jueves, 4 de julio de 2013

La Cava




Estos días estoy redescubriendo a Gregory La Cava, un director de cine prácticamente olvidado -no sólo por las nuevas generaciones, sino por la mía y posteriores; mi casera, una mujer muy simpática y agradable, que tiene mi edad, me dice que “no ve pelis en blanco y negro porque la dreprimen”-. 

La Cava, a quien el Festival de San Sebastián dedicó un ciclo hará como 17 años, es una figura clave del cine norteamericano surgido de la Gran Depresión. Junto a Frank Capra o Preston Sturges, nos narra, en tono de comedia, un trasunto de la vida cotidiana de los Estados Unidos en tiempos tan difíciles como aquellos (y próximos a los actuales, que le ponen de interesante actualidad, por cierto), y lo más importante, fabula, mediante unas tramas llenas de personajes que sueltan diálogos como ametralladoras, con las contradicciones de un país que podía ofrecer la peor cara de la humanidad mientras jugaba a la caridad y la generosidad por el otro lado.

No voy a entrar en aquellos Estados Unidos que pinta La Cava, pero sí en la incomodidad que siguen transmitiendo sus retratos. Sus películas te llevan por una montaña rusa de emociones en la que, como espectador, las cosas no suelen devenir como esperas, los personajes no se comportan como mandan las claves de los géneros, y los acontecimientos se muestran crueles e irónicos. Su cine está lleno de sarcasmo, y tras los años transcurridos (la época dorada de La Cava transcurrió entre el mudo y los primeros 40), resulta mucho más fresco que la mayoría de la comedia norteamericana de entonces (y no hablemos de la actual). 

Animador de formación (trabajó durante la primera décdada del siglo para William Randolph Hearst en su productora de dibujos animados, donde se inventaron muchas de las técnicas que usan hoy en día los animadores, junto a gente como Walter Lantz o Pat Sullivan), era famoso por su trabajo con los actores (y sobre todo con las actrices), por favorecer la improvisación en ciertos momentos (un detalle que se ha exagerado posteriormente) y era un borracho. Esas cosas se toleran en Hollywood, una fábrica en la que la mentira es parte del juego y donde las conductas antisociales son moneda común y toda una vía de escape (algún día haré algunos posts sobre mi experiencia personal en Tinseltown), y no suelen importar a nadie, excepto si causas problemas al estudio que te contrata, y sobre todo si no le das éxitos. Bueno, y hoy en día a cosas como TMZ.

La Cava viajó entre diversos estudios durante su carrera, de RKO a Universal, pasando por Columbia o MGM, donde hizo su última película, un musical protagonizado por un primerizo Gene Kelly en blanco y negro (con coreografías filmadas por Stanley Donen), en la que aún se puede otear su tremendo talento para el diálogo ametrallado y el sarcasmo más acerado. La película, “Vivir a lo grande” ("Living in a big way", 1947), tiene un par de números musicales de antología. No funcionó en taquilla, y acabó con la carrera del director.

Cuando se habla de  La Cava (o LaCava, pues firmaba indistintamente de ambas maneras) se habla de dos asuntos, una película, “Al Servicio de las Damas” ("My man Godfrey", 1936) -maravillosa comedia completamente desquiciada que sigue siendo tan salvaje como entonces, y es una de las mejores películas norteamericanas de aquella década (la he visto muchas veces, y siempre encuentras algo nuevo ahí)-, y un concepto, el “screwball comedy”, subgénero de comedia que se supone él inventó.

Volviendo a la animación -su cuna y la fuente de su formación- mucha de la acción frenética y surrealista del género animado tiene el cine de La Cava. Incluso se deja entrever en alguna de sus películas algo más, como en los créditos de "Al servicio de las damas", realizados con truca de animación, que recorren en una larga panorámica un paisaje de rótulos luminosos neoyorquinos mostrando los nombres de actores y técnicos, y que terminan en el plano inicial de la película, que para sorpresa del espectador, es un vertedero de basuras. No es el único caso. Los créditos de "La muchacha de la quinta avenida" ("5th Ave girl", 1939) están rodados con un juego de transparencias, semejando señales callejeras de Nueva York, en unos tiempos en los que los créditos no eran objeto de atención. Ignoro si alguien ha estudiado esta -posible- faceta del trabajo de La Cava.

Me queda mucho por ver de su filmografía, ya que gran parte de su cine mudo es inencontrable (sus películas con W. C. Fields, otro borracho legendario, tienen una pinta estupenda), pero el sonoro está bien cubierto, con films como “Gabriel over the White House” (1933) una extraña película política/fantástica en favor de Franklin D. Roosevelt con Walter Huston que parece hecha ayer, en la que puedes oír los gritos de los indignados, de los desahuciados o de las víctimas de las preferentes en las calles (hay una escena antológica en la que el Presidente de los Estados Unidos -Huston- juega alegremente con su hijo en un montaje paralelo con el derrumbe social, económico y moral del país al que presta oídos sordos).

Y están, claro, sus películas protagonizadas por las mejores actrices de aquellos años, como “Primrose Path” (1949), una imposible comedia de la pobreza con una Ginger Rogers paupérrima, favorecida por el destino con un padre borracho, una risueña madre puta y una hermanita que va por el mismo camino, o la tremenda y rapidísima “Damas del Teatro” ("Stage Door", 1937), con Katharine Hepburn interpretando a una arribista, pasando por “The half naked truth” (1932) con una Lupe Velez que parece el propio retrato de la lascivia, o “Sucedió una vez” ("She married her boss", 1935), con Claudette Colbert -sí, ya en los años 30, al parecer, los distribuidores españoles retitulaban imaginativamente las películas tirando de éxitos previos, en este caso del previo fenómeno de "Sucedió una noche" ("It happened one night", 1934) de Frank Capra-, o, claro, "Al servicio de las damas" con una Carole Lombard adorable de puro delirante.

“La chica de la Quinta Avenida”, por su parte, juega como un reverso femenino de “Al servicio de las damas”. En ella, Ginger Rogers interpreta al factor anárquico que remueve los cimientos de una familia de millonarios en estado catatónico y les sirve de catarsis, apenas sin proponérselo. De forma análoga a William Powell en “Al servicio de las damas”, Rogers aporta el disparador del cambio, el ingrediente caótico que hace que todas las cosas empiecen a cambiar en un ambiente viciado. Ingeniosa, llena de diálogos absolutamente deliciosos (“estas son las consecuencias del desempleo en las clases altas”), la película de La Cava sigue siendo fresca, perversa y brillante.

