jueves, 23 de noviembre de 2017

Instalados en la vileza (2) Convirtiendo al “otro” en enemigo.



¿Cómo es posible que un gobierno trabaje sistemáticamente para los grandes potentados del país? Habría que retroceder a los tiempos del dictador, o antes, para rastrear el origen de esta situación. De cómo España ha sido un país caracterizado por una clase política corrompida hasta el tuétano, y colocada ahí por quienes realmente mandan. La situación no ha cambiado demasiado en los últimos cuarenta años, desde la muerte de Franco, porque todo el sistema de corruptelas que definía su dictadura pasó sin problemas ni preguntas incómodas el examen de la llamada Transición, en forma de una especie de “pacto de caballeros”.

El sistema está creado para perpetuarse de forma automática. Porque no sólo los partidos políticos llegan al gobierno debiendo favores -o sea, créditos- a la gran banca, sino que los propios gobiernos se empantanan y embarran con esa banca sin la menor vergüenza. El caso de la compra del Popular, en bancarrota, por el Santander, es un “favor” de libro de un banco privado al gobierno, ya que de haberse tenido que rescatar al Popular con dinero público, se habría generado un agujero en las cuentas públicas gigantesco, y nuestros gobernantes actuales no quieren un nuevo escándalo bancario. Así debería de haber sido, pero ante el miedo al deterioro en la imagen y entre el electorado, se llama a un “amigo” y ese “amigo” te hace el favor, te compra un banco en quiebra por un euro, y te pone una marquita, un “me debes otra, chato”, que será utilizado en su momento.

Así se explican pequeñas cosas feas como la que pasé en el Santander una mañana de un viernes, a la que dediqué el primero de estos artículos. Al final todo está ligado. No se molesta con nimiedades a los amigos que te hacen favores. Por cierto, qué coincidencia. Hace unas semanas el Santander recibía del gobierno un pago de 500 millones de Euros al contado, directamente desde Hacienda. Dicen que es parte del pago por el favor, así que al final el no rescate del Popular vamos a pagarlo todos, para variar, pero claro, sin escándalos, y nadie se entera. Así vamos. Tontos que somos.

Al menos un puñado de inversores han denunciado al gobierno y al Santander ante Europa por estos asuntos tan poco claros. Una de las ventajas de estar en la Unión Europea es que ya no es tan fácil hacer estas barbaridades que en este país han sido tan comunes “de toda la vida”.

Pero es que así pasa con la banca, pero ocurre lo mismo con las telefónicas y con las eléctricas, esa terna de intocables, para las que se legisla a medida.

Esas telefónicas que os cobran por servicios no prestados, y que os suben el precio saltándose su propio contrato sin sufrir consecuencia alguna. Esas eléctricas que directamente roban a los ciudadanos por una energía carísima, de las más caras de Europa, en uno de los países con menor poder adquisitivo del continente. Unas eléctricas que cortan la luz impunemente a quienes no pagan, aunque ciertos escándalos obliguen por unos meses a hacer el paripé de que se hace algo al respecto ¿Os acordáis de Rosa Pitarch? Murió hace ahora un año en un incendio causado por una vela. Le habían cortado la luz por falta de pago. Hoy hubiera muerto igual, todo vuelve a ser un remanso de paz, hasta que aparezca otra Rosa y haya que hacer una nueva campaña de imagen. La nueva ley que se supone protege a los ciudadanos en su situación de los cortes de luz es un chiste, un teatrillo diseñado, de nuevo, para que las eléctricas no se enfaden. Y hablamos de cantidades nimias de dinero. Pero, tanto gobierno como empresas, juegan a que las cosas se olvidan pronto en nuestra sociedad. Eso todas estas grandes empresas lo saben. Los pueblos tienen mala memoria. Y todo sigue igual al final, con un par de pinceladas a la ley que no sirven para nada.

El otro día me cortaron el teléfono en Movistar. No había dinero en la cuenta. Se me había olvidado transferirlo. Cuando llamé para pagar con la tarjeta, me pusieron un recargo de 30 Euros “por restablecimiento del servicio” totalmente ilegal, porque se ha hecho sin previo aviso. Las telefónicas están obligadas por ley a avisarte de que no se ha podido cobrar tu mensualidad para que puedas tener la oportunidad de aportar el dinero. Naturalmente, no lo hacen, y al final de este texto os explicaré el por qué. 

Tras recurrir el cobro mediante una reclamación vía web a Movistar, vino, obviamente, denegada, por lo que mi última opción fue reclamar a través de la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia), un trámite lento y oneroso. Es normal que actúen así, pues el nivel de desestimiento de la gente es altísimo en estos casos, y el proceso desesperante. Las operadoras lo tienen todo a su favor. Y lo tienen porque la legislación lo permite, porque los gobiernos han cambiado las leyes a su favor de forma sutil y poco a poco, y, claro, no lo olvidemos: porque nosotros se lo hemos permitido.

