sábado, 16 de mayo de 2020

Hace 10 años... "No-do" cumplía su sexto mes en cartel en México


Hace ya 10 años que "No-Do", mi tercer largometraje, que se había estrenado en salas en España en 2009 y en DVD en USA en 2010, llegaba a las salas mexicanas y batía un récord, manteniéndose más de seis meses en proyección, arrancando desde un 3º puesto del Top Ten de recaudación. "No-Do" ha sido hasta ahora el mayor éxito mundial del cine canario, distribuida en 25 territorios. Les pongo arriba el póster que se diseñó para su distribución mexicana, con el título "Milagros prohibidos". Si les apetece verla, pueden hacerlo en Filmin.

martes, 12 de mayo de 2020

Niveles de decisión y niveles de inoperancia


Veo en muchas ocasiones cómo algunas de las medidas que el Gobierno ha creado recientemente por la vía de urgencia para ayudarnos no llegan a los ciudadanos o no lo hacen a tiempo. Todo esto está levantando un cierto descontento y resquemor que pueden ser el caldo de cultivo ideal para los desinformadores que padecemos en estos días y sus oscuros intereses. La realidad es muy compleja. Simplificarla, como veo en redes sociales, desde sesgos ideológicos variados, es peligroso, porque lleva a interpretarla erróneamente, y desde un error o una falsedad no se puede replantear ni analizar nada.

Hay muchas normas que el Gobierno legisla que sufren en su "letra pequeña" (esto es, en su aplicación práctica) cambios que hacen que su aplicación real sea menos trivial de lo que parece, y que escapan al control gubernativo, quedando en manos de otros. Cualquier Ley deviene en sucesivos Decretos que la aplican, conteniendo normas, criterios interpretativos, plazos, documentación requerida, limitaciones, etc. Miren esta imagen, capturada de la web del ICAA:



La Ley de Cine de 2007 se convierte en algo real, en legislación aplicable prácticamente, a través de varios Reales Decretos que se van creando en años sucesivos. Así es siempre. Hay una gran red de funcionarios y trabajadores del Estado que se dedican, casi siempre con la mejor intención y con gran esfuerzo, a convertir las leyes en realidades.

Les comento otros ejemplos. 

Por un lado tenemos a la banca, que ha decidido aplicar libérrimamente los criterios de aplicación de la prórroga de las hipotecas diseñada por el gobierno, de una forma en ocasiones artera. En esos casos, las empresas aplican lo legislado para su beneficio, injustamente. Cuando el otro no actúa de buena fe, tenemos un problema. Así, ha sido necesario clarificar qué se le pide o no a un ciudadano para poder beneficiarse de esas prórrogas, ya que la banca se escaqueaba en cuanto encontraban el menor resquicio legislativo. De hecho tienen decenas de abogados que se dedican a eso: a encontrar huecos en las leyes por los que librarse de ciertas obligaciones. Estamos viendo ahora mismo algo similar con las líneas aéreas, empeñadas en llenar los aviones, en contra de los criterios médicos y sanitarios, al no respetarse las distancias de seguridad entre los pasajeros. De nuevo, habrá de legislarse al detalle para que los modelos neoliberales (las líneas aéreas son otro ejemplo perfecto de ellos) no afecten a la salud de las gentes.

Por otro, nos encontramos con las aplicaciones legislativas convertidas en realidades burocráticas, en las que intervienen otros legisladores y trabajadores públicos: Directores Generales, Abogados del Estado y sobre todo miembros de los Cuerpos Superiores de la Administración, que están condicionados en ocasiones por inercias personales que a veces son impropias de los tiempos que corren (las peticiones de documentación imposible de obtener en los días de confinamiento son un ejemplo de ello, así como el exceso de celo en la exigencia documental a los solicitantes cuando estamos en tiempos de urgencia máxima, pues hablamos de la supervivencia de miles de personas) o que condicionan sus textos legislativos a sus ideas políticas (no será la primera vez que un letrado funcionarial, desde su puesto irreductible e inmune a los distintos gobiernos, aplica su propia guerra personal contra quien ocupa el gobierno en un momento dado, si aquel no coincide con su ideología). A ello se suma que las estructuras burocráticas son verticales, y dependen de diversos niveles de aprobación y revisión para convertir la legislación en principios aplicables. Todo eso las vuelve ineficientes cuando hay alguna urgencia.

