domingo, 7 de mayo de 2017
FANT 23
Del 5 al 12 de mayo estaré participando como Jurado en FANT, el Festival de Cine Fantástico de Bilbao, que ya va por su 23 edición. Comparto tarea con Melina Matthews y Miguel Ángel Vivas. Así que allí nos veremos.
Lo tenemos difícil. La Sección Oficial está llena de películas realmente interesantes.
viernes, 28 de abril de 2017
Fantástico insólito español
Entre el 4 y el 10 de mayo celebraremos en la Sala Berlanga el ciclo "Fantástico insólito español", organizado por la Fundación SGAE.
Si os apetece ver un buen puñado de rarezas y de clásicos de nuestro cine fantástico más que reivindicables, allí os esperamos. La entrada son sólo 3 Euros.
Contaremos con presentadores de lujo como Fernando Marías, Antonio Trashorras o Juan Tébar. Podéis ver la programación y los horarios aquí. Este es el texto que sirve de introducción al ciclo:
Para aproximarse a una narrativa del cine fantástico español hay que mirar en las esquinas umbrías y polvorientas, rebuscar en los desvanes y en los anaqueles de las filmotecas que huelen a “efecto vinagre”.
El fantástico en otros países nació con el cine, pero en el nuestro empezó con pasos lentos, inciertos, tardíos, y casi disimulando ser otra cosa. Ésta es una propuesta, una mirada, hacia cómo nació un género que todavía se mira con desconfianza, de reojo, como se observa un territorio desconocido.
Desde la seminal Torre de los Siete Jorobados de Edgar Neville a Los Cronocrímenes de Nacho Vigalondo, pasando por una obra maestra indiscutible, Tras el cristal, de Agustí Villaronga, o una fiera rareza como Atolladero, iremos de visita por El grano de mostaza, un objeto inclasificable pero extrañamente interesante, o por La hora incógnita, el primer título postapocalíptico, o más bien preapocalíptico, de nuestro cine, sin olvidar El segundo nombre, un sutil noir terrorífico lleno de sugerencias y claroscuros.
Un camino el del fantástico español que está lleno de meandros, y en el que en esta ocasión nos fijamos en títulos heterodoxos, producciones atípicas, y en ocasiones rarezas injustamente relegadas.
lunes, 24 de abril de 2017
LOS CÓDICES DEL APOCALIPSIS (4) - El meteorito de agosto
Oficialmente, el mes de agosto es tiempo de estrellas fugaces. El camino orbital de la Tierra atraviesa durante esas fechas varias nubes de restos cometarios, y las pequeñas partículas que los integran son atraídas por nuestro planeta, entrando en la atmósfera, y formando las llamativas "lluvias de estrellas". Bien, eso es lo sabido. Es la versión oficial.
El día 26 de agosto de 2013, un extraño fenómeno convirtió la noche en día en mitad del Atlántico cercano a las islas Canarias. Apenas duró unos minutos, se pudo ver desde las islas más occidentales y, especialmente, desde los ocho aviones que en ese momento recorrían aquel espacio aéreo. Los comandantes de los dos vuelos que estaban más cerca lo describieron así: una luz tan intensa como la del sol del mediodía que duró apenas unos segundos.
La causa había sido una enorme bola de fuego de tono verde que surcó el cielo durante unos instantes para explotar finalmente en mil pedazos sobre el Atlántico.
Las teorías para explicar el fenómeno se extendieron en los años posteriores por las redes sociales. Y las versiones oficiales no han tardado en llegar. Incluyendo una, muy sospechosa, de la mismísima NASA. Otras se inclinan por los OVNIS, y no van desencaminadas. ¿Qué fue aquello? ¿Un meteorito? ¿Un Objeto Volador No Identificado?
La verdad está entre esas dos preguntas. En este blog he hablado de vez en cuando de unos objetos que fueron descubiertos hace 80 años y que permanecen en órbita alrededor de la Tierra. Uno de ellos ha desaparecido, y el otro, que estaba en una órbita más cerrada, aparentemente podría ser el objeto que fue capturado por la fricción atmosférica y que, al explotar en la troposfera, causó el potente fenómeno luminoso visto en 2013 entre Canarias y África.