Estos y otros títulos nos muestran a un audaz e inteligente director dotado de una capacidad inventiva sorprendente, con un manejo prodigioso de la dirección de actores, capaz de sacar oro de los guiones más mediocres, seguramente a costa de agotadores ensayos y maratonianas reescrituras de diálogos. Un director que trabajó para y con lo mejor del Hollywood de los 30 (lo cual indica la mucha confianza que los Estudios tenían en él, cediéndole a sus mejores estrellas, y también lo poco que esa confianza dura) y creó algunos de los más grandes éxitos populares de aquellos años.

Hay una anécdota de su choque con Irving Thalberg en MGM, quien prefirió apartarse tras un desagradable primer encuentro y dejarle hacer para evitar conflictos; el Maestro tenía sus maneras y era rentable, así que le dejaron hacer mientras la rentabilidad duró.

En el delicioso ensayo de Elizabeth Kendall "La Cava, Lombard, Rogers y Hepburn", publicado en español en el libro conmemorativo del ciclo del Festival de San Sebastián, se recorre la producción de "Al servicio de las damas" y "Damas del teatro", con datos muy reveladores sobre el rodaje de la segunda. El "estilo La Cava", partiendo de un largo proceso de preparación y luego ensayando durante el rodaje por las mañanas con los actores, reescribiendo a la hora del almuerzo (junto a él y los actores trabajaba Morrie Ryskind, colaborador también en el guión de "Al servicio de las damas") y rodando lo escrito por las tardes, creó una obra sorprendente, a contracorriente, y rabiosamente moderna.

En "Damas del Teatro" dos actrices de la aristocracia de Hollywood se enfrentan en dos de los mejores papeles de sus vidas, aunque tuvieran que enfrentarse al reto de memorizar sus textos en pocos minutos antes de rodar, leyendo en ocasiones de manuscritos apenas garabateados (como Hepburn en el monólogo final tras su representación teatral). Eso le pone las pilas a cualquiera.

Este método de trabajo sacó lo mejor de ambas (y de sus compañeros de reparto, como Andrea Leeds, que que nominada al Oscar a la Mejor Actriz Secundaria). En la escena en la que Rogers acusa a Hepburn el ser la causa de un suceso trágico que acaba de ocurrir, la habitual compañera de Fred Astaire realiza una interpretación tan intensa, contenida e inteligente que se sale de la pantalla. Dice Kendall que en el ensayo de la escena los propios técnicos en el estudio del rodaje aplaudieron la actuación de Rogers a rabiar y frases como "tira esas zapatillas de baile", se oyeron desde las tramoyas aquel día -Rogers, una de las personalidades más inteligentes de la industria, y La Cava congeniaban, y repitieron varias veces la experiencia de trabajar juntos: "Primrose Path"y "La muchacha de la Quinta Avenida" fueron los brillantes resultados-.  "Damas del teatro" está llena de inteligencia, y sobre todo de mujeres valientes, fuertes, dueñas de sus vidas. Es de las pocas comedias románticas que funciona en contra de la corriente mayoritaria, y sigue siendo un placer disfrutarla.

Katharine Hepburn apenas nombra a "Damas del teatro" en su autobiografía ("Yo misma", editada en castellano por Salvat en 1995), indicando sólo que llegó a ella en un momento de declive en su carrera -para rescatarla por cierto- y que no entendía bien su papel (sin mención alguna al peculiar método de La Cava). Hepburn al parecer era una actriz que no paraba de preguntar y preguntar a sus directores, lo que debió de ser todo un desafío en una película como aquella en la que todo se desarmaba por la mañana para volver a armarse por la tarde. De hecho, la escena del ensayo teatral de la obra ficticia "Enchanted april" que vemos en la película es toda una parodia de la propia Hepburn que ella misma aceptó interpretar, supongo que con agrado.

En el mismo libro editado por Filmoteca Española hay una selección de declaraciones de La Cava. Estas pueden orientarnos sobre su relación con Hepburn y, tal vez, explicar la escasa mención que de él hace ella en su autobiografía:

“(Katharine) me ha puesto a prueba un par de veces. Después de eso nos hemos llevado divinamente. Ella quiere razones, quiere lógica. Y yo se las doy. Pero ese es el problema. Está tan completamente dominada por su cerebro que se ha convertido en una desconocida para sí misma. Le he dicho a Katie que la conozco mejor, después de pasar una semana juntos, de lo que se comoce ella misma después de toda una vida. Nunca ha creído que la auténtica Hepburn sea interesante, así que se ha inventado otra personalidad para el público. Y ahí se equivoca. La verdadera Hepburn es encantadora, pero no hay quien consiga convencerla de eso”.

“Katie se ha ganado muchos enemigos porque es testaruda. Se hace enemigos con la misma facilidad que Ginger (Rogers, compañera de Hepburn en el reparto de “Damas del teatro”) amigos. Eso es malo, porque Katie necesita amigos.”

“Cuando llegó a Hollywood por primera vez, tenía sus propias ideas sobre lo que debía hacer. Siguió su propio camino. Su sistema no coincidía con el sistema de Hollywood, pero era demasiado terca y animosa como para cambiar. Cuando hieres a una persona, normalmente le sigues haciendo daño a través de una forma perversa de acto reflejo. Y el abismo entre las dos partes crece hasta tal punto que no hay manera de superarlo.”

Efectivamente, se diría que la conocía bien, y que a ella eso no parecía gustarle demasiado...




No dudo, volviendo a sus películas, que el método de trabajo de La Cava fuera una auténtica pesadilla para los directivos de los estudios, necesitados de plantes de trabajo cerrados para poder cuadrar sus presupuestos, pero su trabajo les dio tantos éxitos brillantes y obras sorprendentes, que merecía la pena.

Gregory La Cava, aquel brillantísimo anarquista, terror de los productores y amado por los actores (al menos por la mayoría de ellos), estajanovista de los ensayos, un director que parece ejemplificar la transición entre los años Garbo de  un cine repleto de fantasías inalcanzables y las obras pegadas a ciudadanos reales y a personajes con suelas agujereadas que la depresión traería consigo, con el futuro New Deal como esperanza en el horizonte.