Decidí reclamar, decía, a la CNMC. Mi queja fue la siguiente:


Me dirijo a ustedes al objeto de presentar DENUNCIA contra la empresa Movistar (Telefónica Móviles España, S. A. -Sociedad Unipersonal-) y ello por los hechos y fundamentos de derecho que a continuación se exponen:

PRIMERO.- La empresa reclamada me ha aplicado una penalización por una cantidad de 25 euros + IGIC, en concepto de “Rehabilitación Suspensión Retraso Pago” tras haberse producido la devolución de un recibo que ha llevado a una suspensión temporal (se adjunta copia de factura acreditativa de este extremo).

SEGUNDO.- Esta penalización puede entenderse como cláusula abusiva, tal y como establece el artículo 80 y siguientes del Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios y otras leyes complementarias.

En concreto, el artículo 82.1 del texto define como cláusulas abusivas “todas aquellas estipulaciones no negociadas individualmente y todas aquéllas prácticas no consentidas expresamente que, en contra de las exigencias de la buena fe causen, en perjuicio del consumidor y usuario, un desequilibrio importante de los derechos y obligaciones de las partes que se deriven del contrato”.

Además, el apartado e del artículo 82.4 de esta norma especifica como abusivas, entre otras, las cláusulas que “resulten desproporcionadas en relación con el perfeccionamiento y ejecución del contrato”.

Por todo lo expuesto, SOLICITO A ESTE ORGANISMO que inste a la empresa objeto de esta denuncia a que me devuelva la citada cantidad e imponga la sanción que corresponda ante el incumplimiento de la legislación vigente, y me den traslado de la resolución emitida, al ser parte interesada.

La respuesta inicial de la CNMC fue transmitirme las alegaciones de Movistar:



En ellas, la que fuera bandera de las empresas públicas españolas me perdonaba la vida y "por la consideración" que les merezco como cliente, me devolvían los 25 Euros. Excusatio non perita, accusatio manifesta.

Yo complementé entonces, ya que la CNMC me lo permitía, con más argumentos, mi denuncia, pidiendo que se actuara de oficio sobre estas zonas grises en las que las operadoras telefónicas actúan con total impunidad. Este era el texto:

PRIMERO.- El reclamante recibe de la Oficina de Atención al Usuario de Telecomunicaciones carta con informe de Movistar, el operador reclamado, por cobro indebido por reestablecimiento de llamadas. En la carta se da al reclamante plazo de 15 días para presentar alegaciones.

SEGUNDO.- En su informe, Movistar aduce una cláusula contractual para el cobro de la cantidad objeto de la reclamación por restablecimiento del servicio, y no obstante devuelve la cantidad al reclamante. Excusatio non petita, accusatio manifesta. En la cláusula no se aduce razón técnica alguna para ese cobro, simplemente se hace constar como si fuera una sanción ejemplarizante, lo que podría hacerla abusiva.

TERCERO.- El reclamante quisiera alegar que el citado cobro, sea o no parte del contrato, es a todas luces abusivo, en virtud del texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, que considera abusivas las cláusulas que "causen, en perjuicio del consumidor y usuario, un desequilibrio importante de los derechos y obligaciones de las partes que se deriven del contrato" (artículo 82.1). El restablecimiento de un servicio, a todas luces, un proceso de nulo coste para la operadora, no puede valorarse con un cargo de ese calibre, a todas luces desorbitado. El coste pone en desequilibrio la relación entre cliente y operadora al establecerse un peaje para restituir el servicio tan básico como es el telefónico, lo que pone además a los colectivos vulnerables en grave situación de desamparo.

CUARTO.- La operadora nunca avisó con la antelación necesaria al reclamante del impago, siendo el corte sobrevenido, lo que va en contra de la Carta de derechos del usuario de los servicios comunicaciones electrónicas que reza que sólo pueden suspenderse temporalmente si no se ha abonado la factura transcurrido un mes desde su presentación y siempre y cuando se haya producido un aviso previo.

QUINTO.- Otras operadoras (Yoigo) aplican un pago de 14,52€ por el mismo concepto. Siendo una operadora virtual que usa las mismas redes y por ende está sometida a los mismos costes, ello implica que el precio no es tal, siendo la cantidad decisión arbitraria por parte de la operadora Movistar, a todas luces con intenciones punitivas. Recuerdo asimismo que Movistar es una marca de Telefónica Móviles España, responsable de la infraestructura pública del servicio civil de redes móviles, que usan otras operadoras como Yoigo con precio mayorista. Deviene antieconómico que la empresa propietaria de la infraestructura pague más que el precio de mayorista que ofrece a las virtuales (caso del restablecimiento de llamada tras corte), así que por reducción al absurdo se puede deducir que algo no funciona en ese cargo a los clientes de Movistar, que por otro lado, no se explica.