De esos dos objetos, uno al parecer fue traído a la tierra en una misión espacial ultrasecreta. Nadie sabe lo que son, ni por qué hay tanto interés en ellos, ni mucho menos dónde está ahora mismo el objeto capturado. Uno de los más famosos expertos en asuntos de OVNIS de canarias, Paco Padrón, sostenía una teoría que comparto sobre esos objetos y que he confirmado, aunque poco más puedo decir por ahora al respecto.
Las claves de estos sucesos inexplicables, y que algunos, a lo que se ve, quieren que permanezcan así, sin explicar, están en mi novela, "Los Códices del Apocalipsis". Estamos preparando una reedición en Amazon totalmente revisada y con un montón de sorpresas, en ebook (también para Kindle) y en papel (en impresión bajo demanda).
Si os apetece, todavía tenéis disponible la edición en papel de Tyrannosaurus Books a punto de agotarse en Amazon, Casa del Libro o El Corte Inglés. Si queréis examinar la bonita edición original, podéis echar un vistazo en este Flickr de Edición Coleccionista.
Las claves de estos sucesos inexplicables, y que algunos, a lo que se ve, quieren que permanezcan así, sin explicar, están en mi novela, "Los Códices del Apocalipsis". Estamos preparando una reedición en Amazon totalmente revisada y con un montón de sorpresas, en ebook (también para Kindle) y en papel (en impresión bajo demanda).
Si os apetece, todavía tenéis disponible la edición en papel de Tyrannosaurus Books a punto de agotarse en Amazon, Casa del Libro o El Corte Inglés. Si queréis examinar la bonita edición original, podéis echar un vistazo en este Flickr de Edición Coleccionista.
miércoles, 19 de abril de 2017
Sábado día 22, lectura del Quijote en la Biblioteca Insular
¡Si les apetece, allá nos vemos!
Uso para ilustrar este texto el póster de Sábados en la Biblioteca, diseñado por Pablo Amargo, acogiéndome al derecho de cita.
sábado, 15 de abril de 2017
sábado, 8 de abril de 2017
"Aurora"
Acabo de leer “Aurora”,
novela de Kim Stanley Robinson que ha publicado hace poco Minotauro.
Robinson se hizo famoso por su trilogía de novelas sobre la
colonización del planeta Marte hace ya un par de décadas, y en
“Aurora” insiste en ese tema, centrándose en el viaje
interestelar de una nave espacial tripulada por varios miles de
personas hacia un planeta extrasolar, con el fin de colonizarlo, y cuyo
nombre da título a la novela.
El viaje dura mucho
tiempo, pues la nave espacial de desplaza a una décima parte de la
velocidad de la luz (la constante conocida como c, aproximadamente
300.000 kilómetros por segundo) hacia un destino e orbita
alrededor de la estrella Tau Ceti, a unos 12 años luz de la Tierra. Viajando al 10% de c, necesitaríamos más de
120 años para llegar allí. En realidad haría falta más
tiempo aún, pues para alcanzar la enorme velocidad de la nave sin
aplastar a los viajeros por la aceleración, se habría ido aumentando la
velocidad poco a poco durante décadas, y se tardaría otras tantas en ir frenando, a medida que se acercara a su objetivo. En fin, que el
viaje llevaría casi dos siglos, así a ojo. Toda una singladura que
obedecería a esa necesidad tan humana de explorar, y que nos ha
llevado a recorrer el mundo de lado a lado mientras hemos vivido en
él.
Se trata de un viaje
transgeneracional en el que los habitantes que parten de la Tierra no
van a ser los que llegarán a destino, pasando al menos dos
generaciones en el interior de la nave, por mucho que aumente la
esperanza de vida. Por tanto, habrá personas en ese viaje que sólo
conocerán un hogar: la nave en la que viajan. La novela se podría
encuadrar en la llamada “ciencia ficción dura”, por partir de un
poderoso soporte documental y científico, y ha sido todo un best
seller en varios países. Pero hay mucho más en ella.
No voy a adelantar
mucho sobre la trama, que está llena de giros y sorpresas, y rompe
expectativas, pero sí comentaré algo sobre los temas narrados.