Gregory La Cava, que llegó a dirigir a Irene Dunne armado con una pistola, fomentaba su imagen de enfant terrible, y parte de su leyenda ya es indistinguible de su verdadera biografía. Descubran su obra. Disfrútenla. El cine en blanco y negro que menos puede deprimirles son sus comedias, rápidas como metralletas, ácidas y amargas, crueles y dulces, como la vida misma.


Los pósters que ilustran este post los encontré en Wikimedia Commons. Son, respectivamente, de las películas "Al Servicio de las Damas" y "Primrose path". Están protegidos por copyright de sus productores y autores, y se utilizan dentro del concepto de "rational fair use" para ilustrar un artículo que nombra a esas películas en su texto. Puede que parte de su contenido esté en dominio público.

miércoles, 3 de julio de 2013

Una carta abierta a Javier Marías




Estimado Javier,

No nos conocemos, pero yo sé de usted por la columna "La zona fantasma" que publica en el suplemento semanal de un conocido periódico de tirada nacional. Me gusta como piensa usted, suelo estar de acuerdo con sus ideas, y cuando no lo estoy, me agrada disentir con alguien tan civilizado.

Quisiera hacerle un par de comentarios respecto a su artículo titulado “Lo mejor es no haber nacido” publicado el 16 de junio de 2013. En él nos habla de las incertidumbres de los números y las probabilidades, centrándose en un par de casos, el de la doble mastectomía preventiva de la actriz norteamericana Angelina Jolie ante la posibilidad de contraer un cáncer de mama por causa genética, y el de la extrema longevidad de Santiago Carrillo, a pesar de ser fumador, expresando al respecto sendas opiniones que me temo no son ciertas.

En el primer caso, es frecuente esta visión de un porcentaje estadístico como una "medida de la incertidumbre" o una "constatación de la impotencia" de asegurar con seguridad que un suceso ocurrirá, pero ello no es así. Por razones de simplicidad se eligió que los valores de una probabilidad estuvieran entre 0 y 1 (o en porcentajes entre 0 y 100 por ciento), correspondiendo el valor 0 a un suceso imposible y el valor 1 (ó 100) a un suceso seguro. 

Cuando a una persona se le diagnostica por análisis genético (se trata de detectar en el ADN la presencia de unos genes que propician la aparición de ciertos tumores) sus posibilidades de contraer un cáncer propiciado por esa vía se le da un porcentaje que resume la situación. Un 87% de posibilidades de desarrollar un cáncer a lo largo de la vida (que fue el caso de la actriz) apunta a un suceso casi seguro, contra un 13% de posibilidades de no padecerlo. El valor es tan alto que el consejo que daría un oncólogo ante la visión de esas cifras sería extirpar los tejidos potencialmente peligrosos (en este caso las mamas), puesto que el riesgo que se corre es avasalladoramente alto. Un porcentaje de un 87% no admite discusión.

La estadística no es, como aparenta, una materia escurridiza llena de imprecisiones, sino que es un descriptor de la naturaleza. Vivimos en un universo regido por reglas estadísticas y en muchas ocasiones el estadístico es el único método de aproximación útil para el estudio fenoménico (siempre, por ejemplo que se manejen grandes poblaciones o muchos experimentos). Sin embargo, entender el difuso mensaje de una probabilidad no es tan fácil. Se ignora por qué, pero el pensamiento humano no gusta de la “uncertainty”, a falta de vocablo español mejor, y se aferra a la certeza y a la seguridad. Y eso lleva a lecturas erróneas de cosas como las probabilidades de que un suceso ocurra.

Hay un segundo asunto en su artículo que refleja también este rasgo tan humano. El caso de Santiago Carrillo que usted comenta, como un ejemplo de supervivencia extrema a pesar de ser fumador. Nuestra forma de pensar (insisto: se trata de una característica del pensar humano, y se barajan teorías sobre su posible origen evolutivo) nos lleva a fijarnos con más intensidad en los casos excepcionales y hacerlos reglas, lo que puede llevar a tremendos errores, como en este caso, ya que desechamos la información realmente útil, ensimismados en la excepción. 

El observador, prejuiciado por su contemplación de lo excepcional y único, no puede ver lo que tiene ante sus narices: que por un Santiago Carrillo en vida, la casi totalidad de sus coetáneos que además fumaban estaban muertos y enterrados, siendo él, eso: una excepción, y por tanto un caso raro. 

El conflicto entre el llamado “sentido común”, que en ocasiones es todo un dictadorzuelo, y la realidad, puede causar en este caso una distorsión completa de nuestra visión del mundo, y justamente llevarnos a un razonamiento contrario a la evidencia. De su artículo se colige que:

Santiago Carrillo vivió largos años siendo fumador, ergo fumar no es tan malo.

Si bien la realidad es otra, y se podría formular así.

El de Santiago Carrillo fue un caso excepcional de extrema supervivencia, cuando la práctica totalidad de los sujetos de su edad que fumaban estaban muertos a edades mucho más jóvenes.

Si, por ejemplo, este error de pensamiento lo sufriera un legislador, tendríamos un grave problema. Imagine esta circunstancia:

Mi vecino agricultor usó DDT toda su vida y ha vivido largos años, librando sus cultivos de plagas. No perdamos el tiempo regulando su uso.

Ese pensamiento errado llevaría a que el DDT todavía fuera de uso común, cuando la evidencia científica dice:

El DDT es un peligroso veneno para las personas, por lo que su uso como insecticida no compensa los riesgos que supone para la gente. Regular su utilización es urgente y prioritario.

La primera frase sólo mira al caso excepcional. La segunda recoge la evidencia científica sobre un gran volumen de datos (la estadística se encarga de dar forma a eso) obviando las excepciones.

Mire usted la importancia de elegir el pensamiento correcto cuando se trata, justamente, de probabilidades, y de no dejarnos llevar por el prejuicio. El hecho es que el tabaco mata a casi 55.000 españoles al año, genera una cantidad de sufrimiento y dolor inconcebibles, y es todo un problema para nuestra sociedad, pues está controlado por unos lobbies de gran poder que prefieren ignorar y ocultar a la población esas consecuencias letales. Aquellas cifras de muertes equivalen a que cada mañana del año, días festivos inclusive, se estrellara en el Aeropuerto de Barajas un avión Airbus 320 repleto de pasajeros sin supervivientes. ¿Toleraríamos esto? 

Entonces ¿Por qué somos tan tolerantes y consentidores con el tabaco, obviando las muertes que causa?