Por todo lo expuesto y vista la respuesta de Movistar, SOLICITO A ESTE ORGANISMO:

1-Que se inste a Movistar a que desglose de los costes a los que se supone se achaca ese pago por restablecimiento de servicio temporal en caso de impago.

2-Que se auditen esos costes, para delimitar si son reales o simplemente punitivos.

3-Que se obre en consecuencia como resultado de la citada auditoría, anulando esos cobros, de resultar no acreditados, considerando esas cláusulas de los contratos de Movistar como abusivas y por tanto nulas. Y por ende en los demás contratos análogos de las otras operadoras.

4-Que se sancione a Movistar y por ende a las operadoras por esos cobros, si se demuestran abusivos, con efectos retroactivos, toda vez que todos esos cobros indebidos han puesto en situación de desamparo a gran cantidad de clientes en situación de vulnerabilidad económica, al imponer un peaje arbitrario para la recuperación de un servicio básico.

Finalmente, la Comisión que se supone vela por nuestros intereses, respondió desestimando todas mis alegaciones de un plumazo, sin ni siquiera desglosar su respuesta a ellas, ya que en principio al aceptar yo el contrato con esa cláusula de restitución del servicio, no tenía otra opción que pagar. Lo abusivo de ella, no se discutía, y se me venía a decir: "Mira, Movistar te devuelve el dinero, conque mejor cállate". 

El que la operadora no hubiera avisado previamente del corte, tampoco se comentaba (al parecer hay una laguna legal en ese asunto. Se legisló esa obligación de aviso para la telefonía fija, en la Carta de derechos del usuario de los servicios comunicaciones electrónicas que citaba en mi declaración, pero nadie se ocupó de extenderla explícitamente a la telefonía móvil, cosa que nadie ha hecho; parece que no han tenido tiempo en los 25 años desde que se implantó en España el uso del móvil, por lo que las operadoras aprovechan ese vacío), ni, claro, se añadía nada sobre mi sugerencia de actuar de oficio sobre unas cláusulas que son a todas luces un abuso para el consumidor. 

En fin, la CNMC prefiere no liarla. Es perfectamente normal que, dado el cariz de las respuestas de los organismos oficiales de defensa de los consumidores de servicios de telecomunicaciones, la gente ni se moleste en reclamar, pague, y lo deje correr. El sistema está diseñado por y para el beneficio de las operadoras. Y para que el ciudadano se calle, no moleste, y siga su camino.

Tenemos unas instituciones que son un títere en manos de grandes corporaciones, que lo manejan todo, desde los medios de comunicación hasta los resortes legislativos. El resultado es una aparente red de defensa oficial del ciudadano que realmente no existe. 

Resulta demencial que en unos tiempos como los que corren, con una crisis galopante (que no ha terminado, aunque la propaganda oficial insista en lo contrario machaconamente), las grandes empresas tengan esta patente de corso, mantengan un trabajo esclavo y bajo un régimen de terror, y al final las personas seamos quienes paguemos la locura del beneficio a toda costa. 

Sabemos que los casos más sangrantes están en los servicios prioritarios, como telecomunicaciones, banca, electricidad, sanidad o educación, que todos necesitamos o necesitaremos en algún momento, que mantienen a millones de ciudadanos secuestrados, y que han sido masacrados por un proceso de privatización realizado de nuevo a la chita callando por unas personas que se han aprovechado de sus puestos en las instituciones de la forma más vil imaginable. Todo esto ha generado un enorme poder en manos de ciertas empresas que prácticamente controlan el país, y por ende nuestras vidas, restringiendo nuestras libertades y nuestros derechos, y haciendo, al final, lo que les da la gana, con la legislación, encima, de su lado, pues han tenido años para retorcerla a gusto mediante cabildeos.

La subcontratación y el sobreprecio reinan por doquier, los gobiernos han cedido parcelas que habían estado bajo su control de forma tradicional (seguridad, gestiones, informática, etc.) en manos de terceras empresas, con las que han aceptado firmar cláusulas de cancelación absolutamente intolerables, y han quedado secuestrados por concesiones privadas durante décadas. Todo esto ha sido debido a la aplicación práctica de una ideología, el llamado “neoliberalismo”, importado de USA, y que es el que predica su Partido Republicano y su Tea Party. Resumiendo: abolición del Estado, y privatización de todo lo que se pueda privatizar. Y si no tienes dinero para pagar los servicios que antes eran públicos, te jodes.