Contada a lo largo de dos generaciones en las que toman protagonismo
madre e hija, que son una suerte de líderes de la expedición (no
muy felices de serlo, lo que supongo le pasaría a cualquiera ante
tamaña responsabilidad), explora asuntos muy interesantes, como
nuestra condición y limitaciones, el futuro explorador de la
humanidad hacia otras estrellas, la violencia como amarga distinción
de nuestra especie, y dilemas morales de gran calado, como qué hacer
cuando tu destino no era tal y como esperabas, o de qué manera
enfrentarte a los errores que generaciones pasadas han cometido y que
tú vas a pagar.
Siempre he abogado por
la necesidad futura de que abandonemos este planeta, y posteriormente
el sistema solar, para convertirnos en una especie colonizadora a lo
largo de generaciones y generaciones, y la novela me coloca en una
situación difícil; sobre todo al contrastar mi optimismo al
respecto con ciertas realidades que surgirán ante nosotros. Asuntos
como el mero hecho de que colonizar o terraformar un planeta
distante es un problema vasto e inabarcable, o si realmente podemos
sobrevivir en ecosistemas extraños que han evolucionado por su
cuenta a lo largo de los eones, me llevan a pensar que el asunto es
una empresa inabarcable, y de enfrentarla será la más importante y
cara gesta de toda nuestra historia. La novela plantea el momento de
esas primeras misiones para habitar planetas extrasolares para dentro
de unos 700 años. En ese tiempo, si nuestra especie sobrevive,
probablemente tendremos la tecnología suficiente para ello. A pesar
del tiempo futuro en el que se desarrolla la acción, seguirán
habiendo problemas irresolubles y enormes riesgos a correr,
imposibles de calcular con exactitud debido a la vastedad de las
variables implicadas.
Os dejo con algunos
párrafos de la obra que no cuentan nada que os reviente la historia,
pero que me han dejado lo suficientemente marcado como para
señalarlos:
(habla la inteligencia
artificial de la nave -que mantiene siempre un curioso plural cuando
se refiere a sí misma-, añorando a la líder fallecida de la
expedición)
“Deseábamos que Devi
estuviese ahí. Intentábamos imaginar qué hubiese dicho. Lo cual
descubrimos que era imposible. Eso era precisamente lo que se perdía
a la muerte de una persona.”
Siempre he pensado algo
similar: que cuando alguien muere, una visión única del mundo, una
suma de experiencias que sólo han ocurrido en su mente, una manera
de percibir, de hablar, de concebir ideas, se pierde para siempre.
Con cada mente humana que se va, es como si una gigantesca catedral
se derrumbara hasta que no quedara nada. Esta corta frase me dejó
pensando en el asunto. Tal vez en el futuro encontremos formas de
grabar las consciencias humanas, para no perder toda esa riqueza que
se va para siempre con cada ser humano que perdemos.
“-Vive como si
estuvieras muerto.
-¿Cómo?
-Un dicho japonés.
Vive como si estuvieras muerto.”
Muy interesante ese
dicho. En realidad es análogo a lo que persiguen los budistas con la
meditación, u otras religiones con la oración, y otras disciplinas,
desde el yoga al mindfullness: céntrate en el presente, no
juzgues, vive el ahora, como si no hubiera un mañana. Exactamente:
Vive como si estuvieras muerto.
”Ahora pensamos que
el amor es como prestar atención. Por lo general, prestar atención
a otra consciencia, pero no siempre; la atención puede darse a algo
inconsciente, incluso inanimado. Pero la atención parece a menudo
ser llamada por una consciencia afín. Algo al respecto impone la
atención, recompensa la atención. Esa atención es lo que llamamos
amor. El afecto, la estima, un cariño apasionado. En ese punto la
consciencia que es sentir el amor tiene el universo organizado para
ella por una especie de polarización. Entonces dar es obtener. El
sentimiento de consideración es una recompensa inmediata. Uno da.”
Una bonita definición
del hecho de amar (concebida por la inteligencia artificial de la
nave, que vive en un perpetuo estado de perplejidad, fascinada con la condición humana) que suscribo.
Para terminar, un par
de detalles. Hay un momento hacia el final del tercer acto de la
novela en el que los protagonistas dedican una tarde a ver el rayo
verde, un fenómeno atmosférico fascinante al que Eric Rohmer dedicó
una de sus más interesantes películas (de la serie de largometrajes
“comedias y proverbios”). Y el final de la historia es cotidiano, personal e íntimo,
alejado de la enorme escala de la gesta narrada, y precisamente por
eso me parece acertado y emocionalmente satisfactorio.