Es una pregunta que tal vez sólo pueda responderme usted. Es usted fumador, me consta (yo también lo fui). El pensamiento “no me pasará a mi, mira a Santiago” que usted usa, aferrándose como ejemplo conductual a un caso excepcional y único (por ende irrepetible) se llama “pensamiento mágico” y es una conocida forma de autoengaño. A usted, como a todo mortal, el tabaco le causa unos daños devastadores. Ser consciente de ello le hará, créame, más libre.


La foto de Javier Marías la encontré en Wikimedia Commons. Javier Marías en la Feria del Libro de Madrid, 31 de mayo de 2008. Autor: Mr. Tickle. Está bajo Licencia Creative Commons Attribution-Share Alike 3.0 Unported.

lunes, 1 de julio de 2013

Legislando para nadie



Está pasando en multitud de leyes (o proyectos) de este gobierno: La que pretende modificar las administraciones públicas (que por ahora no es más que un informe -el famoso Cora-, a pesar de que los medios de comunicación parezcan querer vender lo contrario y su lectura es una sobrecogedora muestra de lo que en este triste país se considera admisible, lean aquí y aquí, y ya me dirán si no dan ganas de escapar corriendo y no mirar atrás), aquella que pretende ayudar a los desahuciados, o aquella que pretende apoyar a los emprendedores... Están tan llenas de requisitos, límites de todo tipo, casos particulares y excepciones que al final sólo serán de aplicación a un par de cientos de casos en todo el país. Eso significa que no van a valer para nada, ni para nadie.

Se está legislando para la prensa (para que aparezcan artículos a favor del gobierno y que los mamporreros en las tertulias afirmen sin sonrojarse que “el Gobierno está haciendo lo que puede”) y para los cabilderos (en realidad este Gobierno ha decidido quién le dirige hace tiempo). Se están creando leyes inútiles a base de aparentar que se hace pero no haciendo nada en realidad, desastres leguleyos sin efectividad real. No se atajan los problemas, no se modifican las normas perversas, no se atiende a las necesidades ciudadanas. El poder feudal del cabildeo en España debe de ser titánico, porque luego se presentan ante los medios como grandes soluciones, e incluso arropadas con cifras totalmente inventadas sobre el ahorro que supondrán, y preciosas declaraciones de intenciones y ¡se oyen aplausos!

La prensa afín, feliz, regala titulares dignos de un chiste de El Jueves, y la hostil apenas dice nada, porque al final los cabilderos tienen a todos agarrados por donde más duele en unos tiempos críticos. Y todo sigue igual en este baile eterno digno de “La Ronda” de Opüls.

La gente seguirá siendo desahuciada, los “emprendedores” seguirán arruinados de por vida, las administraciones públicas seguirán derrochando recursos y contratando a inútiles en sociedades públicas clientelares.

De verdad, no sé qué es más preocupante, si la situación actual, insostenible, o la que están generando estos grandes hombres que nos tupen a base de legislación inútil -y de paso redactada pésimamente- por todos lados, que va a añadir incontables problemas. Esta gente si se cree que lo que hace vale para algo es que son más inútiles de lo que cada viernes aparentan en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Que ya es decir.

La que necesita un reboot es toda la nación. A ver si algún día se dan cuenta. Pero estos no, no lo creo. Están demasiado metidos en la cueva, y, en realidad, no se enteran de la misa la media. Ya saben, si no te gusta lo que hago, eres el enemigo, si me criticas y estás en el juego, pues “y tú más”, y todas las consignas de la desinformación, que en eso sí que se aprenden la lección. Así funciona España, mientras en las madrigueras oscuras de la política se toman las verdaderas decisiones de forma impune, los políticos se dedican a matar a los mensajeros y a ocultar la porquería debajo de las alfombras, como si les fuera la vida en ello, demostrando que no entienden nada, nada de la política real, de la vida real, y del dolor real que causan.


La ilustración es de Wikimedia Commons. Es del número de Harper's Weekly del 16 de marzo de 1872. U.S. Senators (left to right) Reuben Fenton, Lyman Trumbull, Thomas W. Tipton (above) Carl Schurz (below) and Charles Sumner vigorously but fruitlessly try to blow over President Grant who is unconcernedly sitting in his chair smoking a cigar. There is an elaborate inscription on a pedestal below grant containing words from one of his speeches. Está en domino público.


El texto en el pedestal dice lo siguiente:
Success has generally attended the effort to execute all laws found upon the statute-books. The policy has been not to inquire into the wisdom of the laws already enacted, but to learn their spirit and intent, and to enforce them accordingly (...) The national debt has been reduced to the extent of $86,057,126 during the year (...) The interest account is nearly $17,000,000 less than the 1st of March, 1869. (...) I therefore recommend a modification of both the tariff and internal tax laws (...) It has been the aim of the administration to enforce honesty and efficiency in all public offices. Every public servant who has violated the trust placed in him has been proceeded against with all the rigor of the law (...) A salutory lesson has been taught the careless and the dishonest public servant in the great number of prosecutions and convictions of the last two years. It is gratifying to notice the favorable change which is taking place throughout the country, in bringing to punishment those who have proved recreant to the trust confided to them, and in elevating to public office none but those who possess the confidence of the honest and virtuous, who, it will always be found, comprise the majority of the community in which they live. (Signed) U. S. GRANT

viernes, 28 de junio de 2013

Mundos distintos



He hablado de esto en otros posts y los peores temores se confirman. El bicho lo tenemos en casa. Hoy salía en un par de noticias pequeñas en la prensa, lejos de los grandes titulares, que se concentran, con justicia, en la entrada en prisión de Luis Bárcenas.

Les cuento por si no lo saben: Bankia acaba de vender su porcentaje en Iberia, y El Corte Inglés también ha vendido su parte. La SEPI queda con un porcentaje ridículo de un 2.5%. Con el descaro que da el saberse impune, el presidente de AIG, el consorcio británico que posee Iberia, ha iniciado el desmantelamiento con todo el descaro: acaban de quitar los enlaces Madrid-Londres desde la T4 a Iberia para dárselos a British Airways. Es, naturalmente, el principio del fin. Y ahora sin nadie en el Consejo de Administración que al menos diga un "pero" en las decisiones de AIG.