De ahí que en ocasiones las "letras pequeñas" lleguen tarde y mal, a veces con errores garrafales que han de solventarse posteriormente. Indistinguible la incompetencia de la mala fe, creo que es importante aclarar que en muchos casos, el origen de ciertos problemas que sufrimos todos los que requerimos respuestas rápidas de la Administración está en el propio sistema. España vive bajo el peso de un monstruo burocrático desarrollado a lo largo de las últimas cuatro décadas, que se sostiene sobre sí mismo y que depende de justificar su propia existencia. Quien haya trabajado, directa o indirectamente, para instituciones sabe perfectamente que el grado de inoperancia imperante es tan frustrante como inevitable. Son así, las forman funcionarios que sobre todo piensan (lógicamente por otro lado) en sobrevivir, aunque sus puestos y funciones sean cuestionables o directamente innecesarios. Los mismos mecanismos internos de control que se han creado para evitar la corrupción (como los famosos departamentos de "intervención" que hay en tantas instituciones) lastran la burocracia con más burocracia.

Estos tiempos ponen en plena y cruda desnudez las insuficiencias de un sistema burocratizado, ciego, anquilosado, que se pone trampas a sí mismo y en continuo esfuerzo por mantenerse.  Y todo gobierno, este y los que hubo antes, tiene que vivir con ello. Para nuestra desgracia, los ciudadanos hemos de padecerlo. Por supuesto, todo esto lleva además a varias clases entre la ciudadanía: una minoría que tiene acceso "al mecanismo", que pueden "pedir favores" dentro del sistema burocrático, y los que no (la mayoría).

Mucha de la clase funcionarial lo retorcerá todo con tal de obtener el objetivo de autojustificarse. Del mismo modo que la banca, volviendo al primer ejemplo que usé, por mucho que insista en lo contrario en sus conmovedores anuncios creados durante la pandemia, sólo se preocupa de su beneficio, y de mejorar su cuenta de resultados. Muchísimas formas de pensar han de cambiar radicalmente en los tiempos que vienen.

También, muchas decisiones burocráticas tomadas en un determinado estrato de la jerarquía pueden llevar a bloqueos administrativos, pues los funcionarios que trabajan en primera línea aplicando directamente a la aplicación de las normas que les llegan se ven sobrepasados por toneladas de documentos que han de comprobar y validar, y por normas contradictorias. Se habló de que había una necesidad perentoria en muchas de las ayudas que se están tramitando, de aligerar las exigencias documentales, y que ya se examinarían a posteriori, pero eso no ha ocurrido en muchos casos. A eso se suma la necesidad del desbloqueo de ingentes cantidades de dinero por parte de ministerios como el de Hacienda, que están sujetas a otros plazos que a día de hoy son inasumibles. Por esas y otras causas cientos de miles de personas aún no han cobrado sus ERTES, y algo similar ocurrirá con la Renta Básica.

¿Hay soluciones? Este va a ser un buen tiempo para replantearse viejas estructuras y cuestionar aquellas que sean inoperantes. Se trata de asuntos complejos lastrados por muchos intereses. La gran pregunta es si nos atreveremos, o se atreverán, a hacerlo.

Pd.: Hay, no obstante, ejemplos de lo contrario, de legislación aplicada que comprende el momento gravísimo y urgente por el que atraviesa la sociedad. El Gobierno de Canarias acaba de lanzar unas ayudas al alquiler que sólo requieren de la ciudadanía la presentación de un formulario y dos documentos. Nada más. Así, sí.

Obtuve la foto con la que ilustro este artículo, el pasado día 7 de mayo, a las 7:28 de la mañana. Es la bahía de Las Alcaravaneras desde el Parque Doramas, en Las Palmas de Gran Canaria.

domingo, 10 de mayo de 2020

Hay que cambiar muchas cosas



Hoy posteé este tuit, al encontrarme un trabajador de una concesionaria del Ayuntamiento de Las Palmas usando un soplador de hojas en plena pandemia sin protección alguna. 

Esta, como la de los odiosos e inútiles vehículos-escoba que recorren nuestras calles, es una pésima idea adoptada hace una década y media por las empresas que fueron adjudicatarias de la limpieza en las grandes capitales, para ahorrarse trabajadores.

Llevo peleando desde entonces intentando que los ayuntamientos comprendan la locura de esos métodos, que como alérgico me afectan mucho, pero sobre todo, y más que nunca en estos días, porque ponen en grave peligro a los trabajadores. 