Este dislate cultural llegó a nuestro país de la mano de toda una generación de políticos del Partido Popular: José María Aznar y su liberación del suelo -origen del desastre de la burbuja inmobiliaria-, Gallardón y su desmantelamiento de Madrid -creando una deuda billonaria para todos los habitantes de la ciudad-, Ana Botella, y su reventa de pisos de protección oficial a fondos buitre -que han dejado en la calle a cientos de personas, retorciendo de forma atroz el concepto de vivienda protegida hasta dejarlo irreconocible- y de servicios de limpieza urbanos a empresas como FCC -que ha mantenido a Madrid convertida en un basurero; aunque la alcaldesa Manuela Carmena hace lo posible por arreglarlo, las cláusulas son tan férreas que en estos momentos FCC decide sobre la limpieza de Madrid, no su consistorio-, y muchos otros. 

El problema de toda esta gente, del desastre que han armado, es, no sólo su ignorancia, sino su incapacidad de salir de su “marco mental”. El principal problema de España en este momento es que no podemos ni aproximar las soluciones a los problemas que sufrimos porque la clase política en el poder vive sumergida en un mundo virtual de ideología, repiten como cotorras los argumentarios que las estructuras de sus partidos les suministran, y, en resumen, se comportan como incapaces, en un momento en el que hace falta inteligencia y decisión sin prejuicios. Estamos gobernados por personas que no piensan, sino que se comportan como resortes ejecutores de la ideología de su partido, y lo hacen hasta sus últimas consecuencias.

Como ejemplo, todas y cada una de las iniciativas legislativas de la oposición tomadas en esta legislatura, en la que el PP está en minoría, muchas de corte social, votadas por PSOE, Podemos y Ciudadanos, han sido bloqueadas sistemáticamente en el Senado, en el que el PP sí tiene mayoría. Es decir, una legislación que podría ayudar a la gente y solucionar problemas terribles está parada porque el PP quiere. Hablo de decenas y decenas de leyes. Esa es una manera de anteponer la ideología, la lucha partidista al bien ciudadano. ¿No sería más productivo que el PP se sentara con los demás partidos y llegaran a consensos para que esas leyes se aprobaran y pudieran salir adelante? No, en la nueva política, que no es más que la vieja política con Redes Sociales de por medio, lo que importa es enrocarse, y no dar ni agua al enemigo político. Y estoy seguro de que en el PP actualmente hay personas de talla más que suficiente como para comprender este grave problema, y deseosos de alcanzar consensos, pero me temo que el sistema de partidos español está secuestrado por su propio régimen de encumbrar a los más capacitados para escalar por su organigrama interno, que no son, ni mucho menos, los más brillantes ni los más preparados. Algo que, por otro lado, afecta a toda la clase política española, independientemente de su ideología.

Vivimos en un mundo de alta complejidad, en el que sólo se puede pensar en aproximar las soluciones a los problemas mediante la acción y el consejo de especialistas, la generación de libros blancos y de legislación limpia de contaminación ideológica, creada por el bien del ciudadano, y para nada más. Pero en España se lleva cuarenta años legislando para el bien de una minoría que se ha enriquecido a base de saquear el dinero de los impuestos. Este es el sistema imperante en España, que extiende el heredado de Franco, y que él heredó del siglo anterior, el XIX.

Y los políticos actuales parecen mantenerse en la ocultación de los problemas, en su negación, o en la simple mentira -las cifras de salida de la crisis que ofrece la ministra del ramo son de risa-, ofreciendo respuestas simples y maniqueas a problemas de alta complejidad, olvidando que no viven en una perpetua campaña electoral, cosa que han prolongado directamente al interior del BOE.

Para poder actuar con libertad mental, hay que escapar de la forma de pensar de la clase política española, que considera al rival político como un enemigo con el que no se puede negociar ni llegar a un acuerdo alguno -las peleas actuales entre Ciudadanos, PSOE y Podemos llevan a la risa, haciendo imposible lo que es de facto una mayoría en el Congreso-. Esta decisión, que parece tomada en departamentos de marketing, es nefasta, y sólo lleva al caos. Y la experiencia del Siglo XX debería de habernos enseñado que con esa forma de cosificar al opuesto empezaron las grandes guerras que devastaron el planeta no hace tanto. Es que no entiendo cómo se puede ser tan poco inteligente. 

Por lo que respecta al PP, si concibes o propones soluciones fuera de su argumentario mental eres un comunista peligroso, un bolivariano, o tal vez se te tache de antisistema, populista o radical. El caso es desacreditarte con una sola palabra. De nuevo el planteamiento de un problema complejo se resuelve de forma maniquea y simple, buscando una situación polar e irreconciliable. El diálogo, el entendimiento, bajo esas premisas, es totalmente imposible. Y el riesgo, inconmensurable. 

Véase lo que está haciendo en estos días Montoro con Manuela Carmena, que ha saneado en tiempo récord las desastrosas cuentas del Ayuntamiento de Madrid. Pues bien, la Hacienda controlada por el Gobierno de la nación se dedica sistemáticamente a ponerle traspiés a los proyectos económicos del consistorio madrileño, amenazando con intervenir uno de los ayuntamientos que ha solventado su deuda con superávit, pero que, claro, está dirigido por una enemiga política. Esa forma de hacer las cosas es peligrosísima, y tiene en su interior un germen de odio que se me antoja suicida. 