Se acabó Iberia. La vendieron entre todos y ella sola se murió: desde los Blesas, sí, esos que salen de la cárcel y pueden hacer temblar a talluditos jueces sin despeinarse, hasta Bruselas, que exige a Bankia como condición del rescate (sí, ese que no ocurrió, ya saben) la venta de "acciones no estratégicas". Claro, Iberia no es estratégica.

Los que han propiciado esto, que estarán en sus casas, hoteles o puticlubs gozando de la dolce vita, ni se imaginan el daño que esto va a causar al país. No son malos, no, ya lo saben, es que el sistema pone a este tipo de gente en esos puestos. Y miren los resultados. En 2015 no habá Iberia. Las máscaras ya se las han quitado. Unos y otros.

Esto va en serio, señores, las fieras están por las calles. Miren alrededor: ya si se cortan, les quitan las casas a la gente y quienes deben de castigar estos desmanes miran para otro lado. Mientras el país sigue hundiéndose, los supuestos legisladores dedican el trabajo de los Abogados del Estado para intentar burlar la ley del tabaco en los casinos o en hacer informes completamente inútiles para que la Vicepresidenta pueda presumir de obediente alumna en la tele alemana y en Bruselas.

Está claro, esa gente y nosotros, los demás, vivimos en mundos distintos.


La preciosa portada de Planet Stories de julio de 1952 que abre este artículo la encontré en Wikimedia Commons. El autor es Allen Anderson. Está en dominio público.

miércoles, 26 de junio de 2013

Sociedad idiota (3)





Emisión de "Castle" en Cuatro, el 26 de junio de 2013

Tienes una televisión de ámbito estatal. Eso implica que se te ha entregado una licencia para el uso de un bien público: una frecuencia radioeléctrica. Haces televisión comercial, vale. Pero ¿Eso te permite cortar créditos de películas, emitir series en completo desorden y caos, cambiarlas en la parrilla a capricho de tu guerra de audiencias y ahora hasta crear banners promocionales como estos? ¿Ese es el respeto que muestras a la obra (vale: al producto) que has comprado, doblado y promocionado y por ende a la audiencia que lo sigue? Supongo que harán lo mismo con "Scandal". Asumo que la consigna es "es mi producto y me lo fxxxo como quiero", pero no, no lo es. Es el producto de la audiencia. Lo comprasteis, doblasteis y promocionasteis para ella. Para nosotros.

Me gustaría que estas cosas se legislaran ya que a lo que se ve la llamada "autorregulación" no tira demasiado bien. Pero vivimos en una país en el que se legisla tan mal y que ahora mismo afronta tantos problemas que esto es sólo un pequeño grano de arena en una playa (si bien recuerdo que la legislación sobre la contraprogramación, por ejemplo, se cambió hace unos años a petición de las televisiones, y ahora tenemos lo que tenemos, un desastre; como siempre, los perjudicados son los ciudadanos). Pero es un síntoma más del embrutecimiento, el maltrato y la indiferencia que nos regalan los canales en abierto. Y mejor no hablar de cómo se pasan por el forro de sus caprichos el horario infantil. Y por la noche, no se preocupen: les daremos su dosis de juego para arruinarles, sin olvidar las estafas telefónicas o los granujas/tarados disfrazados de magos y pitonisas dignos del medievo. ¿Hay alguien en esas emisoras con un mínimo entendimiento de las responsabilidades (morales, sí, entre otras, como educativas, informativas, divulgativas...) que se contraen con una sociedad cuando se tiene encomendada la gestión de una televisión, privada o no?

Porque así son las cosas: en un país con los menores niveles de lectura de su entorno, donde la gente adquiere costumbres y se informa casi exclusivamente por TV, tienes una responsabilidad para con la ciudadanía. Pero miran para otro lado, todos ellos: las televisiones (públicas y privadas), los anunciantes, los directivos y los supuestos organismos de control. Y así se contribuye con un granito más a hacer el país más feo, más desconsiderado, más triste, más inculto y más brutal.

¿Que exagero? Miren a su alrededor. Si el modelo es "todo vale", así vive el país.


Las imágenes que ofrezco para ilustrar el texto son capturas de la emisión de Cuatro y se usan dentro del derecho de cita con fair use.

domingo, 23 de junio de 2013

Recuerda, César



Veo en los informativos de este triste país desfilar a los miembros del FMI y de otros grandes bancos, veo a Christine Lagarde, oigo a una linda presentadora leyendo de un teleprompter con voz neutra el resumen del resumen del resumen en dos minutos de lo que el FMI pide, tras arrasar con Grecia, Portugal o Argentina hace unos años, a España, un país arrasado por una reforma laboral demente y que ha rescatado a unos bancos regidos por estúpidos pagando con el dinero, la seguridad social, las pensiones, la salud y la vida de sus ciudadanos, que caza a los jueces que osan tocar a intocables y que se sume cada día más en la vileza de una gobernanza sorda y profundamente errada.

Veo el desastre, y el que puede venir tras éste, y no doy crédito al oír a estos herederos de Friedman, estos neocons de Chanel Número Cinco que repiten como loros lo que les ordenan para que países sin soberanía como España obedezcan como perritos buenos órdenes desnortadas, que parecen diseñadas por un grupo de locos lanzando comandos al azar. Y entonces me digo que hay dos opciones. Una, que se crean lo que dicen. Entonces, su estúpida ideología que prima las deudas transnacionales y el beneficio de alguien, no sé quién, está delante de sus ojos y les tapa las vidas humanas que esta locura está segando. La otra que sean unos simples imbéciles colocados ahí (puede que con un arma en sus sienes, pero eso me da igual) por sus amos. Porque si son unos malvados hijos de la gran puta, son igualmente imbéciles. Siempre he creído que la inteligencia se separa del mal como el agua del aceite. El tonto suele ser malo.

Miro a Lagarde y recuerdo el memento mori, lo que el esclavo recitaba al oído a César en las grandes celebraciones: “recuerda que vas a morir”. Recuerda que al final todo dará igual, y que es ahora, con tus gestos por la gente, por la vida de tu prójimo y por la decencia, cuando puedes hacer algo por esta maltrecha humanidad. Es ahora, joder, no seas estúpida. No nos pidas abaratar más el despido, carajo.

¿Es que no se dan cuenta del mal que esparcen? ¿Es que están tan ciegos que hasta que les reviente todo en la cara no pararán? Christine, ahora sólo traes miseria a la gente, me daría mucho asco vivir esa vida tuya.