La opinión médica, desde el principio, se pronunció en contra. Los ayuntamientos, como el de Las Palmas, siguen viviendo en otra forma de pensar y con un marco mental que debe cambiar cuanto antes. Abajo les dejo con un artículo que publiqué en el blog de Elmundo.es "Ciudadano M" (ya desaparecido) acerca del uso de esos aparatos infernales en Madrid. Han pasado 12 años. Nada ha cambiado.




miércoles, 6 de mayo de 2020

Mis películas en Filmin... y en Amazon



En Filmin podéis ver mis películas "No-Do" y "La Hora Fría", ahora también a través del móvil. Así que si os apetece, ahí están   :-)



Ah, y si estáis por UK, también podéis ver "No-Do" si queréis en el servicio Prime de Amazon.


domingo, 3 de mayo de 2020

Proyectos (16): "Bogey, la mueca inolvidable"




Sobre una idea original de José Luis García Arrojo, productor de mi primera película, desarrollé hace un buen puñado de años un guión para una película infantil que jugaba con los personajes clásicos del Hollywood noir de los años 30 y 40, en una realidad alternativa parecida a la de "Bugsy Malone: nieto de Al Capone", de Alan Parker.

Se intentó posteriormente plantearla en animación, y de ahí provienen estas ilustraciones conceptuales.





sábado, 25 de abril de 2020

Un debate confinado



En estos días con tantas horas sueltas desparramadas por ahí, hemos iniciado yo, Iván Monzón (economista, analista financiero y especialista en fiscalidad) y José Miguel Santos (doctor en Informática, profesor en la Escuela de Informática de la ULPGC), una especie de coloquio alrededor del mundo que nos espera, centrados en la economía. Les mando las primeras tres iteraciones, y si la cosa sigue, las seguiré publicando aquí.

Empecé el fuego con una especie de modelo futuro como punto de partida, que describí telegráficamente y llamé "Nuevo sistema":

El nuevo sistema:

*El dinero es una convención basada hasta hace poco en la propiedad de un elemento. Oro. Se vuelve a ese modelo.*

-Nueva divisa basada en keychain para evitar falsificaciones.
-Se prohíbe la inflación.
-Se imprime dinero hasta T por cada país.

*T se obtiene de sumar el circulante necesario en un territorio para que todos sus habitantes reciban una asignación mínima vital, y un sueldo si tienen trabajo más fondos públicos más fondos de ahorro.
-El ahorro se limita a 1k veces el salario mínimo.
-T es la suma de todo eso.
-Se prohíbe la economía especulativa.
-Dinero a cambio de mercancías.
-La banca se convierte en una app personal gestionada públicamente donde guardas tus ahorros.
-Banca pública. 
-Las inversiones las hacen individuos desde sus monederos privados.
-Todos los países que se adhieran acceden a esa nueva divisa como marco económico.

*Se prohíbe el endeudamiento público y privado por encima de una cantidad que se engloba en T. *

-T es variable en una base anual.
-Si hay que aumentar T se imprime dinero, reduciéndose proporcionalmente el máximo de endeudamiento.
-Impuestos desaparecen pues gasto público está dentro del T disponible.

*Objetivo: dinero es un token para adquirir materiales y servicios. Dinero y estados existen para que la gente viva dignamente y pueda desarrollar sus vidas sin sufrimientos generados por Deuda o Estado.*

-Paises con superávit de T incrementan gasto público y resto pasa a un GT global para emergencias.

¿Partiendo de cero ese sistema podría funcionar?

Primera respuesta, de Iván Monzón, al texto anterior:

Creo que cuanto menos tus ideas dan bastante material y muy interesante para una novela distópica con un toque Orwell y sobre todo Huxley, por lo que te animo a que si quieres hacer algo en este sentido, creo que sería muy chulo y puedes contar totalmente con mi colaboración.

El que la economía se va a ver severamente jodida es un ya un hecho, una porque se han frenado en seco casi todas las actividades productivas (aunque su intensidad dependerá, claro, de cuanto se dilate en el tiempo toda esta situación), y otra porque es una crisis a nivel mundial, diría incluso que aún más mundial de lo que lo han sido todas las anteriores... en un mundo cada vez más globalizado y competitivo. 

No obstante, también considero que se están tomando algunas medidas muy positivas y de calado para tratar de contrarrestarla, que pueden ser claves para superar el bache y que no haga que todo esto deje a la crisis del 2008 en una chorrada casi que anecdótica... si hacemos la cosas bien, y se trabaja de manera coordinada y con cabeza, podemos sacar esto adelante... creo.