Lo mismo está pasando con la actividad parlamentaria. Todas y cada una de las iniciativas que ha lanzado la oposición han sido paralizadas por el PP con una argucia legal según la cual pueden afectar al equilibrio presupuestario, un argumento totalmente falso que está recurrido en el Tribunal Constitucional, pero que mientras tanto mantiene maniatado al Legislativo en toda iniciativa que no guste o no sea iniciativa del Partido Popular. Los medios afines difunden ese sistemático boicot a la labor parlamentaria como inacción e ineptitud de la oposición, y como resultando, tenemos a la nación secuestrada legislativamente por motivos espurios y posiblemente anticonstitucionales. El desencanto de la población vendrá por añadidura, ya que lo que “ven”, medios de comunicación mediante, es un parlamento que no funciona y una oposición que “no hace nada”.

Cosificar al “otro” es una de las acciones más irresponsables y peligrosas que se pueden hacer. El paso a convertirlo en un enemigo real puede ser muy corto. Y ha ocurrido demasiadas veces en nuestro pasado histórico.

Sólo hay que mirar alrededor, al uso espantoso y vil que se hizo del atentado de Las Ramblas de Barcelona, con los cuerpos de las víctimas todavía calientes. O viendo cómo ciertos grupos políticos iniciaban una guerra de baja intensidad contra otros grupos de ideología opuesta tras el 1 de Octubre, simplemente por un problema de posición ideológica. Es terrible, desolador y profundamente desmoralizante. Mira que tenemos ejemplos en nuestra historia que nos enseñan una y otra vez que esa es la peor manera, que ese es el camino directo hacia el desastre.

Pero no hay manera, a lo que se ve.

Bueno, he pasado de Movistar a la incapacidad de negociar que parece cronificarse en estos días en el país, pero es que todo está relacionado   :-)

Hice la foto que ilustra este texto en la puerta de la sede de la CNMC en Madrid, el 16 de noviembre de 2017.

lunes, 20 de noviembre de 2017

LOS CODICES DEL APOCALIPSIS - EL DISEÑO DE LA PORTADA (y 4)


Brendan McCaffrey ha dado por terminado el diseño de un elemento muy importante de la portada de la nueva edición de la novela "Los códices del Apocalipsis". Se trata de los misteriosos objetos que orbitan alrededor de la Tierra, y que son llamados "Music boxes" ("Cajas de música"), que nadie sabe para qué sirven ni cuánto tiempo llevan ahí. Para encontrar respuesta a esos misterios, tendréis que leer la novela  :-)

Este es el espectacular resultado final. A partir de aquí, Brendan se dispone a hacer la composición final de la obra. Os seguiré informando.



Brendan ha puesto online todo el proceso de creación del objeto, que podéis ver en este link.

Los pasos finales de texturado los ha realizado usando Substance Painter, y el modelado natural de detalles con Zbrush. Atención al alienígena que, como pista, ha puesto en la propia estructura. La idea es que el objeto tenga su propio mecanismo de programación, que Brendan ha ideado mediante ruedas con guarismos.









Si os apetece, todavía tenéis disponible la bonita edición en papel de Tyrannosaurus Books. Está a punto de agotarse en AmazonCasa del Libro o El Corte Inglés. Si queréis examinarla, podéis echar un vistazo en este Flickr de Edición Coleccionista.

martes, 14 de noviembre de 2017

LOS CODICES DEL APOCALIPSIS - EL DISEÑO DE LA PORTADA (3)


Seguimos con el proceso de diseño de la nueva portada para la edición en Amazon de mi novela "Los códices del apocalipsis".

En estas imágenes podréis ver la evolución del diseño de Brendan McCaffrey de "Las cajas de música", ahora con Zbrush, y su posterior texturizado. Brendan está trabajando en el complejo diseño para que sea funcional y realista, y que estos extraños artefactos tengan una lógica interna, y sus piezas, entre la reliquia religiosa y la tecnología alienígena, formen un todo coherente. Lo hiperdetallado de las texturas es absolutamente increíble.

Abajo podréis ver imágenes del proceso completo.

Si os apetece, todavía tenéis disponible la bonita edición en papel de Tyrannosaurus Books. Está a punto de agotarse en AmazonCasa del Libro o El Corte Inglés. Si queréis examinarla, podéis echar un vistazo en este Flickr de Edición Coleccionista.




















martes, 7 de noviembre de 2017

Proyectos (6) - CND



Hace ya casi 13 años desarrollamos, junto al productor Andrés Santana, y con Ignacio Gabasa como coordinador de guiones, un formato de serie para la productora de Paco Lobatón. Se titulaba "CND - Centro Nacional de Desaparecidos". 

