Este artículo es un poco urgente.
Algo muy grave está
pasando. Y no hablo de las cosas con las que suelo daros la paliza en
este blog. No me refiero a la banca, o a las eléctricas, las
telefónicas, AENA o las líneas aéreas (la desvergüenza con la que están
subiendo los precios cada vez que aumenta el descuento de residente canario en los viajes a las islas es de juzgado de guardia), no. Está
pasando en nuestro gobierno nacional, con los PGE, esas abstracciones
numéricas que apenas nadie entiende, pero que reparten miles de
millones de Euros cada año nacidos de los impuestos.
Parece que en los PGE
que se han aprobado estos días alguien se ha olvidado del REF, el régimen
fiscal especial canario. Parecerá un tecnicismo, y lo es, pero en
esta vida nada ocurre porque sí. Alguien ha decidido
“traspapelarlo”. A saber por qué y para qué.
Pase lo que pase -y ya
muchos están dando el grito en el cielo- parece que alguien en
Madrid no es muy consciente de que ciertas decisiones pueden tener un
desastroso efecto mariposa -o tal vez sí-. Inicialmente pueden parecer triviales, pero de
repente, desatan catástrofes. Esta es una de ellas.
Y en España estamos
acostumbrados a esas decisiones poco meditadas. Hace poco -estoy
intentando preparar una carta a la Ministra del ramo para que comprenda el
problema, disculpadme la digresión de este párrafo, que os podéis saltar si queréis-, descubrí en mis carnes cómo alguien en Hacienda había
decidido que si declarabas retenciones de tus trabajadores -en mi
caso para una película- y no podías atenderlas en el momento del pago, no
había posibilidad de pedir aplazamiento o fragmentación, como se
puede hacer a cualquier pago a Hacienda, y como es de derecho. En una decisión tan
arbitraria como demencial, surgió una norma de la AEAT por la que si
no atiendes a esas retenciones inmediatamente pasas a ser moroso con Hacienda, sin
más opción que pagar el 100% de la deuda, más recargos. Alguien en hacienda que
en su vida ha pisado el mundo real juzgó que permitir que las
empresas pudieran aplazar sus pagos de IRPF generaba picaresca. Sin
basarse en estadística ni en realidad alguna, ese alguien lanzó una norma que
demuestra que la vida real y un funcionario del fisco no tienen
puntos de contacto: las ultrapymes a veces han de usar el dinero
retenido a sus trabajadores para atender a otras obligaciones, es así
de simple, y necesitan poder solicitar aplazamientos para responder con el pago de sus retenciones. Esa norma es absurda, un dislate, pero se aplica a
rajatabla en todo el país. No hay pensamiento articulado al otro lado de la norma. No hay inteligencia. No hay empatía.
Tras este ejemplo de ensañamiento normativo, vuelvo a lo que está pasando ahora. Es un caso similar. Resulta que el gobierno central ha
olvidado en los Presupuestos Generales del Estado a Canarias y el
régimen fiscal especial que protege a las islas:
lejanía, condición de región ultraperiférica, fiscalidad especial, etc. y que intentan compensar una realidad incuestionable: que somos un territorio
especialmente vulnerable. El REF hace que muchas empresas acudan a
las islas y sin él pueden largarse, pues Canarias no es un lugar rentable, a no ser que se te den ventajas competitivas. En unos tiempos tan agresivos
como los que vivimos, no sería extraño que, de desaparecer el REF, ocurriera una desbandada. Puede ser una catástrofe. De nuevo al otro lado de la norma no hay inteligencia ni empatía.
Pero voy a mi dominio de conocimiento: peor es lo que
puede pasar con los rodajes que vienen a nuestras islas.
Antes que nada he de decir que creo que los famosos beneficios fiscales al cine no se han aplicado debidamente, pues no apoyan la
industria local, sino la condición subordinada de las islas como una zona dependiente
del exterior, y sólo benefician a las empresas locales de servicios. También se han aplicado pésimamente por parte de ciertos bufetes que han
causado, al menos al gran inversor canario, graves problemas y tremendas
desconfianzas.
Dicho esto -que se enuncia aquí en voz baja-, y con todo, el sumando final es bueno; están llegando decenas de producciones a
rodarse a las islas, especialmente norteamericanas, y dejan beneficios a la población isleña, tanto económicos como intangibles. Y eso es objetivamente bueno.
Vale que las medidas fiscales no permiten ahora mismo que la industria
audiovisual local se desarrolle, pero al menos tal vez podrían hacerlo en el
futuro si se consideraran esas producciones como beneficiarias, mejorando el marco legislativo. Todo es posible.
Sin
embargo, si se mantienen las intenciones del gobierno como reflejan los PGE, no habrá
tiempo ya para nada.
Miren, el cine es ante todo muy
prudente, cada día más, pues las apuestas son muy altas, y se mueve por impulsos, casi todos irreversibles. Es además un amante muy infiel. Los Estudios de cine tienen todo
el planeta para moverse por él, con decenas de localizaciones naturales alucinantes peleando por estar en el candelero. En estas circunstancias, llegar a ser un lugar de rodaje preferente requiere de mucha paciencia, constancia, y sobre todo perseverancia y esfuerzo continuado. Ser tan sólo una moda, un recurso pasajero, ha
ocurrido en decenas de localizaciones que estuvieron en boga hace poco: Praga, luego Budapest, más tarde Albania, entes Italia, Malta, Marruecos, Polonia... , hace medio siglo la España de la dictadura también llamó a las producciones de Hollywood, y aquello duró poco tiempo también. Por poner unos
cuantos casos, todos esos territorios ofrecieron beneficios de algún tipo, estuvieron en boca de muchos productores internacionales por una temporada, y ahora van camino del olvido.
Ese olvido puede llegarnos aquí a poco que el productor
norteamericano o internacional -sus abogados en realidad- detecte algún tipo de inseguridad jurídica en lo que les ofrecemos desde nuestras islas. Y si eso ocurre, no
regresarán; seamos claros, todos esos grandes productores no vienen por los paisajes, ni por los alojamientos, ni por las infraestructuras, ni por los servicios locales, no.
Vienen por los beneficios fiscales, y si estos se
acaban, se cerró el grifo, y aquí no hay segundas oportunidades.
Estamos en manos del legislador de Madrid que, una vez más, no sabe lo que hace cuando legisla, como en el ejemplo que les puse antes de las retenciones. Efecto mariposa. Consecuencias catastróficas.
Todas esas noticias de rodajes internacionales que vemos a veces en nuestra prensa local, que si “Star Wars”,
que si Stallone paseando por las ramblas de Santa Cruz, que si "Wonder Woman 2", pasarán a
ser recuerdos de los abuelos, como lo son ahora los rodajes de “Moby
Dick” o de “Hace un millón de años” hace décadas, a poco que la legislación nos ponga un traspié. Y me temo que, si nadie lo remedia, va a ocurrir, una vez más. En este país parece que somos únicos para colocarnos palos en las ruedas.
Que alguien llame a la
cordura al gobierno central, pues creo que se están tomando decisiones
con gravísimas consecuencias para todos. Lamento ser portador de
pésimas noticias, pero me temo que, o alguien arregla lo que se lee
en la prensa estos días, o nos espera un futuro oscuro. Y no sólo
porque se acabaría el hecho de ser el plató preferido de Hollywood, algo que siempre es coyuntural, sino que
luego vendrán cosas mucho peores.
Perder el REF es una locura, así de claro. De nuevo, un acto legislativo sin inteligencia, ni empatía.
Tomé la foto el 11 de diciembre de 2018.