En cuanto a lo de un mundo excesivamente globalizado, por decirlo mal y pronto, y tratando de no ser demasiado absolutista, en mi opinión hasta ahora la política económica ha hecho poco caso a economistas como Stiglitz, y demasiado a otros tipo Friedman (y ojo que por lo visto este tío en su lecho de muerte renegó de sus propias teorías sobre la masa monetaria) y toda la escuela liberalista.

Y con esto no digo que la economía de libre mercado y el laissez faire sea un error per se, sino que yo soy más bien partidario de los sistemas de economía mixta en la que el sector privado mueva el cotarro, pero siempre bajo el control del sector público (dentro del que resultan imperativo políticas de eficiencia y sostenibilidad), que además de controlar las "reglas" del mercado, deba y sepa velar para que se provean de manera adecuada (pero volviendo también a lo eficiente) los servicios públicos básicos y esenciales. Sin embargo, es un hecho el que crea movimientos especulativos y claras fallas de mercado, y, además, en el caso de lo que estamos hablando hay que sumarle que ha creado un sistema de producción enorme y a veces perverso, en el que todos dependemos mucho de los otros, llegando a darse casos en los que en determinados territorios no se podría ni subsistir sin lo exterior, y que muchas veces los productos que consumimos no sabemos en verdad ni de donde vienen (y no me refiero solo a lo tecnológico, sino también a la alimentación).

En cualquier caso, llegados a este punto, en el que todo está tan sobredimensionado, veo muy difícil por no decir que casi imposible poder resetear. De hecho, de las propuestas que comentas, por ejemplo lo de eliminar la inflación, a día de hoy esta variable ya no se basa solo en la política monetaria y la cantidad de dinero existente en el mercado, sino más bien en los movimientos en los precios que genera el consumo en cada territorio. Fíjate que, por ejemplo, hasta en Venezuela y otros sistemas comunistas también tienen inflación o deflación...

Por otro lado, lo de que se imprima dinero hasta una cantidad "T", en cierto modo es ya un poco lo que se hace (o lo que se debiera hacer) por parte de los Bancos Centrales, lo que pasa es que en el caso de la Eurozona la política monetaria territorial tiene mucho menor efecto por esto de que se afronta cualquier crisis con las mismas herramientas ya seas alemán, austriaco, francés o español, cuando la actividad productiva, el sistema financiero o el mercado laboral (por citar solo algunas variables) de cada uno de estos países prácticamente no tienen nada que ver con la de los otros.

Y, por otro, si que creo fervientemente que hay que acabar cuanto antes con la economía especulativa, es una puñetera basura todo lo que tenga que ver con ella, pues que se premie a determinadas "jugadas" es una auténtica vergüenza y que tampoco creo deba tener sentido en una economía (de mercado o la que sea).

Sin embargo, a parte de lo de difícil que creo sería hacerlo, asignar pagas mínimas vitales (como la que propone Podemos) o incluso definir cuanto es lo mínimo necesario para vivir (pues no todo el mundo tiene las mismas necesidades, sean lógicas en algunos casos -como cuando se tiene una enfermedad- o simplemente porque hay gente que necesita si o si tener flores en sus jardín, cuanto a otros con un pisito cómodo les vale, ha demostrado ser bastante poco conveniente.

Como hemos hablado alguna vez antes, en mi opinión uno de los principales fallos de la teoría económica son sus axiomas de partida, pues parten de la base de que el ser humano es racional, cuando está más que demostrado que no lo es. Y, a parte, las cadenas de producción si los que las conforman y trabajan no ven incentivos "propios" en el proceso, se desincentiva enormemente trabajarlas. La mayoría de la gente, sino saca beneficio, no lucha por nada....es decir, si produciendo cuatro papas me llevo X, pero si produzco un poco más me llevo X+ese más, lo hago, pero sino me repercute, hago X y sin importarme (que aquí está la clave para mi) si está bien hecho o no. Si con el 5 ya apruebo, para que me curro sacar un 10....si al final a la carrera que quiero voy a entrar igual...