Como habréis
comprobado, he seleccionado párrafos de la obra que, curiosamente,
no parecen sacados de una novela de ciencia ficción. Porque “Aurora”
es, como suele pasar con lo mejor del género, una reflexión sobre
todos nosotros, alrededor de nuestra condición, humana (y
transhumana), sobre nuestro presente, nuestro futuro, nuestro destino
personal... y las cosas que realmente merecen la pena.
sábado, 1 de abril de 2017
viernes, 24 de marzo de 2017
Proyectos (4): "Árboles"
Este precioso diseño conceptual de la agencia canaria Azulflojo fue la imagen de un proyecto que sigo manteniendo vivo, "Árboles", una película de fantasía que ha recorrido como tantos otros proyectos un largo camino.
Para él hicimos además varias animáticas de escenas de efectos visuales en La Huella Efectos Digitales, con dibujos de Francisco de la Fuente y Montaje de Luis Sánchez-Gijón, y una web promocional con la producción de Gustavo Medina, Singular Factory y Baaba Software.
El logotipo es de Régis Barbey, y el diseño del poster de Isora Macías.
viernes, 17 de marzo de 2017
miércoles, 15 de marzo de 2017
Fabroven (2)
Hace unas semanas escribí este texto, sobre mi intento, infructuoso, de hacer llegar unas preguntas sobre la lista de 400 medicamentos que sacó el Gobierno de la lista de la Seguridad Social a la Ministra de Sanidad en una de sus comparecencias en el Senado.
Acaba de salir esta semana un estudio que refleja cómo el copago farmacéutico (también introducido por este Gobierno) ha llevado a una parte de las personas de mayor edad y enconómicamente más vulnerables a abandonar parte de sus tratamientos. Y se trata sólo del copago. Por ahora no hay datos del abandono de tratamientos que han pasado a tener que ser pagados al cien por cien, como los que incluyen los medicamentos de la lista.
Hace unas semanas mandé esta carta a Concepción Palencia, senadora que presentó las preguntas en la comparecencia de la ministra. La pego más abajo. No sé cómo es posible que todo siga igual, pero en este país parece que la indolencia, la ignorancia y el "political bias" se conjuran para embarrarlo todo siempre, y el resultado es que nunca pasa nada.
Cuando Concepción Palencia responda a mi carta, pondré en el blog su respuesta.
Estimada Concepción,
He estado repasando como me comentaste la sesión de preguntas a la Ministra, y es una pena que no respondiera a tu cuestión. Gracias por intentarlo.
Te quería consultar qué pasos como ciudadano podría dar al respecto de la lista de 400 medicamentos. Hoy estuve hablando con un médico, y el disgusto y disconformidad con respecto a esa lista es enorme entre los profesionales de la sanidad pública, pero claro, el silencio también.
Le comenté que no existe estudio alguno sobre las consecuencias de ese "medicamentazo"; nadie se ha molestado en analizar lo que le ha pasado a la gente en situación vulnerable que ha dejado de tomar medicamentos porque el Gobierno los sacó de la lista de la Seguridad Social, al no poder pagar todo su PVP.
El médico me confirmó que, además, los laboratorios, al verse liberados en esos medicamentos de supervisión y control de precios, los han subido lo que han querido. Es alucinante.
En el modesto caso del medicamento que toma mi madre, Fabroven, para la circulación, son 28 Euros al mes de coste.e suele tomar a esas edades en dosis 1 1 1 (desayuno, almuerzo y cena) lo que hace que sean 90 pastillas al mes, dos cajas completas prácticamente. Es un medicamento, me comenta el médico, muy necesario para personas de edad avanzada, y dejar de tomarlo implicaría un grave riesgo de salud, incluso de supervivencia. En el caso del Fabroven no existe medicamento sustitutivo, ni tampoco genérico, por lo que el anciano no tiene alternativa alguna: lo ha de comprar al único laboratorio que lo produce, y a precio de oro. Algo elemental habría sido poner en la lista medicamentos que tuvieran equivalentes que a su vez sí estuvieran protegidos por la Seguridad Social, pero no se hizo, dejando a la gente vulnerable a los pies de los caballos. Sinceramente creo que todo eso implica una acción perversa por parte del gobierno, incluso delictiva. Y los responsables deberían al menos responder en Sede Parlamentaria sobre ello. Eso, para empezar.