El mundo pasa por una grave encrucijada, y en muchos casos, sus líderes actuales son los menos indicados, los menos preparados, los más tontos de la clase (que es igual que los más malvados). Esto tiene que cambiar. Y cada minuto cuenta, porque cada minuto son vidas perdidas en el nombre de abstracciones y miedos estúpidos. Si se arruina el Deutsche Bank que se jodan. Si se quedan sin sus inversiones los fondos que metieron dinero en él pues así es el casino de la especulación. Pero no nos hagan pagar las pérdidas de su puto casino. Ya está bien de que la banca siempre gane. Si Europa se va al carajo, no habrá sido por culpa de los Europeos, sino de los idiotas incapaces que gobiernan sus instituciones y que se dejan zarandear como guiñapos hasta por la sucia industria del tabaco (por poner un ejemplo especialmente repugnante de cabildeo del capitalismo-gentuza que cuesta vidas humanas). Al final, señores, no hay otra cosa que importe excepto permitir tener vidas decentes y dignas a las personas. Cualquier otra cuestión acaba desembocando en un pecado de lesa humanidad.

Ya basta de que un grupo de necios codiciosos controle nuestras vidas.


La ilustración la encontré en Wikimedia Commons. Es una caricatura de Arthur de Rothschild, publicada en la revista Vanity Fair en el año 1900. El autor es Leslie Ward. En Wikimedia se puede leer el texto biográfico que acompañaba a la ilustración:  "He is very well-known in Paris, and even more so at Monte Carlo. He owns a beautiful yacht called Eros, upon which he 'does' many parties very well. He is enormously rich; and he is quite partial to the Board of Green Cloth. He is very fond of Art; and he is quite good natured" ("Es bien conocido en París y aún más en Monte Carlo. Posee un precioso yate llamado Eros, donde suele celebrar estupendas fiestas. Es enormemente rico; y es además afín al Board of Green Cloth. Le interesa mucho el arte y tiene un natural bondadoso"). Está en dominio público.

sábado, 22 de junio de 2013

TVE y los créditos de las películas. Un epistolario desigual.



Prometí hace unos posts poner aquí mi reclamación a TVE por su (en mi opinión desacertada e inapropiada) costumbre de cortar los créditos de los largometrajes que emiten. Esta es la secuencia de mensajes. En primer lugar, mi reclamación, remitida a la Defensora del Espectador:


Asunto
Formulario de participación Películas, series, y todos los programas con títulos de crédito.

Asunto
Programa
Películas, series, y todos los programas con títulos de crédito.

Motivo de la consulta
Sois desde hace ya un par de meses un servicio público. Deberíais empezar por perder dos vicios que creo no tienen sentido en vuestra nueva forma de hacer, heredados del modelo de televisión privada:: Primero, no cortéis los créditos de las películas; el respeto a la integridad de la obra artística empieza por ahí. Segundo, no introduzcáis esos molestos \\\"adelantos sobre imagen\\\" de próximos programas durante las emisiones, sean de películas o series, como por otro lado no hacéis en los informativos. De nuevo ello implica respeto por la obra emitida. Como director, creo que debo reivindicar esos dos puntos que, insisto, creo no tienen cabida en una televisión pública que ha de defender una corrección en la forma de emitir películas. El público puede y debe ser educado en ese respeto a la obra y su integridad, y desde luego, eso sí es responsabilidad de una TV pública. Saludos, y gracias por lo que estáis haciendo.


Esta fue la respuesta que recibí:


Estimado Sr. Quiroga,

Gracias por dirigirse a la defensora con sus observaciones sobre la omisión de los títulos de crédito de las películas y los rótulos que informan sobre la programación, que he remitido a la Dirección de TVE para que conozcan su opinión y sea, debidamente, tenida en consideración.

Sobre los títulos de crédito son numerosos los correos que se han recibido en esta oficina por lo que ya dispongo de una respuesta del Director de Antena - que le copio a continuación -, sobre los criterios por los que se omiten actualmente los títulos de crédito.

"Los títulos de crédito de los largometrajes son segmentos de muy larga duración (desde cinco minutos hasta incluso diez) sin contenido específico que, en el fluir de la programación de una cadena de televisión suponen una interrupción brusca de la misma". En su escrito, José Antonio Antón me dice que TVE se rige por el interés de la mayoría de los espectadores de televisión que "agradecen poder continuar viendo su programación de televisión sin tener que esperar períodos “muertos” de 10 minutos al finalizar un producto".

Comprenda Usted que estas decisiones corresponde tomarlas a los responsables de Programación y Antena y a la defensora respetarlas, pero tenga por seguro que recogeré su queja en el próximo informe trimestral para el Consejo de Administración, al tiempo que me propongo abrir una reflexión en la Dirección de TVE sobre la pertinencia de mantener los títulos de crédito cuando su omisión pueda dañar la obra narrativa.

En cuanto a los avances de programación  o 'banners' que se sobreimpresionan en la emisión de algunos programas, he informado reiteradamente a la Dirección sobre lo molesto que resulta para los espectadores, y la respuesta siempre ha sido que Emisiones intenta insertarlos de la forma menos invasiva posible, pero que es una formula para anunciar la programación.

Le agradezco enormemente el interés que muestra en la calidad de las emisiones de TVE y le aseguro que su correo ha llegado a los Directivos de TVE que toman las decisiones, pues sus apreciaciones nos ayudan a mejorar.

Aprovecho para enviarle un cordial saludo,

Elena Sánchez Caballero


Y finalmente, esta fue mi contestación al anterior mensaje.


Estimada Defensora, gracias por su amable carta. Le rogaría hiciera llegar al Director de Antena mi respuesta, y por extensión al Consejo de Administración.

Estimados señores,

Vista su respuesta sobre mi consulta respecto a las interrupciones de títulos de crédito de obras cinematográficas o series y los avances de programación, quisiera comentarles mi opinión al respecto.

Respecto a las interrupciones de los títulos de crédito, la respuesta recibida implica (y cito) que se trata de segmentos de larga duración sin contenido específico y suponen un corte brusco o período muerto. Si bien todas las cadenas realizan la misma política, hace 15 años este concepto ni se planteaba, y el respeto por la obra audiovisual era también asumido por los espectadores. Porque de eso se trata en el fondo. Si una televisión respecta los contenidos que emite, transmite, en mi opinión, un valor positivo al espectador. Ello deviene comprobado en sus excelentes emisiones sin cortes publicitarios de largometrajes, en las que la progresión dramática es respetada, algo de agradecer sin duda alguna.

