política de recortes sociales a la que la Troika nos somete con crueldad mafiosa. En resumen, una aplicación de libro de la llamada doctrina del shock.

En la T4 tienen un pequeño panel en el que puedes apretar unas teclitas (caritas sonrientes si estás feliz, y enfadadas si no tanto) para valorar cómo te han atendido en el control de seguridad. Por sistema, pase lo que pase, aprieto siempre la carita disgustada. Es un acto pueril, inútil, en un sistema ciego y sordo que se rodea de estúpidas soluciones de relaciones públicas como esa para no escuchar a una población cada día más ahogada, en unos aeropuertos que se han convertido en zocos y en unos tiempos en los que volar se ha vuelto intolerablemente caro, para beneficio de un par de líneas aéreas agonizantes, pero es mi pequeña satisfacción.

Cuando pasas por los controles y compruebas el carísimo aparataje utilizado, y el ingente número de trabajadores de seguridad privada subcontratados, empiezas a comprender a quién beneficia lo que no es sino un teatro. Porque los aeropuertos son seguros, no por esas medidas incómodas y vejatorias en las que puedes ser cacheado “porque sí”, sino porque el terrorismo es improbable, y así lo dice la evidencia científica. 

Porque al final, todo es un paripé. Una comedia que beneficia a un puñado de selectas empresas de seguridad privada, a fabricantes de aparataje de rayos equis, detectores de metales, analizadores químicos y demás trastos. Y claro, desde que el sistema prohibe meter líquidos en los aeropuertos, a las carísimas tiendas duty free de los aeropuertos, que te fuerzan a comprar sus productos quieras o no a precio de oro, mientras vives en una ilusión de seguridad dentro del castillo feudal aeroportuario.

Una cosa importante para terminar: sabed que el peor suceso, con pérdida de vidas humanas (excluyo los accidentes aéreos), ocurrido en un aeropuerto en Europa fue el año 2004 en el Roissy - Charles de Gaulle, en la entonces nueva terminal del Aeropuerto parisiense. El edificio se derrumbó, matando a cinco viajeros. Pero no fue a causa del terrorismo. Fue la empresa constructora, que usó materiales de baja calidad para ganar más dinero, y la terminal se convirtió en ruinas a los pocos meses de su inauguración.

Es a la ambición humana y a sus estúpidos retoños putativos a los que hemos de temer, no a algo tan improbable como el terrorismo.

Pero a ver quién le explica eso a todo un sistema que vive precisamente de eso, del miedo.

La foto la tomé el pasado 22 de mayo a las 6:35 de la mañana, en la T4.

miércoles, 22 de julio de 2015

ILLWORLD


En agosto Tyrannosaurus Books editará ILLWORLD, un comic postapocalíptico que ha dibujado Francisco de la Fuente, un ilustrador portentoso. Espero que os guste.

Os mantendremos informados en cuanto salga, y podréis encontrarlo en librerías especializadas, FNAC, El Corte Inglés, etc.

domingo, 19 de julio de 2015

El espanto




Este es el penúltimo plano de "Lluvia Negra". Una catedral del cine dirigida por Shoei Imamura de la que ya he hablado, pero que se te queda clavada. Una película sabia que me ha llenado de espanto. Como espectador sé que hay un cine del horror, como el casi suicida "Saló" de Pasolini, o el exhibicionista pero apreciable de Gaspar Noé en "Irreversible". Pero el espanto sólo lo saben transcribir los grandes. Gente en estado de gracia. Imamura en "Lluvia Negra" está en esa situación, como ocurre en otra obra enorme del mismo director, "La Balada de Narayama", que en palabras de una persona cercana que la pudo ver por primera vez recientemente, tan sólo encierra un acto de amor final que destella tras un desfile de espanto.

Volviendo a "Lluvia Negra", pocas películas te pueden llenar de tanto horror como esa historia sencilla, en dos tiempos, protagonizada por los los herederos de la guerra, los que se quedan y mueren años, décadas después del desastre bélico. Las pruebas vivas de que las guerras y sus heridas marcan a los pueblos durante siglos. Pero de eso ya he hablado.

Comento todo esto porque he leído hace poco los "Cuadernos Ucranianos" de Igort, en una  preciosa edición de Sins entido. Plasmar en un tebeo el espanto se hace más difícil que en el cine, pues como lector puedes evitar la mirada, puedes decidir no entrar al juego planteado. La historia reciente de Ucrania que relata el autor es una crónica del espanto más crudo y destripado. No sé lo que pensarán los ucranianos de ese relato contado a través de las voces de un puñado de testigos y convertido en una historieta que te conmociona y te golpea, cosa que hacen sólo las grandes obras, como decía más arriba. 



Poco más puedo decir de este precioso y sobrecogedor recorrido pictórico por la vida de un pueblo que define el término "sufrimiento"; reducido a la animalidad más atroz por un grupo de sátrapas asquerosos y los avatares históricos que trajeron de la mano, y la imprescindible contribución de lo que podríamos llamar "jodida mala suerte", que todo contribuye. Leedlo, es una obra sabia. De las que hacen daño. Y, por tanto, de las que hacen falta.

En un post anterior recordaba que Imamura cuenta en el último plano de "Lluvia negra" una mentira piadosa, la de un hombre desesperado que intenta consolarse ante la crudeza de asistir al derrumbamiento de todo lo que le rodea, viendo cómo la historia de un amor inocente y puro de la que es testigo, entre una joven envenenada por la radiación y un loco que ha convertido la herida mortal de la guerra en delirio, terminará con la muerte inexorable. La mirada desesperada de una víctima que espera su destino, pero que se lo niega mediante el pensamiento mágico. Un ser humano desesperado dándose una caricia mental ante lo inevitable.

"Cuadernos Ucranianos" tiene ese hálito grandioso, que hace más llevadero, y de paso más duro, el espanto.

Eso que la humanidad sigue sintiendo cuando asiste a las tragedias indescriptibles por las que han pasado sus semejantes, pero que, maldita sea, los humanos se empeñan en seguir causando.

Las obras del espanto al final te dan un poco de esperanza. En la especie, en el futuro, en lo que sea. De lo contrario, no podríamos vivir, y el arte no sería arte, sino simple reproducción del horror.

La esperanza, al final, es lo único que nos queda. Es nuestra caricia mental ante un mundo que nosotros mismos hemos hecho así.

Las obras del espanto duelen. Por eso debemos apreciarlas. Por eso las necesitamos. Porque nos ayudan, aunque parezca una paradoja, a vivir.

La imagen la capturé del DVD de Lluvia Negra, y la portada de Cuadernos Ucranianos la he encontrado en la web de la editorial Sins entido. Hago uso de ellas acogiéndome al derecho de cita.

miércoles, 15 de julio de 2015

Premio Minotauro

Mi novela "Los que sueñan" ha sido agraciada con el Premio Minotauro 2015. Acaba de salir una nota de prensa de la editorial, que pongo a continuación. Os seguiré informando.




A peculiar galaxy near M104

Publicado en Revista Mexicana de Astronomía y Astrofísica, Vol. 59, número 2. P.327. Este es el link.