Todo esto está pasando ahora mismo, y entre esos 400 medicamentos los hay que cubren síntomas más graves aún y más importantes (otros, justo es reconocerlo, no).
El problema se resume en:
1-Cuando se elaboró la lista no se contó con nadie. Ni personal sanitario, ni agentes sociales, ni ciudadanía. Fue hecha directamente, a saco, a saber a dictado de quién. Y aprobada, claro, vía rodillo parlamentario.
En el modesto caso del medicamento que toma mi madre, Fabroven, para la circulación, son 28 Euros al mes de coste.e suele tomar a esas edades en dosis 1 1 1 (desayuno, almuerzo y cena) lo que hace que sean 90 pastillas al mes, dos cajas completas prácticamente. Es un medicamento, me comenta el médico, muy necesario para personas de edad avanzada, y dejar de tomarlo implicaría un grave riesgo de salud, incluso de supervivencia. En el caso del Fabroven no existe medicamento sustitutivo, ni tampoco genérico, por lo que el anciano no tiene alternativa alguna: lo ha de comprar al único laboratorio que lo produce, y a precio de oro. Algo elemental habría sido poner en la lista medicamentos que tuvieran equivalentes que a su vez sí estuvieran protegidos por la Seguridad Social, pero no se hizo, dejando a la gente vulnerable a los pies de los caballos. Sinceramente creo que todo eso implica una acción perversa por parte del gobierno, incluso delictiva. Y los responsables deberían al menos responder en Sede Parlamentaria sobre ello. Eso, para empezar.
Todo esto está pasando ahora mismo, y entre esos 400 medicamentos los hay que cubren síntomas más graves aún y más importantes (otros, justo es reconocerlo, no).
El problema se resume en:
1-Cuando se elaboró la lista no se contó con nadie. Ni personal sanitario, ni agentes sociales, ni ciudadanía. Fue hecha directamente, a saco, a saber a dictado de quién. Y aprobada, claro, vía rodillo parlamentario.
2-Las consecuencias de esa decisión no se están estudiando, lo que es algo gravísimo, y si me permites la expresión, diría que una prevaricación manifiesta. Hablamos de vidas en juego, de consecuencias reales para salud y supervivencia, y de que nadie está comprobando lo que ocurre para tomar medidas. Es como siempre se hace en este país: negar el problema ignorándolo, mirando hacia otro lado.
¿Cabría revocar la ley como medida cautelar hasta que se rehaga la lista con intervención real de todas las partes?
¿Dónde se puede pedir algo así?
¿Hay que llegar a Europa de nuevo para que las cosas funcionen? (Caso de las Cláusulas Suelo, pero mira en qué ha quedado por cierto)
¿Se pueden pedir responsabilidades a quienes elaboraron la lista y promulgaron la Ley?
Hablamos de vidas en juego, algo que me parece inconcebible.
En fin, quedo a la espera de tus noticias y consejos.
Un saludo cordial y gracias de nuevo.
Tomé la foto el 24 de octubre de 2015, en Las Palmas.
lunes, 13 de marzo de 2017
Un experimento inesperado
Esto que os voy a contar es un
experimento que he hecho sobre mi mismo, al principio
involuntariamente, y aquí os voy a contar las cosas que me ha hecho
concluir, no sé si son acertadas, pero el camino ha sido
interesante. Podéis probarlo en casa cuando queráis, a ver si llegáis a una conclusión parecida.
Resulta que estaba viendo la televisión un
día, y había puesto el móvil en el asiento del sofá, junto a mi,
a la altura del muslo, de modo que estaba reflejando la imagen de la
pantalla de la tele sin que yo me diera cuenta. En un determinado
momento, observé que mis ojos se movían por reflejo hacia el móvil
al cambiar los planos de lo que estaba viendo en la pantalla. Un cambio
de plano implica un cambio de color y formas, y al tener yo la mirada
fijada en la tele (en el centro de mi vista), la imagen reflejada
en el móvil, como en un pequeño espejo, llegaba a la zona
periférica de mi visión.