Con todo, el visionado de una obra de cine, como de una obra musical, requiere de su observación completa, y ello incluye los créditos, de la misma forma que un segmento "largo" o un "adagio" de la emisión de una obra musical no los considero tiempos muertos. Siendo todo esto una cuestión de opiniones, no lo es la necesidad de inculcar en el espectador el respeto por la obra audiovisual y, de la misma forma que a nadie se le ocurre cortar los títulos de crédito iniciales de una película (pues nadie duda que son parte de la obra), lo mismo debería ocurrir con los de final, que son en análogo audiovisual de las "codas" de las obras musicales; segmentos necesarios para que el espectador termine de disfrutar la obra, la medite, o simplemente escuche la banda sonora, no voy a entrar en detalles porque no creo que deba justificar nada. Asimismo ustedes saben que hay ciertas películas que "regalan" al espectador con un epílogo al final de los créditos, que para ser disfrutado requiere de su visionado completo.

Cuando se extienden prácticas como esta, en mi opinión se obvia la obligación de todo servicio público de educar al espectador. Y en unos tiempos como estos, educar en el respeto a las obras y su integridad creo que es perentorio. Pero desde luego, cuando se empieza a hablar de créditos como "tiempos muertos" creo que el concepto de servicio público se sigue mezclando con criterios de audiencia (el temor a perder espectadores) y una infantilización del público que creo no nos ayuda a nadie. Al mismo tiempo, quisiera que el Director de Antena supiera que, al menos en el caso del cine español, los créditos no pasan de los 3 minutos, así que su argumento de 10 minutos de tiempo muerto deviene algo exagerado, si bien, supongo, perfecto para su exagerada tesis. Curiosamente, el mismo mensaje del Director de Antena, habla de productos, no de obras. Algo ya bastante significativo, sobre todo si, insisto, estamos hablando de un servicio público.

Opino análogamente del asunto de los banners sobre las películas, series o programas; el hecho de que sean práctica generalizada en otras televisiones, ni los hace buenos, ni deseables para una televisión de servicio público, pues el nefasto concepto de no respetar la obra en emisión se extiende a los espectadores ("se puede interrumpir una obra con banners publicitarios, se pueden cortar créditos, todo vale"), obviándose, lo repito una vez más, la obligación de formación y de ejemplaridad de una televisión pública. Y eso no es opinable.

Todo esto no parece sino un terror heredado de los tiempos de la lucha de audiencias de perder a unos espectadores que, si bien disfruran de una televisión de calidad y de servicio público, no se les supone lo suficientemente inteligentes ni rigurosos como para exigir que con sus impuestos se pague la emisión de las obras artísticas -que eso son las obras audiovisuales- en su integridad, y en resumen, se implica un concepto peyorativo de la inteligencia de las audiencias que no creo que nos lleve a nada bueno. Y de hecho, TVE sigue publicitando sus audiencias diariamente, manteniéndose en la pelea del "y yo más", lo que, en mi opinión, contradice por definición el deseo de ser un servicio público. No es malo tener audiencia, no es malo presumir de ello; sí lo es conservar costumbres groseras creadas por lo peor de la televisión comercial y que TVE hubo de imitar cuando estaba en la lucha por la audiencia más agresiva. No olvidemos que el origen de todo esto (cortes de créditos y banners en mitad de emisiones) está en las televisiones privadas, no en TVE, que ahora parece abrazar como suyo el asunto.

Finalmente, como veo en diversos blogs (http://blogs.que.es/blogdealcorcon/2010/2/17/la-dictadura-del-espectadorado-) que la respuesta del director de programación y parte de la suya parecen provenir de un modelo de copiar y pegar, espero y deseo que nuestras cartas lleguen al Consejo de Administración. Les recuerdo que en Suecia tuvo que ser el Tribunal Supremo quien defendiera los derechos de autores y espectadores sobre este asunto, algo por otro lado bastante lamentable.

Quedando a su disposición, aprovecho la ocasión para enviarles un saludo cordial.

Elio Quiroga

Esto ocurrió hace ya 3 años. Fue en febrero de 2010, y refleja de paso lo que se entiende en España como un "diálogo con el ciudadano": un copy-paste de declaraciones que se manda al pesado de turno que te escribe, y de quien no esperas respuesta, y si la tienes, quien no va a responder ya eres tú. Efectivamente, mi última carta jamás mereció contestación alguna.

Desde entonces, las cosas han empeorado, pues TVE ha copiado de las televisiones privadas la horrible costumbre de poner en sobreimpresión sobre la emisión de películas y programas unos "banners" animados publicitarios de sus propios programas, como he comentado en un post previo.

Según su perfil en Linkedin, José Antonio Antón ahora trabaja en ATRESMEDIA, algo que me parece muy bien. Lo que me sorprende es que alguien con su perfil (FOX, AXN, Cosmopolitan) trabajara en la Televisión Pública. No es de extrañar su mensaje. No es culpa de ellos, es que les dibujan así, y no son conscientes de que el Principio de Peter se cumple inexorablemente.

Finalmente, mis preguntas retóricas: ¿Es este el modelo de respeto a la obra artística que una televisión pública debiera transmitir a sus espectadores? ¿Es el modelo que queremos? La extensión de una cierta cultura capitalista a un servicio público produce extraños monstruos.


Precisamente por ello he usado como ilustración una obra titulada "Cultura Capitalista" ("capitalist cultur"). La encontré en Wikimedia Commons y es la portada de Bezbozhnik, una revista soviética publicada entre los años 20 y 30. Fuente: New York Public Library. Autor: El personal de Bezbozhnik. Está en dominio público.

lunes, 17 de junio de 2013

¡Ya!