Ahora bien, eso que pones de limitar la posibilidad de endudamiento y tal, lo comparto totalmente y creo que podría ser factible, es una auténtica locura lo que hacen muchos, suponiendo encima crear distorsiones en el sistema que acaban afectando a los demás. Y, al mismo tiempo, creo también que hay que revisar de arriba a abajo el sistema financiero en si mismo, es excesivo el poder que se le ha dado a la banca, aunque no creo que una banca pública sea la solución, sino más bien una regulación más adecuada tanto a las necesidades "reales" de la gente (y no crear tanto producto de inversión especulativa que acaban petando), como en lo que necesita la actividad productiva para poder llevar a cabo su producción.

Por otro lado, políticas de gasto sin políticas de ingresos (impuestos), tal y como está configurado todo no creo que sea viable, y tampoco se me ocurre otro modo más eficiente para poder hacerlo.

En resumen, creo que poner el contador a cero -salvo gran hecatombe, y aún así-, sería casi que imposible a día de hoy. No obstante, por otro lado también creo que es una más que magnifica oportunidad la que nos puede brindar todo esto para replantear determinadas políticas y, sobre todo, "conductas" y formas de hacer las cosas....erradicar la especulación, adaptar el sistema financiero a las verdaderas necesidades de la gente y las empresas,  buscar herramientas públicas (tanto en gasto como en ingresos) que sean más eficientes, propiciar que los mecanismos y las cadenas de producción sean más sostenibles desde todos los puntos de vista (lo del agua en Venecia es acojonante, por ejemplo) y varias cosas más.

A este diálogo se unió José Miguel Santos con esta aportación:

He leído por encima tus notas y las de Iván y estoy de acuerdo en la "sintonía general", sobre todo en la idea de fondo de replantear el modelo económico. No controlo mucho la teoría del dinero, pero creo que tus ideas están bastante discutidas por muchos economistas, si googleas "teoría del dinero" seguro que te salen cosas interesantes.

Respecto a un par de puntos:
  • Yo personalmente llevo años clamando por que se intervenga sobre la economía especulativa, antes de que un par de bots la líen parda de verdad y haya un incidente global. Ya hemos tenido un par de avisos y no hacemos puto caso. La solución es bien sencilla: imponer una tasa a TODAS las transacciones en las que el bien intercambiado no sea un producto primario. Y gravar esas operaciones cuanto más "niveles de indirección" haya entre el bien transferido y su activo subyacente. Acciones: una pequeña tasa. Futuros sobre acciones: una tasa más grande. Operaciones call/put sobre futuros sobre acciones: una tasa ridículamente grande. Operaciones sobre fondos que operan sobre operaciones call/put sobre acciones: una tasa absurdamente grande. Etcétera.
  • Lo que mencionas del ahorro, deuda, etc. lo veo como algo complejo, tendría que refrescar mucho material para poder opinar. Sí sé que los ultraliberales propugnan un coeficiente de caja del 100% para los bancos. O sea, que los bancos no puedan endeudarse, sino únicamente guardar el dinero. Cuando nosotros teníamos 40 años, el coeficiente de caja mínimo legal era del 10%. Hoy día se ha hecho virtualmente cero. También aquí está todo el rollo de la masa monetaria, o sea, cuánto dinero se "imprime", cuánto se presta, cuánto se retiene como deuda soberana, etc. Es un asunto complejo. Y lo podemos complicar más si añadimos la posibilidad de que la emisión del dinero no sea un monopolio estatal, sino que empresas puedan emitir su propia moneda. Los conceptos de deuda, gasto público, etc. cobran un sentido distinto según el concepto que usemos para el "dinero".
  • Con respecto al MERCADO, yo creo que con esto de la pandemia está quedando claro que es inviable a largo plazo un modelo social y económico que se fundamente en el mercado libre como el único elemento regulador de los intercambios económicos. Hay un montón de actividades que NO funcionan bien en un mercado libre. Por ejemplo, la sanidad, o los cuidados esenciales a personas vulnerables. O el ejército. El mercado es un buen optimizador de la oferta y la demanda de bienes y servicios, pero dejémoslo ahí. Debe ser una institución importante (y necesaria) en la economía, pero no LA BASE de la economía.
  • Finalmente, y ya que hablas de deuda, creo qeu en el discurso económico actual se sigue ignorando una deuda importante, quizás la más importante para las generaciones venideras: la deuda medioambiental que le estamos pasando a nuestros hijos y nietos. Los precios de las cosas no están reflejando ese coste medioambiental. Cualquier replanteamiento de la economía que pretenda ser duradero debe incorporar el medio ambiente y la finitud de los recursos, e incorporarlos con honestidad, no con un mero maquillaje.