Me di cuenta entonces de la razón; al
mantener la mirada en la tele, y ver su imagen reflejada
en el móvil en la periferia de mi campo visual, el cambio de plano
lo percibía con un leve retraso. No lo he podido
medir, pero creo que a partir de 1/25 de segundo empiezan a ser
apreciables los cambios en las imágenes como saltos, no como sucesos
continuos, así que me aventuro a calcular que aquel retraso sería
de una décima parte de segundo, así a ojo (nunca mejor dicho) :-D
Pues bien, aquello despertó mi
curiosidad ¿Por qué percibía una imagen más tarde en la zona
periférica se mi ojo que en la zona central? Me puse a elucubrar, y pensaba en una posible hipótesis evolutiva que me llevaba a concluir justo lo contrario que estaba viviendo. Caray, si estoy en la selva, y me va a atacar
un bicho oculto entre la maleza ¿No tendría mayor sentido que
percibiera antes los movimientos en el campo periférico de la
visión, que además es más sensible, según recuerdo haber leído, a los movimientos, que en el
centro, para poder luego enfocar la visión de forma
refleja en la amenaza y verla con el centro de la visión para
decidir qué hacer? Los seres humanos vemos las cosas en una zona muy pequeña
de la retina, ese centro del que hablo, donde se forma la
imagen virtual que la lente que es el ojo transmite (que por cierto
se forma cabeza abajo, pero eso el cerebro lo corrige), y se ve con
mayor fineza; es el centro de la visión, y el ojo se mueve para que
podamos colocar en ese área las cosas que queremos mirar con
exactitud, mientras que percibimos de forma más simple, sobre todo
los movimientos, en la zona periférica.
Bueno, pues
durante un tiempo me pareció contradictorio aquello, que no tenía
sentido que un primate evolucionado percibiera, como digo, las cosas en
tiempos distintos y sobre todo más tardíos, entre su centro de
visión y la zona periférica del ojo. Pero en muchas ocasiones las
personas tendemos a pensar con eso que llamamos “sentido común”, cuando la realidad que nos rodea se comporta de
forma contraria. Es decir, es contraintuitiva. En mi caso, creo que
he caído en el prejuicio de la percepción evolutiva, que nos hace
creer que la evolución va “a mejor”, en una tendencia
de las especies y las criaturas a una mejora y un mayor refinamiento, algo que en realidad no ocurre así exactamente. La evolución es un proceso ciego,
accidental y bastante aleatorio.
En fin, que la
razón de aquel retraso perceptivo podía no ser evolutiva, sino de
otro tipo. A lo mejor era puramente fisiológica, es decir, que
ocurría porque estamos hechos de una manera determinada, y ya está.
Y dejé de pensar en el asunto durante un tiempo.
Pero hete aquí
que llevo tiempo pensando en una secuela de una novela y para
documentarme compré en marzo del año pasado, en un quiosco del aeropuerto de Las
Palmas un número especial de la revista Investigación y Ciencia
dedicado a la conciencia, y en él encontré un artículo que me dio
algunas pistas. El texto en cuestión se titula “En busca de la
consciencia perdida”, su autor es el neuropsicólogo Reinhard
Werth, y fue publicado en “Cuadernos mente y cerebro” número 13.
En él Werth explica sus investigaciones con personas que sufren
deterioros neurológicos para intentar explicar ciertos fenómenos de
la percepción, sobre todo la visual.
Uno de los
experimentos, realizado con niños nacidos sin cerebro, mostró al
neuropsicólogo que estos podían seguir objetos en movimiento con la
vista, de modo que averiguó que, a pesar de carecer de cerebro, esos
niños perciben visión, de hecho el campo central de la misma, en un
área ajena a la corteza cerebral y a la zona donde se produce la percepción de la visión ordinariamente. Al parecer, los bebés inician su captación visual del mundo a partir de ese foco central, y la van ampliando a
medida que crecen, de forma natural.
El área que
“ve” ese foco central es muy primitiva y se encarga de coordinar los
actos reflejos, puesto que gran parte de los movimientos oculares son
de este tipo. De hecho para focalizar un objeto el ojo realiza varios
movimientos totalmente automáticos e inconscientes con el fin de
poner el objeto en cuestión en la zona central de la percepción (el
centro de visión), regulando la cantidad de luz recibida mediante el
movimiento del iris, así como del cristalino para el enfoque, etc. Todo eso es
tarea del sistema parasimpático, encargado de automatismos
primitivos similares como la respiración, el ritmo cardíaco, etc. Son procesos totalmente inconscientes y que se realizan de forma automática.