Ha sido profético, porque actualmente está a punto de crearse en la vida real gracias, sobre todo, al impulso de Lobatón. Escribíamos, e íbamos a dirigir episodios, Mari Pau Domínguez, Sigfrid Monleón, Víctor García León y yo. Fue un trabajo realmente interesante, con una amplia fase de investigación, y de desarrollo de la biblia del proyecto.

En la imagen adjunta, un croquis del escenario de las oficinas del CND, que hice en CorelDraw para ayudar a la escritura.

viernes, 27 de octubre de 2017

Novelas en Scenic Rights


Gracias a la gestión de mi agente literaria, Alicia González Sterling, mis novelas "Idyll" y "El Despertar" ahora están disponibles para su adaptación a cine, televisión u otro medio en la Agencia de Licenciamiento de Obras Scenic Rights

Así que, queridos productores, aquí y aquí las tenéis  :-)





viernes, 20 de octubre de 2017

LOS CODICES DEL APOCALIPSIS - EL DISEÑO DE LA PORTADA (2)


Seguimos con el proceso de diseño de la nueva portada para la edición que vamos a realizar en Amazon de mi novela "Los códices del apocalipsis".

Aquí podéis ver la evolución del diseño CGI de "Las cajas de música", un elemento muy importante de la novela que nuestro diseñador, Brendan McCaffrey, ha elegido para que tenga protagonismo en el diseño de la portada. El concepto, que mezcla alta tecnología con un diseño cercano al arte barroco, está quedando muy chulo.

Más abajo podréis ver la evolución del modelado en 3D del objeto, desde los primeros pasos del modelado (por Moises Guerra en 3ds Max), y luego los afinados realizados por Brendan, usando Modo y Zbrush.

¡Pronto, más imágenes del proceso de creación de la portada!

Si os apetece, todavía tenéis disponible la bonita edición en papel de Tyrannosaurus Books. Está a punto de agotarse en AmazonCasa del Libro o El Corte Inglés. Si queréis examinarla, podéis echar un vistazo en este Flickr de Edición Coleccionista.















lunes, 16 de octubre de 2017

Instalados en la vileza (1) La banca y sus pequeñas dificultades cotidianas




“Un Estado totalitario realmente eficaz sería aquel en el cual los jefes políticos todopoderosos y su ejército de colaboradores pudieran gobernar una población de esclavos sobre los cuales no fuese necesario ejercer coerción alguna por cuanto amarían su servidumbre.”

(Aldous Huxley, prólogo a “Un mundo feliz”. Traducción de Ramón Hernández. Plaza & Janés Editores S. A., Ediciones Orbis, 1991)


Se me hace difícil usar títulos así de rudos para los posts. Ya empezamos en plan cascarrabias, ya te pongo, lector, en un espíritu no demasiado luminoso, y yo mismo, al escribir el texto, empiezo a temer que pueda caer en juicios de valor, o en trazar líneas absolutas donde a lo mejor no debería ser tan drástico, por eso de que nada es blanco ni negro. Pero bueno, intentaré contar las cosas y establecer mi punto de vista de la forma menos agria posible. A veces es difícil, creedme.

He hablado de ello en otro momento, y en otro, pero es que ha vuelto a pasar. Os cuento.

Cuando vas a registrar una obra en el Registro de la Propiedad Intelectual, sea un guión, una obra teatral, un poemario, un artículo o una novela, tienes que pagar unas tasas. El del registro de obras es un paso previo a enviarlas a nadie, y que recomiendo a todos antes de difundir obra alguna, ya que en caso de que surjan problemas de cualquier tipo, como plagios o copias sin autorización, tenéis una prueba con validez legal que os puede ayudar. 

El pago de las tasas se puede realizar en todos los bancos del país, porque así lo dice la ley. Y, se aclara en el mismo impreso de pago, da igual que tengas cuenta o no en el banco al que vayas; se trata de un pago al Tesoro del Estado, un servicio público, y todos los bancos están obligados a atenderlo.

Muchos de ellos están escaqueándose de esas obligaciones, y de la forma más fea. Toman la decisión en un consejo de administración, a sabiendas de que es ilegal, la transfieren como orden a las sucursales, y los empleados, que breguen con los clientes denegándoles un derecho fundamental. Así estamos.

Naturalmente, esos bancos, como el BBVA o La Caixa, por poner dos ejemplos de banca que me ha denegado ese trámite (mirad los links que dejé más arriba), luego niegan oficialmente que impidan nada -faltaría más, estarían reconociendo el delito-, y cuando reclamas -os remito a este caso por el que pasé previamente- las cartas oficiales afirman que tal cosa no existe. Es el nuevo mundo orwelliano de los defensores del cliente que no son exactamente eso.