En un par de horas en el Telediario he visto al responsable de Relaciones Laborales de la CEOE decir que un permiso por defunción de cuatro días es demasiado, “de los tiempos de las diligencias”, mientras se inauguraba, con ejemplarizante presencia de imputada incluida queriéndose meter en todas las fotos, una línea del AVE que ha costado casi 2.000 millones de Euros, el equivalente al recorte de Dependencia y Sanidad para que los ciudadanos a razón de 65 Euros el viaje se ahorren la friolera de 50 minutos en un viaje de tren. Entre discurso y discurso, el telediario ofrecía la imagen dos señores rancios y viejos que hablaban con tono amargado de lo guay que es RENFE y lo genial que es ADIF, y no sé qué historias de “monitorización online” de lo que ocurre en las vías del tren de ese AVE tan bonito que se inaugura, algo al parecer muy innovador y moderno. Y me pregunto una vez más: ¿De dónde sale esta pandilla de modélicos imbéciles que hablan por micrófonos balbuceando discursos que apenas saben leer de un papel que les ha pasado un asesor igual de casposo y a quienes damos acceso a los Presupuestos Generales del Estado? ¿Quién pone en puestos directivos a estos señores que eran rancios ya cuando pasaron la reválida (la antigua)? ¿Quién explica al cretino que han colocado los empresarios de responsable de Relaciones Laborales que es mejor a veces estarse calladito por mucho que mole decir una estupidez ante un micro? ¿Qué le dan de comer en casa a este espécimen? Te explicas cosas, muchas cosas, y otras no, claro. Que RENFE destroce su servicio no rentable dejando a millones de españoles tirados en los andenes por culpa de estas líneas AVE hi-tech que ahorran 50 valiosísimos minutos a razón de 11.6 millones de euros el kilómetro, pues te lo explicas. O que tenga una de las webs de venta de billetes más viejas, caras y estúpidas del mundo (eso sí, desarrollada por una empresa mastodóntica que cotiza en bolsa), también. Caterva de agujeros intelectuales con patas. Pandilla de mediocres inútiles con sueldos estratosféricos. Esquilmadores ignorantes de sus propias naciones. Les quiero fuera de mi vida y de mi país a la orden de “¡Ya!”


La imagen la obtuve en Wikimedia Commons. Ohne Titel (Clowns), 1931. Sasha Stone. Fuente: Spötter, Anke: Theaterfotografie der Zwanziger Jahre an Berliner Bühnen : Gestaltung und Gebrauch eines Mediums, p. 136. Berlin: Gesellschaft für Theatergeschichte, 2003; ISBN 3-924955-16-6. Está en dominio público. 

domingo, 9 de junio de 2013

Abraham Lincoln dixit




"The best way to predict the future is to create it" 
("La mejor forma de predecir el futuro es crearlo")
Abraham Lincoln
(También se atribuye a Peter Drucker)
La imagen la encontré en Wikimedia Commons. Es uno de los retratos oficiales de Lincoln actualmente en exhibición en La Casa Blanca. Pintado por G. P. A. Healy en 1869. Está en dominio público.

viernes, 7 de junio de 2013

Es lo que hay




Me lo contaba hace unos días un amigo abogado que está sufriendo (y somatizando) el tener que defender a gente completamente inocente de las agresivas políticas de los bancos ante los problemas de morosidad de sus clientes. Me relataba un caso que puede ser todo un paradigma del estado de cosas. Resulta que tres personas firman una operación de crédito para una empresa que la que son propietarios. Dos de ellos avalan el crédito con sus propiedades. La tercera, no.

Sin embargo, el banco, cuando la cosa se pone mal, va a por los tres. Aunque uno no ha avalado, el banco también pide el embargo de sus propiedades, igual que para los otros dos avalistas. Da igual que no haya firmado aval alguno. ¿Creen que esta situación injusta e ilegal no es posible? Pues está ocurriendo.

El juez al que se presenta la demanda de ese socio que no ha avalado pero a quien el banco pide embargar sus bienes, dice que no puede hacer nada. Según la letra de la Ley (esa que el Tribunal Europeo ha condenado y a la que el Gobierno le cuesta tantísimo cambiar, esa que dicen que “ha funcionado estupendamente bien” hasta ahora) lo prioritario es que el banco cobre y todo lo demás es secundario. Y así ha de aplicarla el juez. Finalmente esa tercera persona es embargada. Tendrá que pedir otro juicio para plantear que su embargo ha sido injusto e ilegal, y para pedir daños y perjuicios al banco. Eso le costará dinero (especialmente con las nuevas tasas), y el embargo seguirá mientras tanto activo.

Luego ganará el nuevo juicio, claro, pero en el ínterin, si el juez quisiera parar el embargo en primera instancia, estaría prevaricando. Así es la Ley española. Así vivimos en España con un paro gigantesco, unos índices de pobreza desbocados y personas muriéndose de asco, hambre y pena. Y el Gobierno sigue guardando un silencio mayestático. Eso sí, cuando la Comunidad Europea reconoce la lucha de la Sociedad Civil en España por los derechos de la gente que es desahuciada, el grupo de jarrones chinos enviados a Europa por el partido en el gobierno ponen el grito en el cielo, en un ejercicio de hipocresía e idiocia simultáneas que les retrata.

Demasiados intereses, de siglos, en juego. Demasiadas presiones. La Banca. Siempre gana. Vale. Pues basta ya.

Si no quieres hacer lo que hay que hacer, convoca elecciones anticipadas, y que se encargue otro. Porque tarde o temprano, y esto es inevitable, habrá que romper con los cabildeos y los clientelismos que gobiernan el país en la sombra, verdaderos responsables de este giro lampedusiano en el que no ha cambiado nada a pesar de que atravesemos momentos críticos. O eso, o el país revienta. Pero para ver ciertas cosas hay que saber mirar, saber leer, saber comprender, y sobre todo querer comprender. 

Mientras tanto, leyes inmorales y obsoletas, siguen dirigiendo con mano de hierro los destinos de millones de personas, sin que a los que pueden cambiar las cosas parezca que ello les importe un carajo. No es culpa de ellos, es que les han dibujado así.


La ilustración la encontré en Wikipedia Commons. "Drei Anwälte im Gespräch" ("Tres abogados charlando") por Honoré Daumier. Phillips Collection, Washington D.C. The Yorck Project: 10.000 Meisterwerke der Malerei. DVD-ROM, 2002. ISBN 3936122202. Distributed by DIRECTMEDIA Publishing GmbH. Está en dominio público con licencia GNU.

jueves, 6 de junio de 2013

Tuit


Este tuit es de David Muñoz, y es sobre mi primera novela, "El despertar", publicada por Timun Mas. Todavía la podéis encontrar en librerías y en sitios como Amazon, Fnac, El Corte Inglés, Casa del Libro, etc. Y también en ebook, claro. Espero que os guste, u os interese (tanto) como a David.

A peculiar galaxy near M104

Publicado en Revista Mexicana de Astronomía y Astrofísica, Vol. 59, número 2. P.327. Este es el link.