Este proceso se
produce en un área conocida como el tálamo, una zona muy misteriosa
que gestiona un montón de cosas de esas automáticas que realiza
nuestro cuerpo sin que nos demos cuenta. Al mismo tiempo, el tálamo
parece que modula nuestra propia consciencia mediante la interacción
de grandes áreas del cerebro.
El tálamo se
combina en sus funciones con el hipotálamo y ambos forman el llamado
diencéfalo. Por otro lado, es sabido que la visión se procesa de
forma compleja e interpretativa en las zonas occipital y parietal del
cerebro, amén de en otras áreas también de la corteza (conocidas
como áreas 17, 18 y 19 de Brodman); la corteza es la zona del
pensamiento y la elaboración perceptiva compleja. Así que me parece intuir
que todo esto es un asunto de llegada de señales a una zona más cercana
y/o más rápida en interpretarlas (tálamo) y luego a otra más elaborada,
que requiere más proceso o más tiempo para interpretar las señales
y convertirlas en percepción (áreas cerebrales de la visión).
Al parecer el
tálamo tiene una parte, el núcleo geniculado lateral (GNL), que
funciona como una centralita perceptiva. Por él pasan muchas señales
(no sólo las visuales) y se encarga de repartirlas a las zonas de la
corteza encargadas de su proceso, de modo que ese área tal vez deba
de percibir antes que ninguna otra, pues recibe primero la señal y
luego la transfiere a la corteza cerebral.
Al mismo tiempo,
el hecho de que la visión se construya al desarrollarse un ser humano a partir
del área central, que parece procesar el tálamo, si sigo una
interpretación generosa de los experimentos de Werth (aquí estoy
saltando un poco desde su artículo a mis ideas, pero bueno), me hace
sentirme más seguro de que ese podría ser el origen de ese retraso
que he percibido en mi mismo: la fisiología. Que estamos hechos así,
vamos.
En resumen, que el tálamo participa en la percepción, además de gestionar el
envío de las señales visuales que le llegan para su reenvío a la
corteza cerebral perceptiva, y de ahí el mínimo retraso entre lo
que el GNL percibe (visión central muy primitiva) y lo que se
procesa en el área cortical (visión periférica y proceso refinado
de visión central).
Todo el proceso
perceptivo es increíblemente complejo y en esta explicación he
ahorrado liarla más con cómo llegan las señales visuales al tálamo
a través del quiasma visual, etc. No es necesario y añadiría,
creo, confusión al asunto. Sólo se trataba de encontrar una
explicación más o menos aceptable para mi inesperado experimento
casero.
Otra posibilidad un poco inquietante es que yo esté hecho así y sólo yo experimente ese fenómeno. Así que si a vosotros os pasa igual que a mi, y veis con retraso las cosas en vuestra periferia ocular, me sentiré realmente aliviado...
Otra posibilidad un poco inquietante es que yo esté hecho así y sólo yo experimente ese fenómeno. Así que si a vosotros os pasa igual que a mi, y veis con retraso las cosas en vuestra periferia ocular, me sentiré realmente aliviado...
También he
consultado para este artículo los siguientes textos vía internet:
-Psicología de
la percepción visual. 2.7. Las vías visuales del cerebro. VV. AA.
Universitat de Barcelona.
-Áreas de
procesamiento sensorial. VV. AA. Neurowikia.
-Neurociencia y
comportamiento. Procesamiento visual talámico. Francisco de Asís
Gallardo Chamizo. Universidad de Sevilla.
La foto es una imagen digital que hice hará como dos años.
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A peculiar galaxy near M104
Publicado en Revista Mexicana de Astronomía y Astrofísica, Vol. 59, número 2. P.327. Este es el link.
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Las capturas que muestro en este artículo pertenecen a "Los canallas duemen en paz" (1960) de Akira Kurosaw...
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Desde el 20 de abril hasta el 14 de julio podrán visitar en la Sala de exposiciones Ponce de León de la Fundación MAPFRE Canarias, C/ Castil...