Me sorprende la sangre fría de los dirigentes de banca que, desde sus sueldazos, mandan órdenes así a sus trabajadores de a pie, y me pregunto cómo rayos pueden dormir tranquilos, pero no es extraño. Ese es su ecosistema, y este es casi el mismo estado de cosas que generó, por ejemplo, las famosas Preferentes, nacidas de un equilibrio del terror por el que, si eres un empleado de banca y no cumples los objetivos asignados, o no obedeces las órdenes, acabarás en la calle. Un sistema que sigue funcionando prácticamente igual, a pesar del rescate bancario que casi se lleva por delante la economía del país, y que forzó a alguno de esos bancos a la nacionalización, es decir, a ser propiedad de todos nosotros, sin que sus modos cambiaran en demasía. Nada se ha hecho para cambiar esas cosas.

Pues bien, hace unos días fui a Banco de Santander a hacer el trámite del pago de las tasas de un registro en la Propiedad Intelectual. Las sucursales del Santander han sido completamente remozadas y redecoradas recientemente (ahora las llaman pomposamente "oficinas del futuro"), y tienen una especie de sala de espera con asientos multicolores (todos ellos con tonalidades corporativas, claro), grandes pantallas (en las que, por supuesto, sólo se emiten anuncios del banco), y a la entrada hay un empleado o empleada (casi siempre mujer) que, por turno entre los trabajadores, pasa por el trago de parar a cada persona que entra en la sucursal, y, con la excusa de asignarle un número para ser atendido, le desvía, o le remite al cajero automático, o le dice que venga otro día. 

La persona al cargo de esa difícil tarea me dijo al llegar que “aquella sucursal no hacía ese servicio de pago de tasas”, de nuevo una frase mandatada desde la central en un argumentario bien memorizado por el empleado, para que los ciudadanos no puedan ejercer un derecho. Tuve una discusión con aquella mujer, pero no iba a ningún lado. Al final le dije que sí tenía cuenta en el banco (tengo firma autorizada en la cuenta de un tercero) y, a regañadientes, me dio un número.

En la sucursal a la que fui, la 4991, sita en la calle León y Castillo, 1, de Las Palmas de Gran Canaria, había seis empleados haciendo tareas de comerciales en pequeñas mesas de despacho, y una sola persona en la caja, que, además, tuvo que atender a los agentes de seguridad privada que llegaron con dinero para la caja fuerte, lo que le llevó a dejar la caja vacía durante quince minutos. Tras una espera de una hora, fui atendido.

Era inicio de mes. En el exterior había una cola de veinte personas en el cajero, donde ahora hay que hacer los ingresos además de realizar los cobros, pagar recibos, etc. Es la banca del Siglo XXI, la "oficina del futuro": esperas de una hora, seis comerciales vendiendo motos con uno solo atendiendo la caja, y una cola de ciudadanos que tienen que hacer ellos mismos de cajeros ante una máquina, es decir, clientes que ahora trabajan para su propio banco. Eso sí, el diseño nuevo de la sucursal muy bonito. Y la nueva campaña mediática muy moderna, todo muy digital. Digilosofía, lo llaman.

Entonces comprendes finalmente que nadie ha rediseñado en el Santander esas oficinas en pro de servicio alguno, sino que han sido reconstruidas, por un coste seguramente bien alto, con criterios exclusivamente de marketing. Doña Ana Patricia Botín, viviendo en su propio planeta de coches con chófer y vuelos privados, habrá aprobado unos estupendos diseños que no son más que un decorado.

Ahora haces más cola, porque ahora el “servicio” al cliente se ha reducido al máximo, y la “acogedora” oficina se ha tornado en un lugar de venta de productos bancarios, no de atención a la gente; venta de hipotecas, créditos, operaciones, apertura de cuentas, lo que sea. Vender, vender, ese es el objetivo. Pero atender a las personas, cobrar sus recibos, realizar sus ingresos, eso se acabó. Porque no es rentable; ocupar tiempo en la caja de la sucursal, eso no. Todo se resume ya en la sacrosanta rentabilidad.

La misma web del Santander tiene un diseño antiguo y poco amigable, y es incapaz de reflejar los gastos de los pagos de tarjeta de débito excepto al inicio del siguiente mes. En fin, viejos modos y viejas formas detrás de una capa de modernidad, que en realidad no es tal.

Pero volvamos a la obligación que tiene la banca para atender el pago de recibos al Tesoro. ¿Os imagináis un Estado en el que ciertas instituciones como la banca tienen unas obligaciones básicas con los ciudadanos que son innegociables, pero que se niegan a realizarlas sistemáticamente, y que no pase nada de nada? ¿Te imaginas en Londres, Bruselas, La Haya, Estrasburgo, París o Berlin, que vayas a un banco a pagar unas tasas y que te digan que no, porque no les da la gana? Pues eso pasa cada día en Madrid, Barcelona, Cuenca, Guadalajara, Valencia, Sevilla o Gijón. Bienvenidos a España. Esto es lo que nos diferencia de la Europa a la que tanto anhelamos pertenecer.