Y hasta aquí el debate-coloquio por ahora. Si hay nuevas aportaciones, crearé nuevas entradas. Les deseo a todos que el confinamiento siga bien y lo soportemos, pero también que acabe lo antes posible, ciencia mediante.

Tomé la foto que uso para ilustrar este texto el 12 de febrero de este año.

sábado, 18 de abril de 2020

"La estrategia del pequinés" - Premio al Mejor Largometraje en el Detective Crime Thriller Film Festival The Crime Story Fest


Nos acaba de llegar la estupenda noticia de que "La estrategia del pequinés" ha recibido el premio al Mejor Largometraje en el Detective Crime Thriller Film Festival The Crime Story Fest, que organiza anualmente la plataforma independiente Indieforyou. El Festival, especializado en cine negro, se ha podido celebrar durante el confinamiento al estar basado en la exhibición online.

Si te apetece ver la película, aquí la tienes en Filmin, y también puedes comprarla en DVD en Amazon, o en FNAC.

viernes, 17 de abril de 2020

Whence comes the rain - Algunas imágenes


Aquí les dejo un par de imágenes del cortometraje "Whence comes the rain" ("De dónde viene la lluvia") animadas laboriosamente sobre papel por PC de La Fuente y postproducidas por Sopa de Sobre Dibujos Animados, del que les he hablado ya en este blog. Aprovecho la ocasión para contarles que el corto ha pasado también por el Close:Up San Francisco Short Film Festival, por lo que sigue adelante su carrera de festivales en todo el mundo.



viernes, 10 de abril de 2020

"Los que sueñan" - reseña en Fantástico Español


La estupenda web especializada Fantástico Español dedica a "Los que sueñan" una interesante reseña a cargo de Domingo Ortega, con un precioso título muy dickiano: "¿Sueñan los ángeles con cielos electrónicos?".

Podéis adquirir la novela (cuando la cuarentena lo permita) en vuestra librería más cercana. Recordad que cuando pase todo esto, necesitarán más que nunca que estemos ahí, comprándoles libros.

Y de paso, os recuerdo que la segunda parte de "Los que sueñan" se titula "Los que susurran", y que será publicada en unos (pocos) meses, por Apache Libros. Estamos muy ilusionados y orgullosos con la edición.

sábado, 4 de abril de 2020

La web de Juan Giménez


Hace ya casi dos décadas, mi amigo Yeray Rodríguez, un auténtico talento renacentista, desarrolló para Juan Giménez su web oficial. Les mando un par de capturas de la página, que requiere Flash. 

En aquellos años Juan nos había comentado que tenía interés en renovar su página de internet, y en Eqlipse, donde en aquellos años desarrollábamos un videojuego concebido originalmente por Yeray, FreeWheel, éste propuso hacer el desarrollo.

El interfaz, con un diseño centrado en el estilo visual de Juan, fue diseñado por ambos en colaboración. La página ha estado todos estos años en activo con pequeñas modificaciones y todavía puede ser visitada.



viernes, 3 de abril de 2020

Mi amigo Juan.


Le conocí hace ya 20 años, cuando fui a visitarle a su casa de Sitges para proponerle que me ayudara con las ilustraciones conceptuales de un proyecto. Desde entonces somos amigos. Me lo encuentro en todas las ediciones del Festival a las que asisto, ya que le queda al lado, y siempre charlamos un rato. Cuenta historias y anécdotas como nadie. Motero incansable, le encanta recorrer el mundo sobre su montura metálica, ya sea para asistir a algún festival de cómic o para sostener reuniones editoriales. Su estilo único de dibujo preciso, su manejo del color, su planificación de la página, su capacidad para el diseño de aparatos, aviones, vehículos y naves espaciales (es ingeniero mecánico), son legendarias. Es uno de los más grandes creadores del cómic y la ilustración mundial, con obras magnas en su haber como "As que pique", "Ciudad", "Cuestión de tiempo",  "El cuarto poder", "Leo Roa" o "La casta de los metabarones", acompañado de guionistas como Jodorowski, Carlos Trillo o Ricardo Barreiro. En el último Festival de Sitges nos comprometimos a tomarnos pronto un café y contarnos cosas. Lo haremos, amigo.

Os dejo con algunas de las poderosas ilustraciones de concepto que hizo para "Los que sueñan", que todavía estaban inéditas.









A peculiar galaxy near M104

Publicado en Revista Mexicana de Astronomía y Astrofísica, Vol. 59, número 2. P.327. Este es el link.