Nunca en la historia de nuestro país
la incompetencia de un gobierno estuvo tan desnuda y expuesta; antes estaba más oculta, pero ahora es una auténtica explosión.
Estos
días nos hemos enterado de que nuestra deuda supera nuestro Producto
Interior Bruto y que hemos saltado todas las obligaciones de déficit
con Bruselas en manos de un gobierno que ha roto todas las presas de
contención, pero al que Europa prefiere no sancionar ahora, “porque
es de los nuestros”.
El próximo gobierno tendrá que apechugar con los errores desastrosos de este, con su legislación incompetente e ideológicamente distorsionada y con sus normas propias de otros tiempos. Y ahora nos dirán que lo hicieron "por nuestro bien", que estamos en campaña electoral.
Se supone dentro del tópico irracional de slogans en el que vivimos que la derecha es tradicionalmente una buena gestora económica. Pues nada de eso. Han arrasado con lo público, elevado los impuestos, malvendido sociedades públicas o viviendas protegidas prevaricando y como resultado han hecho explotar el déficit, arrasado con el fondo común de pensiones y reventado récords de deuda. En román paladino, un puto desastre. Han gestionado lo que se supone sabrían gestionar de la peor de las formas posibles y han dejado las cifras del país como un erial. Eso es lo que han hecho. Pero venderán lo contrario en sus medios afines. Y los peligrosos serán los demás partidos, claro.
El próximo gobierno tendrá que apechugar con los errores desastrosos de este, con su legislación incompetente e ideológicamente distorsionada y con sus normas propias de otros tiempos. Y ahora nos dirán que lo hicieron "por nuestro bien", que estamos en campaña electoral.
Mientras tanto, no dejo de ver con incredulidad al par
de ministros en funciones más rancios que recuerdo, todos de sectas
católicas ultraconservadoras (y de misa diaria, llevados por sus conductores en coches oficiales), que siguen cometiendo dislates sin ni
siquiera ya el más elemental control parlamentario. Este gobierno, o
estos ministros, tienen a menos el disculparse por sus errores. El problema es que cuando crees que posees la verdad, eso es casi imposible.
En una
especie de herencia franquista más, estos señores de derechas de
toda la vida antes se ahogan que pedir perdón. Y siguen adelante en
una marcha suicida, concediendo medallas a guardias civiles que
realizan expulsiones en caliente o a periodistas amigos, aniquilando
cualquier prestigio institucional, sin contemplaciones, sin
contención, sin vergüenza. Sólo tienen vergüenza para decir cosas
como “lo siento”, “me equivoqué”. Y lo más importante: "hemos tirado 4 años de legislatura a la papelera", que eso han hecho.
Viven en un lodazal de corrupción
sistemática, que cruza todo el espectro de su partido, y son parte de
ella, pues siempre han vivido así, de modo que ahora se sorprenden de que lo
que hacen, lo que han hecho toda la vida, “lo de siempre”, “la
tradición”, que dicen en Tordesillas estos días, sea delito.
Pues
lo es.
Pues sí, pues este país lleva así desde el final de la
guerra. Este país es un nido de corrupción en todas las esferas, y
en todas partes tus méritos son tus contactos, tus logros serán tus
amigos en el poder, y tus negocios los que ellos te permitan. Es “la
tradición”. Y estos señores siguen en sus trece, practicando esa
vieja norma marcial de Queipo de Llano, nunca reconocer el error. Y
si había testigos, en aquellos años se les fusilaba y listo. Así eran
las cosas.
Cuando veo a todos estos señores que
nos gobiernan, con su “lo de siempre” entre manos, sacudiendo
espantajos comunistas y asustando en campaña con el retorno de los
brujos sin el menor sonrojo, entonces veo su completa incompetencia desnuda, y su miedo a desaparecer. Vileza e
idiocia en un solo objeto.
Por favor, que esta vez este país vote
con cabeza, que ya es hora de entrar en el Siglo XXI. España vivió
en el XIX la mayor parte del XX, gracias al dictador. Ahora, gracias
a estos señores seguimos en el XX, dirigidos por incompetentes, que
encima ahora mismo están aprovechando para colocar a los suyos en
todos los lugares que se pueda antes de que se les acabe el chollo. Siguen sin
entender nada. Siguen cumpliendo “la tradición” y haciendo “lo
de siempre”. Y sólo el tiempo, y los tribunales les sacarán de
ahí, me temo.
Necesitamos legislarlo casi todo de nuevo en
este país; esto es un desastre. Se han producido intentos
valientes, casi suicidas, en los años anteriores, pero el trabajo es
ingente. Llevará decenas de años, pero alguien tiene que empezar
por algún lado. Ojalá sea a partir de estas elecciones que vienen. Ya va siendo hora de convertirnos en una democracia occidental homologada.
No quiero ser malinterpretado. Jamás quisiera convertir en enemigo a otras personas y menos a los que nos
han gobernado estos años, pero es que su mezcla de ceguera
ideológica paleocristiana, de neoliberalismo económico
(acientífico) y de desprecio a la negociación con uso del rodillo
les han convertido en auténticos bulldozers legislativos, gente que
ha tenido la increíble posibilidad de mejorar el país y lo ha hecho
retroceder en derechos y libertades, y lo ha hecho más oscuro y
triste.
Y eso sí que no tiene perdón.
La imagen es de una serie de fotos que hice para la exposición "Bar Casa Manolo" de la Galería de Manuel Ojeda.