Frente a esto, la opción que tenéis es exigir que se os atienda, pues es vuestro derecho, y me remito a otros artículos previos: Pedid primero la hoja de reclamaciones. Ha de ser la típica en papel autocopiativo con tres copias en tres colores, que es la oficial. Si os dan una hoja de reclamaciones del banco, no la aceptéis, pues es otra trampa para que vuestra reclamación no prospere: os estarán tangando hasta para reclamar, algo por cierto muy común en la banca española. 

Si os dicen que no tienen en ese momento esas hojas de reclamaciones, podéis llamar a la policía municipal, y elevar una denuncia, ya que un local de atención al público, sin hojas de reclamaciones, no puede abrir sus puertas. Os garantizo que mientras estéis marcando el 092, el empleado de banca que tenéis delante os pedirá disculpas y os hará el trámite, y de repente aquello de “esta sucursal no puede hacer esos servicios” desaparecerá, o cualquier otra excusa, como las que suelen usar en otros bancos: que si el ordenador central cierra para recibos a partir de las 10:30, o que si no les deja el sistema informático... todo eso es mentira.

Es ese un buen momento para preguntarle a la persona que os ha atendido por qué hace eso. Os dirá que porque obedece órdenes. Bueno, cuando la despidan en unos años y la sustituyan por un robot, el sueño húmedo de esta demencia neoliberal en la que nos obligan a vivir, a lo mejor se pregunta por qué hizo cosas tan feas a su prójimo, por mucho que fuera una orden de arriba, un “arriba” que cuando llegue el momento la despedirá sin piedad. 

Porque todo esto, esta corruptela, que no es otra cosa, por la cual la banca hace lo que le da la gana y se salta sus obligaciones, nace del miedo. El miedo de unos empleados mal pagados, estresados y obligados a generar unos beneficios desorbitados cada mes, a perder su empleo, a caer en el abismo del paro. Este es uno de los resultados más oscuros de la reforma laboral que hemos sufrido. Se trabaja peor, se trabaja por menos dinero, y además, el empleado debe de cometer ilegalidades por orden “de arriba”, de unos señores que viven en un Olimpo en el que no hay consecuencias. El reino de los impunes.

Y este es el origen de este y muchos otros problemas en España: la ausencia de consecuencias de romper con la ley. Salvaguardar que la banca cumpla sus obligaciones, como por ejemplo el pago de tasas al Tesoro del Estado un servicio que todo ciudadano puede necesitar en algún momento de su vida, es obligación del gobierno. Si la ley se incumple, se debe sancionar a los infractores. Pues bien, esta norma se desobedece sistemáticamente cientos de veces en este país cada día, sobre todo ante gente que no conoce la ley, que no tiene ganas de complicarse, o que puede ser objeto de abuso fácilmente. Pensad en los ancianos, por ejemplo.

Pero nadie sanciona a la banca por estas pequeñas explosiones de corrupción de cada día. Si el gobierno que debería velar por nuestros derechos hace la vista gorda en esto, qué no va a hacer en casos como los que hemos vivido recientemente, desde las Preferentes a las hipotecas con cláusula suelo, o las mil y una causas de corrupción que hay en activo, relacionadas con las instituciones bancarias. España, así, queda retratada como un reino de la impunidad, según quién seas.

En el caso de las cláusulas suelo, el cabildeo de la banca ha convertido una sentencia firme  y vinculante del Tribunal de Justicia Europeo en agua de borrajas, mediante una “norma” dictada al gobierno, que se creó para permitirles ganar unos meses de impunidad más. La idea era inicialmente dar unos meses para llegar a una “solución amistosa” entre banca y ciudadanos. No se hizo, gracias al redactado de la ley y a que nadie ha vigilado su cumplimiento. Las personas no se han visto beneficiadas, sino que se le ha regalado tiempo a la banca, y los tribunales seguirán saturándose con pleitos de ese tipo, pues ha acabado siendo la única vía. 

Todo ha sido una mentira teledirigida por el poder bancario. Es inquietante comprender esto, que por mucho que la ley esté de tu lado, y aunque la más alta instancia de la Justicia Europea haya ordenado a un Estado a cumplir con una norma, este puede no hacerlo, al trabajar al dictado de parte.

Uso para ilustrar el artículo el póster en homenaje a "La Soga" (1948), de Alfred Hitchcock, obra de Giselle Monzón, acogiéndome al derecho de cita.

A peculiar galaxy near M104

Publicado en Revista Mexicana de Astronomía y Astrofísica, Vol. 59, número 2. P.327. Este es el link.